viernes, 2 de diciembre de 2016

Trump: capitalismo de amigos.

El anuncio hecho por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, según el cual llegó a un arreglo con United Technologies, propietaria de la empresa Carrier, para mantener en ese país los mil empleos que planeaba llevar a México, ha generado preocupación acerca del nuevo tipo de capitalismo que impulsa el próximo huésped de la Oficina Oval.

Entrevistado por el NPR Staff, Tyler Cowen, profesor de Economía de la George Mason University, dijo estar preocupado por el capitalismo de amigos que ese acuerdo anuncia para los próximos años. Dijo que en un esquema semejante las compañías que estén bien con el presidente recibirán recompensas. "Ello anuncia un ambiente en el que las decisiones de negocios dependerán de qué tanto complaces al Presidente".

Dijo que el acuerdo entre Trump y la empresa de aire acondicionado Carrier es completamente opaco, y la noción de cada gran empresa americana deberá negociar de persona a persona con el Presidente a través de twitter, hará que se politicen todas las decisiones de negocios.

Según NPR no se sabe exactamente lo que Carrier consiguió con ese acuerdo, pero se cree que accedieron porque temen perder los contratos que tienen con el gobierno de Estados Unidos, lo cual crea la imagen de un presidente que amenaza o recompensa a las compañías dependiendo de si le dan o no buenas noticias que presentar a la prensa.

En un texto publicado por The Washington Post, el senador Bernie Sanders, el demócrata que disputó a Hillary Clinton la candidatura a la presidencia, dijo que el acuerdo Trump-Carrier mostró cómo las compañías pueden derrotar al próximo Presidente.

Sanders sugirió además que a cambio del acuerdo, Trump dará a la compañía los beneficios fiscales que ésta había estado buscando. "En esencia, United technologies tomó a trump como rehén y ganó", afirma el senador demócrata.

Añadió que de paso, el presidente electo a puesto en riesgo los puestos de trabajo que ya habían sido salvados porque ha enviado la señal de cada corporación americana que amenace con crear empleos en el extranjero, podrá recibir beneficios fiscales e incentivos. Incluso corporaciones que no estaban pensando crear empleos en el extranjero podrán estar reconsiderando su postura y amenazar con hacerlo.

El senador demócrata afirma que quienes pagarán los altos costos por los recortes impositivos que se ofrezcan a los hombres más ricos de negocios en América será la clase trabajadora.




 

martes, 25 de octubre de 2016

La Inquisición católica y la cremación.



El Santo Oficio nos recuerda de cuando en cuando que para la Iglesia seguimos en el siglo XVI. Llamado ahora Congregación para la Doctrina de la Fe, nos receta cada tanto interpretaciones sobre lo que juzga desviaciones en la práctica o interpretación del corpus católico.

En un documento titulado  Ad resurgendum cum Christo, aprobado por el papa Francisco, prohíbe esparcir o conservar en casa las cenizas de los difuntos cremados. En realidad la renuencia de la Iglesia es contra la cremación misma, una práctica que, dice, se ha extendido, pero que es contraria a la fe de la Iglesia, según la cual, en dichos del prefecto de la congregación, el cardenal alemán Gerhard Mueller, "los muertos no son propiedad de los familiares, son hijos de Dios y esperan en un campo santo su resurrección".

La jerarquía católica mira con recelo que las cenizas las conserven los familiares porque, dice, produce riesgos como la posibilidad del olvido que pueden sobrevenir sobre todo pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas.

Recomienda en cambio, mantener las cenizas en un lugar sagrado como un cementerio, en una iglesia o en un área especialmente dedicada para tal fin por la autoridad eclesiástica competente. Si bien la Iglesia reconoce que no existen razones doctrinales para prohibir la cremación, pues no impide a la ominipotencia divina resucitar el cuerpo, el secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge Thomas Bonino, la calificó como "algo brutal" y que además no permite a las personas cercanas acostumbrarse a la falta de un ser querido.

Como en tantos otros temas, en este caso la Iglesia se coloca contra las prácticas seculares, fiel a su pulsión de controlar, a través del Santo Oficio, aunque ahora se denomine de otra forma, la vida de las personas. No tendrán eco.