jueves, 26 de febrero de 2009

Regresiones

Próximo a convertirse en octagenario --el 4 de marzo cumplirá ocho décadas de vida, pues fue fundado por Plutarco Elías Calles en 1929-- se puede decir que ahí viene el PRI.

Sí, el partido que perdió en 2000 el monopolio del poder tras ejercerlo por más de 70 años, y que en las pasadas elecciones presidenciales (2006) ocupó un lejano tercer lugar (22 por ciento), está electoralmente de regreso.

Una encuesta publicada el lunes pasado por el periódico Reforma sobre la intención del voto documenta empíricamente lo que ya es una percepción más o menos generalizada.

Entre diciembre de 2008 y febrero de este año el Partido Revolucionario Institucional transitó de 36 a 41 por ciento en la intención del voto, en tanto que el Partido Acción Nacional (PAN) perdió en ese mismo periodo 10 puntos porcentuales: pasó de 39 a 29 por ciento.

Como se sabe, el próximo 5 de julio se elegirán 500 diputados que integrarán la LXI legislatura, así como los gobernadores de seis entidades. Aunque es temprano aún para considerar esos números como definitivos, pueden sí, configurar una incipiente tendencia si se considera que desde 2006 el PRI ha ganado en los estados las elecciones para gobernador que estuvieron en juego.

De mantenerse de aquí a julio los porcentajes que prefigura la encuesta, el tricolor estaría, además, muy cerca del 42.3 por ciento que constituye uno de los dos criterios --el otro es obtener 160 victorias de mayoría-- que le darían a un partido el derecho a tener 251 diputados en la próxima legislatura, es decir, 50 por ciento más uno de los votos; en otros términos, la mayoría y el control de la Cámara de Diputados.

Esa nutrida fracción parlamentaria dejaría al partido en una correlación de fuerzas muy favorable para encarar las elecciones presidenciales de 2012, con lo que la sociedad mexicana habría caminado en círculo para llegar adonde empezó: con el PRI en el poder.

Las pifias y omisiones de las administraciones panistas, la percepción generalizada de falta de control y pericia de los operadores gubernamentales y el desorden que priva en la conducción de los asuntos públicos estarían conduciendo a la gente a pensar que "antes estábamos mejor".

Hacia la segunda mitad del sexenio de Vicente Fox, en la calle las voces ya denotaban la desilusión con el autodenominado gobierno del cambio, al grado que la nostalgia por el PRI --que ahora sabemos también aqueja al secretario panista de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez-- solía expresarse en la fórmula: "prefiero a los corruptos que a los pendejos".

Ahora el PAN estaría peor posicionado, pues ya ni el halo de honestidad lo envuelve, habida cuenta de los casos de corrupción documentados en los gobiernos y entre funcionarios surgidos de sus filas.

En ese contexto el PRI se ha mantenido más o menos a salvo de tormentas internas graves y mediante cuadros como su presidenta Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa ha dado una imagen de experiencia ante los vaivenes, indecisiones e ineficacia política de la actual élite.

Acaso como un signo ominoso de los tiempos por venir, esta semana y la anterior ocurrieron episodios que podrían considerarse, a la vez, como reminiscencias del pasado y como anuncios de un pasado que estaría por reeditarse.

Este martes 24 la 131 Asamblea General Ordinaria de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) reeligió "por unanimidad" como su secretario general al impresentable Joaquín Gamboa Pascoe, uno de los íconos sobrevivientes de la más pura tradición priísta de la antidemocracia, la corrupción, el enriquecimiento (in)explicable y el control corporativo de los trabajadores.

Antes, el 18 de febrero, el mismo Gamboa Pascoe --también octogenario, como su partido-- fue electo presidente del Congreso del Trabajo, y en Los Pinos, como en los viejos tiempos, elogió a Calderon por su actitud "valiente y viril" ante el crimen organizado, al cual estaría "afrontando con calidad de hombre y de presidente". Ese es el talante y el estilo de los hombres que están por regresar a los primeros planos de la política nacional.

Por cierto, de acuerdo con la encuesta mencionada, los mayores porcentajes del voto priísta estarían, por edad, en el segmento de 50 años o más (52 por ciento); por escolaridad, entre quienes sólo cuentan con formación básica (45 por ciento) y por escala social, entre quienes pertenecen a las clases baja o trabajadora y marginal (73 por ciento).

Así, la población de más edad, los más pobres y los menos educados constituyen el grueso de los electores que traerían de regreso a los priístas. Resulta paradójico que quienes han resultado más afectados por las políticas de esos gobiernos, sigan constituyendo su base social más amplia.

Ese fenómeno bien podría explicarse con aquella frase de Karl Marx que desnuda el fundamento de la dominación: la conciencia de los dominantes debe vivir en la conciencia de los dominados.

martes, 24 de febrero de 2009

Violencia

La violencia del llamado crimen organizado está en aumento y cada día apunta más arriba en la escala jerárquica del poder. Ya no sólo es la gendarmería la que es puesta en jaque. Ahora lo son también presidentes municipales, generales del ejército y hasta gobernadores.

La semana pasada, mediante cartulinas colocadas en lugares públicos, los maleantes fijaron un plazo de 48 horas al secretario de Seguridad Pública municipal en Ciudad Juárez, mayor del ejército Roberto Orduña Cruz, para que renunciara a su cargo o empezarían a matar agentes.

La renuncia se produjo tras la ejecusión de un agente de tránsito y un custodio, asesinados como muestra de que la amenaza empezaba a cumplirse con siniestra puntualidad.

El sábado pasado fue emboscado el convoy en el que viajaba el gobernador de Chihuahua José Reyes Baeza, quien en una insólita tentativa por minimizar el hecho, lo atribuyó a un "altercado vial", como si en un caso como ese pudieran dispararse al menos 30 casquillos de balas, como los encontrados en la escena del atentado.

Ayer, en fin, aparecieron nuevas cartulinas en aquella ciudad fronteriza. Ahora el amenazado fue el propio alcalde de Juárez, José Reyes Ferriz, a quien los anónimos amenazaron con cortarle la cabeza --y ya se sabe que por aquellos rumbos el asunto es literal-- "junto con tu familia, aunque esté en El Paso, Texas".

En otro dato que revela el deterioro de la situación, el gobierno de Estados Unidos emitió el viernes pasado una alerta para que los ciudadanos de ese país que viajen a México adopten precauciones ante el incremento de la violencia del narcotráfico y de la delincuencia común, particularmente en ciudades como Tijuana, Juárez y Chihuahua.

En medio de todo, el patético presidente del Partido Acción Nacional (PAN), Germán Martínez Cázares ha creido conveniente introducir al debate electoral el tema del narcotráfico, mediante un discurso en el que para justificar el clima de terror que se vive hoy, achaca al PRI la culpa de todo por la pasividad que frente al problema habría observado durante los años que gobernó.

Esa visión, simplista y frívola, es la que sin embargo priva en los círculos del poder blanquiazul. Lo cierto es que el narcotráfico se reorganizó y fortaleció tras el fallido proceso mexicano de transición a la democracia.

Ese fue un momento clave y su conducción, en mala hora para el país, correspondió al conservador PAN, cuyo proyecto sólo consistía en hacerse del poder, pero no en emprender una reforma del Estado pactada con todas las fuerzas políticas, para desmantelar las estructuras de corrupción en que se fundaba el antiguo régimen.

El sexenio 2000-2006 debió ser de una auténtica transición que implicaba nuevos arreglos institucionales para reacomodar y ajustar a nuevas prácticas y consensos políticos a los factores de poder que quedaron a la deriva al desaparecer el férreo control corporativo priísta.

No hubo ni capacidad ni voluntad política para emprender esa colosal tarea. En tanto el crimen organizado, como se le llama genéricamente al contrabando, el narcotráfico, los secuestradores y la piratería, entre otros, encontró una ancha franja de acción que le permitió consolidar mercados, pertrechos y las posiciones que ya tenía dentro de las propias corporaciones federales encargadas, al menos formalmente, de combatirlo.

Esa inacción panista, desde luego favorecida por el contubernio priísta y de la fracción que hoy manda en el PRD, condujeron al país a la actual encrucijada. El momento clave fue el de la alternancia en la presidencia. Se perdió esa oportunidad histórica.

Ahora la guerra se está perdiendo. Eso lo sabe el señor Calderon quien ya considera que el próximo presidente podría ser un narco. Eso lo dijo la semana pasada el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos. Ahora se sabe que se lo escuchó decir al propio Calderon. Él sólo lo repitió.

El problema, como lo muestran los episodios narrados en la entrada de este artículo, es que quienes ahora comienzan a estar en jaque son los ejecutivos de los estados, es decir, los gobernadores, el segundo nivel en la escala de mando de la República. Después de ellos ya sólo queda el Presidente.

lunes, 23 de febrero de 2009

Salinas Pliego

En la entrada titulada "Poderes fácticos", el 5 de febrero pasado escribimos aquí que esos poderes no son abstractos: detrás de ellos hay nombres y apellidos. Ahora, uno de eso hombres, el señor Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, ha venido a decirnos personalmente que, en efecto, el día (1o. de febrero) que su empresa y Televisa decidieron burlar la Ley transmitiendo espots de los partidos y del IFE en un bloque, lo hicieron mediante un acuerdo entre ambas.

En una conferencia ante estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Salinas Pliego reconoció que idearon ese mecanismo con tal de no perder audiencia.

"El problema era que si hacíamos un corte a cierta hora y Televisa a otra, íbamos a perder nuestra audiencia y viceversa, entonces lo lógico era ponernos de acuerdo y hacerlo a una misma hora para no perder la audiencia".

Al revelar este brillante modo de razonar, Salinas pretendió además restar importancia al negocio que ha significado para los medios la propaganda política. Negó que la nueva ley que impide a los partidos políticos contratar publicidad en los medios, vaya en detrimento de sus finanzas, pues ese tipo de anuncios sólo ha representado para su empresa menos de tres por ciento en ventas en los últimos 12 años.

En una afirmación que dibuja con precisión el carácter de dueños del país con que se conciben a sí mismos estos empresarios, Salinas Pliego dijo que obligarlos a transmitir 23 millones de espots previstos para este año electoral equivale a expropiarlos.

"Una cosa es que no me compren y otra es que me vengan a robar", dijo entre divertido y retador ante la algarabía del juvenil público que celebró su ocurrencia.

Porque de ello se trata, de una ocurrencia y de una tergiversación. Los concesionarios de los medios de comunicación, como dijo Salinas Pliego, pueden ser, en efecto, dueños de sus artistas (conste, así lo dijo), de sus cámaras y de sus costosos estudios de televisión.

No lo son, en cambio, de algo fundamental para la existencia del medio: el espacio a través del cual viajan las señales que emiten sus estaciones. El así llamado espacio radioeléctrico es un bien propiedad de la nación. Y los concesionarios lo explotan en razón precisamente de un título de concesión que, aunque prorrogable, tiene fecha de caducidad.

En razón de esa propiedad originaria del Estado, los medios están obligados a ceder tiempo gratuito para los mensajes de interés público y los partidos, quiérase o no, tienen ese carácter. Así que reglamentar el uso de ese tiempo es una facultad del Estado y los concesionarios no pueden considerarse robados por ello.

En México, la venalidad gubernamental ha pervertido tanto la frontera entre funcionarios públicos y empresarios que lo que priva en ambas esferas es una concepción patrimonialista. Es decir, se actúa, al amparo del poder, como si los bienes de la nación pertenecieran a quienes los administran o usufructuan.

Esa idea es la que subyace en las palabras de Salinas Pliego. Y lo dice así, abiertamente, pasando sobre las consideraciones legales, porque lo sabe o se lo han hecho saber y sentir.

En mala hora para un país que las televisoras estén en manos de empresarios que conspiran contra la legalidad y cuyo talante antidemocrático se placee a sus anchas. Malo porque a la hora de la democracia y los cambios reales, son de los primeros en aliarse con los sectores golpistas y autoritarios.

En la historia de los movimientos golpistas en América Latina, los empresarios de la comunicación han jugado casi siempre al lado de las botas militares. Vale la pena recordarlo porque el reino de la historia es también el reino de la amnesia.

lunes, 16 de febrero de 2009

Camboya

El próximo jueves 19 iniciará en Camboya el juicio contra uno de los feroces ejecutores de lo que se considera el más metódico y frío genocidio del siglo XX, incluso por encima de la mostruosidad nazi.

Un envejecido y antiguo maestro de escuela comparecerá ante un tribunal para responder por sus crímenes contra la humanidad perpetrados hace 30 años. Kang Keg Leu, conocido como Comrado Duch, fue el director de la infaustamente célebre prisión de Tuol Sleng, un centro de interrogatorios y tortura ubicado en la ciudad de Phnom Penh, donde miles de inocentes fueron enviados a la muerte.

El proceso será un parteaguas para los camboyanos, la mayoría de los cuales había perdido la esperanza de que los hombres y mujeres que destruyeron sus vidas fueran enviados algún día ante la justicia.

"Nunca pensé que este día llegaría", dijo al Times de Londres Vann Nath, uno de los tres únicos sobrevivientes de Tuol Sleng.

Duch fue uno de los líderes del régimen de Pol Pot (en realidad Saloth Sar), quien se hizo del poder en Camboya mediante la rebelión de los jemeres rojos y que en sólo cuatro años (1975-1979) convirtió una tranquila y pacífica nación asiática en un pueblo de esclavos.

Más de 1.7 millones de camboyanos, cerca de un cuarto de la población, murieron de inanición, por enfermedades o ejecutados tras ser acusados de inexistentes crímenes contra la revolución encabezada por Pol Pot.

La pesadilla concluyó con la invasión vietnamita en enero de 1979. Pol Pot y los suyos pasaron a la clandestinidad desde donde continuaron una guerra civil durante la siguiente década.

En la orgía de crueldad desatada en Camboya durante el régimen del Jemer Rojo, Tuol Sleng, una antigua preparatoria en la ciudad de Phnom Penh, fue convertida en un símbolo apocalíptico de ese régimen. Envuelta en la secrecía e identificada sólo por el código S-21 existió unicamente para asesinar a los casi 17 mil hombres, mujeres y niños encarcelados tras sus paredes.

Anne Barrowclough, la enviada del Times de Londres a Phnom Penh habló con sobrevivientes, guardias e incluso con aquellos que llevaron acabo las peores atrocidades. Todos describen a Duch como un hombre de crueldad sobrehumana.

"Los alaridos de los prisioneros torturados se escuchaban todo el tiempo", contó Vann Nath. Los prisioneros eran considerados culpables simplemente por haber sido acusados. Muchos admitieron imputaciones que incluso no entendían.

"Los torturábamos hasta que confesaban", reconoce Prak Khan, un antiguo guardia de la prisión. "Si no lo hacían el castigo empeoraba. Arrancábamos las uñas de pies y manos y aplicábamos choques eléctricos. Algunas veces atábamos una bolsa en sus cabezas hasta que se sofocaran. La retirábamos cuando estaban a punto de caer inconcientes. Si aun así no confesaban, entonces eran asesinados".

Algunos prisioneros fueron enviados a clínicas como donadores de sangre para los hospitales del ejército. Prak Khan, cuya sala de intorrogatorios era adyacente a una de esas clínicas, explica la naturaleza de esas "donaciones": Enviaban a los prisioneros con los ojos vendados, atados a sus camas y con los brazos y piernas extendidos.

Entonces ataban ligas a sus brazos y bombeaban toda la sangre hacia un bote colocado en el piso, hasta que el cuerpo quedara completamente vacío, inerte. Los cuerpos de los prisioneros así asesinados eran arrojados en fosas comunes.

Esas sepulturas aún están siendo descubiertas. Se estima que un mínimo de 20 mil campos con fosas secretas están diseminados en todo el territorio de Camboya.

Chum Mey, un mecánico que pasó las primeras dos semanas en el S-21 siendo torturado día y noche hasta que firmó su confesión, recuerda: "Cada noche esperábamos escuchar la llegada del camión (en el que los prisioneros eran conducidos fuera de la prisión para ser asesinados). Si a la media noche no había llegado, sabíamos que viviríamos otras 24 horas".

Comrado Duch, el exdirector de esa cárcel, cuyo juicio empieza este jueves, se convirtió al cristianismo en los años 90. Fue arrestado en 1999 luego de que un periodista siguió sus huellas en Tailandia.

Su juicio será seguido por los hombres que pertenecieron al círculo íntimo de Pol Pot: Nuom Chea, leng Sary y su esposa leng Thirith, así como por el antiguo jefe de Estado del jemer rojo, Khieu Zampan, todos ellos también arrestados.

La esperanza de que esos líderes serían enviados a la justicia empezó en 1997, cuando el gobierno camboyano y las Naciones Unidas iniciaron discusiones sobre la creación de una corte penal internacional.

La pesada máquinaria de la justicia empezará a crujir finalmente al ser puesta en movimiento este jueves. Pero ahora el tiempo es esencial. Los verdugos del Jemer Rojo y sus víctimas son ya unos ancianos. Leng Sary (ministro del exterior de Pol Pot), es el más viejo. Tiene 84 años y Duch, el más joven, tiene 66.

Muchos tienen problemas de salud y no hay certeza de que sobrevivirán hasta escuchar el veredicto final, el cual podría aún llevar varios años.

viernes, 13 de febrero de 2009

Lenguaje y estatus

Vean ustedes las expresiones de la desigualdad.

Los niños provenientes de familias de menores ingresos llegan a la edad escolar con un vocabulario significativamente más reducido que los infantes pertenecientes a familias con altos ingresos y padres más educados.

La revista Science publica hoy un estudio (Gesture and Language Acquisition), según el cual la temprana adquisición de habilidades verbales depende del mayor o menor empleo del lenguaje gestual en la comunicación de los padres con sus pequeños, y encuentra que los padres de mejor posición económica utilizan en mayor medida ese tipo de lenguaje.

De acuerdo con el estudio, realizado por las psicólogas Susan Goldin-Meadow y Meredith Rowe, de la Universidad de Chicago, esa diferencia podría explicar porque los niños "ricos" inician la escuela con un vocabulario más desarrollado.

Las investigadoras encontraron que bebés de 14 meses mostraban un amplio rango de habilidades parlantes, a través de gestos. Cuando examinaron a los mismos niños a la edad de 54 meses, los tempranos gestos se habían convertido en una mayor habilidad parlante en relación con otros pequeños, aquellos cuyos padres no recurrían tanto a la comunicación gestual.

El estudio incluyó a 50 niños provenientes de familias del área de Chicago de distinto origen étnico y socioeconómico. El rango de ingresos anuales oscilaba entre menos de 15 mil dólares a más de 100 mil, y padres que abandonaron sus estudios en la preparatoria hasta los que alcanzaron grados avanzados.

Las investigadoras videograbaron durante 90 minutos la interacción entre infantes de 14 meses y quienes los cuidan normalmente. En el transcurso de esa sesión, los bebés de familias adineradas emplearon en promedio 24 gestos de modo significativo, mientras que los niños con familias de bajos ingresos usaron en promedio sólo 13 gestos.

Estas tempranas diferencias en la expresión gestual, pueden ayudar a predecir las posteriores disparidades en la habilidad verbal, cuando los infantes se presenten en la escuela.

El último estudio encontró que a la edad de 54 meses, esos mismos niños provenientes de familias con altos ingresos entendieron aproximadamente 117 palabras en un examen de comprensión, en tanto que los hijos de familias de bajos ingresos comprendieron sólo 93.

Las investigadoras se han apresurado a señalar que el estudio sólo muestra una asociación, no una causalidad entre el estatus socioeconómico, los gestos y la habilidad verbal. "Nosotras pensamos que algo está sucediendo ahí", dijeron.

El asunto funciona así: a los 14 meses señalar hacia un objeto es el modo como la mayoría de los niños usan los gestos. Si un padre responde a ese gesto identificando verbalmente el objeto, diciendo, por ejemplo: "esa es una muñeca" el niño conseguirá incrementar su incipiente vocabulario.

Goldin-Meadow creen que gestos alegres, como los aplausos, podrían permitir a los pequeños mejorar su entendimiento de nuevos conceptos (como el de felicidad), simplemente dándoles un modo visceral de expresarlos.

Las investigadoras también creen que provocar gestos en los niños les da la habilidad para expresar ideas que ellos nunca habían podido expresar antes.

"Nos gustaría recomendar a los maestros a que animen a sus alumnos a gesticular porque eso los hace más receptivos a la enseñanza, señalaron.