viernes, 15 de octubre de 2010

Contra el viento del norte: la espiral y el torbellino



Si --como se ha dicho-- somos lo que pensamos, no es menos cierto que también somos lo que escribimos o, mejor, como escribimos, pues al reflejar una estructura de pensamiento la escritura nos re(de)vela.

Eso ocurre con Leo Leike y Emma Rothner, protagonistas de Contra el viento del norte, la novela del escritor y periodista Daniel Glattauer (Viena, 1960) publicada por Alfaguara.

A partir de un correo electrónico que por equivocación Rothner envía a Leike, ambos inician una relación a través de ese moderno medio de comunicación epistolar que los conduce a un intercambio al principio frío y distante que gradualmente crece en intensidad hasta envolver sentimientos, emociones, padecimientos.

Un proceso de enamoramiento virtual que va del guiño al coqueteo; de la insinuación al pleno flirteo --erotismo incluido-- cuya progresión puede seguirse mediante las frases con que se despiden en cada e-mail, las cuales evolucionan del formalísimo "saludos cordiales" al más cálido "saludos afectuosos", o al más íntimo "saludos cariñosos", para terminar --ya en pleno romance virtual-- en "besos para ti".

Ella, una diseñadora de páginas web, él, un psicólogo del lenguaje que participa --en lo que puede constituir una de las claves de la novela y de su anunciada continuación-- en un estudio sobre la influencia del correo electrónico en la conducta linguística y sobre el correo electrónico como vehículo de emociones.

A partir de lo que cada uno escribe y de cómo lo hace, la pareja va seduciéndose mutuamente. La imagen que cada uno se forma del otro queda mediada por su forma de expresión escrita. Dice Emmi:
Pero me encantaría saber qué aspecto tienes, por ejemplo. Eso aclararía muchas cosas. Me refiero a que aclararía porqué escribes como escribes, pues tendrías el aspecto de alguien que escribe como tú.
 Y, no obstante, ambos parecen sentirse cómodos en esa especie de second life que les permite el ordenador, pues aunque se lo plantean, terminan por sabotear sus planes de encuentro personal.

Enamorados de su inteligencia y de lo que ésta proyecta, los protagonistas mantienen al lector pendiente de sus respectivos ordenadores, ansioso, como ellos mismos, del siguiente mensaje en la bandeja de entrada, el cual casi siempre es respondido de inmediato, pues el intercambio se torna cada vez más frecuente: por la mañana, por la tarde, por la noche y hasta de madrugada, en una espiral de sentimientos que, cuando lo notan, ya se les convirtió en torbellino: de pasiones entre ellos y entre quienes los rodean, pues Emmi se embarca en esta aventura con todo y su condición de mujer "felizmente casada".

No estamos, sin embargo, ante una novela rosa, sino ante un drama apenas disimulado que, a la manera griega, coloca a los personajes frente a las consecuencias de sus actos y frente a los dilemas que resultan de sacudirse las certezas o de transgredir la cotidianidad de una vida hecha.

Con una precisión casi quirúrgica en cuanto al empleo del lenguaje, Glattauer logra una eficaz progresión de la trama en la que asistimos como lectores a un esgrima escritural entre dos personajes que van diseccionando sus personalidades y sentimientos mediante inteligentes y divertidas aproximaciones sucesivas.

Leo y Emma encuentran en el espacio escritural que instauran, la energía y vitalidad que falta en sus vidas. Su mutuo conocimiento y el halo de misterio que envuelve su relación --pues se trata de dos incógnitos-- no deriva, como en las relaciones presenciales, del saber sus costumbres y manías cotidianas, sino de sus tics y giros estilísticos.

Se trata --y esa parece ser una de las metáforas de la novela-- de un ir y venir entre imaginación y realidad que, a fin de cuentas, es lo propio del hecho literario.

Como en la alegoría platónica de la caverna --en que los hombres encadenados juzgaban el mundo por las sombras (en realidad apariencias) de los objetos proyectados sobre la pared-- esta pareja se encuentra y se adivina por las imágenes de sí mismos que ven proyectadas en la pantalla-caverna del ordenador.

Imágenes que, como escribe Leo Leike, son "tan frágiles y delicadas que no habrían resistido una visión real sin agrietarse y resquebrajarse de inmediato".

Acaso de ahí la otra metáfora sugerida por el autor: hasta qué punto nuestras relaciones, nuestras representaciones, incluso las más íntimas, y su proceso de significación están mediadas por los modernos medios de comunicación, como el internet y el correo electrónico.

Se trata, así, de una novela no sólo recomendable por el drama que encierra en su aparente sencillez, sino porque quien se la pierda, no podrá seguir la ya anunciada segunda parte, Cada siete olas, que Alfaguara publicará en breve.

Del verbo maicear



El cardenal Juan Sandoval Íñiguez respondió la demanda legal por daño moral que contra él interpuso el jefe de gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, luego de que aquél lo acusó de maicear a los ministros de la Corte para que aprobaran los matrimonios gay y su derecho de adopción. Pero lo hizo de manera ridícula y queriendo "escurrir el bulto" según una conocida expresión popular, a las que el purpurado es muy afecto.

Sandoval Íñiguez atribuyó a los medios de comunicación el posible daño moral de que se queja el gobernante, por haber difundido sus declaraciones. En un renovado intento por culpar al mensajero, el cardenal recurre a un despropósito no sólo lógico o jurídico sino moral.

Pretende que son los medios los responsables de que lo hayan demandado porque si no publican sus declaraciones el presunto daño no se hubiera configurado. Y sin embargo declaró lo que dijo frente a cámaras y micrófonos de reporteros que se identificaron como tales y que sabía que publicarían sus dichos.

Ya en el colmo de la parodia, el alegato que en su defensa formuló el clérigo incluye una añagaza semántica. Afirma el cardenal que el término maicear "no es un concepto jurídico ni tampoco una palabra que amerite una sóla interpretación, es una expresión de origen popular y por lo tanto encuentra tantas interpretaciones como personas que la empleen (sic) o tantas interpretaciones como las que le den los receptores de esa expresión".

En rigor, maicear significa --de acuerdo con el Breve diccionario de mexicanismos de la Real Academia Española de la Lengua-- "dar de comer a los animales". Pero el significado al que seguramente aludió el cardenal, como bien puede colegirse del contexto en el que empleó la frase, fue el atribuido a Porfirio Díaz.

Como lo reporta el sitio sdpnoticias.com la expresión tiene su origen en los tiempos del dictador. Cuando algún político criticaba a Díaz, éste comentaba: "este pollo quiere maíz", sugiriendo que lo que buscaba realmente el adversario era un soborno o un cargo público.

Con el tiempo el argot político incorporó la palabra maicear para denotar que alguien actuó bajo los influjos de un soborno, del mismo modo en que se incorporó la palabra carrancear para referirse al acto de robar.

De modo que no hay dobles tintas: Sandoval Íñiguez sugirió que los ministros fueron sobornados por Ebrard. Ya sólo faltó que dijera que les "llenó el buche", una variante popular de aquella expresión, pero de igual significado.

O que de plano acepte que, siguiendo la definición de la Real Academia, quiso referirse a los ministros como animales, lo cual no sería raro en un ministro que por su proclividad al oscurantismo ha sido llamado con sorna no cardenal, sino "cavernal".

jueves, 7 de octubre de 2010

AMLO, PRD y el 2012

Andrés Manuel López Obrador decidió dar un tirón a la cuerda de su ya de por sí tensa relación con los dirigentes formales del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Este domingo 3 de octubre, en el marco de su Gira por la Lealtad por municipios del sur del Estado de México, AMLO llamó a la militancia del PRD, PT y Convergencia a unirse para derrotar al PRI, PAN y a los dirigentes "alcahuetes y paleros" del PRD que insisten en aliarse con Acción Nacional, en una acción que, dijo, "tiene como verdadera intensión dejarnos fuera de la contienda" de 2012.

Urgió a los dirigentes del PRD a que "se quiten la careta y revelen qué acuerdos tienen con Felipe Calderón" y añadió que ese partido no nació para ser instrumento de la mafia en el poder como ahora pretenden sus dirigentes nacionales al impulsar una alianza con el blanquiazul.

De inmediato, los dirigentes de Nueva Izquierda (NI), la tribu que controla los mandos formales del partido y mejor conocida como los chuchos, acusó recibo del obús.

Jesús Zambrano señaló el lunes siguiente que el ex jefe de gobierno del DF ha caído en un discurso irresponsable, vulgar, maniqueo y mesiánico con el que busca descalificar las alianzas promovidas por el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega.

Añadió: "Lo que Andrés Manuel está haciendo es levantar una campaña de odio, de descalificaciones, estigmatizaciones, de ubicar a quienes no están de acuerdo con él del lado de los anticristos, con una visión mesiánica donde sólo el Dios supremo tiene la razón". (El Universal on line, 4/oct/10, 15:12).

Jesús Ortega, el líder formal del PRD, pidió al tabasqueño serenarse y no andar lanzando anatemas. Casi al mismo tiempo Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF, volvió a defender la estrategia de las alianzas al considerarlas exitosas.

Por la forma en que evolucionan las circunstancias puede afirmarse que, pese a lo que ambos bandos insisten en afirmar, para las presidenciales de 2012 no habrá una candidatura común de todas las izquierdas. En primer lugar porque tanto AMLO como Ebrard tienen su proyecto propio que no necesariamente es coincidente.

Si bien el tema de las alianzas no los ha confrontado directamente, ambos sostienen posiciones públicas encontradas. Además, Ebrard ha dado pasos concretos en busca de una candidatura que desde hace por lo menos un año aceptó que buscaría.

El pasado 30 de septiembre presentó la fundación Equidad y Progreso, la cual constituye su plataforma de lanzamiento, pues con ella busca articular un proyecto político "de avanzada".

La fundación le brindará la coartada perfecta para recorrer el país, como ya anunció que lo haría, en giras de fin de semana que le permitan, según eso, ir recogiendo propuestas, pero que principalmente le servirán para placearse ante los electores de los estados.

López Obrador, por su parte, había anunciado que irá de nuevo por la presidencia, desde el 25 de julio durante la multitudinaria asamblea informativa que organizó su movimiento ciudadano en el zócalo capitalino, en el que mostró la fuerza del apoyo popular que aún conserva.

Es obvio que ni Ebrard ni López Obrador dilucidarán su candidatura a partir de quien se encuentre "mejor posicionado" en las encuestas al momento de elegir al candidato, como insisten en afirmar quienes abogan en la retórica por la unidad de las izquierdas.

La tal unidad no existe, y el rompimiento entre la estructura del PRD y el tabasqueño viene de lejos. Se ha acentuado con el gradual pero constante acercamiento del PRD a las posturas de Felipe Calderón y alcanzó su clímax con la política de alianzas --ideada por el camaleónico Manuel Camacho y apoyada por Ebrard-- que impulsa la dirigencia perredista a despecho de lo que opina el tabasqueño.

Aunque pudiera parecer un dato menor, la forma en que los dirigentes de Nueva Izquierda han pretendido descalificar a AMLO por su oposición a las alianzas con el PAN --acusándolo de emprender una campaña de odio y de adoptar actitudes mesiánicas-- es exactamente el mismo discurso utilizado por la derecha y por la mayoría de los medios de comunicación para tratar de anular al ex jefe de gobierno del DF.

El contenido del discurso antiobrador es el mismo y da idea del grado de asimilación-cooptación que mantienen los actuales usufructuarios de las siglas PRD con la derecha en el poder. Este fenómeno de asimilación recuerda aquella frase de Marx: la clave de la dominación consiste en hacer que los dominados piensen como los dominadores. Y el PRD ya piensa como el PAN.

En ese escenario lo más probable es que la contienda por el 2012 sea entre Enrique Peña Nieto (PRI), Marcelo Ebrard (PRD-Convergencia), AMLO (Partido del Trabajo) y Alonso Lujambio-Ernesto Cordero (PAN). Veremos. 

martes, 5 de octubre de 2010

Licitación 21: el atraco.



El gobierno federal acaba de otorgar casi a hurtadillas el título de concesión para que Televisa-Nextel exploten un bloque de 30 megahercios en las frecuencias de 1.7 (licitación 21) y 1,9 (licitación 20) gigahercios en banda ancha para servicios de telecomunicación móviles.

Con la cesión se cierra uno de los episodios más vergonzosos y escandalosos del entreguismo gubernamental a los intereses del consorcio televisivo, pues se habría consumado a la luz de una licitación que, desde el principio, se diseñó para favorecer sin rubores a la empresa de Emilio Azcárraga.

Primero, la Comisión Federal de Competencia se encargó de excluir de la licitación a otros competidores al fijar como límite de acumulación del espectro 80 megahercios (Mhz), con lo cual quedó el camino libre para que el grupo Televisa-Nextel se quedara solo en la puja por un bloque de 30 Mhz.

Así allanado el camino por sus amigos del gobierno y al carecer de competidores, el grupo hizo lo que cualquiera haría: ofreció en la subasta sólo el precio mínimo de la referencia: 180 millones 300 mil pesos, lo que representa sólo 3.6 por ciento del valor que la misma licitación ha indicado para el bloque nacional en la misma banda.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, el precio pagado por Televisa-Nextel (180 millones 300 mil pesos) es 28 veces menor al valor del mercado --calculado en 5 mil millones de pesos-- y beneficiará a un consorcio que ya acapara 56 por ciento de las frecuencias para televisión comercial, con lo que se convertirá en el mayor usufructuario del espectro radioeléctrico del país.

Aunque desde diversos ámbitos se pidió a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) que, conforme a lo establecido por la Constitución, declarara desierta la licitación y se convocara de nuevo, ante la falta de competidores, se insistió en llevarla adelante, pues el designio estaba trazado: beneficiar a Televisa-Nextel.

Al hacerlo, la Cofetel --en cuya presidencia había sido impuesto Mony de Swaan, un incondicional del secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, acaso con el fin de completar la maniobra-- violó además el artículo 143 de la Constitución que ordena asegurar para el Estado las mejores condiciones en cuanto a precio, calidad, financiamiento y oportunidad, al momento de entregar en concesión un bien de la nación.

Como es obvio, los 180 millones de pesos que pagará Televisa-Nextel representan un quebranto para las finanzas públicas. En su descargo, la SCT ha dicho que ese monto es sólo el enganche y que Televisa pagará 18 mil 134 millones de pesos por el correspondiente pago de derechos, lo cual es más que los 16 mil millones de pesos que erogará Telcel por el mismo concepto.

Lo que no aclara la SCT es que el espectro por el que pagará Televisa es de cobertura nacional y el de los otros operadores es regional y en bloques menores.

La desproporción en favor del consorcio de San Angel puede verse en el renglón de porcentajes: de los 5 mil 248 millones de pesos que el gobierno recibirá como pago del espectro Telcel aportará 71 por ciento, Telefónica, 24 y Televisa-Nextel sólo 3.4 por ciento.

La operación para favorecer a Televisa no descuidó ningún flanco: en noviembre del año pasado el Congreso aprobó en la Ley Federal de Derechos (artículo 244-E) una condonación fiscal para exentar del pago de derechos por dos años a las empresas que obtuvieran la Licitación 21.

De este modo, además de la ganga con que se le asignó el espectro y dadas las "considerables" inversiones que deberá hacer para prestar los servicios, Televisa no pagará al erario público 5 mil 600 millones de pesos durante los próximos dos años.

De allí se desprende que las afirmaciones de Felipe Calderón, formuladas ayer al inaugurar la Conferencia Plenipotenciaria 2010 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), carecen de correspondencia con los hechos.

Expresó que con estas licitaciones se fortalece el mercado y la competencia y que en el proceso no hubo "privilegios".

En realidad debió decir que con la concesión otorgada a Televisa --a despecho de la orden de suspensión girada por el juez 16 del séptimo circuito en materia federal-- se confirma la subordinación o simbiosis del grupo en el poder con los intereses de la televisora.

¡Que no se nos olvide!

viernes, 1 de octubre de 2010

Michoacanazo



El arresto de 35 presidentes municipales y funcionarios del gobierno de Leonel Godoy en Michoacán, perpetrado por la Procuraduría General de la República en mayo del año pasado, por los presuntos vínculos de los detenidos con el crimen organizado --específicamente con el cártel de La Familia-- constituye uno de los episodios más reveladores del terrorismo de Estado implantado desde Los Pinos con el pretexto del combate a las bandas del narcotráfico.

El así bautizado popularmente como michoacanazo, ocurrió a unas semanas de las elecciones legislativas intermedias del año pasado y fue desde el principio interpretado como un golpe mediático para favorecer las posibilidades electorales del PAN en la entidad, partido que encabeza allá Luisa María Calderón Hinojosa, hermana de quien ocupa Los Pinos.

La avieza acción punitiva fue quedando poco a poco al descubierto. Al revés de lo que se dijo en su momento, en cuanto a que había sido resultado de meses de investigación e inteligencia, las acusaciones se basaron en declaraciones "de oídas" de testigos protegidos, en listas encontradas o sembradas --vaya usted a saber-- en algún auto abandonado y hasta en escuchas telefónicas en aparatos intervenidos.

El caso es que a la fecha, salvo Armando Medina Torres, ex alcalde de Múgica, quien permanece arraigado, los otros 34 acusados han sido puestos en libertad por falta de pruebas.

Aparte el daño que se propinó a los acusados y a sus familias --lo que no es un hecho menor-- el episodio mostró la utilización que hace el calderonismo de la supuesta guerra contra la delincuencia organizada para
criminalizar opositores, mediante instituciones como la PGR, cuyo descrédito no sólo proviene de quien la encabeza --Arturo Chávez Chávez-- sino de los procedimientos claramente facciosos a los que recurre para descalificar y perseguir a opositores políticos e ideológicos.

A este respecto recuérdese la controversia constitucional que el calderonismo interpuso, vía la PGR, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, contra la ley que en la ciudad de México permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y su derecho de adoptar.

Con un sesgo ideológico inocultable, Calderón y su procurador fundaron su recurso en otra flagrante mentira: que las reformas impugnadas contravenían el "modelo de familia" definido en el artículo 4o. constitucional.

La derrota que la Corte les propinó entonces sólo es comparable con el ridículo del michoacanazo.

En una suerte de tardío e ineficaz intento de control de daños --pues sabe que la primera damnificada por el papelón de la PGR podría ser su propia hermana, cuya candidatura al gobierno de la entidad se impulsa desde Los Pinos-- Calderón insistió ayer en Morelia, durante la celebración por el natalicio de José María Morelos y Pavón, en que sí existen elementos para incriminar a los ex funcionarios liberados.

No sólo eso. En una entrevista telefónica con una televisora local, insistió en raspar la imagen del gobierno estatal, al asegurar que Michoacán es uno de los estados donde se registra mayor índice de criminalidad y donde más rápidamente se ha visto deteriorada la seguridad de sus ciudadanos.

El insidioso estilo de Calderón --sembrar acusaciones sin que lo parezcan-- le llevó a decir que en Michoacán se requiere "una operación completa de depuración y fortalecimiento de la fuerza pública, de la policía estatal concretamente, de la procuraduría de justicia y sus ministerios públicos...para que se realice un cambio fundamental en la manera en que se provee al ciudadano del servicio elemental de seguridad, del cual carece por desgracia".

Ya sólo le faltó añadir, que su hermana sería la única capaz de semejante recomposición y que por tanto se vote por ella para gobernadora.

¡Que no se nos olvide!