lunes, 2 de febrero de 2009

Televisoras

Las televisoras volvieron a mostrar su verdadero rostro: el del autoritarismo y desprecio hacia la ley y hacia su auditorio. Entre sábado y domingo se dieron a la tarea de fastidiar a los miles de televidentes que siguen eventos deportivos.

De manera inopinada interrumpían la transmisión para difundir anuncios de los partidos políticos y del Instituto Federal Electoral (IFE). Comprenderá el lector lo chocante que resulta que durante el transcurso de un juego se inserten mensajes políticos que interrumpen la transmisión y hacen al televidente perderse las jugadas.

En vez de transmitir esos mensajes durante los bloques comerciales que se programan normalmente durante las pausas de los juegos, lo hicieron enmedio de éstos. Adicionalmente, y de manera insidiosa, colocaron una leyenda en la que "informaban" a los telespectadores que "Los siguientes mensajes son ordenados por el Instituto Federal Electoral y se transmitirán hasta el 5 de julio".

En efecto, sólo que las pautas que distribuyó el IFE no se refieren a que esos mensajes deban interrumpir las transmisión de los programas.

La maniobra tiene un claro y doble propósito. Primero, constituye una nueva manifestación de rechazo, por parte de Televisa y TV Azteca a las reformas elecorales de 2007 que prohíben a los partidos políticos contratar espacios en los medios de comunicación para la difusión de sus campañas.

Toda la propaganda electoral, a partir de esas reformas, tendrá que difundirse en los espacios gratuitos que, también por ley, los medios de comunicación deben asignarle al Estado.

Desde el momento en que esa ley se aprobó, los concesionarios se inconformaron e incluso llevaron al Congreso a sus luminarias para protestar por la medida que, a su juicio, violaba la libertad de expresión. En realidad su molestia era porque se les cortaba el negocio que para ellos representan las campañas políticas, pues los partidos gastaban más del 60 por ciento de sus prerrogativas en la contratación de anuncios en los medios.

El segundo propósito de las televisoras es arrojarle a los partidos y al IFE la malquerencia del público. Se sabe que los institutos políticos no gozan de la mayor credibilidad ni consideración entre el respetable.

De ello se aprovechan las televisoras para tratar de obtener ventajas políticas, cuando conviene a sus intereses. Esta vez la avieza maniobra consiste en afectar al público y provocar su enojo con transmisiones tijereteadas y encausar ese coraje hacia los partidos y el IFE.

De paso, Televisa y TV Azteca muestran el desprecio y desconsideración que tienen hacia sus televidentes, cuando están de por medio sus propios intereses. Comentaristas, lectores de noticias, conductores de programas de entretenimiento se hacen pasar casi siempre como aliados de quienes siguen sus transmisiones.

Hacen creer a la población que sus intereses son compatibles con los de las televisoras, y como muestra de ello los comentaristas se muestran indignados ante los problemas sociales que padecen los ciudadanos, siempre y cuando esa indignación no afecte a las altas esferas del poder. Las críticas siempre se dirigen a los funcionarios menores y a los partidos políticos.

Es sintomático, por ejemplo, que el señor Felipe Calderon nunca aparezca en la sección Las mangas del chaleco que el noticiero de Joaquín López Dóriga difunde los viernes. Ahí se hace mofa de los políticos cuyas declaraciones resultan absurdas y claramente fuera del sentido común.

Seguramente a esta hora muchos aficinados a las transmisiones deportivas de fin de semana por televisión abierta están que truenan contra los políticos que les impidieron disfrutar por ejemplo del Súper tazón, un juego multipromocionado y largamente esperado por los fanáticos.

Ignoran que fueron víctimas de los intereses de quienes se dicen sus aliados. No saben que fueron manipulados por unas televisoras que están al tanto de su desinformación y que valiéndose de ésta los utiliza en sus guerras particulares.

Con frecuencia Televisa y TV Azteca se quejan, como todos nosotros, de la clase política que tenemos, como si ellas no formaran parte de la misma. Lo son y recurren a maniobras tanto o más pervertidas que la de los políticos que critican. Sólo que ambas empresas actúan como los criminales: desde las sombras y encubiertas.

1 comentario:

  1. me parece veridico por que ciertamente las grandes televisoras de mexico siempre buscan su conveniencia dejando de lado los gustos del público, mientras nos quieren hacer creer que realmente les interesamos.tambien me lleve la sorpresa del corte de transmision de el fin de semana de un partido para molestarme con su propaganda politica que de origen resulta chocante.felicidades por tu nota

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