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miércoles, 8 de mayo de 2013

Adéndum al Pacto: engáñame, pero no me dejes

El ridículo Adéndum al Pacto por México firmado hoy entre el PRI-gobierno y los partidos satélite --la derecha panista y la izquierda colaboracionista del PRD con los chuchos a la cabeza-- para garantizar elecciones limpias, equidad y blindaje contra el uso electoral de los programas sociales, no hace sino repetir lo que ya se consigna como delitos electorales en la legislación vigente.

¿Tenía sentido toda la parafernalia y el gasto erogado para montar un tinglado en el que los concurrentes --delincuentes electorales todos ellos-- se comprometen a evitar conductas ilícitas tipificadas por la ley vigente en vez de simplemente aplicarla?

Se trata de lavarle la cara a un acuerdo cupular sin representación de la sociedad --pues los partidos han perdido legitimidad representativa-- firmado por unos políticos para llevar adelante programas de Ajuste Estructural encaminados a promover los negocios y la prosperidad de unos cuantos, a costa de las riquezas del país.

Asistimos entonces a la simulación de la simulación. Puesta en evidencia la ingenuidad de los opositores al creer que el gobierno y el PRI no utilizarían la llamada cruzada contra el hambre con fines electorales, como desde el principio se advirtió, ahora dizque lo forzaron a sentarse a firmar once compromisos adicionales con los que supuestamente se le atarán las manos para no seguir lucrando políticamente con los programas sociales en temporada de elecciones.

Comicios a los que se presentarán esos partidos indigentes, autollamados de oposición, no se sabe en calidad de qué frente a los electores, pues si ya todos "están a partir un piñón" con el gobierno, y de acuerdo en el mismo proyecto de país, entonces para qué buscar el poder cada uno por su lado.

Partidos "opositores" que se convencieron a sí mismos, ellos solitos, de seguir en un mecanismo de concertación de élites políticas, al que se aferran como una forma de garantizar su presencia pública y  no quedar marginados o arrasados por la maquinaria gubernamental que con ellos o sin ellos podría llevar adelante el designio fondomonetarista de las reformas; adhesión que pretenden cobrar en su momento por migajas de poder habida cuenta de su ya sospechada debacle electoral en los comicios del próximo julio, dado su desdibujamiento ya no digamos ideológico sino como simples opositores en virtud de la magia pactista.

El PRD ha dado ya suficientes muestras de la forma en que se traiciona a sí mismo y de cómo racionaliza o justifica esos retrocesos con tal de seguir siendo parte de la cargada reformista del peñanietismo En ocasión de la recién aprobada reforma que redujo el arraigo de 80 a 40 días, el perredismo se pronunció inicialmente por la desaparición de esa figura que, en efecto, atenta contra los derechos humanos y el debido proceso de los acusados, pero terminó votando en favor sólo de la reducción del periodo.

Hubo de hacer publicar un desplegado para aclarar que aprobó la enmienda porque "se introdujeron elementos  de control y vigilancia para proteger los derechos humanos de los indiciados".

Algo similar a lo ocurrido con la firma del llamado Adendum al Pacto por México: el gobierno se burla de ellos, los trampea, pero terminan plegándose en razón, según ellos, de los sacrosantos "altos intereses de la nación", o del gradualismo al que los obliga su condición subordinada.


Tanto ha tergiversado y envenenado ese Pacto la estructura política del país, que no sólo los partidos  han perdido su perfil para conformar una masa informe, sino que la propia división de poderes parece naufragar ante el corporativismo pactista. Cosa de ver cómo la publicidad del Senado se ha plegado al Ejecutivo al utilizar como rúbrica de sus mensajes el mismo eslogan del gobierno: aquello de hacer leyes para mover a México.Así vamos.

jueves, 26 de julio de 2012

El fraude intangible

"A López Obrador nunca lo iban a dejar llegar".

Con matices, la frase se repite en las conversaciones cotidianas, y en medio de la confusión y el vocinglerío poselectoral resulta de lo más significativo a escala de la calle.

Significativo, sí. Porque en ese vago "lo iban", donde el sujeto (ellos) aparece elidido, habita una certeza: la existencia de un poder superior, que no es obviamente el de los ciudadanos que depositan su voto en las urnas, pero capaz de decidir por encima de la voluntad de millones quien debe o quien no debe "llegar".

La aceptación fatalista de esa realidad ocurre, entre otras razones, porque no se sabe bien a bien quienes son esos decisores. Se habla del duopolio televisivo (Televisa-TV Azteca) y sus personeros que salen a cuadro y que, a manera de pararrayos, concitan de cuando en cuando la ira popular (recuérdese el caso de la supuesta agresión al periodista Carlos Marín del grupo Milenio-Televisa mientras caminaba por la calle cerca de una manifestación juvenil).

Ellos, así como otros opinadores de medios alineados con los intereses económicos dominantes (Excélsior, El Universal, Organización Editorial Mexicana, La Crónica de hoy, La Razón y Radio Fórmula, entre otros) Son ciertamente la cara visible y acaso los operadores de los mecanismos de dominación, pero no son el verdadero poder.

Éste se encuentra en la forma cómo está organizado el mundo: mediante un entramado de instituciones, organismos internacionales, empresas multinacionales (Procter and Gamble, Coca-cola, Walmart), entidades financieras y la industria militar, con ramificaciones en las oligarquías de cada país, y desde cuyos organigramas diariamente se manejan y controlan una multiplicidad de operaciones legales e ilegales en todo el  mundo. Incluidos, desde luego, los simulacros electorales que mantienen la ilusión de un "mundo libre", en el que, según eso, el poder y la voluntad de los ciudadanos se manifiesta en las urnas. 

Ese conglomerado de instituciones e intereses conforma el gran poder que rige nuestras vidas y cuya existencia está perfectamente intuida por el hombre de la calle en ese sujeto elidido, en ese "ellos" connotado en la frase  "...nunca lo iban (ellos) a dejar llegar". Fue ese entramado el que actuó durante el pasado proceso electoral para concretar su designio: imponer a Enrique Peña Nieto como presidente de México.

Tanto sus identidades como sus métodos permanecen ocultos; los primeros, camuflajeados entre nombres de "honorables" consejos de administración o protegidos por gobiernos; los segundos, los métodos, mediante la aplicación de modernas técnicas de la persuación y propaganda.

Ese secreto en que se desenvuelven y operan es vital para la supervivencia del sistema-mundo que regentean. Y si se duda, véase un ejemplo cercano e inmediato: el pasado 10 de julio en México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una decisión insólita, ordenó mantener en secreto la identidad de los beneficiados por el Sistema de Administración Tributaria que en 2007 canceló créditos fiscales por casi 74 mil millones de pesos.

Merced a ese secreto, por ejemplo, nunca sabremos los nombres de las empresas así beneficiadas por eso que en los hechos es una escandalosa e ilegal condonación de impuestos, ni tampoco conoceremos la identidad de sus dueños que permitiera establecer o descubrir ligas o nexos con el poder público.

Tampoco conoceremos si entre esos beneficiarios figuran sucursales de empresas nultinacionales y si éstas, en reciprocidad por el favor recibido, destinaron apoyos ilegales o encubiertos al candidato presidencial del PRI. O si hay empresas favorecidas con concesiones obtenidas vía sobornos a autoridades, como el caso nunca investigado aquí de la empresa Walmart.

Mientras eso ocurre en las alturas, a ras de calle se persigue y se boletina profusamente --pues allí no hay el subterfugio del secreto bancario-- a los causantes menores que se retrasan en sus pagos al fisco.


En lo que toca a los métodos son tan eficaces que resulta difícil seguirlos. Confróntese al efecto la siguiente (lamentable) declaración del consejero electoral Lorenzo Córdova al poner en duda el efecto de las encuestas sobre los ciudadanos: "Se emitieron metodologías, se rindieron informes de cumplimiento...no hay un elemento claro que en automático traduzca los sondeos en incidir en favor del puntero o en su caso desalentar a otros votantes. En eso entramos ya en las subjetividades".

Para el consejero Córdova lo que vale, el dato duro y objetivo, fuera de toda "subjetividad" son las metodologías entregadas al IFE por las casas encuestadoras. Y pretende hacer creer que ese cientificismo de las metodologías prueba que las encuestas no fueron trampeadas. Lo que ignora Córdova es que la ciencia no funciona así. La ciencia no da cheques en blanco, no establece verdades eternas. Algo puede ser cierto hoy, pero dejar de serlo mañana a la luz de nuevas evidencias.

En todo caso ¿qué le dicen al consejero las amplias disparidades entre lo que difundieron las encuestas y el resultado real? ¿Cómo se explica a sí mismo que las metodologías, tan objetivas, tan científicas ellas, hayan fallado de tal modo?  

Habría que explicarle al ingenuo doctor Córdova que el sistema-mundo actúa en ambos terrenos, en el de la objetividad (la compra de votos es un dato real, acreditable empíricamente) y en el de la subjetividad. Y quizá más en éste que en aquél, porque éste se realiza en el terreno de la manipulación de formas simbólicas, donde los fraudes no dejan huellas dactilares.

Por eso al consejero --ignorante del empleo de las técnicas de la persuación estudiadas por las modernas teorías de la comunicación-- le resulta difícil concebir lo que es perfectamente realizable: influir en los electores mediante la difusión de encuestas mentirosas, de modo que se sientan compelidos a actuar en el sentido subliminalmente sugerido (en este caso votar por el "puntero" ante lo inevitable de su "triunfo").

Si ello no fuera perfectamente posible ¿tendría algún sentido que las multinacionales gastaran cada año en publicidad miles de millones de dólares?  Por ello resulta patético mirar a Ulises Beltrán, Roy Campos y a Francisco Agundiz haciéndose cruces por explicar lo inexplicale, cuando la verdad está tan a la mano: mintieron y de ello obtendrán beneficios económicos si se consuma la imposición.

Un último apunte acerca de cómo actúa el sistema en el terreno de lo subjetivo, de lo indemostrable hasta cierto punto. Si, como apuntaba Clifford Geertz, la función de la cultura es dotar de sentido al mundo y hacerlo comprensible, entonces lo que hacen los medios y toda la cauda de opinadores a su servicio, es traducir y hacer comprensible la realidad con arreglo a pautas preestablecidas que, a su vez, producen las actitudes que cada uno o su grupo social tiene hacia la vida.

En ese afán de traducir y hacer comprensible la realidad para el gran público, los medios tienen el efecto de suplantar incluso la propia experiencia. El ejemplo más a la mano es el de un individuo que asiste a un espectáculo de cualquier índole (musical, cultural, deportivo), pero que al día siguiente necesita leer las reseñas para confirmar o conformar su opinión acerca de lo que él mismo presenció.

La propia naturaleza de los medios, intermediarios cotidianos entre la realidad y nosotros, ha condicionado a la gente a desconfiar incluso de su propia experiencia. A esperar a ver qué se escribe o qué se dice de algo para conformar uno su propia opinión, y aun para confirmar que algo en efecto ocurrió.

En ese sentido resulta ilustrativo el comentario de Jorge Castañeda expuesto durante la cobertura especial que Televisa dispuso el día de la elección presidencial. Allí sugirió a los electores desconfiar y descreer de su experiencia inmediata. Aunque usted tenga --dijo-- un amplísimo círculo de amigos que hayan votado por un candidato, no crea que por ello éste resultará ganador.

Porque --continuó-- por mucho que usted escuche a miles decirlo, nunca podrán ser más que los millones de votantes que participan en una elección nacional. El intento de Castañeda es magistral porque el misil apuntaba a destruir, antes de que se generalizara, la percepción de que la mayoría habría votado por un candidato que no era el que las televisoras, el IFE y Los Pinos estaban a punto de anunciar como el ganador.

La lógica detrás del intento es esta: si destruimos la percepción aminoramos el conflicto y se pavimenta el camino para la imposición. Así es como operan. Así lo hicieron durante los últimos cinco años: mediante comentarios e imágenes aparentemente inocuos sembrados en la mente de millones así, como no queriendo la cosa, como lo intentó Castañeda ese domingo 1 de julio.

Por eso un día de 2009 Televisa transmitió un programa especial del día del Padre desde la Plaza de los Mártires, en pleno centro de Toluca, con Enrique Peña Nieto y su familia (¡qué bonito, no?) como anfitriones. Por eso telenovelas como Mañana es para siempre tuvieron locaciones en Toluca y, para inducir la idea de progreso industrial de la entidad (y por asociación automática de su gobernante copetón) el guión del melodrama incluyó una exitosísima feria del queso y de la leche organizada en la región.

Todo eso se niega. "No hay pruebas", dice la televisora "de que hayamos contruido y tratemos de imponer un candidato", cuando lo hicieron a la vista de todos mediante fraudes intangibles que al ponerse al descubierto se intentan descalificar por "subjetivos".

Lo muy objetivo, aunque ya no tan ocultos, son los poderes e intereses alineados y aliados en impedir el voto libre de los electores mexicanos, quienes ya están al tanto de que existen unos "ellos" empeñados en burlar la voluntad general. De ahí la resistencia a la imposición.


miércoles, 27 de junio de 2012

AMLO, desde luego

Este domingo 1 de julio votaré por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cruzando el logotipo del Partido del Trabajo (PT), de modo que el sufragio se acredite a este instituto y no al PRD, una agrupación convertida en cascarón, secuestrada por los Chuchos, colaboracionista con los gobiernos de derecha y que apoya al político tabasqueño porque en esta coyuntura no les quedaba de otra.

Desde luego por AMLO porque coincido con su lectura de que el país necesita una política soberana que recupere para sí la autodeterminación perdida.

Se trata, me parece, de un asunto capital en un momento en que los centros mundiales del poder se afanan por consolidar la nueva fase neoliberal caracterizada por la preeminencia del capital financiero y especulativo que condena a las naciones a reducir el gasto público en educación, salud, empleo y vivienda

Este nuevo diseño de sociedad requiere de la adecuación del marco jurídico institucional para legitimarse. Es lo que Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota llaman las "Reformas estructurales". Sin explicar cómo ni de dónde obtuvo semejante cálculo, la panista repite en cuanto foro tiene a la mano que por no haberse aprobado la Reforma laboral, dejaron de crearse 400 mil empleos anuales para los jóvenes.

Apenas si necesito decir que se trata de un chantaje. La tal reforma que junto con la energética y la fiscal constituyen las "reformas estructurales" por las que claman desde Felipe Calderón pasando por Agustín Carstens, el inefable gobernador del Banco de México, y terminando por los candidatos del PRI y PAN, son en realidad el instrumento que permitirá profundizar el dominio económico y político que las élites locales ejercen sobre la mayoría de la sociedad mexicana.

AMLO se ha opuesto a ellas de manera inequívoca porque entiende que se trata de la forma que adopta la aplicación de un modelo económico que profundizará las desigualdades sociales que nos laceran. En vez de ello, su propuesta de reactivación económica, se basa en el combate a la corrupción que genera el propio aparato estatal vía el sueldo de funcionarios, el dispendio en gastos de reprentación, viajes, asesorías, consultorías y toda clase de lujos innecesarios, así como en la inversión productiva, como ya lo hizo en el gobierno del Distrito Federal.

Desde luego no se me escapan las serias limitaciones del político tabasqueño. Su exasperante falta de conocimiento en muchas materias sobre las que sería fácil argumentar frente a sus críticos, como sucedió en los tres debates organizados en este periodo. Pero me convence su equipo de gobierno y su probada probidad.

Otras objeciones acerca de su falso izquierdismo me parecen injustas y desproporcionadas. López Obrador no es un izquierdista ni un revolucionario, si acaso un reformista socialdemócrata que desde luego no va a acabar con el capitalismo ni con el Estado como lo piden algunos grupos de izquierda que le regatean por ello su apoyo, sin tomar en cuenta que quizá la sociedad no sea eso lo que pida o necesite de un político que busque la presidencia. Como dirían los clásicos: la correlación de fuerzas no está para eso ni las condiciones objetivas están maduras.

Mientras tanto votaré por AMLO porque coincido con su diagnóstico del país y con las soluciones que propone para sus males, y porque me parece evidente que sus colaboradores son de primera línea y aportarán en sus sectores trabajo, experiencia, conocimientos y sensibilidad social.

Por eso...sólo por eso.

IFE: legitimar el resultado

Si algo, lo que se multiplica de cara a la elección presidencial del próximo 1 de julio es la evidencia del fraude vía el voto corporativo, la compra y coacción de sufragios, la denunciada operación Ágora del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), comandada por Elba Esther Gordillo y los múltiples videos y fotografías exhibidas en las redes sociales.

Y sin embargo, el Instituto Federal Electoral (IFE) declara que el impacto de tales marrullerías --sin descontar la muy amplia y documentada operación de posicionamiento mediático en favor de un candidato-- será, si acaso, marginal, aunque no aclaró si esa marginalidad puede ser mayor o menor de 0.56 por ciento.

La postura del árbitro electoral, Leonardo Valdés Zurita, coincide con la muy difundida versión de la "imposibilidad del fraude" ya sansionada por todo el aparato mediático. El candor --o cinismo, a elegir-- del consejero presidente se asienta en la abrumadora certeza de que la ley prohibe esas prácticas y de que "el ciudadano, cuando llega a la casilla, lo hace solo, nadie lo vigila y se expresa en libertad".

La confianza en el mundo ideal instaurado por la ley es tal, que a Valdés Zurita sólo le faltó decir que comprado o no, coaccionado o no, cualquier voto es legítimo sólo porque fue depositado por un ciudadano.

En su imperfección, la coartada es convincente porque alude al arte de la apariencia y lo escenográfico propio del sistema político mexicano inaugurado por el PRI: para qué queremos campesinos si podemos contratar extras. Para qué convocar ciudadanos si podemos arreglárnosla con su credencial de elector.

Lo que al IFE le interesa es que el elector llegue a la casilla y vote, porque lo que importa es legitimar el resultado, no el proceso que lo produjo. Acaso porque en el proceso, como en los detalles, está el diablo.


En su anacronismo convenientemente asumido, para Valdés Zurita el único fraude posible consiste en el relleno y robo de urnas. La compra y coacción previa de votos, los carruseles o el rebase en los gastos de campaña constituyen sólo un anecdótico "intento de influir sobre la decisión del ciudadano", pero nada más.    

Entrevistado por Alonso Urrutia y Fabiola Martínez para La Jornada, el consejero presidente desestima, por ejemplo, que el rebase de gastos de campaña incida en el resultado de la elección porque quien recibe el financiamiento es el partido, no el candidato (sic).

Pero los beneficiarios son el candidato y el partido, reviran los reporteros. Y la respuesta impresiona porque ilustra los alcances y la perspicacia del árbitro central: --"Podría ser".

miércoles, 6 de junio de 2012

La guerra contra AMLO

Bastó un incremento apenas sostenido en la percepción colectiva de que Andrés Manuel López Obrador puede ganar la presidencia de México este 1 de julio, para que --como los planetas ayer-- se alinearan los intereses económico, mediático, y político (PRI y PAN) en una embestida contra el tabasqueño.

Mediante una nueva remesa de espots que ya están saliendo al aire en estos días, ambos partidos la emprenden contra el candidato de las izquierdas mediante el recurso que tan buenos resultados les produjo en 2006: amedrentar a la población presentándolo como un enemigo de la democracia (el plantón de Reforma), una amenaza para el país por su presunta simpatía por la vía armada como medio de transformación social, y como un peligro para la economía, pues su gestión --afirman--  quebraría al país.

El PAN llega al extremo de manipular sin rubor alguno, un fragmento del discurso pronunciado por AMLO el pasado 21 de mayo en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco ante cientos de estudiantes, de modo que parezca que es partidario de la lucha armada como vía para la transformación de México.

Se trata de una maniobra tan descarada y evidente que muestra, sin matices, de qué lado está el verdadero odio y los afanes de violencia y polarización a que se está dispuesto a acudir con tal de envenenar el ambiente y torcer la voluntad ciudadana, esa que, por otro lado, se dice defender.

La desproporción con que PRI y PAN han reaccionado al crecimiento electoral del verdadero opositor, haría pensar que ese crecimiento es ya tal, que en verdad se perfila como el próximo ganador y han decidido cerrarle el paso incluso a costa de envilecer abiertamente la contienda.

El abrupto viraje operado por el PRI-PAN para olvidar sus escaramuzas y enfilarse con sospechosa similitud contra el opositor --al que creían controlado mediante la sostenida estrategia de mantenerlo en las "encuestas" confinado al tercer lugar y ajeno a cualquier posibilidad de triunfo-- revela asimismo que ante una amenaza externa, ambos partidos saben deponer sus diferencias y agruparse para defender los intereses vitales a los que realmente sirven.

En efecto, nadie puede negar que la disputa por la presidencia entre PRI y PAN es real. Aunque responden y representan a escala local los mismos intereses económicos que dominan el mundo, cada uno quiere ejercer el poder para beneficio de sus respectivas camarillas. De ahí su guerra.

Pero ante un estímulo que amenaza con desplazarlos a ambos del control del país y sus beneficios, no les queda otra que unirse y reaccionar con virulencia y desaseo ya sin la careta de atildamiento que mostraba Enrique, quien aseguraba que nunca recurriría a las descalificaciones personales, y ya sin la modosidad fingida con que suele dirigirse Josefina a sus auditorios escenográficos.

Lo que extraña en todo esto es la ausencia de la autoridad electoral que, parapetada en la argucia de que no puede ejercer la censura previa y de que requiere una queja para intervenir ante el escarnio que ocurre a los ojos de todos, solo reacciona para decir: no hay fraude a la vista.

La estrategia del miedo

La estrategia es conocida: consiste en recurrir a términos que evocan significados socialmente aceptados por todos como positivos, tales como: "democracia", "no violencia" "paz social" "respeto a las normas" "unidad", "estabilidad económica" y afirmar --mediante el manejo de imágenes, frases aisladas, voces, acentos y colores oscuros-- que el adversario carece de ellos: no cree en la democracia (¡qué apostasía!) porque encabeza protestas; es violento, promueve el odio, el rencor  y la división, no respeta las normas, cree en la revolución (con la cauda de violencia y sangre que implica) y nos puede arruinar económicamente a todos.

En el vértigo de las imágenes que presentan al acusado de encabezar protestas y levantamientos populares no se juzga sobre la validez de tales expresiones, sólo se les muestra como actos condenables por sí mismos. El corolario es tan inducido como inapelable: el que protesta se sale del escript, violenta nuestro ambiente y es un desadaptado que debe ser excluido.

A Andrés Manuel suele aplicársele aquel falso silogismo cuya conclusión conducía al mismo resultado: quemar la biblioteca de Alejandría:

Si la biblioteca de Alejandría tiene el Corán, hay que quemarla por inútil (pues ya otros acervos también lo tienen).

Si la biblioteca de Alejandría no tiene el Corán, hay quemarla, por impía.

Así, cuando se le acusa, como hizo Javier Sicilia, de ser intolerante y él responde que eso es falso, se le van encima: "¿Ya ven? lo niega, luego, no tolera la crítica, ergo, es intolerante". Y si se quedara callado, como otras veces: "¿Ya ven? no dijo nada, lo aceptó, no supo qué decir".

Ese es el tipo de trampas y bombardeo al que lo someten los medios y adversarios políticos para aniquilarlo.

No han podido y ahora creen llegado el momento del ataque final. Veremos.


   

viernes, 1 de junio de 2012

Embestida mediática contra #YoSoy132


Pablo Hiriart, director del periódico La Razón y Jaime Sánchez Susarrey, conductores de En contexto, un programa que se transmite los jueves por canal 13 de TV Azteca, delinearon anoche la estrategia que los poderosos intereses mediáticos y comerciales (los poderes fácticos, pues) emplearán contra el movimiento #YoSoy132.

Pasado el momento de la sorpresiva irrupción de ese movimiento en medio de la elección presidencial --a la que en 20 días dieron un vuelco-- y en el que lo políticamente correcto fue tratarlo en los medios con fingida simpatía, ahora los opinadores oficiosos contraatacan para ir erosionando o restando legitimidad a la crítica juvenil, dado que se ha extendido a los más importantes pilares del sistema de dominación imperante, especialmente a la joya de la corona de ese sistema: el duopolio televisivo y su capacidad de control social mediante la desinformación.

Así, Carlos Brito Ocampo, egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y Daniel Cubría Trujillo, estudiante del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), miembros del movimiento universitario #YoSoy132, fueron sometidos no a una entrevista periodística, sino a un interrogatorio desarrollado conforme al siguiente plan:

1. Cuestionar la representatividad del movimiento, mediante preguntas sobre el número de estudiantes de los aproximadamente cinco mil del ITAM habían elegido a Cubría Trujillo como su vocero. Asimismo, buscando poner en duda la operatividad del proceso para decidir las propuestas de la asamblea realizada el miércoles 30 de mayo en la UNAM.

2. Destacar las posibles fracturas del movimiento. Hiriart fue incisivo en preguntar qué pasaría si el ITAM no concordara con un resolutivo en favor del juicio político contra Felipe Calderón, o qué pasaría si el movimiento fuera arrastrado por quienes tienen una agenda política, en un intento por quitarle al movimiento esa condición de ser precisamente un estallido político.

3. Criticar y ridiculizar las demandas. Fieles a su condición oficialista, a ambos conductores les pareció una desproporción la demanda de juicio político contra Felipe Calderón, pues en su lógica interesada no es responsable de los 60 mil muertos que han enlutado al país. También criticaron el apoyo del movimiento a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE) si representa valores contrarios "a lo que son ustedes".

4, Hacer aparecer al movimiento sin objetivos precisos. Sánchez Susarrey preguntó varias veces, en un tono de alguien a quien no le termina por quedar claro un hecho confuso: "Bueno, pero...vaya...qué quieren?"

5. Descalificar la legitimidad y prestigio social del movimiento al ligarlo con las propuestas de Andrés Manuel López Obrador.  
Hiriart fue claro: el movimiento, dijo, ya fue rebasado porque tiene demandas que se acercan a las de un candidato presidencial que es AMLO. Es más --acusó-- hay gente que está logrando empalmar las agendas.

6. La defensa a ultranza de los medios de comunicación. Los entrevistadores insistieron en que este punto está influido por AMLO. Para defender a sus televisoras la emprendieron contra el tabasqueño mediante falacias como afirmar que durante seis años acaparó los medios con sus entrevistas mañaneras. Lo que no dijeron es que no eran pagadas.

Los oficiosos conductores insistieron en negar las acusaciones de #YoSoy132 contra televisoras al señalar que cómo puede haber conjura cuando el IFE monitorea la presencia de los partidos en los medios.

Los jóvenes entrevistados reviraron diciendo que, en todo caso la petición de juicio político contra Elba Esther Gordillo los acercaba más a Josefina Vázquez Mota quien se ha confrontado abiertamente con la lideresa magisterial.

Insistieron en que los medios no informan porque no se trata de que dediquen el mismo tiempo a todos los partidos, sino el cómo lo hacen criticando siempre a unos y ensalsando a otros, mediante la coartada de igualdad de tiempos.

La evidente actitud de los conductores de En contexto de tratar a sus invitados como si estuvieran equivocados, las críticas y el permanente afán por denostar y descalificar a López Obrador, lo mismo que la defensa férrea de los medios de comunicación, son una muestra perfecta de la pertinencia de la demanda juvenil: el desmontaje del viejo régimen y el derecho de la sociedad a ser informada sin las mentiras de esos medios.

domingo, 20 de mayo de 2012

Por qué piensan votar PRI

Una de las consejas más extendidas que explican por qué amplios sectores de votantes favorecerían el regreso del PRI a Los Pinos, tiene que ver con el factor económico.

Es frecuente escuchar a las personas decir que si bien los priistas eran y son un atajo de rateros dejaban que escurriera algo del botín. En cambio --se completa el "argumento"-- los del PAN sólo roban para ellos.

Ese mito popular se explica por la desesperación que  ahoga a comerciantes, autoempleados y micro-empresarios para quienes cada vez es más difícil obtener alguna ganancia de su trabajo.

La señora Vírgen Torres, locataria del mercado Benito Juárez, en Azcapotzalco, no sabe de porcentajes. Pero sí sabe que debido a que dos días a la semana tiene que contender con otros tantos mercados ambulantes que se instalan en los alrededores, sus ventas son cada vez menores.

Don Valentín González vende rosas en el crucero que conforman las calles Francisco Morazán, Fray Servando y Boulevar aeropuerto. Rememora: "hace 10 años llegaba a vender 600 ramos en un viernes; hoy no los vendo ni en una semana.

Ese es el tipo de situaciones que ocurren en la economía real y que están conduciendo a mucha gente a añorar otros tiempos. Lo que está operando en el imaginario popular es un curioso mecanismo psicológico que procura salidas ante la desesperante situación económica actual.

Ello los lleva a idealizar un pasado en realidad inexistente, porque más allá de las percepciones, fue el propio PRI el partido que puso las bases de lo que hoy vivimos al adoptar e implantar aquí el modelo neoliberal dictado desde los centros mundiales de poder.

El PAN --profesante de la misma doctrina, de ahí que se diga, con razón, que ambos partidos son una y la misma cosa-- no ha hecho sino continuar y profundizar la política económica consustancial a ese modelo.

Con algunos matices, si el PRI hubiera gobernado estos 12 años, la situación no sería distinta de la que prevalece porque con Miguel De la Madrid y luego con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se inició el ciclo que ya no permite dejar que "escurra" parte del botín hacia la sociedad.

Ello así, porque la nuez del modelo neoliberal impuesto por la globalización consiste en incrementar la rentabilidad del capital aun a costa de estragar a los pueblos (véanse al efecto los casos de Grecia, España e Italia). La gente no lo recuerda, pero ya desde los tiempos del PRI se había dejado de "salpicar" al resto de la sociedad lo que "arriba" se robaban.

Así las cosas, lo que está ocurriendo en amplios sectores de la población es un falso recuerdo aderezado con falta de información y una débil memoria histórica: es decir, tendemos a tergiversar nuestro propio recuerdo idealizando situaciones pasadas que nunca existieron como tales (ideales), como una forma de fuga hacia adelante ante una realidad que obsesiona y oprime porque no se atisban salidas ni prontas ni fáciles.

viernes, 11 de mayo de 2012

Peña Nieto en la Ibero

José Carreño Carlón, el director de la División de Estudios Profesionales de la Universidad Iberoamericana, quizá deba renunciar en los próximos días, pues de acuerdo con lo que declaró esta tarde al noticiero en Radio fórmula de Joaquín López Dóriga, dirige una comunidad desinformada e ignorante de los problemas sociales que ocurren en el país e incapaz de ejercer un pensamiento crítico, valores mínimos que requiere todo aquel que se diga universitario.

Si bien Carreño Carlón no lo dijo en esos términos, esa idea quedó claramente implicada al tratar de formular un control de daños tras la bochornosa visita que realizó esta mañana a esa Universidad el candidato de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

El mexiquense fue duramente cuestionado por las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas contra mujeres y hombres de San Salvador Atenco en 2005, cuando la policía estatal reprimió a quienes protestaban contra la expropiación de sus tierras para la construcción de un aeropuerto alterno al de la ciudad de México.

Peña Nieto asumió la responsabilidad de los hechos, luego de lo cual salió del campus acompañado por una multitud de estudiantes que lo increparon durante su recorrido hacia la salida con gritos de ¡Fuera, fuera! ¡La Ibero no te quiere!¡asesino! ¡asesino!

El hecho fue recogido por las redes sociales hasta convertir en twitter varios trending topic, como MeEscondoEn ElBañoComoEPN, Ibero, UIA y Pedro Joaquín Codwell.

Como en los viejo tiempos, el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell ha recurrido a minimizar el tropezón de su candidato afirmando que sólo se trató de "un puñado" de jóvenes, de expresiones de "intolerancia" e "incivilizadas" y deslizó una censura a la Ibero al señalar que ha abandonado el espíritu crítico, plural, pero respetuoso.

Menos pragmático, pero igualmente descalificador de los críticos, Carreño Carlón sostuvo en la entrevista referida, que ignora si los impugnadores de Peña Nieto eran de fuera, "lo que sí eran jóvenes entrenados fuera".

El ex vocero del presidente Carlos Salinas de Gortari y actual conductor de Agenda pública en Televisa, basa su afirmación en lo bien informados que estaban los alumnos que realizaron preguntas al candidato. Así que de acuerdo con el funcionario universitario resulta inverosímil que los estudiantes de esa Universidad tengan la información que les permita adoptar posiciones críticas frente al poder.

Digo que Carreño Carlón tendría que renunciar a su cargo porque tiene una pobre opinión de esa comunidad, contraria demás a la de la propia dirección del plantel que --a través de su cuenta de twitter (@IBERO_MX)-- puntualizó que: "Nuestros alumnos constituyen una comunidad universitaria informada, crítica y que no es ajena a la realidad del país".

El director de la División de Estudios Profesionales no piensa lo mismo. ¿Qué hace entonces en una universidad de jóvenes manipulables, que pueden ser "entrenados fuera" con aviesos propósitos?

martes, 1 de mayo de 2012

Televisoras y debate

Televisa y TV Azteca han decidido  no transmitir en sus cadenas nacionales el debate entre candidatos presidenciales programado por el Instituto Federal Electoral (IFE)  para el próximo domingo 6 de mayo a las 8 de la noche.

A esa hora, la empresa de Emilio Azcárraga transmitirá por canal 2, como cada domingo, el reality show Pequeños gigantes, en tanto que la televisora de Ricardo Salinas difundirá por canal 13 el partido de liguilla del torneo de clausura, Morelia vs Tigres de la UANL.

Si ese amago se concreta, estaremos ante una de las más descarnadas muestras del poder televisivo utilizado en contra del interés nacional  y el derecho a la información, perpetrada por unos concesionarios cuyo poder fáctico --paradójicamente-- deriva de la explotación comercial de un bien público, como lo es el espectro radioeléctrico, a través del cual cursan sus señales. 

La medida constituye un claro ajuste de cuentas de las televisoras contra los poderes constitucionales por la aprobación de la reforma electoral de 2007, que las privó del millonario negocio de la venta de espots a los partidos políticos y que prohibió a los particulares contratar espacios para propaganda electoral, como una forma de evitar los abusos de 2006 (recuérdese la campaña sucia patrocinada por el Consejo Coordinador Empresarial contra el candidato de la izquierda), y mantener la equidad en la contienda.

Se trata, por añadidura, de mantener alejados a los ciudadanos de los procesos de decisión política que les conciernen. En efecto, el conservadurismo y la despolitización de la sociedad que cotidianamente promueve el duopolio con su programación es coronado con esta nueva maniobra que podría privar a una vasta porción del electorado quizá del único foro que les serviría para normar su voto, más allá de los espots partidistas.

Silenciar el debate entre candidatos presidenciales tendría, además, el efecto de beneficiar al candidato favorito de los poderosos intereses que conforman la industria de la comunicación y el entretenimiento. Ello porque sin ese ejercicio de confrontación de ideas, los electores seguirían a merced del bombardeo de encuestas que un día sí y otro también, crean en la masa la percepción de que la elección ya está decidida y que por tanto no queda más que sumarse a la corriente pretendidamente mayoritaria.

Otro aspecto ominoso del episodio es la demostración palmaria del control que las televisoras ejercen sobre las audiencias y del favor que éstas les dispensan, pues sólo una pequeña porción de la ciudadanía se ha mostrado inconforme con la decisión de no transmitir el debate.

A la mayoría el asunto parece no importarle y hasta agradecen que no se les prive de su precaria diversión dominical, sin hacerse cargo de que en la emisión suprimida podría estarse decidiendo su vida real y no la de otros, como sucede en las telenovelas.

Se dirá que las empresas de televisión están en su derecho de manejar esos negocios de acuerdo con sus intereses  y que en esa libertad pueden elegir qué difundir. Sólo que no se trata de empresas cualquiera, sino de comunicación que cumplen --o deberían-- una función social: la de informar a la sociedad.

En último término la apuesta no es por el raiting, como escribió Salinas Pliego en su twitter, ni por el interés comercial que implica un partido de fútbol, como supone Valdés Zurita, el consejero presidente del IFE.

No, la apuesta real de las televisoras es más alta: demostrar a la clase política que cuando se lo proponen, son ellas las que tienen y ejercen el control real del país y de los ciudadanos. Y que si quisieran, incluso podrían hacer que la gente olvidara que hay elecciones el próximo 1 de julio.








lunes, 16 de abril de 2012

Seis claves para votar en 2012

Si usted forma parte del grueso 24 por ciento de quienes --según las encuestas-- no ha decidido por quien votará en la próxima elección presidencial, le presentamos este Manual para indecisos con tips que quizá lo ayuden o...empeoren su indecisión.

1. No se fije en las propuestas (contenido) sino en la estructura. El contenido no es esencial. Lo importante es si traerá una historia (estructura) nueva. Si usted es aficionado a las telenovelas verá que Abismo de pasión, que se transmite actualmente, tiene diálogos, reparto y situaciones diferentes, pero en esencia cuenta la misma historia que una novela anterior llamada Cañaveral de pasiones.

Un ejemplo menos cool: West side story (Amor sin barreras) es un cover de Romeo y Julieta, de William Shakespeare (un amor imposible por el odio mutuo entre las familias de los protagonistas. En la segunda el diferendo de familias es sustituido por el odio entre pandillas, para adaptarla a su época).

Si usted elige un cover como gobierno, corre el riesgo de que --como en las series de TV-- al final de la sexta temporada (del sexenio, pues) usted habrá vivido y visto la misma historia de desempleo, inseguridad, mala educación, carestía y corrupción, aunque con personajes diferentes.

2. Cheque si porpuestas aisladas ("Me comprometo a concluir la autopista" "Daré más becas a estudiantes") impactarán realmente en su vida. Vaya, si le permitirán llegar al fin de quincena sin apuros y con sus necesidades de casa, vestido y sustento satisfechas.

Puede que si usted es comerciante una autopista le ayude a transportar más rápido su mercancía, pero si la economía no mejora, seguirá vendiendo poco, probablemente encuentre dificultades para capitalizarse e invertir; sus ganancias continuarán cayendo y sus deudas aumentando. La nueva autopista o el moderno circuito vial no cambiarán su situación. Y peor: terminará pagándolos usted mismo con sus impuestos y cuotas de peaje.

3. Cuando escuche a algún candidato prometer Reformas estructurales...¡descártelo de inmediato! Algunas de esas reformas ya aplicadas son: la entrega de la banca nacional a los extranjeros (lo que restringió y encareció el crédito); cambios en el régimen de pensiones, ahora operado por Afores, cuyos dueños ganan más jineteando su lana en la Bolsa, de lo que usted recibe como pensión; el retiro de subsidios al campo, cuando países desarrollados los mantienen, con lo que sus labriegos están en ventaja frente a los nuestros. Una de las causas de la ruina de nuestro agro.

Reformas estructurales significan menos recursos a educación, lo que equivale a deteriorada infraestructura y miles de alumnos rechazados (Para el ciclo escolar 2013-I la UNAM sólo pudo admitir 11 mil 116 estudiantes de los 122 mil aspirantes. Más de 110 mil quedaron excluidos.

Y todavía faltan las reformas laboral (suprimirá derechos de trabajadores), la energética (para seguir haciendo negocios privados con compañías extranjeras a cambio de nuestro petróleo) y la fiscal (para gravar con IVA alimentos y medicinas, mientras se perdonan y devuelven impuestos a las grandes empresas). Quien diga que apoya más reformas estructurales, esto es lo que está apoyando.

4. Desconfíe de los programas sociales. Un candidato que ofrece mantener y ampliar los programas sociales (Oportunidades, 60 y más, Seguro popular) lo que nos está diciendo en realidad es que los jodidos seguirán jodidos, como alguna vez reconoció con desparpajo Emilio Azcárraga Milmo.

Los programas sociales son válvulas de escape que impiden a los menesterosos, hartos de su condición,  estallar revoluciones. La idea es calmarlos, darles algo para que "la vayan pasando" mientras otros se enriquecen a su costa. Entre menos programas sociales existan, mayor es la prosperidad y el nivel de vida de las personas, no al revés.

Con frecuencia escuchamos a nuestros políticos ufanarse de sus programas sociales. Es otra forma de cinismo. Ni un voto a quienes ofrezcan aumentar programas sociales en vez de reducirlos hasta su gradual extinción.

5. Identifique a sus enemigos de clase. Aunque en el mundo moderno se ha querido suprimir la noción de clase social, ésta existe y cada una tiene intereses diferentes. Si usted vota, como hasta ahora, por sus enemigos, éstos gobernarán para favorecer sus intereses propios, no los suyos.

¿Cómo saber quienes son? Muy simple: compruebe si compran, se divierten, estudian,vacacionan y viven donde usted lo hace. No es fácil encontrar a los Salinas de Gortari, a los Zedillo, a los Fox, a los Calderón, o a algunos de los apellidos que ahora disputan la presidencia de México en algún Liverpool o parque un fin de semana cualquiera.

En cambio, es probable que los pueda encontrar en alguna tienda exclusiva de Beverly Hills. Ellos pueden hacerlo porque usted no puede. Y, una vez en el gobierno, harán todo lo posible para asegurarse de que eso continúe siendo así.

6. No se deje influir por las encuestas. Las encuestas son deseos que aspiran a convertirse en profesías autocumplidas. En el México electoral de nuestros días son la forma "civilizada" que adopta lo que en realidad es una guerra sucia encubierta.

Su objetivo es doble: por un lado, inducir el llamado voto útil., aquel que se razona así:  "si mi candidato no tiene posibilidad, voto por el que las encuestas dicen que va ganando para que mi decisión sirva de algo".

Por otra parte, tienen la función de desalentar, avergonzar y hacer sentir marginales a los votantes que no están con el candidato correcto (ese al que las encuestas y algunos medios dan como seguro ganador). Explotan el instinto gregario de las masas (ir donde va la bola).

Es como cuando usted prefiere entrar a un restauran en vez de al de junto sólo porque el primero está lleno de gente y el otro semivacío. Y piensa: "la gente prefiere este porque ha de ser mejor. Vayamos allí". Y aunque los comenzales estén lamentando su decisión por el pésimo sazón y servicio que encontraron, seguirá atrayendo a más y más personas sólo porque al verlo atiborrado todos piensan lo mismo.

Ese es el tipo de resortes psicológicos que están activando las encuestas, y funciona con electores con una pobre o nula formación política.

martes, 10 de abril de 2012

Josefina y las redes sociales


Se queja Josefina Vázquez Mota, la tambaleante candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la república, de que en las llamadas redes sociales se le difama y calumnia. Se dice víctima de una estrategia de descalificación ilimitada y culpa de ello a "quienes proclaman la república amorosa".

La denuncia de la ahora llamada "Jefa" es un tácito reconocimiento de su derrota también en ese medio. Es natural. Sus estrategas --de algún modo hay que llamarlos-- debieran saber que los usuarios de Facebook, pero sobre todo los de Twitter, tienen un perfil diferente al de quienes, para asomarse al mundo, sólo disponen de los canales de televisión abierta que controla el duopolio Televisa-TV Azteca.

De acuerdo con una medición de Buendía y Laredo, difundida en marzo de 2011, si bien sólo 29 por ciento de los hogares tiene computadora en casa, un grueso 87 por ciento de esos usuarios, cuenta con estudios de preparatoria o una carrera universitaria.

El Perfil político de los usuarios de twitter y facebook obtenido por esa casa encuestadora reveló además que 70 por ciento son solteros; 90 por ciento tiene entre 18 y 39 años y 44 por ciento carece de una preferencia partidista.

Se trata, como puede verse, de electores jóvenes, preparados académicamente, difíciles de persuadir o de engatuzar mediante propaganda mal diseñada y peor realizada, con una postura crítica y casi la mitad de ellos sin pertenencia a partido político alguno.

Ese perfil hace previsible que el mundo de las redes sociales sea un terreno minado  y peligroso para quienes, como la candidata panista, carecen de una propuesta electoral que no sea la del continuismo o cuyas constantes pifias la hacen presa fácil de usuarios avispados como los descritos.

Ante esa realidad incontrastable Vázquez Mota recurre al fácil expediente de asumirse como víctima de una campaña calumniosa, como si los ciudadanos fueran incapaces de la crítica o como si ésta sólo fuera concebible en quienes abrigan dobles o aviesas intensiones.

El asunto tiene relevancia porque ilustra sin ambages lo mal que la pasarían políticos como la panista si contaramos con una sociedad mejor educada e informada. Ese es el quid del asunto porque, como dije en otra parte: para difamar a Josefina, no tiene uno más que...citarla.

martes, 28 de junio de 2011

Absurdos electorales

A ver: un servidor público en un puesto de elección popular ¿pierde su condición los fines de semana? El asunto viene a cuento por aquello de que los funcionarios gubernamentales sólo pueden acudir a actos proselitistas en días inhábiles, para evitar que incurran en el uso indebido de recursos públicos y violen los principios de imparcialidad y equidad.

El criterio es a todas luces disparatado y hasta risible porque asume que gobernantes como Marcelo Ebrard o Enrique Peña Nieto, se pueden desprender de su condición los fines de semana y acudir en apoyo, como lo han hecho, de sus correligionarios en otros estados.

¿Fueron electos para trabajar sólo de lunes a viernes? Ello implicaría que, como cualquier otro trabajador, podrían pasarse los fines de semana desentendidos de su oficina y sin emitir ninguna órden a nadie. Lo que a su vez supondría que en esos días habría un vacío de autoridad tanto en la ciudad de México como en el estado de México, donde ambos gobiernan.

Pero si los señores Ebrard y Peña Nieto utilizan celulares y otros medios que se les proveen para el desempeño de sus cargos para mantenerse en contacto o ser consultados, digamos por sus jefes policiacos, entonces implica que aun los fines de semana siguen siendo servidores públicos.

Imagine el lector que hubiera ocurrido una desgracia en en DF que requiriera la presencia del jefe de Gobierno, uno de esos domingos en que Ebrard se encontraba en Guerrero --despojado de su condición de gobernante, según este ridículo criterio-- apoyando la campaña al gobierno de la entidad de Ángel Aguirre Rivero.

Podrían ocurrir dos escenarios:

a) Notificado del hecho, Ebrard se desentiende de la emergencia y sigue en los mítines del guerrerense aduciendo que, puesto que se trata de un día inhábil, él no es en ese momento el gobernante capitalino.

b) Enterado del problema corre a una caseta telefónica, se despoja de su atuendo de ciudadano y vuela de regreso a la ciudad de México para, en su calidad de jefe de Gobierno dominical, atender el problema.

¿Se dan ustedes cuenta? En una interpretación que cabe, podría ser sancionado porque si elige regresar significa que acudía al mítin como jefe de Gobierno y no como ciudadano. Estaríamos como aquella paradoja del gato de Schroedinger, con que se ilustra la superposición de estados en la física cuántica.

Como se sabe, la materia y la energía pueden manifestarse, a la vez, como corpúsculos y como ondas, pues existen en una superposición de estados. Que se manifieste como uno o como otro depende de lo que sea en el momento en que es observada.

Así Ebrard. Si recibiera la llamada cuando en su superposición de estados, el momento corresponde al del ciudadano, entonces no regresa. Si la recibe cuando en su fluctuación se encuentra como jefe de Gobierno, entonces regresa y, en tal caso, podría ser sancionado por acudir como tal a un mitín de campaña. Ridículo ¿no creen?

Nadie sugiere que los gobernantes no tengan derecho a días o a horas de azueto. Pero eso es diferente a pretender que los fines de semana pueden desprenderse de su condición o a pensar ingenuamente que en esos días no utilizan recursos públicos.

Otro disparate semejante de nuestro sistema electoral se produce al pretender que los funcionarios o gobernantes pueden influir en las preferencias electorales cuando acuden a un mítin en días hábiles (de ahí la prohibición que se los impide) y no hacerlo cuando asisten en días inhábiles.

Véase la resolución que en 2009 emitió nuestro ínclito Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: "La condición de funcionarios públicos, en sí misma, no es suficiente para estimar que la simple asistencia de éstos en días inhábiles a eventos proselitistas, genera la inducción al voto del electorado en determinado sentido". Barroco, ¿no?

El problema que da lugar a estos subterfugios disparatados es la corrupción de nuestra clase política que a la menor provocación incurre en trampas de toda laya. Todos esos galimatías e interpretaciones que increpan a toda lógica se evitarían si simplemente nuestros actores políticos tuvieran educación, principios y auténtica vocación democrática. Punto.

domingo, 26 de junio de 2011

Eruviel Ávila: el fraude que viene

En el estado de México está por concretarse un fraude a la vista de todos. El próximo domingo 3 de julio habrá allí comicios para elegir gobernador y el candidato de la coalición Unidos por ti (PRI, Verde ecologista y Nueva Alianza), Eruviel Ávila Villegas, se perfila como el ganador.

Con un aparato estatal volcado subrepticiamente en labores de organizaciòn y acarreo del voto, y una bien organizada maquinaria para la compra de voluntades y sufragios operando en su favor, aceitado todo con un gasto millonario en imagen pública, pago de encuestas a modo, redes sociales, logistica, acarreo de simpatizantes y reparto de todo tipo de bienes, todo está listo para la consumación del fraude.

Y sin embargo, se hablará de un ejercicio democrático en el que con su voto "libre" y secreto, los ciudadanos habrán ejercicio su derecho al sufragio. No está mal.

El Instituto Estatal Electoral, encargado de organizar y cuidar la legalidad de la elección, avalará el fraude, pues los consejeros "ciudadanos" que lo integran son todos afines al gobernador priista en la entidad, Enrique Peña Nieto. Nada dirán de la evidente y colosal compra previa de votos, ni sobre el rebase en los gastos de campaña que ameritarían la descalificación del candidato oficial.

Si acaso, las mediciones respectivas iniciarán después de la elección y sus resultados se conocerán por lo menos seis meses después, cuando se hayan legitimado, por la vía de los hechos consumados, los resultados y cuando los electores ya ni se acuerden del asunto.

En tanto, las quejas y recursos legales de impugnación que logren elevarse hasta el tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se toparán con la presidenta de este órgano, María del Carmen Alanís, otra reconocida peñanietista, quien ya dio claras muestras de su condición subordinada al exonerar al gobernador mexiquense por la difusión nacional de espots promocionales que, de acuerdo con la ley, sólo debían difundirse en el estado.

Con todos esos elementos extralegales en su favor y con todos los flancos cubiertos (autoridades estatales, el árbitro electoral y la compra y coacción de voluntades vía la ilegal recolección y registro de credenciales) Eruviel Ávila será el gobernador.

Se habrá consumado así un monumental fraude electoral y nadie podrá legalmente demostrar lo contrario, pues ninguna autoridad estará dispuesta a dar curso legal y el debido proceso a las pruebas que logren presentarse.

Con todo, hay una forma fácil y sencilla en que los mexiquenses podrían quitarse de encima toda esta red de complicidades tejida para manipular su voto: ejerciendo masivamente su libertad individual y no cruzando su boleta por el candidato oficial.

Para eso se requiere de una ciudadanía que no esté dispuesta a ser parte de los actos de corrupción que luego reprocha; de una ciudadanía inmune a la manipulación de los medios de comunicación; de una ciudadanía dispuesta a romper con la lógica clientelar: votar por quien me ofrece satisfactores inmediatos y no por quien se compromete a respetar los derechos.

Se precisa de una ciudadanía informada, educada y capaz de reconocer a quienes jamás representarán sus intereses por estar al servicio de sus enemigos históricos; una ciudadanía interesada genuinamente en la política como algo que afecta su vida cotidiana aunque no lo parezca; una ciudadanía alejada del fatalismo que mira todo como algo natural y eterno, del tipo: "todos son iguales", "siempre ganan los mismos"; o del cinismo: "estos por lo menos reparten".

Veremos si los ciudadanos del estado de México tienen esos atributos.

jueves, 7 de octubre de 2010

AMLO, PRD y el 2012

Andrés Manuel López Obrador decidió dar un tirón a la cuerda de su ya de por sí tensa relación con los dirigentes formales del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Este domingo 3 de octubre, en el marco de su Gira por la Lealtad por municipios del sur del Estado de México, AMLO llamó a la militancia del PRD, PT y Convergencia a unirse para derrotar al PRI, PAN y a los dirigentes "alcahuetes y paleros" del PRD que insisten en aliarse con Acción Nacional, en una acción que, dijo, "tiene como verdadera intensión dejarnos fuera de la contienda" de 2012.

Urgió a los dirigentes del PRD a que "se quiten la careta y revelen qué acuerdos tienen con Felipe Calderón" y añadió que ese partido no nació para ser instrumento de la mafia en el poder como ahora pretenden sus dirigentes nacionales al impulsar una alianza con el blanquiazul.

De inmediato, los dirigentes de Nueva Izquierda (NI), la tribu que controla los mandos formales del partido y mejor conocida como los chuchos, acusó recibo del obús.

Jesús Zambrano señaló el lunes siguiente que el ex jefe de gobierno del DF ha caído en un discurso irresponsable, vulgar, maniqueo y mesiánico con el que busca descalificar las alianzas promovidas por el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega.

Añadió: "Lo que Andrés Manuel está haciendo es levantar una campaña de odio, de descalificaciones, estigmatizaciones, de ubicar a quienes no están de acuerdo con él del lado de los anticristos, con una visión mesiánica donde sólo el Dios supremo tiene la razón". (El Universal on line, 4/oct/10, 15:12).

Jesús Ortega, el líder formal del PRD, pidió al tabasqueño serenarse y no andar lanzando anatemas. Casi al mismo tiempo Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF, volvió a defender la estrategia de las alianzas al considerarlas exitosas.

Por la forma en que evolucionan las circunstancias puede afirmarse que, pese a lo que ambos bandos insisten en afirmar, para las presidenciales de 2012 no habrá una candidatura común de todas las izquierdas. En primer lugar porque tanto AMLO como Ebrard tienen su proyecto propio que no necesariamente es coincidente.

Si bien el tema de las alianzas no los ha confrontado directamente, ambos sostienen posiciones públicas encontradas. Además, Ebrard ha dado pasos concretos en busca de una candidatura que desde hace por lo menos un año aceptó que buscaría.

El pasado 30 de septiembre presentó la fundación Equidad y Progreso, la cual constituye su plataforma de lanzamiento, pues con ella busca articular un proyecto político "de avanzada".

La fundación le brindará la coartada perfecta para recorrer el país, como ya anunció que lo haría, en giras de fin de semana que le permitan, según eso, ir recogiendo propuestas, pero que principalmente le servirán para placearse ante los electores de los estados.

López Obrador, por su parte, había anunciado que irá de nuevo por la presidencia, desde el 25 de julio durante la multitudinaria asamblea informativa que organizó su movimiento ciudadano en el zócalo capitalino, en el que mostró la fuerza del apoyo popular que aún conserva.

Es obvio que ni Ebrard ni López Obrador dilucidarán su candidatura a partir de quien se encuentre "mejor posicionado" en las encuestas al momento de elegir al candidato, como insisten en afirmar quienes abogan en la retórica por la unidad de las izquierdas.

La tal unidad no existe, y el rompimiento entre la estructura del PRD y el tabasqueño viene de lejos. Se ha acentuado con el gradual pero constante acercamiento del PRD a las posturas de Felipe Calderón y alcanzó su clímax con la política de alianzas --ideada por el camaleónico Manuel Camacho y apoyada por Ebrard-- que impulsa la dirigencia perredista a despecho de lo que opina el tabasqueño.

Aunque pudiera parecer un dato menor, la forma en que los dirigentes de Nueva Izquierda han pretendido descalificar a AMLO por su oposición a las alianzas con el PAN --acusándolo de emprender una campaña de odio y de adoptar actitudes mesiánicas-- es exactamente el mismo discurso utilizado por la derecha y por la mayoría de los medios de comunicación para tratar de anular al ex jefe de gobierno del DF.

El contenido del discurso antiobrador es el mismo y da idea del grado de asimilación-cooptación que mantienen los actuales usufructuarios de las siglas PRD con la derecha en el poder. Este fenómeno de asimilación recuerda aquella frase de Marx: la clave de la dominación consiste en hacer que los dominados piensen como los dominadores. Y el PRD ya piensa como el PAN.

En ese escenario lo más probable es que la contienda por el 2012 sea entre Enrique Peña Nieto (PRI), Marcelo Ebrard (PRD-Convergencia), AMLO (Partido del Trabajo) y Alonso Lujambio-Ernesto Cordero (PAN). Veremos. 

jueves, 8 de julio de 2010

Elecciones: ¿Y la sociedad?

Con argumentos varios, la clase política y todo el conglomerado de medios de comunicación, han dedicado los últimos días a elaboraciones respecto de ganadores y perdedores de las elecciones del pasado 4 de julio en 14 estados del país, en 12 de los cuales se eligió nuevo gobernador.

En un ejercicio que parece reconocer claramente que las elecciones se han convertido, de más en más, en una forma de participación social meramente testimonial, y que a eso --votar-- se limita el concurso de los ciudadanos, ninguno de esos cálculos atiende a cuestiones como los proyectos de gobierno que se aplicarán en cada estado para superar las condiciones de pobreza, desempleo e inseguridad que prevalecen.

Acaso porque los procesos electorales se han convertido sólo en un trámite para repartir el poder y posicionarse de cara a nuevos comicios, nadie parece interesarse en esas cuestiones.

Véanse los recuentos que se formulan:

*Funcionaron las alianzas
*Ganaron Calderón, Nava y Ortega
*El PRI perdió tres importantes reservorios de votos (Oaxaca, Puebla y Sinaloa)
*Ganaron los pragmáticos del poder por el poder
*Ahora, PAN-PRD por el Edomex
*Perdió Peña Nieto; ganó Beltrones. Ahora iniciará la verdadera lucha interna por la candidatura del 2012
*Peña Nieto, tocable
*El PRI tendrá que volver a negociar con Calderón
*El PRI no es invencible en 2012; se le puede competir y ganarle
*El PVEM, aliado y todo, pero gobernará en 8 estados

En ese territorio del poder, en el que los ciudadanos sólo son requeridos para legitimar el reparto, el papel de los medios de comunicación se reduce a lo evidente: interpretar quien gana o pierde posiciones en cada coyuntura.

México ya no es la desigualdad, ni la pobreza, ni la zona de desastre que es la educación, ni la falta de crecimiento económico, menos el extravío de algo parecido a un proyecto de nación. México es el cálculo político. Es Manuel Camacho declarando, con una lógica apabullante, que ganaron por las alianzas, pero que en el 2012 "no vamos a necesitar del PAN".

De aquí al 2012 México asistirá embelezado al performance político del juego de posiciones y del pragmatismo aliancista avalado por los ciudadanos. Si ya este 4 de julio los votantes demostraron que el hartazgo mata ideología y diferencias partidistas, cualquier cosa que se presente unida en las presidenciales tendrá su parte en el paraíso del poder, por encima de quienes se empeñen en problematizar la realidad.

lunes, 25 de enero de 2010

Partidos políticos y alianzas

A Jordana, porque desde que 
llegaste la vida es una fiesta

Acaso lo único positivo que han mostrado las posibles alianzas electorales entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), sea el hecho de que han corroborado cómo duele al partido oficial la negativa de amplias franjas de ciudadanos de reconocer como legítima la investidura presidencial de Felipe Calderón.

El hecho de que la primerísima condición que han impuesto los panistas a quienes pretendan ser candidatos de esa malhadada alianza sea precisamente que reconozcan al michoacano como Presidente, muestra hasta qué punto les afecta esa ilegitimidad de origen.

Ese reconocimiento sería --incluso más que gobernar los estados donde eventualmente se alíen-- la mayor ganancia política que obtendrían los panistas, pues además del reconocimiento del propio partido que se dijo ofendido por el robo electoral, el hecho desautorizaría el cuestionamiento permanente sobre la ilegitimidad presidencial del movimiento cívico que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Tras la debacle electoral de julio de 2009, la llamada izquierda partidista ve en esas alianzas su última oportunidad de sobrevivencia. Tal es la indigencia ideológica en la que se desenvuelve y tal su incapacidad para ofrecer a los ciudadanos una alternativa real allí donde ha sido gobierno.

Esto último y la falta de trabajo político de base explican su pobre condición electoral actual que la conduce, en nombre de un crudo pragmatismo --en realidad burdo oportunismo-- a aceptar aliarse con una porción de la derecha partidaria aun incluso a cambio de avalar las elecciones de 2006.

Los argumentos son insólitos: Manuel Camacho Solís, coordinador nacional del Diálogo por la Reconstrucción de México (DIA) --que agrupa al PRD, PT y Convergencia-- sostiene que si el PRI gana este año todas las elecciones estatales tendrá el camino despejado a la presidencia en 2012.

Y añade: "Si no empezamos a ganar elecciones no vamos a concretar la inconformidad por las condiciones del país con la política". Su lógica no deja de ser curiosa: pretende capitalizar electoralmente la inconformidad de la ciudadanía aliándose con el partido que, precisamente, ha generado con sus políticas antipopulares y erráticas esa inconformidad.

La segunda justificación resulta aún más falaz. Afirman que es necesario abrir la puerta a la alternancia en entidades como Durango, Hidalgo y Oaxaca, las cuales padecen cacicazgos que niegan libertades y violan derechos.

Estamos ante la versión recargada del "voto (in)útil", añagaza que el propio Camacho y otros personajes empujaron para instalar a Vicente Fox en Los Pinos, con los resultados ya conocidos. Para los "chuchos" y para Camacho, la alternancia es un valor en sí mismo que mágicamente cambiará las relaciones sociales y económicas de los pueblos.

Lo que no dicen --sería insólito que lo ignoraran-- es que sin un cambio en el modelo económico y de participación ciudadana la alternancia, como se ha demostrado en este país, no pasa de ser un "Quítate tú para ponerme yo" para seguir reproduciendo el esquema de dominación económica y política en que se vive.

Documéntese lo anterior con los casos de Nayarit (Antonio Echevarría), Chiapas (Pablo Salazar y Juan Sabines) y Guerrero (Zeferino Torreblanca). En todos ellos, el PRD impulsó candidatos en coalición. Es cierto, ganó las elecciones, pero ninguno de esos personajes hizo un gobierno de izquierda. Antes bien, se acercaron más a los postulados del PAN y en nada cambiaron las condiciones de vida de los lugareños.

Así las cosas, el daño y el desprestigio que los aliancistas están a punto de infringir a la izquierda en México podría ser de proporciones históricas en términos de descreimiento de la gente y de cara al 2012 podría dejar al PRD en una condición aún más precaria de la que se quiere evitar.

Una imagen ilustra lo anterior: Gabino Cué se placeó el año pasado junto con López Obrador por todos los pueblos gobernados por Usos y Costumbres (los más pobres entre los pobres) de Oaxaca. Fue presentado y recibido como la alternativa por la que esos pobladores tendrían que votar para quitarse el yugo del PRI y enfrentar las lesivas políticas del gobierno federal panista.

¿Qué dirán esos pueblos cuando lo vean ahora competir aliado con uno de sus enemigos históricos (PAN)? ¿Qué opinarán cuando ese mismo Gabino Cué les diga --como ha declarado-- que "por congruencia" reconoce como presidente legítimo a Calderón a quien en aquellos mítines en medio del polvo y casuchas mal construidas llamaba "ilegítimo"?

La traición de los "chuchos" y sus acompañantes es mayúscula si se tiene en cuenta que se alían con uno de los representantes de los poderes fácticos que controlan este país. Como ha escrito el maestro universitario Arnaldo Córdova:

"...se sabe muy bien que el PRI y el PAN, siendo diferentes entre sí, no son fuerzas políticas autónomas. Ambos han sido coptados por el gran capital y las fuerzas más reaccionarias de la sociedad mexicana que forman un sólo bloque hegemónico de poder. El PAN gobernó pésimamente y los dueños del poder ya no lo soportan".
Es decir, el PRI y el PAN no son --como pretenden ignorar Camacho y su club-- partidos políticos conformados por ciudadanos que legítimamente enarbolan una ideología específica. Son, en cambio, dos piezas que el poder hegemónico trasnacional utiliza para imponer su modelo de dominación en México.

Cuando alguno de esos dos partidos deja de serle funcional a ese poder, éste lo desecha y recurre al otro. Así se asegura la continuidad de su dominio, con la ventaja adicional que mantiene a los ciudadanos engañados con la ilusión de la "alternancia" y la "democracia".

Desde esta perspectiva, acaso la maniobra aliancista del PRD no sea, en el fondo, más que un guiño destinado al bloque hegemónico en el poder para hacerle ver que esa "izquierda moderna y bien portada" también puede ser confiable en la defensa de sus intereses y que está lista para que le presten el poder durante seis años.

¡Hasta la próxima!

lunes, 6 de julio de 2009

Calderón, el gran perdedor

El Programa de Resultados Preeliminares (PREP) del Instituto Federal Electoral (IFE) indica que, conforme a lo previsto por diversas encuestas previas, en las elecciones de este domingo en México el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tendrá la mayoría en la LXI legislatura de la Cámara de Diputados, y habría ganado cinco de las seis gubernaturas estatales en disputa, pues salvo Sonora, se perfilaba como ganador en San Luis Potosí, Querétaro, Nuevo León, Campeche y Colima.

En el Distrito Federal el Partido Acción Nacional (PAN) habría ganado las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, en tanto que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) mantendría el control en 12 delegaciones y en la Asamblea Legislativa.

En Iztapalapa se perfilaba como ganador el Partido del Trabajo (PT) al que apoyó la corriente de Andrés Manuel López Obrador tras el fallo del Tribunal Federal Electoral que a tres semanas de la elección determinó que Silvia Oliva, la candidata de Nueva Izquierda (NI) tendría que ser la candidata del PRD en la demarcación en lugar de Clara Brugada.

Así que PRI, PAN, PRD en ese orden, se mantienen como las principales fuerzas políticas del país. En cuarto sitio se estaría posicionando el Partido Verde Ecologista (PVEM), mientras que el Partido Social Demócrata (PSD) perdería su registro al no alcanzar el 2 por ciento de la votación nacional.

Es preciso acotar que, de acuerdo con el PREP, el PVEM estaría disputando la cuarta posición con el llamado voto nulo (1.3 millones de sufragios) y en estados como Jalisco y Aguascalientes ese voto sería la tercera fuerza política. Ello no es otra cosa que la manifestación de la crisis de credibilidad y re representatividad que aqueja a nuestros sistema político y de lo cual habrá que tomar debida nota.

Una primera aproximación a estos resultados indica que los grandes perdedores han sido Felipe Calderón y Germán Martínez, este último como líder nacional del derechista Partido Acción Nacional, quien mantuvo una dura campaña contra el PRI al relacionarlo con el narcotráfico, la corrupción y las crisis económicas.

Aunque extrañamente el tema económico y su manifestación en el creciente desempleo y carestía, fue uno de los grandes ausentes en las campañas, se mantuvo presente en el ánimo de los electores quienes se han inclinado mayoritariamente por el PRI al que si bien identifican con la corrupción, también admiten que por lo menos "deja caer algo para los de abajo".

Un aspecto que llama la atención es la falta de correspondencia entre los altos índices de aprobación que entre la gente presuntamente mantiene el señor Calderón, de acuerdo con varias encuestas, y la estrepitosa derrota que acaba de sufrir su partido.

Quizá estemos ante un efecto boomerang, pues los medios de comunicación denostan constantemente a los partidos políticos, pero en general mantienen intocada la figura presidencial. El propio PAN habría entonces sido víctima de esa percepción contraria a los partidos.

Otra primera lectura de estos resultados confirmaría el desdibujamiento de la izquierda en México, cuyo principal representante, el PRD, si bien está en el tercer sitio de las preferencias, se mantiene a 15 puntos porcentuales del segundo lugar y a casi 25 del primer sitio, en algo que seguramente es resultado de las disputas internas que lo mantienen en vilo desde la elección de su dirigencia en marzo de 2008.

El presidente nacional de ese instituto, Jesús Ortega, seguramente acusó el golpe y esta misma noche ha declarado que se expulsará a quienes dentro del partido hayan apoyado a otras fuerzas políticas, lo que prefigura el conflicto anunciado y largamente pospuesto entre las corrientes Nueva Izquierda (NI) y la lopezobradorista Izquierda Unida (IU).

Quien volvió a demostrar su eficacia operativa fue precisamente López Obrador. Todos sus enemigos, desde Carlos Salinas de Gortari hasta el actual ocupante de Los Pinos debieron haber tomado nota de cómo una vez más parece haber escapado al intento de arrebatarle a su corriente el control de Iztapalapa, un importante y clave reservorio de votos para quien pretenda dominar la capital del país.

En una rápida maniobra ante el fallo del Tribunal Federal Electoral que quitó a Clara Brugada su condición de candidata a delegada por esa demarcación, para otorgársela a la representante de NI, López Obrador llamó a votar por el PT para que una vez ganada la delegación el candidato de este partido renunciara y así el jefe de gobierno pudiera proponer a Brugada como sustituta para el puesto.

La ventaja preeliminar que manifiesta el PT de 22 mil 600 votos por 21, 500 del PRD hacen presumir que la estrategia de López Obrador se habría impuesto sobre su propio partido y sobre quienes a escala federal quisieron endilgarle una derrota a su movimiento.

Y sin embargo, habrá que acreditarle al propio AMLO y a la izquierda en general su parte de responsabilidad en el ascenso del PRI, pues salvo en algunos momentos, la izquierda nunca pudo diferenciarse plenamente del resto de los partidos una vez llegados al poder.

Si bien es difícil hacer cambios radicales en, por ejemplo, el modelo de desarrollo económico el cual es aplicado desde la presidencia de la República, sí existe cierto margen de maniobra que permitiría a la izquierda diferenciar sus gobiernos, su comportamiento ético y sus procedimientos internos de modo que la gente percibiera una forma diferente de hacer política.

No ha sido el caso. En vez de eso se han cometido fraudes a sí mismos, no tienen un programa unificado para ofrecer al país y para colmo, algunos de sus representantes, cuando son gobierno, han incurrido en las mismas prácticas clientelares y corruptas que los partidos de derecha. Así no han sido capaces de ofrecer a la ciudadanía una auténtica alternativa de gobierno. Esa es una alta responsabilidad por lo que un ajuste de cuentas interno está pendiente y debiera ser obligado en una coyuntura como la presente.

Lo que vendrá con una legislatura dominada por el PRI es que Calderón tendrá que negociar más de cerca con un partido al que, a través de Germán Martínez, calificó de corrupto y ligado al narco. El PRI, por su parte, seguramente aprobará algunas de las reformas que envíe Calderón, tratándo de consolidar su imagen como una agrupación que sabe negociar y aportar soluciones, esto de cara a las presidenciales de 2012.

En ese contexto es muy previsible que el PRI-PAN aprueben para empezar, el paquete económico de 2010 que seguramente incluirá gravar con el IVA alimentos y medicinas que le permitan al gobierno tapar el "boquete financiero" provocado por la caída en la recaudación.

El PRI está de nuevo entre nosotros. Y en un país que no fue capaz de completar su transición a la democracia, ese regreso no es una buena noticia.

¡Hasta la próxima!

sábado, 4 de julio de 2009

Y sin embargo...votar

Este domingo no anularé mi voto.

Coincido plenamente con las razones expuestas durante las últimas semanas por quienes se han integrado al movimiento anulacionista. Celebro incluso que eso haya ocurrido, porque ese debate dio vida a un proceso que de otro modo estaba condenado a una mayor grisura.

Y sin embargo votaré por algún partido. Mi argumento es simple: en este país estamos hartos y decepcionados de que nuestros gobernantes sean corruptos, ineptos, ambiciosos, incultos, peleoneros. Y así es, en efecto. Pero esa no es la razón por la que no nos cumplen. No lo hacen porque son nuestros enemigos.

Y cuándo ha visto usted que su enemigo, aquel que no comparte sus mismos intereses, vaya alguna vez a hacer algo por usted. Nunca. Lo paradógico es que siempre hemos votado por ellos. Quienes han organizado el mundo (los dueños del capital financiero nacional y trasnacional) constituyen la clase verdaderamente dirigente y delegan el ejercicio del poder a la clase política de cada país. Son los llamados poderes fácticos (poderes de hecho), a los que nadie elige mediante el cuento del sufragio universal. Pero son quienes en realidad mandan.

La misión de los políticos es mantener las reglas por las que funciona el mundo. Y esas reglas no lo benefician ni a usted ni a mi. Si acaso recibimos pequeñas recompensas: adquirimos una casa, un automóvil, tenemos
vacaciones de tanto en tanto. En fin, lo necesario para que la vayamos pasando y para que veamos que la cosa funciona.

A cambio de eso los políticos se enriquecen, se corrompen y luego de eso, para mantenerse en el poder, incurren en un sinfín de trapacerías que son las que llegado un punto nos hartan y entonces decidimos anular nuestro voto. Creemos que los deslegitimamos, pero siguen gobernando (ya Jorge Alcocer ha documentado como el voto nulo daría al Partido Revolucionario Institucional la cláusula de gobernabilidad en la Cámara de Diputados al obtener 251 --la mitad más uno-- de los representantes populares).

De cuando en cuando aparece en el horizonte un movimiento que postula la renovación de algunas estructuras políticas y económicas. Los poderes fácticos no corren riesgos. Se aseguran entonces de corromper a los líderes para luego exhibirlos públicamente: "Mírenlos, son iguales que lo que dicen combatir", nos dicen a través de sus medios de comunicación. Y nos convencen. Nos decepcionamos. "Todos son iguales", convenimos.

Los que no se corrompen son acusados de violentos; se les presenta como desadaptados, mesiánicos, enfermos de poder, intolerantes y antidemocráticos. ¿Hago el retrato hablado de Andrés Manuel López Obrador? Así es. No digo que sea un paladín de la democracia, ni siquiera que cambiará el actual modelo de dominación.

Su lema, "Primero los pobres", ha sido tergiversado como un llamado a la rebelión, como un cambio en el mando, cuando en realidad es sólo una alerta contra una hipotética revuelta de los desposeídos. "Atendámoslos para que no se rebelen", parece un sentido más exacto para esa proclama, lo cual está muy lejos de ser revolucionario.

No va a cambiar el modelo. Acaso sólo aspire a que el país no sea una pura economía de enclave, cuya riqueza sea enviada completita a los grandes centros de poder. Y que algo de eso beneficie a los nativos. Pero quienes mandan no corren riesgos.Y viene la orden: AMLO, no.

Y con ese no vienen los fraudes y las campañas mediáticas de desprestigio y/o de odio, las guerras sucias. Y entonces los sectores medios de la población quedan inoculados y se ponen en su contra. Resulta curioso que, sin conocerlo, mucha gente que lo denosta lo haga repitiendo los calificativos que le ha servido la televisión.

Marx tenía razón: la clave de la dominación radica en que los dominados piensen lo mismo que sus dominadores, aunque sus intereses sean distintos.

¿Cómo se consigue esta amalgama de contrarios? Mediante algo que Gaetano Mosca definió como la fórmula política. Es decir, mediante principios abstractos que hacen parecer que entre gobernados y gobernantes hay una coincidencia de sentimientos y valores que nadie cuestiona y que son tenidos como verdades sagradas.

La iglesia, los medios de comunicación, la familia, la costumbre, son utilizados en la fabricación artificial de tal comunidad de intereses. De ahí que cuando votamos lo hacemos condicionados, no por las campañas electorales de la temporada, sino por la campaña de valores contrarios al cambio con que se nos bombardea cotidianamente.

Así condicionados, sin percatarnos de ello terminamos votando por nuestros enemigos, por quienes nunca nos cumplirán porque representan a quienes no tienen nuestros mismos intereses.

¿Y cuál es la agenda ciudadana, las prioridades de la gente común para los próximos años? No desde luego el que se derogue el artículo 41 de la Constitución como pidieron a los partidos los personeros del duopolio televisivo, entre quienes figura Alejandro Martí).

El interés ciudadano está puesto en superar la crisis, en iniciar el desarrollo económico que luego se traduzca en empleos remunerados, en seguridad social, en salud, educación, alimentación. Algunos comunicadores y organizaciones civiles comprometieron a los candidatos a no votar iniciativas para aumentarse el sueldo, a promover leyes para reducir el número de legisladores y el monto de financiamiento a los partidos.

Pues bien, votaré por quienes creo que no autorizarán el IVA a medicinas y alimentos, por quienes están más cerca de instaurar mecanismos como la revocación del mandato, por quienes no aprobarán una reforma laboral que profundice las prácticas de la flexibilidad laboral y la cancelación de derechos de los trabajadores, por quienes seguirán garantizando una educación laica y gratuita, por los que rechazarán que se siga gravando a los contribuyentes cautivos mientras que las grandes empresas pagan sólo 74 pesos de impuestos.

Por quienes defenderán el derecho de la mujer a decidir sobre su maternidad cuando ésta haya sido resultado de la violencia, por quienes no legislarán para seguir privatizando sectores estratégicos para el desarrollo del país.

Hablo de hombres que no son ciertamente ángeles y a ello me atengo, pero los veo más dispuestos a lo anterior que los demás y creo que, con todas sus imperfecciones, están más cerca de los intereses colectivos que el resto y, por lo menos, no son nuestros enemigos. 

martes, 30 de junio de 2009

Televisa y TV Azteca, el asalto al poder

La derecha en el poder está empeñada en ganar las próximas elecciones. Lo hace desde varios frentes, cuyo común denominador es la manipulación y las trampas a la ley electoral vigente.

Tales medios son el duopolio de la televisión (Televisa-TV Azteca), la organización SOS (Alejandro Martí), partidos políticos (PAN-PVEM-PRI), comunicadores embozados tras el movimiento del voto nulo (Jaime Sánchez Susarrey) y con revistas como Vértigo y Cambio.

El punto central de su campaña es la inquina contra la reforma electoral que aprobó el Congreso en 2007 y que, entre otras cosas, prohíbe a los partidos políticos e incluso a los particulares la contratación de anuncios en medios electrónicos para promover candidatos en tiempos de elecciones.

Con un oportunismo eficaz, la estrategia elegida ha sido montarse en el hartazgo ciudadano con los políticos y los gobiernos de todos los partidos por la falta de resultados en la conducción del país.

Con esa bandera al frente, sus propuestas están encaminadas, en realidad, a vengarse de esa clase política que con la citada reforma los marginó del jugoso negocio de las campañas electorales, pues ahora éstas se difunden utilizando el tiempo gratuito que los concesionarios están obligados a cederle al Estado.

Aprovechando y alimentando el desencanto ciudadano, las televisoras han emparentado sus afanes vengativos con las aspiraciones de la gente. Así, han articulado propuestas para afectar a los partidos, pero atractivas para el elector que siente que aquellos no representan sus intereses.

En ese contexto, llama la atención la coincidencia entre las propuestas de Alejandro Martí ("Mi voto por tu compromiso") y las del movimiento (Basta10) que encabeza el periodista Jaime Sánchez Susarrey.

Ambos plantean reducir el financiamiento público a los partidos, disminuir el número de diputados de representación proporcional, derogar el párrafo del artículo 41 constitucional que, según ellos, limita la libertad de expresión de los ciudadanos), reelección de diputados, senadores y presidentes municipales, permitir candidaturas independientes y activar mecanismos como el plebiscito, el referéndum y la iniciativa popular.

"¿Qué bonito, no?" podríamos decir parafraseando al insulso Carlos Loret de Mola. Da la casualidad que el artículo 41 es el que precisamente prohíbe la contratación de espacios publicitarios (lo que más duele a las televisoras).

Le llaman a eso coartar la libertad de expresión, como si no se supiera que los ciudadanos comunes nunca van a contratar esos costosos espacios. Lo harán quienes tienen el dinero para hacerlo, o sea, los empresarios, y la oligarquía financiera ligada a los intereses del consorcio y de los grupos de la derecha empresarial.

Resulta notable que entre esas propuestas o compromisos que firman los candidatos (PAN, PRI, pero principalmente del partido Verde cooptado ya por las televisoras, como hemos documentado en posts anteriores) no figuren, por ejemplo, el compromiso de no gravar con el IVA los alimentos y medicinas; no regresar al esquema de los gasolinazos semanales, no endeudar más al país, no privatizar Pemex, el de votar una reforma fiscal que grave a los grandes contribuyentes o el compromiso de instaurar la figura de la revocación del mandato, ese sí un auténtico poder ciudadano para destituir a los malos gobernantes.

Los compromisos a que llaman esas organizaciones resultan cosméticos, pues no apuntan a resolver problemas estructurales del país ni a devolver, como supuestamente se pretende, el poder a los ciudadanos.

En su cruzada contra la reforma electoral de 2007, las televisoras no pierden oportunidad para denostarla. Lo hacen permanentemente a través de sus noticiarios y de sus publicaciones, como la revista Vértigo, perteneciente a la televisora del Ajusco.

En un artículo de esta semana ("Extraviada, la legitimidad de la democracia"), señala que los tres principales partidos políticos "no encuentran dentro de su propia reforma electoral aprobada en 2007 la fórmula para detener la creciente ola ciudadada (del voto en blanco)".

En el ejemplar del 14 de junio el texto "Del abstencionismo al voto en blanco" vuelve a la carga: "La inconsistencia de la reforma electoral aprobada en 2007 ha vuelto un caos los próximos comicios y motiva el creciente rechazo de los ciudadanos a los partidos políticos..."

Como se ve, endosan a los ciudadanos el rechazo a los partidos, no al hecho de que aquellos no se sientan representados por éstos, sino al hecho de la reforma, que es en realidad el pleito de las televisoras. Esa es la manipulación que llevan a cabo.

Al modo de la propaganda encubierta de TV y Novelas, en favor del Partido Verde, la revista Vértigo promueve al PAN desde su portada. Más que informativo, el encabezado de esta semana resulta un promocional: "El presidente le cumple a México".

El presidente es del PAN, así que la asociación mental inducida consiste en que ese partido es el único que le cumple al país. Resulta muy sugerente que ese encabezado se publique justamente en la semana previa a los comicios.

La revista Cambio hace otro tanto, pero en favor del Partido Verde al que dedica su portada con el titular: "Crece el verde". Citando diversas "encuestas" lo coloca en un supuesto tercer lugar de las preferencias, lo que significa que habría desplazado al PRD hasta el cuarto sitio.

Los recursos descritos aquí constituyen el modo encubierto y opaco en que la derecha está utilizando, incluso ilegalmente, a los llamados poderes fácticos --las empresas televisoras y sus medios de comunicación-- para asaltar el congreso y desde ahí preparar el otro gran asalto: el de la presidencia de la República en 2012, que les permita acrecentar el poder político y mantenerlo al servicio de sus intereses económicos.

¡Hasta la próxima!

viernes, 26 de junio de 2009

Televisa: la política como casting

En una rotunda confirmación de cómo Televisa utiliza al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para obtener posiciones en la próxima legislatura federal, el actor Raúl Araiza --quien junto con Maité Perroni es la cara visible de la campaña electoral de esa agrupación-- ha revelado en una entrevista radiofónica la verdadera razón de su inclusión en los promocionales.

Dijo Araiza a la periodista Manilú Torrado --del programa Tal cual que se transmite de lunes a viernes de 11 a 13 horas por las frecuencias de MVS-- que a él lo eligieron en un casting.

"Dentro de un grupo de actores nos escogieron como nos hubiera escogido Coca-Cola o Marinela, por imagen, no tanto porque yo sea político".

La declaración desnuda sin ambages la forma en que Televisa ha puesto al servicio del Verde el arrastre de sus estrellas jóvenes, pues juventud es el distintivo de que se ufana ese partido. Y como esa empresa utiliza a sus actores como guiñapos obligándolos a mentir públicamente para ganarse su paga.

En efecto, en sendos reportajes masivamente publicitados por Televisa, una de las revistas del consorcio --TV y novelas-- presentó a Araiza y a Perroni, como dos actores cuyas fuertes convicciones políticas los condujeron a participar en el PVEM y mediante entrevistas a modo, explican sus "razones" para apoyar las propuestas del Verde.

Involuntaria y descuidadamente, Araiza ha revelado ahora que en realidad las tales convicciones no existen, que son un montaje más de su empresa, que fueron elegidos en un casting y que a él la política ni le interesa. ¿Así o más claro?

Seguramente la empresa hará pagar a Araiza muy caro su traspié declarativo. Por lo pronto ha quedado claro como Televisa está tratando de construir su propia bancada embozándose tras la fachada de un partido que casi casi resulta un membrete.

El episodio de los anuncios de la citada revista sirvió de paso al monopolio para transgredir una vez más la norma que impide a los partidos contratar pautas publicitarias en radio y televisión.

Tardíamente, cuando ya el mal estaba hecho, el Instituto Federal Electoral pidió retirar tales espots.

¡Hasta la próxima!