Una de las consejas más extendidas que explican por qué amplios sectores de votantes favorecerían el regreso del PRI a Los Pinos, tiene que ver con el factor económico.
Es frecuente escuchar a las personas decir que si bien los priistas eran y son un atajo de rateros dejaban que escurriera algo del botín. En cambio --se completa el "argumento"-- los del PAN sólo roban para ellos.
Ese mito popular se explica por la desesperación que ahoga a comerciantes, autoempleados y micro-empresarios para quienes cada vez es más difícil obtener alguna ganancia de su trabajo.
La señora Vírgen Torres, locataria del mercado Benito Juárez, en Azcapotzalco, no sabe de porcentajes. Pero sí sabe que debido a que dos días a la semana tiene que contender con otros tantos mercados ambulantes que se instalan en los alrededores, sus ventas son cada vez menores.
Don Valentín González vende rosas en el crucero que conforman las calles Francisco Morazán, Fray Servando y Boulevar aeropuerto. Rememora: "hace 10 años llegaba a vender 600 ramos en un viernes; hoy no los vendo ni en una semana.
Ese es el tipo de situaciones que ocurren en la economía real y que están conduciendo a mucha gente a añorar otros tiempos. Lo que está operando en el imaginario popular es un curioso mecanismo psicológico que procura salidas ante la desesperante situación económica actual.
Ello los lleva a idealizar un pasado en realidad inexistente, porque más allá de las percepciones, fue el propio PRI el partido que puso las bases de lo que hoy vivimos al adoptar e implantar aquí el modelo neoliberal dictado desde los centros mundiales de poder.
El PAN --profesante de la misma doctrina, de ahí que se diga, con razón, que ambos partidos son una y la misma cosa-- no ha hecho sino continuar y profundizar la política económica consustancial a ese modelo.
Con algunos matices, si el PRI hubiera gobernado estos 12 años, la situación no sería distinta de la que prevalece porque con Miguel De la Madrid y luego con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se inició el ciclo que ya no permite dejar que "escurra" parte del botín hacia la sociedad.
Ello así, porque la nuez del modelo neoliberal impuesto por la globalización consiste en incrementar la rentabilidad del capital aun a costa de estragar a los pueblos (véanse al efecto los casos de Grecia, España e Italia). La gente no lo recuerda, pero ya desde los tiempos del PRI se había dejado de "salpicar" al resto de la sociedad lo que "arriba" se robaban.
Así las cosas, lo que está ocurriendo en amplios sectores de la población es un falso recuerdo aderezado con falta de información y una débil memoria histórica: es decir, tendemos a tergiversar nuestro propio recuerdo idealizando situaciones pasadas que nunca existieron como tales (ideales), como una forma de fuga hacia adelante ante una realidad que obsesiona y oprime porque no se atisban salidas ni prontas ni fáciles.
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