Mostrando entradas con la etiqueta Peña Nieto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Peña Nieto. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de agosto de 2015

El nuevo pacto PRD-Peña




El PRD y sus usufructuarios, los llamados "chuchos", acaban de consumar una traición más a sus disminuidos electores y, de paso, corroboran la descomposición política de ese partido en camino de extinción, a no ser por la vida artificial que pueda insuflarle el propio gobierno mediante maniobras como la que acaba de producirse.

Sucede que Jesús Zambrano fue designado presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados para el primer año de la legislatura que inicia funciones este 1 de septiembre. La obsequiosidad oficial para con un partido como el PRD, impensable hace algunos años, tiene su origen en el temor gubernamental de que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pudiera llegar a presidir ese órgano legislativo en 2017, el año previo a las elecciones presidenciales.

Un acuerdo cameral dicta que la presidencia de la mesa directiva se turnará entre los tres partidos mayoritarios. De acuerdo con cálculos gubernamentales, la fracción parlamentaria del lopezobradorismo podría incrementarse con nuevas defecciones de diputados perredistas y las incorporaciones de los diputados del Partido del Trabajo, una vez que se oficialice su pérdida del registro.

Esas circunstancias podrían hacer que en 2017, luego de que el PRI y el PAN hubieren presidido la mesa directiva de la Cámara, tuvieran que cederle la posición a la tercera fuerza que para entonces sería el partido de López Obrador. Al dejar que el PRD presida el primer año de la legislatura, se cierra el paso a esa posibilidad, pues se alegaría que el turno de la tercera fuerza ya fue otorgado.

Mediante esta maniobra, el PRD es utilizado de nuevo por el gobierno peñista, con el beneplácito de su cúpula chucha, para golpear y estorbar el avance de la izquierda, por cuya pretendida unidad no dejan de clamar los entreguistas y claudicantes miembros de Nueva Izquierda, a la que pertenecen el propio Zambrano, Jesús Ortega y Carlos Navarrete, entre otros.

La jugada cumple el doble propósito de estorbar el avance de Morena y fortalecer al perredismo, cuya menguante condición actual no le es útil al grupo en el poder, como factor de división y pulverización del voto de izquierda.

Hasta antes del sábado, Zambrano buscó ser designado coordinador de su fracción parlamentaria, cargo para el que enfrentaba una férrea oposición dentro de su partido. La maniobra gubernamental lo salvó de esa derrota, pero muestra con meridiana claridad lo que ya se sabía: que la pretendida reconversión de ese partido anunciada con la próxima sustitución de su Comité Ejecutivo Nacional, no es más que una simulación y que su verdadera transformación consiste en que se ha convertido en un partido satélite del gobierno y que su triste papel ahora es combatir todo aquello por lo que luchó cuando fue creado.


martes, 10 de marzo de 2015

La imposición de Medina Mora: los significados


La designación de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante el mayoriteo de PRI-PAN-PVEM constituye una nueva confirmación de como el grupo hegemónico en el poder se pertrecha y se prepara para mantener su guerra de contrainsurgencia contra los ciudadanos, mediante la cooptación de todos los resquicios posibles.

Si se mira con atención, se verá que la imposición de Medina Mora, pese al rechazo generalizado, viene a certificar la muerte en México de la llamada separación de poderes y a acreditar la ofensiva gubernamental contra la sociedad. Considerada como un valor de las democracias occidentales, la tal división se vendió como un mecanismo de pesos y contrapesos que serviría para mantener el equilibrio del sistema, de modo que ninguno de los tres poderes formales incurriera en excesos que condujeran al colapso del contrato o consenso social.

La realidad es otra. La división de poderes tiene una razón de ser distinta de la que plantea el formalismo legal: su razón es proteger el sistema económico prevaleciente y asegurar que ningún poder por si solo sea capaz de modificar --si llegara a caer bajo el control opositor-- el modo de producción que permite el dominio económico y político de unos pocos sobre el resto del conglomerado social.

Con la asunción del primer compadre del país a un sitial en la Corte termina por cerrarse la pinza del control social, pues el otro extremo se configuró con el sometimiento del Congreso --el otro Poder-- vía la compra y/o negociación, según fuera necesario, de los partidos pretendidamente opositores (PAN-PRD), que así se sumaron a los satélites naturales: Nueva Alianza y PVEM, en aquel desfiguro político, pero económicamente redituable, llamado Pacto por México.

Dadas las batallas que con buen cálculo prevé el peñanietismo que habrá de seguir librando contra la sociedad mexicana que se opone al proyecto desnacionalizador y antipopular que encabeza, desde ahora se ha hecho del control político de los tres poderes de la Unión, con lo que formalmente mantiene arrinconado al pueblo y a cualquier intento por romper con esa hegemonía: desde el Congreso podrán seguir legislando para legitimar las rapaces relaciones sociales de producción, y desde una Corte mayoritariamente conservadora, ahora apuntalada con el ex procurador, podrán seguir desechando cuanto recurso de inconstitucionalidad se presente y, lo más importante, podrán seguir criminalizando la protesta social y avalando los fraudes electorales por venir.

Sin embargo, ese ominoso diseño no lo es todo, pues qué eficacia tendría una autocracia como la que ya con descaro se ha configurado en este país, si al control social vía el formalismo legal no añadiera la fuerza real de las armas: el uso legítimo de la violencia, que le llaman.

Y en efecto, la pretendida guerra contra el crimen organizado ha dado la coartada perfecta --ya desde el calderonismo-- para ir construyendo por todo el país nuevos cuarteles y destacando batallones para que llegado el caso actúen contra la propia población eventualmente insurrecta. Ese es el verdadero diseño.

Por eso las impugnaciones contra el ex embajador en el Reino Unido y en Estados Unidos nunca iban a ser oídas ni a prosperar, porque el designio de llevarlo a la Corte para apuntalar el proyecto hegemónico estuvo claro desde que Peña Nieto conformó la terna donde lo incluyó a él y a los otros dos magistrados que, siempre se supo, incluso ellos mismos, no eran mas que simples comparsas.

Así, con la partidocracia en un puño, los poderes cooptados, el ejército diseminado por todos los puntos del país para lo que pueda ofrecerse contra la población y las instituciones de procuración de justicia cedidas a uno de los poderes fácticos más determinantes en este país (el poder de las televisión), el peñanietismo está listo para mantenerse al mando y entregar buenas cuentas a los centros de poder trasnacional que lo impusieron.

Ante eso, todo el desgaste que pueda seguir sufriendo mediante las redes sociales no será sino anecdótico, mientras no se organice una insurrección cívica verdaderamente articulada. Porque está claro que estamos ya bien encaminados hacia una auténtica autocracia en la que la vía electoral está, como se verá en junio próximo, virtualmente cancelada.





 

lunes, 12 de agosto de 2013

Porqué no creceremos con las reformas

Aunque no lo parezca, la economía es más sencilla y lógica de lo que las estrambóticas formulaciones numéricas del neoliberalismo pretenden hacernos creer. El quid de la cuestión, tanto para una empresa como para un país, consiste en el equilibrio entre oferta y demanda.

Usted no puede atiborrar el mercado con enormes volúmenes de producto sin tener en cuenta la demanda. Si ésta es muy pobre el desequilibrio que usted cause lo afectará tarde o temprano: tendrá que reducir precios y crecerán sus inventarios.

Si para el siguiente ciclo de producción la demanda continúa deprimida, usted deberá producir menos, y para compensar la caída tendrá que reducir salarios, despedir trabajadores y cerrar contrataciones durante un largo periodo.

Pero si usted y miles de empresas se ven precisadas a aplicar estas medidas, el desempleo así provocado reducirá el poder adquisitivo de las familias, con la cual reducirán sus gastos y la demanda seguirá cayendo y con ella la producción. Se dirá entonces que el país vive una recesión, porque sin ventas las empresas no invierten, pagan poco, producen menos y no crean empleos.

El problema por resolver está muy claro: ¿cómo estimular la demanda para devolver el equilibrio al sistema? Esa ha sido en términos generales la cuestión que la economía ha tratado de resolver a lo largo de la historia del pensamiento económico.

Para unos, el gobierno debe generar condiciones de rentabilidad que permitan estimular el crecimiento económico; para otros (llamémosle el bando neoliberal), el gobierno no debe intervenir de ningún modo porque el mercado es tan eficiente que solito se encargará de corregir cualquier desequilibrio. Estos últimos son los que han dominado la ciencia de la economía en los últimos decenios. A ellos y sus teorías se debe la crisis económica mundial que aún padecemos. A ellos pertenece el equipo económico del licenciado Enrique Peña Nieto.

El caso es que en México llevamos tres décadas aplicando las políticas del bando neoliberal. El problema de este modelo radica en que su programa de reformas estructurales está --todo él-- orientado a seguir estimulando un sólo lado de la ecuación: el de la oferta, pero sin tener en cuenta la demanda. Por eso no crecemos.

Esto lo hacen porque siguen creyendo en la Ley de Say según la cual la oferta crea su propia demanda, lo cual no es cierto, porque como lo hizo notar Keynes, a partir de la evidencia empírica, cuando hay una crisis la gente deja de gastar y seguirá así incluso tiempo después de que la turbulencia haya pasado.

Con arreglo a lo anterior, las reformas estructurales mexicanas están orientadas a estimular la oferta sin atender la demanda. Veamos:

La reforma laboral se hizo para abaratar la mano de obra y para librar a los patrones del pago de prestaciones y liquidaciones, como una forma de aligerar los gastos de producción e incrementar las ganancias. Es decir, seguir produciendo (oferta), pero para un mercado que con esos bajos salarios carece de capacidad de consumo (demanda).

La reforma financiera está pensada (es un decir) para que los bancos otorguen más crédito y más barato a las pequeñas y medianas empresas, pues se supone que éstas no invierten ni crecen porque carecen de recursos. De acuerdo con esta idílica imagen con esos créditos podrán crear empleos y producir más (de nuevo de lo que se trata es de incentivar la oferta).

Está por verse cuántos empresarios se embarcarán con un crédito --así sea a tasas preferenciales-- que se convertirá en una deuda impagable cuando la producción así financiada no se venda porque está destinada a un mercado donde la demanda está por los suelos porque no hay políticas para estimularla.

La reforma fiscal, que debería ser uno de los instrumentos mediante los cuales el gobierno reasigne y redistribuya la riqueza social, será un medio para seguir afectando la demanda, pues al incrementar el IVA y generalizarlo a los alimentos y medicinas, la mayoría de la población reducirá aun más su consumo (la demanda) y, al hacerlo, volverán a caer las ventas, la inversión y la producción, con lo cual se le seguirán bajando puntos al Producto Interno Bruto, que refleja el crecimiento o estancamiento económicos.

Por estas sencillas razones, resulta obvio que el modelito y la receta de las reformas económicas no nos conducirá a un mayor desarrollo económico sino al precipicio, pues su aplicación no hará sino incubar las condiciones de la próxima crisis.

En este contexto ¿por qué el gobierno insiste en que con este modelo se conseguirá el crecimiento cuando la evidencia empírica demuestra la mendacidad de esa afirmación? Lo veremos mañana.

domingo, 4 de agosto de 2013

El fracaso de la economía

Las últimas cuatro décadas la historia del mundo ha sido una: la lucha de las sociedades contra la imposición neoliberal. Éste ha prevalecido pese al evidente fracaso intelectual de la teoría económica dominante, fundada, como hemos dicho en un post anterior, en supuestos sin sustento en la realidad. El principal --en palabras de Robert Skidelsky, el notable biógrafo de John Maynard Keynes-- en creer que su sistema económico es perfecto porque todos los agentes participantes disponen de información perfecta acerca del futuro, lo cual es evidentemente absurdo.

La causa principal de la presente crisis --sostiene el historiador-- se encuentra en el fracaso intelectual de la economía. Fueron las ideas equivocadas de los economistas las que legitimaron la desregulación de las finanzas que causó el desastre posterior. Es difícil transmitir el daño que ha hecho esta escuela dominante hasta hace poco.

Pocas veces con anterioridad --remata nuestro autor-- ha habido mentes tan brillantes dedicadas a ideas tan extrañas. La más disparatada, la que propugna que todos los participantes en el mercado tienen creencias correctas acerca de lo que pasará a los precios en un futuro infinito. Eso no es otra cosa que el elefante de las expectativas racionales que los economistas se tragaron, afirma.

Esa ideología es precisamente la que ha estado detrás de los fracasados programas gubernamentales aplicados en México desde que en 1982 llegó al poder Miguel de la Madrid y con él, el grupo de economistas formados en esas teorías: Carlos Salinas de Gortari, Pedro Aspe, Ernesto Zedillo, Herminio Blanco, Guillermo Ortiz, Santiago Levy, entre otros.

La siguiente generación, incluidos los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, y ahora Luis Videgaray y el equipo económico alrededor de Enrique Peña Nieto, han sido y son fieles seguidores de las teorías económicas derrotadas por la realidad de una crisis que todavía no han sido capaces de explicar, y de la que no han podido salir porque no saben cómo hacerlo.

En los últimos 30 años México ha estado en manos de economistas de medio pelo adoctrinados en teorías que seguramente no entienden, pero que aplican dócilmente por el compromiso que adquirieron con los centros de poder estadounidense que los impusieron en los cargos de mando que desempeñaron.

No es casual por ello que de los cinco más recientes presidentes de México, incluido el actual, cuatro hayan sido impuestos por la fuerza mediante fraudes electorales, monumentales y evidentes en los casos de Salinas de Gortari, Calderón y Peña Nieto. Era preciso que fuera así.

A despecho de las supuestas formas democráticas del mundo libre (eufemismo con el que EUA designa a los países bajo su égida), era preciso imponerlos para que cumplieran el designio del exterior: abrir nuevos espacios de rentabilidad para el capital trasnacional, mediante el despojo de la riqueza nacional vía el programa privatizador conocido como reformas estructurales.

Merced a ese proceso ya se apoderaron de los bancos, de la minería, la electricidad --casi 60% de la energía que general el país es producida por particulares-- la producción agrícola, y ahora van por la joya de la república: la riqueza petrolera.

Una evidencia incontrastable del fracaso de las políticas neoliberales la aportó el pasado 29 de julio el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) al informar que en México 53.3 millones de personas (45.5% de la población) viven en la pobreza.

Pero si se suprimen los criterios de medición que introdujo la nueva metodología oficial a partir de 2008 (acceso a la alimentación, salud, seguridad social, educación, vivienda) y sólo se considera el ingreso, entonces esa cifra aumenta a 61.4 millones de pobres hasta 2012, es decir, más de la mitad de la población (52.3%).

Este es el saldo de 31 años de economía neoliberal y reformas estructurales: La imposición --mediante fraudes electorales-- de un sistema económico igualmente fraudulento que mantiene al país estancado y a su población empobrecida.

Esto lo sabe muy bien Luis Videgaray Caso, el secretario mexicano de Hacienda. Pero a él le pagan por jurar que el rey va vestido. Y en plena aceptación de ese papel lacayuno sale a decir:

"Sólo con la aprobación de más reformas estructurales, como la energética y la hacendaria, México podrá generar crecimientos económicos mayores que permitan a millones de mexicanos salir de la pobreza" (La Jornada, 30/VII/2013, p. 11). ¿Se dan ustedes cuenta?

sábado, 18 de mayo de 2013

Reformas y Rectoría del Estado

Una de las percepciones que el peñanietismo trata de posicionar con más fuerza entre la población es la idea de que el Estado mexicano, a través de su gobierno, está recuperando la rectoría sobre áreas estratégicas para el desarrollo del país.

El lector atento habrá notado que en cada acto en los que se presentaron las reformas educativa, de telecomunicaciones y financiera, se aseguró que los cambios propuestos permitirán al Estado recuperar el control sobre esos sectores clave.

Lo que se omite señalar es que la tal rectoría se perdió al adoptar los gobiernos priistas, desde 1982 --luego secundados por la docena trágica del PAN-- el modelo económico neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI)-Banco Mundial (BM), mediante el llamado Consenso de Washington.


Como se sabe, las tesis neoliberales en boga están en contra de cualquier forma de intervención del gobierno en la economía. Al proclamar el retorno del Estado al control de sectores clave de la actividad económica ¿Enrique Peña Nieto se está apartando del modelo neoliberal para regresar al Estado interventor como forma de compensar los desequilibrios sociales generados por el Mercado?

Desde luego que no. De lo que se trata en realidad es de recuperar el control corporativo de sectores como el educativo, para impulsar cambios legales que legitimen el actual proceso de acumulación capitalista y establecer nuevos esquemas para la connivencia entre la clase política y los hombres del dinero señalados genéricamente como poderes fácticos.

Para consumo del público mexicano, el discurso de que se recupera la rectoría del Estado trata de crear la falsa percepción de que Peña Nieto y su gobierno están al mando y aplican directrices que en realidad se diseñan en los centros del poder financiero internacional, cuyos organismos se encargan de legitimar mediante un discurso de neutralidad técnica que están lejos de practicar, como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Un reiterado y reciente ejemplo de cómo desde el exterior se dictan mandatos disfrazados de "sugerencias" que luego --coincidencias del destino-- resultan similares a las reformas que aquí se nos proponen, lo acaba de dar precisamente la OCDE.

Dice el organismo en su evaluación sobre México que realiza cada 18 meses, que en virtud de nuestro "mediocre" desempeño económico de la última década, se requiere la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado, y la aplicación de un impuesto al consumo de bienes básicos que hoy están excentos (se refiere a gravar con IVA alimentos y medicinas, algo para lo que el PRI ya está listo, pues modificó su Programa de acción donde antes se manifestaba en contra de esto, pero ahora lo favorece).

Como se ve, no se trata de gobernar o legislar para poner los sectores clave de la economía al servicio del desarrollo propio (que eso sería efectivamente recuperar la rectoría del Estado), sino de hacerlo para cumplir con lo que desde afuera se "sugiere", de modo que se abran mayores espacios de rentabilidad para el capital financiero internacional y sus socios locales, no para beneficio del país.

Un ejemplo adicional de cómo se gobierna mirando más al interés del exterior que al propio, lo dio el ex gobernador del Banco de México y actual presidente de Banorte, Guillermo Ortiz. Preguntado por una periodista de radio sobre la conveniencia de gravar los capitales especulativos que llegan al país atraídos por las altas tasas de interés que se pagan aquí, rechazó tal posibilidad.

Pese a que el monto de esos capitales está sobrevalorando el peso, con lo que se afectan las exportaciones y las remesas que envían los connacionales de EUA (pues al cambiar sus dólares por pesos el dinero se les reduce), pese a esas afectaciones, Ortiz considera que si se les aplicara un impuesto, se enviaría una mala señal a los mercados financieros internacionales.

Es decir, si México impusiera un gravamen a esos capitales que no producen nada al país y sólo vienen por las ganancias que obtienen, significaría que el gobierno está interviniendo en el mercado, lo cual es inaceptable para el sistema.

¿Es eso tener la rectoría sobre nuestros sectores económicos clave, como lo pregona la propaganda gubernamental? Júzguelo el lector.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Mover a México: claves del mensaje gubernamental


Cumplidos el pasado 10 de marzo los primeros 100 días desde que Enrique Peña Nieto ejerce la presidencia adquirida (en la acepción de que se adquiere lo que se compra) es posible trazar el perfil del esquema propagandístico (publicidad oficial) que se utiliza para posicionar favorablemente al gobierno, y justificar en el ánimo social la nueva tanda de reformas neoliberales en marcha.

Los ejes principales de la narrativa peñanietista son dos conceptos: "transformación" y "movimiento". El video promocional de tres minutos difundido por los 100 días enfatiza ambas ideas. Convoca a todos los mexicanos a "ser parte de esta gran transformación", e incluye frases como estas: "México, dispuesto a trascender sin miedo a la transformación"; "transformar a México implica mover todo lo que se tenga que mover: la gente, la mentalidad, las instituciones"; "Es momento de mover a México".

Me referiré primero al origen conceptual de esta estrategia, y enseguida, cómo se espera que funcione en la percepción ciudadana para ganar respaldo social y popularidad para políticas esencialmente antipopulares.

Los estrategas gubernamentales desarrollaron esta campaña copiando al antropólogo Clotaire Rapaille, un mercadólogo y publicista francés que cobró notoriedad, a partir de haber desarrollado la noción de Código cultural. Los lectores mexicanos han podido enterarse de la génesis de ese concepto gracias a la Editorial Norma, que en 2007 publicó aquí el libro El código cultural. Una manera ingeniosa para entender por qué la gente alrededor del mundo vive y compra como lo hace.

Rapaille plantea allí que cada cultura tiene sus propios códigos (evocación  sentimental o significativa que el cerebro suministra inconscientemente y que afectan nuestra respuesta ante determinados estímulos) para temas como el amor, la seducción y el sexo; la belleza y la gordura; para la salud y la juventud; para el hogar, el trabajo y el dinero; códigos para la comida y el alcohol; para las compras y el lujo, y hasta para elegir presidentes.

Descubrir el significado inconsciente que le atribuimos a cada uno de esos temas --según seamos estadounidenses, franceses, ingleses o alemanes-- permite identificar por qué hacemos las cosas que hacemos, así como anticipar comportamientos.

A partir de una metodología específica, Rapaille descifró los códigos culturales asociados con esos temas, y desarrolló eficaces campañas de publicidad para Chrysler, General Electric, AT&T, Boeing, Holanda, Kellog's y L'Oreal.

Desde que el mercadólogo francés identificó que el código para la salud y el bienestar es la idea de MOVIMIENTO, muchas campañas de imagen institucional han explotado el concepto. Durante el gobierno de Marcelo Ebrard la Ciudad de México fue promovida como "Capital en movimiento". El Partido Acción Nacional (PAN) ahora se pretende como una entidad de "Ciudadanos que movemos a México", con lo cual reclamó al PRI y al gobierno por la copia del eslogan.


La proliferación abusiva en el uso del concepto habla de la creciente influencia del llamado neuromarketing. Y, en el caso mexicano, del oportunismo y desfachatez con que las agencias de imagen copian estrategias que seguramente venden a los políticos mexicanos como originales. El problema es que a todos les venden lo mismo y por eso se producen disputas por lemas como la que protagonizan PRI y PAN.

Para los estadounidenses --y por extensión para los mexicanos que compartiríamos el mismo código cultural-- la salud y el bienestar involucran siempre la acción; están asociados al movimiento. Éste nos hace sentir saludables y nos confirma que estamos vivos. Evoca una impronta positiva.

Los comunicólogos de Peña Nieto no han hecho sino fusilarse el concepto con el propósito de conectar con el código inconsciente de los mexicanos y lograr así una fuerte asociación emocional con la idea de que el país se encuentra en una dinámica de avance permanente hacia el bienestar y la prosperidad.

Así, la campaña Mover a México está enfocada a crear un ánimo nacional proclive al cambio como sinónimo de movimiento, salud, progreso y bienestar, como dicta el código. Paralelamente, la misma campaña tendería a crear un clima de opinión adverso que vaya minando las resistencias histórico-culturales ante reformas como la hacendaria (IVA en alimentos y medicinas) y energética (privatización del petróleo).

No es casual que precisamente estas últimas se hayan dejado para el final: primero se encarceló a Elba Esther Gordillo para hacer creer que ningún interés particular está sobre el de la nación; luego se anunció la reforma en telecomunicaciones, para simular que se golpea a los poderosos monopolios privados de la televisión y la telefonía, todo lo cual podrá esgrimirse a la hora de justificar las medidas antipopulares que significan esas últimas reformas.

El rechazo a las reformas sería una postura desprestigiada socialmente, pues, con arreglo al clima prefigurado por la campaña Mover a México, se consideraría una actitud de estancamiento, inmovilidad y atraso, nada más alejado del código.

Para avanzar en el proyecto de esta "gran transformación" peñanietista sin muchas resistencias sociales, los estrategas gubernamentales se valen de otro código cultural identificado por Rapaille, el que corresponde a la presidencia: MOISÉS.

El personaje bíblico evoca al líder con una visión fuerte y con la voluntad de sacar a la gente de los problemas. A poco que se analice, se verá que el discurso del mexiquense se mantiene dentro de ese código. Cuando habla de que no llegó para administrar el país sino para transformarlo, y que esta será una nueva etapa de nuestra historia que nos conducirá a trascender (atravesar el largo desierto del inmovilismo panista), lo que está intentando es crear esa visión de grandeza y asumirse como el guía que nos conducirá a la Tierra Prometida, porque él sabe lo que está mal y cómo arreglarlo.

En este esquema de la comunicación política el asunto de la visión es clave, lo mismo que la habilidad que se tenga para transmitir el mensaje inspirador.

Como en otros aspectos del peñanietismo, las similitudes con su antecesor Carlos Salinas son inevitables. La estrategia central del de Agualeguas fue crear una visión de país próspero, moderno; una narrativa de éxito que favoreció su tránsito de la ilegitimidad a la aceptación, y le permitió conducir la primera generación de reformas neoliberales.

Parece la marca de la casa: crear una visión o narrativa que cautive y pónga a soñar a los mexicanos. No en balde Héctor Aguilar Camín se quejaba hace unos años ("Un futuro para México", Nexos, noviembre 2009) de que al país le hacía falta una nueva narrativa, pues tras el discurso de la revolución y el de la fracasada modernización salinista, carecíamos de un cuento que nos pusiera a soñar de nuevo.

Los panistas nunca fueron capaces de crear algo similar, de ahí su fracaso, entre muchos otros factores.Con el regreso del PRI parece haberse reactivado aquel proyecto de ganar tiempo para las reformas oligárquicas mientras se engatusa al pueblo con una visión.

Mover a México hacia su destino trascendente es la visión elegida. Lo malo es que se trata de un cuento muy visto, que podría conducirnos a otra tragedia económico y social acaso de mayores proporciones que la provocada por el salinismo. 





martes, 5 de febrero de 2013

México ¿tigre Azteca?

Los "análisis" que la prensa extranjera escribe sobre México resultan casi siempre inexactos. Su tendencia a esquematizarlo todo, los hace incurrir en simplificaciones por completo ajenas a los complejos procesos políticos y sociales por los que transita nuestro país. Más si se trata de medios de la derecha financiera como el Financial Times.

En un texto titulado "México: tigre Azteca", firmado por Adam Thomson, el pasado 30 de enero, ese rotativo muestra su entusiasmo desbocado por la figura de Enrique Peña Nieto, mostrándolo como el reformador que salvará México. No obstante sus inclinaciones ideológicas, se trata de un medio de gran prestigio internacional, que arrastra en  textos como el comentado, carente del mínimo rigor profesional y de un desconocimiento absoluto de la realidad que pretende analizar.

Juzgue el lector mediante esta traducción que ofrece Contadero:

  
México se ha convertido en el símbolo de un nuevo dinamismo económico y en la nación predilecta de los inversionistas internacionales, por encima de Brasil, cuya economía ha perdido lustre.

La economía mexicana creció cerca de cuatro por ciento durante el último año, casi el doble del promedio anual registrado en lo que va del siglo.

Este mes, Larry Fink, quien encabeza Black Rock, la compañía más grande del mundo en el manejo de valores llamó a México "una increíble historia de crecimiento". En tanto, Lisa Schillener, de Standar and Poor's, la agencia calificadora de deuda, dijo que el rango BBB de la deuda soberana del país podría estar a punto de ser elevado si México aprueba las cruciales reformas estructurales.

Los inversionistas extranjeros han salido masivamente a colocar su dinero en México, dice el rotativo inglés. Y añade como prueba que durante los primeros nueve meses de 2012 fondearon 57 mil millones de dólares en acciones y bonos mexicanos, más de cinco veces la cantidad que invirtieron en Brasil durante el mismo periodo.

Eso está a años luz de los tiempos sombríos que afectaron al país hace unos años, cuando algunos comentaristas estadounidenses poco impresionados por el bajo crecimiento y alarmados por la violencia relacionada con las drogas comenzaron a sugerir que México podría convertirse en un Estado fallido.

¿Qué ocurrió que convirtió a México en un buen prospecto? y ¿está justificado el optimismo del centrista Partido Revolucionario Institucional (PRI)? Después de todo --recuerda el texto-- la última vez que hubo tantas expectativas acerca de las perspectivas de la economía mexicana, durante la administración del priista Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el país terminó en la agonía del llamado efecto Tequila, con una aguda devaluación y una muy severa recesión.

La más reciente respuesta a la primera cuestión se llama Enrique Peña Nieto. Desde que el ex gobernador estatal de 46 años ganó la elección presidencial de julio para el PRI, los inversionistas lo han visto como la mejor oportunidad de liberar al congreso de la parálisis que ha bloqueado las reformas estructurales, las cuales muchos analistan creen que podrían transformar la, con frecuencia indolente economía mexicana, en un tigre Azteca.

Los intereses internacionales en México están demasiado enfocados en las capacidades del país como una base de producción desde donde las compañías pueden exportar hacia Estados Unidos. Pero las reformas del señor Peña Nieto intentan cultivar un ambiente más saludable para que las inversiones del exterior lleguen a la economía doméstica. Él está buscando introducir más competencia en telecomunicaciones y energía mientras da pasos para sacudir a los notoriamente ineficientes sistemas de impuestos y educativo.

Muchas de las esperanzas de que pueda ser capaz de empujar las reformas descansan en el propio PRI, el cual gobernó México por 71 años consecutivos bajo una cuasi democracia, hasta que perdió el poder en 2000. Durante ese periodo muchos mexicanos asociaron al PRI con la corrupción y el fraude electoral; como un partido cuya organización tentacular asfixiaba los procesos democráticos para retener el poder.

Al mismo tiempo, sin embargo, muchos vieron al partido como la única fuerza política con suficiente capital humano y experiencia para gobernar eficazmente. Es muy difícil decir lo mismo del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, el cual nunca ha conseguido la presidencia, o del conservador Partido Acción Nacional, el cual durante las pasadas dos administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, promovió reformas estructurales, pero finalmente careció de la capacidad política para funcionar con un congreso dividido.

Como dice Luis Rubio, del Centro de Investigación para el Desarrollo: "El problema real de México es que por años no hemos tenido un presidente que pueda hacer las cosas".

Durante sus recorridos de campaña y ahora como presidente, el acicalado y pro empresarial señor Peña Nieto ha trabajado duro para distanciarse a sí mismo de la pobre relación histórica del PRI con la democracia y la transparencia, en particular durante el gobierno del señor Salinas, aunque éste tiene influencia en la actual administración. El señor Peña Nieto ha tratado de asociar su partido con una reputación de eficiencia y gobierno efectivo.

La imagen de eficiencia ha viajado rápidamente. Cuando el señor Peña Nieto se reunió con Barack Obama en noviembre, el presidente estadounidense expresó su confianza en que desarrollaría una relación cercana con un líder mexicano que "tiene una excepcional de reputación de querer ver las cosas hechas".

Políticamente el señor Peña Nieto ha promovido la idea de un gobierno incluyente.Un ejemplo obvio es el señor José Antonio Meade, quien fue secretario de Hacienda durante la anterior andministración centro-derechista. Otro es el nombramiento de Rosario Robles, una ex líder del izquierdista PRD, como secretaria de Desarrollo Social, un cargo importante en un país donde casi la mitad de la población vive en la pobreza.

Eso contrasta con el gabinete del señor Calderón, el cual careció de figuras pertenecientes a todo el espectro político. Poco después Peña Nieto extendió esta rama de olivo a la oposición, y apenas 24 horas después de haber sido investido como Presidente, produjo el Pacto por México, un documento con 95 propuestas de reformas firmado por los líderes de los principales partidos polìticos.

Algunos observadores vieron el pacto sólo como otra hoja de papel- "Ha habido decenas de esas cosas a través de los años", argumentó Carlos Elizondo, un profesor del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), una institución de educación superior. "Y ninguno de ellos ha contado nunca para nada".

Pero Duncan Wood, quien encabeza el Instituto México del Wilson Center, cree que el pacto, con todo y su ambiguedad en algunos temas, muestra la determinación del señor Peña Nieto por sobreponerse a la parálisis política que ha impedido realizar las reformas. "es una propuesta política", dice el señor Wood. "Y se ajusta a la tradición del PRI de tratar de construir concensos".

Con el mismo espíritu, el señor Peña Nieto se convirtió este mes en el primer presidente mexicano en dos décadas en visitar la sede del Senado para desayunar con un grupo de legisladores. Por supuesto que los factores económicos también han ayudado. La hábil conducción económica ha producido una baja récord en la inflación y en las tasas de interés.

Ello ha resultado en un alza histórica en las reservas internacionales y modestos niveles de deuda pública. México está compitiendo eficazmente con China por los mercados estadounidenses. Los altos costos de transporte y el incremento de salarios en Asia, están haciendo de México una más atractiva base para la exportación de manufacturas.

Pero lo que ha emocionado a los inversionistas privados es la aparente determinación del señor Peña Nieto de acelerar el crecimiento pasando por los intereses creados del país. Esto lo enfrentará con los poderosos jefes sindicales, como Elba Esther Gordillo, la formidable líder del influyente sindicato de maestros.

Los críticos alegan que ella posee una impresionante colección de propiedades, incluida una lujosa villa cerca de San Diego. En diciembre, el señor Peña Nieto propuso sacudir el sistema restringiendo el poder sindical significativamente.

Los intereses creados también se extienden a los poderosos negocios, como los del señor Slim, los cuales dominan importantes sectores haciéndolo difícil para los competidores. Entre otras cosas, el Pacto del señor Peña Nieto propone introducir más competencia en telecomunicaciones, mientras debilita el control de Televisa y TV Azteca, el sector privado de emisoras, creando dos nuevas cadenas de televisión.

Aprovechando el pacto, el nuevo presidente de México está empujando las reformas fiscal y de energía, quizá para este mismo año. Esa no es una tarea sencilla. Los legisladores han invertido años debatiendo la necesidad de un ajuste fiscal, pero con poca utilidad.

Recientemente ellos han empezado a mirar el altamente protegido sector energético, el cual es controlado por Pemex, la compañía estatal de petróleo y un ícono histórico del orgullo nacional. México ha sido por largo tiempo uno de los 10 más grandes productores y aproximadamente un tercio del ingreso gubernamental proviene del petróleo.

Pero la ausencia de nuevos descubrimientos y el envejecimiento de los pozos petroleros ha llevado a una caída de 24 por ciento en la producción desde 2004. Incluso se ha predicho que México podría convertirse en un importador neto de petróleo si el gobierno no permite pronto al sector privado jugar un más grande papel en esa industria.

En una entrevista reciente con el Financial Times, el señor Peña Nieto reconoció las dificultades que estos temas podrían provocar. "Claramente hay posiciones ideológicas y partidistas sobre ciertos temas...no se trata de lograr una unanimidad, sino de alcanzar una mayoría".

Críticamente, aún hay restos de la guerra contra las drogas la cual ha cobrado alrededor de 70 mil vidas en los pasados seis años. El nuevo presidente quiere priorizar la seguridad de los mexicanos, sobre el asesinato o la captura de los más altos capos de las drogas. En un movimiento que él cree que dará resultados, colocó la seguridad pública, que hasta hace poco era un ministerio separado, bajo el control de la Secretaría de Gobernación.

La administración también está tratando de disuadir a los medios de la cobertura de la violencia desechando la práctica --común durante la administración del señor Calderón-- de citar a conferencias de prensa para mostrar la captura de traficantes.

Los expertos admiten que no hay soluciones rápidas. Como dijo el señor Wood, del Wilson Center: "si los niveles de violencia no caen, se convertirá en un gran problema para el gobierno".

Los desafíos son inmensos, pero los avances en el Congreso y los grandes signos de cooperación interpartidista sugieren que el señor Peña Nieto y su equipo poseen las habilidades políticas necesarias para levantar los candados políticos. Como dice el señor Rubio: "Los profesionales están de regreso. Ahora tenemos que ver si consiguen hacer las cosas".

sábado, 1 de diciembre de 2012

El programa de Peña Nieto

Con un discurso que de seguro no entusiasmó ni a sus patrocinadores televisivos, se consumó lo que una amplia franja de la población considera la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de México.

En efecto, su discurso en Palacio Nacional fue un texto insustancial, con una retórica plagada de lugares comunes ("alentaré la unidad en la pluralidad") y un programa de 13 puntos de claro perfil gatopardista y, en algunos casos, hasta populista.

La estrategia del discurso recurrió claramente a viejas recetas priistas para conseguir dos efectos que sin embargo resultaron fallidos: primero, tratar de cambiar el ánimo social mediante llamados a la transformación del país por la vía --otra vez-- de la superación del atraso y la pobreza; y segundo: enumerando una serie de "decisiones" inmediatas para dar la impresión de que ya está al mando y de que no llega con las manos vacías.

Así, hizo saber que los cinco ejes de su gobierno serán: 1) un México en paz; 2) una nación incluyente que cierre la brecha de la desigualdad, que pase a ser una sociedad de clase media con igualdad de oportunidades, equidad y cohesión: 3) educación de calidad; 4) un México próspero con crecimiento económico y mayor competitividad en todos los ámbitos, y 5) Responsabilidad global con una diplomacia moderna e innovadora.

Nada que no hubieran ofrecido antes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox o Felipe Calderón. Casi medio siglo (42 años) de los mismos propósitos incumplidos ahora vueltos a renovar.

¿Puede alguien creer que habrá un país incluyente, sin desigualdad y crecimiento cuando el modelo económico que se aplica y que permanecerá intocado es el que precisamente produce exclusión, desigualdad y estancamiento?

Y esto porque se trata de un modelo económico que depende de la inversión extranjera con la que se financia el gobierno (la promesa de cero déficit presupuestal está basada en este supuesto), y que a cambio exige tener a su disposición mano de obra barata, el pago de pocas prestaciones sociales y bajo costo por despidos, condiciones que garantiza la recién aprobada reforma laboral.

Se trata de un modelo que en esas condiciones produce escaso crecimiento económico, poco empleo y precario, mucha informalidad y, desde luego, mayor desigualdad. De ahí que los cinco ejes del programa peñanietista estén condenados al fracaso. O en todo caso serán la cortina de humo con la que se tratará de distraer al respetable del verdadero proyecto de saqueo nacional que se pondrá en marcha con las reformas estructurales que faltan y que en el discurso de hoy se mencionaron apenas de soslayo. Por algo será.

Por otra parte, las 13 "decisiones" de gobierno anunciadas como iniciales constituyen el ejemplo más acabado de gatopardismo: la cruzada nacional contra el hambre, el programa de seguro de vida para jefas de familia y la pensión para mayores de 65 años confirman el enfoque asistencialista y demagógico que seguirá teniendo la llamada política social, porque no atiende las causas estructurales de los problemas que se dice querer combatir.

La reforma al artículo tercero constitucional para crear las bases del Servicio Profesional de Carrera Docente, de nuevo hace recaer sólo en los profesores la responsabilidad del desastre educativo, como si éste no consistiera en realidad en el control corporativo del sindicato a manos de Elba Esther Gordillo, en los ineficaces modelos educativos y en los propios contenidos light que se imparten.

Estará por verse el alcance del decreto anunciado con medidas de austeridad en el gasto público, la unificación de los códigos penales, la licitación de dos nuevas cadenas de televisión abierta y la propuesta de Ley de Responsabilidad Hacendaria para poner en orden la deuda de los gobiernos de los estados que, en principio, parece violar el régimen federalista y la autonomía de las entidades.

La privatización de Pemex (reforma energética), el aumento del IVA y su aplicación en alimentos y medicinas (reforma fiscal) y la de seguridad social se anunciarán después. Y sin embargo, se trata de las llamadas reformas estructurales que delinean el verdadero proyecto entreguista del priismo restaurado.

El no referirse a ellos con amplitud en la toma de posesión seguramente obedece a la necesidad de no levantar temprana oposición y rechazo y empañar lo que los antiguos priistas solían llamar la "luna de miel" del nuevo gobernante con sus gobernados. Sólo que esta vez ni eso tendrá.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Comisión Nacional Anticorrupción

Circunspectos, protocolarios, con ademanes y gestos graves, como si de verdad se tratara de personalidades honorables que estuvieran haciendo un gran servicio a la patria, la dupla de priistas que controlan el Congreso --Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones-- recibieron ayer de Enrique Peña Nieto y sus hombres --Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong-- las iniciativas de reforma administrativa y anticorrupción.

Usuarios de redes sociales, donde puede afirmarse que está el pulso de la sociedad medianamente informada y crítica, han puesto ya en entredicho y con la sorna que amerita el caso, los alcances de la propuesta Comisión Nacional Anticorrupción, destacando la paradoja de que sean los priistas, arquetipo de las prácticas corruptas, quienes anuncien un órgano encargado de combatirlas.

Se trata, dijo Enrique Peña Nieto, de un órgano "estrictamente imparcial y profesional", lo que no dijo es que será "estrictamente autónomo" porque no es el caso. Se integrará con cinco comisionados elegidos por el presidente de la República, a quien, como se estila, deberán lealtad a partir de que le deben el cargo.

Lo notable del caso es la desfachatez con que se anuncia un esfuerzo que, incluidos sus propios promoventes, todos saben condenado al fracaso, porque, si acaso, la corrupción que se combatirá será la de ventanilla, pero quedará intocada aquella que se practica mediante el tráfico de influencias que tiene lugar en las altas. Allí donde las relaciones políticas  y la influencia de los poderes fácticos se traducen en jugosas concesiones o negocios, pues como reconoció hace unos días Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca:  las grandes empresas "como la mía podemos contratar muchos abogados, contadores y muchos cabilderos" para sobrevivir...".

Esos cabilderos y el derecho de picaporte que ejercen los grandes capitanes de empresa en los despachos gubernamentales clave, son la llave maestra que permite destrabar a discresión asuntos de interés económico que no siempre coinciden con los de la patria y sobre los que la nueva Comisión no tendrá ojos, como no los tuvieron antes la Contraloría General de la Federación, de Miguel de la Madrid, ni la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) de Ernesto Zedillo, ni la Secretaría de la Función Pública, encargada de disimular las corruptelas del panismo.

En ese contexto, las señales de simulación con que inicia un gobierno emanado de un proceso electoral manchado por las evidencias de corrupción, no pueden sino considerarse ominosas.







   

lunes, 24 de septiembre de 2012

"Acordaos de los atenienses"

Cuenta el maestro Justo Sierra, en "Las guerras heleno-pérsicas", que hacia el año 490 a. de C., el rey persa Darios enfrentó la insurrección de Miletos y otras ciudades ionias, a consecuencia de un conflicto entre el tirano Aristágoras y uno de los sátrapas.

A ruegos de Aristágoras, los atenienses tomaron parte en los comienzos de esa insurrección y en el incendio de Sardes, la capital occidental del imperio persa. Muy pronto los de Atenas abandonaron esa guerra, pero Darios no les perdonó el ultraje.

Sofocada la revuelta, el rey persa decidió enviar sus escuadras a castigar a los atenienses. Pero ocupado en las múltiples tareas del imperio que demandaban su atención, dio a uno de sus domésticos el encargo de repetirle a cada instante: "señor, acordaos de los atenienses".

Aunque sin el ánimo de venganza que insuflaba al rey Persa, pero sí como una forma de conciencia colectiva que guíe nuestra actuación como ciudadanos, los mexicanos de esta hora deberíamos --en medio del trajín cotidiano por la sobrevivencia y a falta de un sirviente que lo haga-- repetirnos de cuando en cuando: "Acordaos de cómo fue 'elegido' Enrique Peña". 

miércoles, 6 de junio de 2012

La guerra contra AMLO

Bastó un incremento apenas sostenido en la percepción colectiva de que Andrés Manuel López Obrador puede ganar la presidencia de México este 1 de julio, para que --como los planetas ayer-- se alinearan los intereses económico, mediático, y político (PRI y PAN) en una embestida contra el tabasqueño.

Mediante una nueva remesa de espots que ya están saliendo al aire en estos días, ambos partidos la emprenden contra el candidato de las izquierdas mediante el recurso que tan buenos resultados les produjo en 2006: amedrentar a la población presentándolo como un enemigo de la democracia (el plantón de Reforma), una amenaza para el país por su presunta simpatía por la vía armada como medio de transformación social, y como un peligro para la economía, pues su gestión --afirman--  quebraría al país.

El PAN llega al extremo de manipular sin rubor alguno, un fragmento del discurso pronunciado por AMLO el pasado 21 de mayo en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco ante cientos de estudiantes, de modo que parezca que es partidario de la lucha armada como vía para la transformación de México.

Se trata de una maniobra tan descarada y evidente que muestra, sin matices, de qué lado está el verdadero odio y los afanes de violencia y polarización a que se está dispuesto a acudir con tal de envenenar el ambiente y torcer la voluntad ciudadana, esa que, por otro lado, se dice defender.

La desproporción con que PRI y PAN han reaccionado al crecimiento electoral del verdadero opositor, haría pensar que ese crecimiento es ya tal, que en verdad se perfila como el próximo ganador y han decidido cerrarle el paso incluso a costa de envilecer abiertamente la contienda.

El abrupto viraje operado por el PRI-PAN para olvidar sus escaramuzas y enfilarse con sospechosa similitud contra el opositor --al que creían controlado mediante la sostenida estrategia de mantenerlo en las "encuestas" confinado al tercer lugar y ajeno a cualquier posibilidad de triunfo-- revela asimismo que ante una amenaza externa, ambos partidos saben deponer sus diferencias y agruparse para defender los intereses vitales a los que realmente sirven.

En efecto, nadie puede negar que la disputa por la presidencia entre PRI y PAN es real. Aunque responden y representan a escala local los mismos intereses económicos que dominan el mundo, cada uno quiere ejercer el poder para beneficio de sus respectivas camarillas. De ahí su guerra.

Pero ante un estímulo que amenaza con desplazarlos a ambos del control del país y sus beneficios, no les queda otra que unirse y reaccionar con virulencia y desaseo ya sin la careta de atildamiento que mostraba Enrique, quien aseguraba que nunca recurriría a las descalificaciones personales, y ya sin la modosidad fingida con que suele dirigirse Josefina a sus auditorios escenográficos.

Lo que extraña en todo esto es la ausencia de la autoridad electoral que, parapetada en la argucia de que no puede ejercer la censura previa y de que requiere una queja para intervenir ante el escarnio que ocurre a los ojos de todos, solo reacciona para decir: no hay fraude a la vista.

La estrategia del miedo

La estrategia es conocida: consiste en recurrir a términos que evocan significados socialmente aceptados por todos como positivos, tales como: "democracia", "no violencia" "paz social" "respeto a las normas" "unidad", "estabilidad económica" y afirmar --mediante el manejo de imágenes, frases aisladas, voces, acentos y colores oscuros-- que el adversario carece de ellos: no cree en la democracia (¡qué apostasía!) porque encabeza protestas; es violento, promueve el odio, el rencor  y la división, no respeta las normas, cree en la revolución (con la cauda de violencia y sangre que implica) y nos puede arruinar económicamente a todos.

En el vértigo de las imágenes que presentan al acusado de encabezar protestas y levantamientos populares no se juzga sobre la validez de tales expresiones, sólo se les muestra como actos condenables por sí mismos. El corolario es tan inducido como inapelable: el que protesta se sale del escript, violenta nuestro ambiente y es un desadaptado que debe ser excluido.

A Andrés Manuel suele aplicársele aquel falso silogismo cuya conclusión conducía al mismo resultado: quemar la biblioteca de Alejandría:

Si la biblioteca de Alejandría tiene el Corán, hay que quemarla por inútil (pues ya otros acervos también lo tienen).

Si la biblioteca de Alejandría no tiene el Corán, hay quemarla, por impía.

Así, cuando se le acusa, como hizo Javier Sicilia, de ser intolerante y él responde que eso es falso, se le van encima: "¿Ya ven? lo niega, luego, no tolera la crítica, ergo, es intolerante". Y si se quedara callado, como otras veces: "¿Ya ven? no dijo nada, lo aceptó, no supo qué decir".

Ese es el tipo de trampas y bombardeo al que lo someten los medios y adversarios políticos para aniquilarlo.

No han podido y ahora creen llegado el momento del ataque final. Veremos.


   

viernes, 11 de mayo de 2012

Peña Nieto en la Ibero

José Carreño Carlón, el director de la División de Estudios Profesionales de la Universidad Iberoamericana, quizá deba renunciar en los próximos días, pues de acuerdo con lo que declaró esta tarde al noticiero en Radio fórmula de Joaquín López Dóriga, dirige una comunidad desinformada e ignorante de los problemas sociales que ocurren en el país e incapaz de ejercer un pensamiento crítico, valores mínimos que requiere todo aquel que se diga universitario.

Si bien Carreño Carlón no lo dijo en esos términos, esa idea quedó claramente implicada al tratar de formular un control de daños tras la bochornosa visita que realizó esta mañana a esa Universidad el candidato de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

El mexiquense fue duramente cuestionado por las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas contra mujeres y hombres de San Salvador Atenco en 2005, cuando la policía estatal reprimió a quienes protestaban contra la expropiación de sus tierras para la construcción de un aeropuerto alterno al de la ciudad de México.

Peña Nieto asumió la responsabilidad de los hechos, luego de lo cual salió del campus acompañado por una multitud de estudiantes que lo increparon durante su recorrido hacia la salida con gritos de ¡Fuera, fuera! ¡La Ibero no te quiere!¡asesino! ¡asesino!

El hecho fue recogido por las redes sociales hasta convertir en twitter varios trending topic, como MeEscondoEn ElBañoComoEPN, Ibero, UIA y Pedro Joaquín Codwell.

Como en los viejo tiempos, el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell ha recurrido a minimizar el tropezón de su candidato afirmando que sólo se trató de "un puñado" de jóvenes, de expresiones de "intolerancia" e "incivilizadas" y deslizó una censura a la Ibero al señalar que ha abandonado el espíritu crítico, plural, pero respetuoso.

Menos pragmático, pero igualmente descalificador de los críticos, Carreño Carlón sostuvo en la entrevista referida, que ignora si los impugnadores de Peña Nieto eran de fuera, "lo que sí eran jóvenes entrenados fuera".

El ex vocero del presidente Carlos Salinas de Gortari y actual conductor de Agenda pública en Televisa, basa su afirmación en lo bien informados que estaban los alumnos que realizaron preguntas al candidato. Así que de acuerdo con el funcionario universitario resulta inverosímil que los estudiantes de esa Universidad tengan la información que les permita adoptar posiciones críticas frente al poder.

Digo que Carreño Carlón tendría que renunciar a su cargo porque tiene una pobre opinión de esa comunidad, contraria demás a la de la propia dirección del plantel que --a través de su cuenta de twitter (@IBERO_MX)-- puntualizó que: "Nuestros alumnos constituyen una comunidad universitaria informada, crítica y que no es ajena a la realidad del país".

El director de la División de Estudios Profesionales no piensa lo mismo. ¿Qué hace entonces en una universidad de jóvenes manipulables, que pueden ser "entrenados fuera" con aviesos propósitos?

miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Quien defiende a Peña Nieto?

Si algo, lo que reveló el traspié bibliográfico en que incurrió Enrique Peña Nieto el sábado pasado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, fue de qué lado están las preferencias mediáticas de cara a la próxima elección presidencial.

No es un delito que los medios de comunicación tengan un candidato.De hecho, así como se pide que hagan una clara distinción entre información y opinión, para no confundir ni engañar a los públicos dando una cosa por otra, sería deseable, que, como ocurre en otras partes del mundo, los medios declararan abiertamente cuál es su candidato y aún más, que hicieran explícita su agenda, que cada uno la tiene. Así los lectores sabríamos a qué atenernos respecto de cada cual.

Aunque eso no ocurre, quienes frecuentan los diferentes medios o son consumidores asiduos de sus contenidos y programación, saben de qué lado "batea" cada uno, a qué intereses responden: si a los de los lectores o a los económicos que los patrocinan y favorecen de muchos modos su prosperidad a cambio de promover un estado de cosas inamovible.


Lo malo viene cuando, como ocurre aquí, las preferencias mediáticas están presididas por los intereses, prebendas y beneficios económicos que buscan preservar y no son resultado de un análisis ponderado y crítico que ponga por delante el interés general de la población y el de la República.


Así, el librogate fabricado por el propio Peña Nieto contra sí mismo, ha tenido al menos dos virtudes: confirmó de la manera más penosa lo que ya se sabía: el talante iletrado del candidato, su incapacidad para reaccionar coherentemente ante situaciones fuera de libreto, su proclividad a mentir y, en fin, su fragilidad e indigencia intelectual.

Confirmó también que personajes y medios como Oscar Mario Beteta, Radio Fórmula, La Razón, de Pablo Hiriart; Milenio, de Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva; y por supuesto Televisa, con Joaquín López Dóriga al frente han votado ya por el mexiquense.

Aunque en política no hay casualidades --y el periodismo es una actividad esencialmente política-- se trata "casualmente" de los mismos medios y personajes de siempre defendiendo a los de siempre. Medios y personajes que para defenderse cuando son pillados, recurren al mismo expediente: acusar a quienes los señalan de adscribirse al delirio de las teorías de la conspiración.

La apasionada defensa y el control de daños que estos medios han emprendido para resguardar la figura del de Atlacomulco y que el affair no lo raspe demasiado ni afecte la intensión del voto, no tiene paralelo, pues ha oscilado entre la descalificación, la minimización y el insulto.

Ayer, Gómez Leyva llegó a sugerir que en nada afecta, ni les va la vida a quienes leen, el hecho que el vecino o su gobernante sean unos brutos. Carlos Marín determinó que el asunto no afectaría la campaña del candidato; López Dóriga omitió refererirse al revuelo causado por la hija de Peña Nieto con su retuit clasista en defensa de su padre.

Indignado (¿temeroso?) por el daño que el tema pueda causar a "su" candidato, Pablo Hiriart llama "fantoches" a los "perredistas" que en los medios y redes sociales han fustigado la incultura del mexiquense. El problema --dice magnánimo y comprensivo con la ignorancia de su favorito-- "se cura con un buen secretario de Educación Pública".

De pronto, para estos opinadores que en otras oportunidades dicen apoyar la promoción de la lectura y se sorprenden de lo mal que estamos en ese renglón, leer "no tiene la menor importancia", para decirlo en palabras y con el tono levemente argentinado de Arturo de Córdova.

Y no sólo eso, sino que insultan a quienes critican y se sorprenden por la incultura de quien aspira a gobernarlos, llamándolos "fantoches", "exhibicionistas y pedantes" y que los hace protagonistas sólo porque leen, como escribió ayer Fernando Escalante.

Esta bien, ya sabemos que Peña Nieto no tiene cultura literaria --se desespera Hiriart en su columna-- pero, agrega: "¿Y eso qué? ¿lo hace mejor o peor?" Pues según estos adláteres disfrazados de periodistas leer o no leer no tiene ningún efecto en la vida de las personas. Y menos en la de alguien que aspira a gobernar un país con los graves problemas que tiene México.

Lo que parecen no advertir estos acomedidos es que su defensa de Peña Nieto los ha hecho emplear "argumentos" traídos de los cabellos y que los coloca contra una parte de la sociedad que no son sólo los perredistas, como sugiere  insidiosamente Hiriart.

No, la mayoría de los tuiteros y usuarios de redes sociales que se han burlado o que han ironizado lapidariamente al candidato son ciudadanos, con cierto nivel cultural, muchos de los cuales evidentemente sí leen, y que  han mostrado una conciencia alerta y sobre todo mucho ingenio y humor --es lo que más duele-- para magnificar la escandalosa ignorancia del susodicho.

A Hiriart no le dice nada (but or course) el Retuitt clasista de la hija de Peña. Candoroso y tierno, sólo ve en él a una niña de 16 años defendiendo a su padre. Esa parece ser la estrategia acordada, pues Carlos Loret de Mola acude al mismo recurso en El Universal: fustigar a los malvados que así se ensañan con una pobre e inocente niña.

Ya sólo le faltó agregar: No somos dioses, sólo somos hombres tratando de dar lo mejor de nosotros mismos. ¿Qué bonito, no?

Todo este episodio, lo que revela es la parcialidad con que la mayoría de los medios de comunicación intervendrán en la próxima campaña y en favor de quien han cargado, ya desde ahora, sus envenenados dados.



 



 



domingo, 26 de junio de 2011

Eruviel Ávila: el fraude que viene

En el estado de México está por concretarse un fraude a la vista de todos. El próximo domingo 3 de julio habrá allí comicios para elegir gobernador y el candidato de la coalición Unidos por ti (PRI, Verde ecologista y Nueva Alianza), Eruviel Ávila Villegas, se perfila como el ganador.

Con un aparato estatal volcado subrepticiamente en labores de organizaciòn y acarreo del voto, y una bien organizada maquinaria para la compra de voluntades y sufragios operando en su favor, aceitado todo con un gasto millonario en imagen pública, pago de encuestas a modo, redes sociales, logistica, acarreo de simpatizantes y reparto de todo tipo de bienes, todo está listo para la consumación del fraude.

Y sin embargo, se hablará de un ejercicio democrático en el que con su voto "libre" y secreto, los ciudadanos habrán ejercicio su derecho al sufragio. No está mal.

El Instituto Estatal Electoral, encargado de organizar y cuidar la legalidad de la elección, avalará el fraude, pues los consejeros "ciudadanos" que lo integran son todos afines al gobernador priista en la entidad, Enrique Peña Nieto. Nada dirán de la evidente y colosal compra previa de votos, ni sobre el rebase en los gastos de campaña que ameritarían la descalificación del candidato oficial.

Si acaso, las mediciones respectivas iniciarán después de la elección y sus resultados se conocerán por lo menos seis meses después, cuando se hayan legitimado, por la vía de los hechos consumados, los resultados y cuando los electores ya ni se acuerden del asunto.

En tanto, las quejas y recursos legales de impugnación que logren elevarse hasta el tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se toparán con la presidenta de este órgano, María del Carmen Alanís, otra reconocida peñanietista, quien ya dio claras muestras de su condición subordinada al exonerar al gobernador mexiquense por la difusión nacional de espots promocionales que, de acuerdo con la ley, sólo debían difundirse en el estado.

Con todos esos elementos extralegales en su favor y con todos los flancos cubiertos (autoridades estatales, el árbitro electoral y la compra y coacción de voluntades vía la ilegal recolección y registro de credenciales) Eruviel Ávila será el gobernador.

Se habrá consumado así un monumental fraude electoral y nadie podrá legalmente demostrar lo contrario, pues ninguna autoridad estará dispuesta a dar curso legal y el debido proceso a las pruebas que logren presentarse.

Con todo, hay una forma fácil y sencilla en que los mexiquenses podrían quitarse de encima toda esta red de complicidades tejida para manipular su voto: ejerciendo masivamente su libertad individual y no cruzando su boleta por el candidato oficial.

Para eso se requiere de una ciudadanía que no esté dispuesta a ser parte de los actos de corrupción que luego reprocha; de una ciudadanía inmune a la manipulación de los medios de comunicación; de una ciudadanía dispuesta a romper con la lógica clientelar: votar por quien me ofrece satisfactores inmediatos y no por quien se compromete a respetar los derechos.

Se precisa de una ciudadanía informada, educada y capaz de reconocer a quienes jamás representarán sus intereses por estar al servicio de sus enemigos históricos; una ciudadanía interesada genuinamente en la política como algo que afecta su vida cotidiana aunque no lo parezca; una ciudadanía alejada del fatalismo que mira todo como algo natural y eterno, del tipo: "todos son iguales", "siempre ganan los mismos"; o del cinismo: "estos por lo menos reparten".

Veremos si los ciudadanos del estado de México tienen esos atributos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Televisa y Peña Nieto: fabricar un presidente



Los estrategas de Televisa y del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, están aplicando desde hace por lo menos tres años lo que en communication research se conoce como la teoría de los efectos de largo plazo producidos por los medios de comunicación y cómo esos efectos contribuyen a construir la imagen que el ciudadano se hace de la realidad social.

Se trata de un paradigma en teorías de la comunicación, según el cual las comunicaciones que los ciudadanos reciben de los medios no influyen directamente, como se creía antes, en el comportamiento explícito. Es decir, no porque una campaña publicitaria sugiera al espectador adquirir tal o cual producto, aquel correrá a comprarlo.

En cambio, lo que Wilbur Schramm y Roberts, D., descubrieron hace tiempo, fue que las comunicaciones tienden a influenciar la forma en la que el destinatario organiza su propia imagen del ambiente.

De acuerdo con esto, los mensajes cursados a través de los medios de comunicación no buscan ya modificar las actitudes, valores y comportamientos del destinatario, sino algo más complejo: se pretende un efecto cognoscitivo sobre los sistemas de conocimiento que el individuo asume y estructura establemente, a causa de su consumo de comunicaciones de masas.

Además del cambio en cuanto al tipo de efecto, las nuevas estrategias de comunicación modifican el marco temporal: Ya no se buscan efectos puntuales e inmediatos derivados de la exposición a cada mensaje, sino efectos acumulativos sedimentados en el tiempo.

Es un condicionamiento más profundo. No se trata de pretender cambiar la opinión de la audiencia con un mensaje en particular. Sino de moldear el modo de concebir la realidad para que esa audiencia tenga un marco común con arreglo al cual interpretar los signos y los mensajes específicos.

Efectos acumulativos que van quedando sedimentados en la estructura mental de los individuos para que reaccionen conforme a esos condicionamientos y rechacen naturalmente estímulos que estén en contra de esas concepciones así estructuradas.

De hecho, toda la publicidad comercial y política de productos en apariencia tan disímbolos como los chícharos, un shampoo o un auto, en realidad refuerzan un mismo mensaje y un tipo de conducta o esquema de vida (la cocina-la apariencia-el transporte): se refuerza un modelo de vida de confort. La sociedad hedonista como fin y principio de todo.

En ese marco, la protesta, la crítica, la movilización social son tenidas como zonas de conflicto y de sufrimiento que nos apartan del paraíso prometido en el que sólo seremos consumidores satisfechos (de productos, de gadges, de candidatos).



A eso tiende la constante presencia de Peña Nieto en los noticieros de Televisa. El efecto acumulativo Peña Nieto está vinculado a una exposición cotidiana, normal, continuada.

Su candidatura se ha trabajado para que obre efectos de largo plazo, y para que su figura y sus logros se asienten gradualmente en el imaginario colectivo, como una presencia constante, familiar, que dé la impresión de que siempre ha estado allí, con nosotros (efecto cognoscitivo).

Un ejemplo de efecto acumulativo es el siguiente: cuando usted piensa en pan blanco piensa automáticamente en Bimbo. De hecho, la marca, ha pasado a sustituir el nombre del producto o se le asocia en automático.

Así, como señala Mauro Wolf (La investigación de la comunicación de masas, Paidós) el paso de los efectos limitados a los efectos acumulativos implica el abandono del modelo transmisor de la comunicación en favor de un modelo centrado en el proceso de significación.

Desde este punto de vista --observa el teórico italiano-- los medios desarrollan un papel de construcción de la realidad (creating a second-hand reality), nos ayudan a estructurar la imagen de la realidad social de largo plazo, a formar nuevas opiniones y creencias.

A lo anterior responde el prolongado proceso de promoción televisiva de la figura de Peña Nieto. No se trataba, como ha sido lo usual hasta ahora, de construir su imagen a partir de su nominación como candidato, sino de lograr un efecto acumulativo en la percepción colectiva de él como el próximo presidente.

En otras palabras, todo el despliegue de noticias sobre él, todo lo que se dice en la mayoría de las columnas políticas, todas sus fotografías y declaraciones, todo está encaminado a que así como usted piensa en Bimbo cuando quiere pan blanco, piense en Peña Nieto cuando elija presidente de la República.

viernes, 28 de mayo de 2010

Diego, Paulette y Peña Nieto

No se requieren muchas luces para establecer que el vínculo entre estos tres personajes es uno y el mismo: la impunidad.

Diego Fernández de Cevallos hizo una fortuna mediante negocios tejidos a la sombra (en más de un sentido) del poder. Nada nuevo. En realidad ha sido un usufructuario de lo que en México se convirtió en un modus operandi y en un modus vivendi de la clase política.

Reputado por propios y extraños como "hombre clave en la transición democrática en México", acaso lo sea en el peor sentido de esa afirmación, pues la tal transición ha sido una engañifa. Una escenografía con la que se entretiene a los espectadores mientras detrás del telón continúan el saqueo, el tráfico de influencias, el entramado de intereses y las impunidades mutuas.

Quienes afirman que la transición a la mexicana no puede entenderse sin el panista queretano hoy secuestrado dicen verdad, porque los claroscuros de su quehacer político ilustran lo que ha sido esa transición: Un proceso que ha mantenido intactas las estructuras institucionales que hacen del país no un Estado fallido, sino un Estado cleptómano, es decir, organizado para robar.

El ex candidato presidencial panista es una figura paradigmática en tanto producto y reproductor de ese estado de cosas.

Enrique Peña Nieto y el caso Paulette resulta una variación del mismo tema. La reacción de las nanas de la niña asesinada al conocer el veredicto del procurador de Justicia del Estado de México, el hoy renunciado Alberto Bazbaz, fue reveladora.

Encargadas de tender la cama, al menos en dos ocasiones tras la desaparición de la menor, según su propia declaración, ellas saben que la niña no estaba allí. Por eso lloraron al escuchar la inaudita versión de Bazbaz.

Lo notable del asunto es la caradura del gobernador y su procurador para mentir en forma tan alevosa. Y lo hacen porque se saben impunes. Y desde esa posición pueden, a su vez, ofrecer impunidad.

El descreimiento de la gente es un riesgo calculado. Total, han de pensar, al rato la sociedad se olvidará del asunto. Como se olvidó del enriquecimiento ilícito del ex gobernador mexiquense Arturo Montiel, que para eso fue impuesto en el Palacio de gobierno de Toluca Enrique Peña Nieto: para cubrir las trapacerías financieras de su padrino político.

¿En este caso a quien se encubre? ¿cómo se fraguó este complot para asesinar a una niña haciendo del hecho un asunto mediático? ¿pretendían que al abrirlo a la sociedad más fácilmente se alejarían las sospechas siguiendo la teoría de que el mejor lugar para ocultar algo es mantenerlo siempre a la vista?

Ante tales interrogantes, hay lugar para conjeturar que Peña Nieto y su aparato apostaron a la teoría de la confusión, según la cual lo más conveniente para ocultar la verdad es confundir haciendo que cada ciudadano tenga una teoría
propia.

Sea de ello lo que fuere, el gran tema sigue siendo la impunidad.

¡Hasta la próxima!

martes, 9 de marzo de 2010

Operación Peña Nieto


Los enredos políticos protagonizados estos días por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) muestran la visión patrimonialista del poder que campea en nuestra clase política --esa que les permite disponer de los recursos públicos y ofrecerlos como moneda de cambio en acuerdos electorales--, pero sobre todo, han hecho evidente una cosa:

La vasta operación política puesta en marcha desde hace meses por el gran capital --con Televisa como cabeza visible de un conglomerado de empresas, capitales e intereses que conforman el verdadero bloque hegemónico de poder--  para ganar la presidencia en 2012, a través del gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto.

Poderes fácticos

PRI y PAN han sido cooptados por ese bloque y convertidos en los operadores políticos que procesan y gestionan los intereses del gran capital en la esfera pública. Si esa operación se concreta, lo que veremos es ni más ni menos que la sustitución de los poderes constitucionales por los poderes fácticos. Esa es la batalla de esta hora.

Los debates de los meses recientes constituyen las pequeñas batallas que ese bloque hegemónico está librando contra una parte de la sociedad, con el propósito de ir ganando posiciones para su proyecto de cara a lo que estiman que será su próximo gobierno.

El proyecto de la derecha

En ese marco deben situarse, por ejemplo, la alianza PRI-PAN para penalizar a las mujeres que abortan en 18 estados de la república; la férrea oposición de los sectores más reaccionarios de la sociedad --léase la Iglesia-- en contra de los derechos de la comunidad lésbico-gay; la controversia constitucional interpuesta por el gobierno de Calderón en contra de matrimonios entre personas del mismo sexo, acción con la que ha exhibido una interpretación ideológica y religiosa del artículo 4o. constitucional para torcer la interpretación de lo que debe ser una familia con lo cual ha hecho saber a esos sectores reaccionarios qué el gobierno está de su lado.

Otras muestras de ese proyecto de la derecha encaminado a sojuzgar aún más a la sociedad son las pretendidas reformas laboral, política y de seguridad nacional. La primera brinda todas las ventajas al capital para conculcar los derechos de huelga, de libre asociación y de estabilidad en el empleo.

La reforma política, en tanto, es una mascarada que se monta y alienta en el desprestigio de la política, no para dar más libertad y control a los ciudadanos, como engañosamente se afirma, sino para debilitar la división de poderes y eliminar los contrapesos que impiden una presidencia casi imperial, todo con el pretexto de que la pluralidad impide la gobernabilidad y los acuerdos para la modernización del país.

La iniciativa de reformas a la Ley de Seguridad Nacional enviada por Calderón al Congreso en abril del año pasado es otro flanco en la ofensiva de la derecha encaminada al control social y a la criminalización de los movimientos sociales disidentes.

Arropada en el pretexto de los peligros que entraña el narcotráfico y el crimen organizado, introdujo una figura jurídica denominada "Declaración de existencia de una afectación a la seguridad interior", con el fin de permitir la participación de las fuerzas armadas y otras instancias de seguridad del Estado para enfrentar actos que afecten la seguridad interior, como la sublevación en una entidad federativa.

Aguilar Camín y los intelectuales

Como todo proyecto político, éste también tiene una veta intelectual, cuya función es darle legitimidad frente a la sociedad, mediante una operación ideológica que consiste en justificar las principales tesis: en este caso, la extinción de los monopolios --considerados no los privados, sino los servicios a cargo del Estado, como la educación y la salud-- y la subordinación económica hacia los Estados Unidos.

Ese trabajo ideológico habría sido encomendado por Carlos Salinas de Gortari --quien evidentemente juega en el equipo de Peña Nieto, como lo muestra la nueva evidencia que reveló el presidente del Senado, Carlos Navarrete, al acusar al ex presidente de interceder para que se reuniera con el mexiquense--  a Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, entre otros.

Quien quiera abundar en la lista, no tiene más que revisar la relación de "los abajo firmantes" que suscribieron esa entelequia titulada "No a la generación del No". Mediante ese documento, pero sobre todo, mediante el texto denominado "Un futuro para México", publicado inicialmente en la revista Nexos de noviembre y ahora convertido en libro, esos intelectuales orgánicos están presionando en favor del actual proyecto de la derecha.

Todo lo anterior constituye un bien organizado diseño encaminado a configurar un proyecto de gobierno que el grupo hegemónico ha decidido entregar para su administración a Enrique Peña Nieto. Eso es lo que representa el gobernador mexiquense.

En ese marco, el pacto que firmaron César Nava, Beatriz Paredes, Fernando Gómez Mont y el representante del mexiquense, es sólo una muestra de cómo se ha decidido arropar esa candidatura. Que fue mal operado y que dejó ver los hilos de la operación más general que está detrás, eso es algo que los priistas atribuyen a la inexperiencia y torpeza de los panistas.

En todo caso, Calderón y los suyos no se resignan a dejar el poder que les fue entregado merced a que la corrupción priista de fines de los 90 ponía en peligro la continuidad del proyecto hegemónico. Ahora es el michoacano y el panismo quienes ponen en riesgo ese diseño. Por eso los poderes fácticos han decidido que en 2012 debe ser sustituido y así será.

Pero el PRI no es monolítico y ahí otros grupos, como el del senador Manlio Fabio Beltrones están dispuestos a dar la pelea por ser ellos quienes den vida a la nueva etapa. Eso explica la corriente de opinión que quiere aprovechar el episodio del acuerdo descubierto para debilitar al grupo del Estado de México pidiendo la cabeza de Paredes, evidenciada como alfil del mexiquense. 

Así, con todo lo deleznable que el affair del acuerdo puso al descubierto, respecto del talante ético de los políticos involucrados, lo más grave para la República y sus libertades es la operación gansteril que está en marcha para mantener secuestrado al país y hacer del 2012 una elección decidida desde ahora.

lunes, 22 de junio de 2009

Enrique Peña Nieto

Enrique Peña Nieto felicitó ayer domingo a los papás del país por la celebración de su día. Lo hizo durante el festival que Televisa transmitió (but of course) desde la Plaza de la Constitución de Toluca. Es decir, su figura y su mensaje tuvieron adecuada difusión nacional, conforme al plan que esa empresa de televisión y el político han firmado para construir su candidatura y hacerlo presidente en 2012.

Las familias que en todo el país sintonizaban a esa hora el canal de las estrellas pudieron registrar el hecho de seguro con la naturalidad y familiaridad de quien ve a Peña Nieto aparecer todos los días en sus pantallas. De eso se trata, de acostumbrarnos a su presencia y hacérnoslo presente en eventos y actos cálidos de alto raiting que le atraigan la simpatía del público.

Lo que ese auditorio seguramente ignora es que todo ello forma parte de una estrategia política diseñada por Televisa y sus empresas satélite mediante un acuerdo firmado en octubrede 2005 para construir y promover la imagen pública de Peña Nieto con miras a convertirlo en el próximo presidente de México.

De acuerdo con el periodista Genaro Villamil --cuyo libro Si yo fuera Presidente empezó a circular este domingo y en el que analiza el fenómeno Peña Nieto a la luz de sus relaciones con Televisa y otros grupos conservadores-- esos contratos, financiados con dinero público son del orden de 3, 500 millones de pesos anuales por concepto de asesoría y compra de tiempo aire.

Las empresas encargadas de tales asesorías son TVPromo, Radar y CreaTV, filiales del consorcio. Con cargo a esos acuerdos el golden boy del priismo renovado aparece mañana, tarde y noche en todos los noticieros de la televisora declarando casi cualquier cosa a propósito de casi cualquier tema igualmente anodino. La idea es tenerlo ahí, metido en los hogares mexicanos, como para que se vayan acostumbrando.

Se trata, como dijimos, de un magno y bien orquestado proyecto que incluye jugosos negocios a partir de ganar la presidencia de la república para un hombre que estaría en manos de uno de los poderes fácticos y sus representantes, entre los que figura de manera prominente Carlos Salinas de Gortari.

Recuérdese como en 2005, el año en que inician los contratos con Peña Nieto, la televisora anunció la presencia de Salinas de Gortari como asesor de Bernardo Gómez y de Emilio Azcárraga Jean. También se registró un cambio significativo en la composiciónde del grupo de accionistas: Roberto Hernández --el banquero que vendió Banamex a Citigroup y al que Hacienda le perdonó los 3, 500 millones de dólares que debió pagar en impuestos por esa operación-- se convirtió en el accionista número dos de Televisa, siendo como es, un salinista del primer círculo.

Se trata, como se ve, de una apuesta política seria de parte de Televisa para controlar la presidencia de este país, mediante una sutil operación que consiste en ir grabando en la mente de los televidentes de manera subrepticia y casi subliminal la figura de un presidente, aun desde antes de las elecciones, por la vía del aparentemente inofensivo espectáculo de la televisión.

Se trata, además, de una forma de burlar la ley electoral y, más grave aún, de anular el voto ciudadano al condicionarlo gradualmente por medio de las angélicas y aparentemente despolitizadas imágenes de Peña Nieto en medio del espectáculo farandulezco.

El proyecto de hacer presidente al joven del copete no ha descuidado ningún flanco, incluido el de la vida personal del candidato. Y en todos esos frentes, es notable la presencia y participación de reconocidas figuras del espectáculo televisivo.

Así, la actriz Lucero, sustituyó a Angélica Rivera "La gaviota", en la promoción de los "logros" del gobernador mexiquense. Ésta última, por su parte, pasó a ocupar el lugar de la novia oficial, tras la muerte en circunstancias aún no aclaradas de la esposa de Peña. Noviazgo que también formaría parte del cálculo y la estrategia política, pues la "agradable pareja" también es promovida a escala nacional ("amor sin espot no es amor").

Todavía más: la recién concluida novela del canal de las estrellas "Mañana es para siempre" tuvo locaciones en comunidades del Estado de México, en cuyo territorio los protagonistas encontraron el "decidido" apoyo del gobierno estatal para organizar ferias regionales de quesos y desarrollar proyectos de atención a comunidades indígenas, que luego fueron utilizadas (como en las viejas escenografías priístas) como figuras de ornato en la boda que rubricó el final feliz de la historia.

(Antes de ese capítulo final se corrió la versión de que Peña Nieto y la Gaviota aparecerían en pantalla como invitados a la boda de los protagonistas, y seguramente así hubiera sido si la versión no hubiera levantado la ola de críticas previas que generó).

En lo que constituye el colmo de esta cínica campaña televisiva en favor de un hombre, la final del premio Mexicanas, mujeres de valor que el consorcio ha promovido intensamente según eso con la idea de impulsar la equidad de género se entregará el próximo miércoles 24 de junio, adivinen dónde, sí, en el Teatro Morelos de la ciudad de Toluca y allí de nuevo veremos a Peña Nieto en difusión nacional.

Otra vez la imagen del gobernador ligada ahora a uno de los temas más políticamente correctos de nuestro tiempo: el respeto y la exaltación de la mujer. El asunto encierra, sin embargo, una terrible paradoja: según datos del Observatorio Nacional del Feminicidio, el Estado de México ha rebasado a Ciudad Juárez en cuanto al número de feminicidios cometidos en ese territorio, particularmente en Chimalhuacán.

Y no obstante, el gobernador que seguramente entregará el premio Mexicanas, mujeres de valor, no ha aclarado esos crímenes y ni siquiera ha ordenado una fiscalía especializada para investigar y resolverlos.

Ese es el tipo de tratamiento de los problemas que le esperan a México con un gobierno dominado por Televisa: un gobierno que atenderá al raiting y los asuntos de oropel mientras detrás del escenario y de las cámaras crecen la impunidad, la corrupción y un país deteriorándose cada día. La operación Presidencia, pues, está en marcha.

¡Hasta la próxima!