lunes, 30 de noviembre de 2009

Aguilar Camín y Castañeda: neoliberalismo "reloaded"

Digámoslo sin ambages: la agenda política con miras al 2012 que proponen Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, en el número de noviembre de la revista Nexos, constituye una actualización del compendio neoliberal, que incluye evitar la diversificación comercial para seguir atados a la economía estadounidense, así como una profundización de las mismas recetas fallidas (privatizar lo que queda de la educación, los energéticos y los servicios de salud) que mantienen quebrado al país.

Son, además, una reedición del salinismo al que inocultablemente representan ambos personajes y, en tal sentido, bien pueden interpretarse como una forma de irle midiendo el agua social a los camotes ante el programa que en la próxima contienda presidencial enarbolará la derecha en su versión tricolor (léase Enrique Peña Nieto).

En el texto referido, titulado "Un futuro para México", Aguilar Camín y Castañeda se apuran a aclarar sospechosamente que "no se trata de un programa de gobierno", sino de una "agenda" que "puede resultar aceptable para la heterogénea clase media mexicana que define las elecciones".

Sabedores de que cualquier programa político requiere una base social que lo respalde, ambos escritores tienden el anzuelo a la "creciente clase media, vieja y nueva", pues creen que en ese segmento de la población hay las condiciones políticas para crear una coalición identificada con sus planteamientos.

Aunque no lo dicen abiertamente, a lo que apuestan en realidad es al conservadurismo de esa clase social. Conocedores de los resortes que favorecen el control de los ciudadanos y su inmovilismo, dicen que se trata de un sector que ha gozado de los beneficios de la globalización, pues tiene "acceso al crédito y a bienes y servicios a los cuales no se renuncia fácilmente: vivienda, autos, vacaciones, crédito en tiendas".

Así posicionados, los autores estructuran su ensayo a partir de lo que consideran cuatro decisiones estratégicas que México debe adoptar: 1) Asumir los cambios que requiere la economía para crecer. 2) Decidir el lugar que se quiere ocupar en el mundo. 3) Universalizar derechos y garantías sociales y 4) Hacer producir la democracia con reformas institucionales que garanticen la seguridad de los ciudadanos.

Nada nuevo ni original para un texto que desea convertirse en un "referente del debate nacional" e "inducir definiciones". Y es que estamos, otra vez, ante el viejo neoliberalismo que cree llegada la hora de terminar la obra iniciada en 1982 durante el sexenio de Miguel De la Madrid, y que consiste en desmantelar lo que queda del Estado mexicano ya que, de acuerdo con la lógica del documento, nos ha ido tan mal porque nos quedamos a medias en ese proceso.

Así, estos intelectuales orgánicos sostienen que para crecer es preciso abrir la economía a la inversión y a la competencia global. Afirman que el país no genera riqueza porque, al revés de lo que ocurre en las grandes economías del mundo, aquí esos espacios generadores "están capturados por empresas públicas monopólicas y por la red de intereses asociados (los sindicatos de las empresas públicas)".

A renglón seguido proponen "la deconstrucción (extinción, como en el caso de Luz y Fuerza del Centro, de la que dicen que está muy bien su cancelación, pero que no basta) de los monopolios estatales en todas las esferas" (entiéndase: petróleo, electricidad, educación, salud, telecomunicaciones).

Si bien reconocen de pasadita que es preciso "dominar los poderes fácticos, estatales, privados, económicos, sindicales, mediáticos y políticos" vuelven a la carga al subrayar que "en sentido estricto, los únicos monopolios que existen en la república son los estatales, en particular de energía y por ahí debe empezar la agenda antimonopólica (para) abrir estas empresas a la inversión privada nacional y extranjera". En su curiosa y conveniente lógica los monopolios privados, como el de Televisa, "en sentido estricto" no existen.

Ya encarrerados demandan que además de Luz y Fuerza, también debe terminarse con los "monopolios en salud (IMSS, ISSSTE, SSA) y en educación ("la red del Estado atiende sin evaluación rigurosa ni competencia reguladora al 85 por ciento de alumnos en educación básica").

Asimismo ponen en la mira la extinción de los sindicatos de maestros, electricistas, petroleros, burócratas federales y estatales; los de las universidades públicas y de los trabajadores de la salud.

Se trata, en fin, de una grosera reedición del Consenso de Washington; de una oferta para el crecimiento económico envuelta en el viejo discurso de la derecha antiestatista y apoyada en las mismas premisas que condujeron a la economía del país a su postración actual.

A Héctor Aguilar Camín y a Jorge Castañeda habría que recordarles las palabras del presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, en una reciente cumbre mundial:

"La vieja discusión sobre el papel del Estado concluyó como resultado de la crisis global, cuando los mercados desfondados fueron rescatados por el Estado".


Mañana: Un futuro para México: ¿Norte o Sur?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Pobreza y modelo económico

Como a la mayoría de los mexicanos, a Felipe Calderón se le hace que todavía faltan "tres largos años" para el final de su impugnado gobierno (de algún modo hay que llamarle).

Ese deliz declarativo o, si se prefiere recurrir a Freud, ese acto fallido del panista tuvo lugar este miércoles 25, al encabezar el primer Encuentro por un México sin pobreza, donde dijo que "la primera de las prioridades" de su gobierno "para los tres largos años que faltan" será reducir la pobreza extrema.

Abrámos un paréntesis para recordar que en 2006, poco antes de llegar a Los Pinos, y para apaciguar la persistente irritación de un vasto sector del electorado convencido del fraude electoral que se había perpetrado, los amanuenses calderónicos hicieron circular entre algunos columnistas la especie de que el michoacano preparaba un gobierno con el que "rebasaría a AMLO por la izquierda".

Querían significar con ello que aplicaría un programa para arrebatar a López Obrador sus banderas. Al cabo de sólo tres años, en vez de eso el rebasado por los cuatro costados es Calderón, quien además parece reinvindicar al tabasqueño al copiar no sólo sus intenciones sino incluso sus palabras.

Y es que eso de que la "primera prioridad" son los pobres recuerda mucho aquello de "primero los pobres", que enarboló López Obrador durante su campaña y aún antes.

Pero vengamos de nuevo al tema. El llamado de Calderón (¿cree sinceramente estar en aptitud de formular una convocatoria de esa magnitud desde su menguada y maltrecha condición actual?) a políticos y empresarios para que analicen las acciones a seguir en el combate a la pobreza, lo coloca, otra vez, en el terreno de la simulación: dice querer una cosa, pero hace todo lo que conduce a otra.

Así, por ejemplo, sostiene que para combatir la pobreza extrema el programa Oportunidades es la panacea. Si en verdad lo cree estamos ante un hombre sin ideas y con una pobre visión de la realidad. Y si sabe que el problema es el modelo económico y que mientras no haya un viraje sus intensiones no pasarán del discurso, entonces estamos ante un simulador.

 En el mismo foro en el que habló Calderón, el representante del Banco Interamericano de Desarrollo en México, Ellis Juan, dijo lo que todo mundo sabe: que programas sociales como Oportunidades no son suficientes para reducir los índices de pobreza si en el país no hay crecimiento económico mínimo de 5 por ciento anual.

Y para ello, agregamos nosotros, es preciso un nuevo modelo económico, pues en 30 años de administraciones neoliberales México registra en promedio tasas de crecimiento anual de 2.48 por ciento.

Si se desagregan los datos, tenemos que con Miguel de la Madrid el crecimiento promedio anual fue de 0.34 por ciento, con Carlos Salinas de Gortari  la economía alcanzó 3.9 por ciento, con Ernesto Zedillo, 3.5 por ciento, con Vicente Fox, 2.2 por ciento y en tres años de Felipe Calderón, 0.9 por ciento.

De Lázaro Cárdenas a José López Portillo, el país creció a tasas promedio de 6 por ciento, tres veces más que en las cinco últimas administraciones neoliberales.

Así, aunque para Calderón y los mexicanos todavía falten "tres laaargos años" desde ahora puede afirmarse que vamos derechito a un nuevo sexenio perdido.

¡Hasta la próxima!

viernes, 20 de noviembre de 2009

Premios Nobel reprueban a Calderón

Casi no hay día en que los mexicanos no nos enteremos de alguna descalificación internacional a la gestión de Felipe Calderón. El gobierno --que para amplios sectores de la población usurpa el panista-- es reprobado en todos los rubros en que se evalúa.

En todas las mediciones internacionales el país ocupa los últimos lugares o ha perdido posiciones y se mantiene de media tabla para abajo. Lo mismo en derechos humanos que en corrupción, en competitividad, en educación, en economía o en transparencia y rendición de cuentas, la gestión felipista es una auténtica zona de desastre.

Calderón inicio el año defendiéndose de las aseveraciones que lo situaban como líder de un Estado fallido y lo concluye acusado --nada menos que por un premio Nobel de Economía-- de responder mal y tarde a la crisis económica mundial, lo que habría conducido el país a ser uno de los más golpeados y que más tardarán en salir del hoyo económico.

En este y otros espacios de la prensa nacional se ha documentado con suficiencia que, en efecto, el equipo económico del michoacano primero subestimó los efectos de la recesión mundial que se avecinaba (será para nosotros como un "catarrito", vaticinó un despreocupado secretario de Hacienda). Y cuando se sintió la catastrófica magnitud de la emergencia, se reaccionó con medidas tardías y endebles, como las publicitadas medidas anticíclicas que en realidad nunca se concretaron.

Todo eso lo ha venido a confirmar Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001. El investigador de la Universidad de Columbia dijo que el desempeño que el gobierno de México ha tenido para enfrentar la recesión "ha sido uno de los peores en el mundo".

Durante su participación en la ExpoManagement 2009, Stiglitz añadió que los programas anticíclicos aplicados aquí para enfrentar la crisis fueron limitados y se aplicaron tardíamente en comparación con los planes de estímulo de países como Australia y Brasil.

Además deslizó una advertencia a Calderón y su equipo económico: "Algunas personas en México están apostando todo a la recuperación de Estados Unidos, como parte central de una estrategia económica, pero México debe empezar a pensar en una estrategia alternativa porque la actual quizá no sea la mejor".

Balbuceante y endeble --como las políticas que pone en práctica-- ha sido la respuesta gubernamental a los señalamientos del Nobel. Los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens, y de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, trataron de descalificar a Stiglitz diciendo que no conoce la realidad mexicana.

El primero dijo que el estadounidense desconoce que México fue azotado por dos golpes: la desaceleración económica global y la caída en la producción petrolera en 800 mil barriles diarios.

Cordero lo acuso de no conocer con detalle "las políticas anticíclicas que instrumentó el gobierno mexicano, no conoce la realidad de las finanzas públicas mexicanas. Yo creo que mejor se ponga a leer un poquito más de México".

A juzgar por las prendas intelectuales de uno y otro, acaso resulte mejor que Cordero lea la obra de Stiglitz antes de que éste sepa más sobre nuestro país, pues si así fuera la crítica sería más demoledora.

Como se ve, los funcionarios mexicanos no argumentaron nada sólido. Sólo trataron de desautorizar al visitante, a partir de su supuesta y poco creíble falta de información.

Tres Nobel tres

Y sin embargo no es la primera vez que un premio Nobel reprueba la política económica de Calderón. En los últimos tres meses, tres economistas con ese galardón criticaron esa política.

El 22 de septiembre Robert Engle, premio Nobel de Economía 2003 dijo que el gobierno mexicano incurre en una decisión equivocada al pretender incrementar los impuestos a la población cuando la economía continúa en un periodo recesivo.

Invitado a participar en la Semana de la Ciencia y la Innovación, organizada por el gobierno del Distrito Federal, Engle señaló que otros países que han enfrentado una inestabilidad financiera similar han reaccionado de manera contraria al conservar sus gastos altos, pero con gravámenes bajos.

Dos días después, el 24 de septiembre, Erick Maskin, premio Nobel de Economía 2007 alertó: La pretensión del gobierno de Felipe Calderón de elevar los impuestos para aumentar los ingresos del gobierno provocará (...) un incremento en el número de pobres del país, reducirá la capacidad de consumo de la población y frenará la actividad productiva.

"Es un principio general de la economía no subir impuestos enmedio de una recesión", dijo tras dictar una conferencia en la Universidad Iberoamericana.

Maskin dijo además que la propuesta económica del gobierno implica efectos negativos para toda la sociedad porque desalienta la producción y reduce la posibilidad de ingresos, además de aumentar el número de personas que viven en la pobreza.

No acabó allí el enjuiciamiento crítico a la política recaudatoria que aplicará Calderón a los mexicanos a partir de 2010. El 23 de octubre en Guadalajara, el premio Nobel de Economía 2004, Edward C. Prescott aseveró que "un aumento de impuestos lo que hace es distorsionar a las economías, de manera que las empresas no contratarán nuevos empleados ni capacitarán a sus trabajadores actuales". De pasadita recomendó reducir los niveles de corrupción.

Todo esto se dijo en el marco del debate surgido tras la presentación del paquete fiscal para 2010 que incluyó un aumento de impuestos para toda la población.

La historia posterior la conocemos. Los representantes del binomio PRI-PAN en el Congreso hicieron lo contrario de lo prescrito por los premios Nobel y por el sentido común: aprobaron elevar los impuestos enmedio de la peor crisis en que se encuentra sumergido el país.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¿Qué día es hoy? El que usted mande señor diputado

Es clásica la viñeta con que se suele ilustrar el autoritarismo priista, la servidumbre y el amplísimo poder que acumularon los mandatarios durante la "época dorada" del presidencialismo mexicano:

--¿Qué hora es? --pregunta el Ejecutivo
--Las que usted mande señor Presidente!!

Con menos gracia, pero con similar cinismo los diputados de la LXI legislatura aprobaron este martes 17 de noviembre, cerca de las 6 de la mañana, el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2010, excediendo más de 24 horas el límite legal que les impone la Constitución, que es el 15 de noviembre de cada año a las cero horas.

Dirán luego, en la campaña de radio y televisión que seguramente mandarán pagar, que lo hicieron "en tiempo y forma", merced a una ficción denominada "Reloj legislativo", que les permite detener artificiosa y mañosamente el tiempo.

Consiste este recurso --inventado (but of course) por una priista, Beatriz Paredes en 2001-- en iniciar la sesión ordinaria correspondiente a la aprobación del documento días u horas antes del límite, y ante la falta de acuerdos decretar un receso.

De este modo, la sesión --y con ella el tiempo-- quedan detenidos incluso más allá del plazo legal, de modo que los diputados pueden tomarse los días que quieran, pues según su ficción, cuando reanuden los trabajos, seguirá siendo el día anterior al plazo legal y así no violan la ley.

Se trata, como se ve, de una reedición de aquel antiguo pasaje de la picaresca priista. No es ésta, sin embargo, la única ficción en que vivimos los mexicanos merced a la inventiva política priista. El primero de enero de 1993 entró en vigor una reforma promovida por Carlos Salinas de Gortari, que le quitó tres ceros al peso.

Se adujo entonces que la medida facilitaría las transacciones comerciales así como la comprensión de grandes cantidades. En realidad se pretendía maquillar la inestabilidad económica en curso, pues la inflación hizo crecer enormemente el precio de las mercancías, lo que obligaba a emitir billetes con denominaciones cada vez más altas.

Los jóvenes que hoy aún no alcanzan la mayoría de edad crecieron en esa ficción. Ignoran que los libros que compran en 120 pesos, en realidad valen 1, 200. O que la paridad peso-dolar no es de 13 pesos sino de 13 mil, y que si se tiene presente esa circunstancia, se verá que de 1976 (en que el tipo de cambio era de 12.50 peso-dólar)) a la fecha, nuestra moneda no se ha devaluado sólo siete por ciento sino ¡108 mil por ciento!


De las ficciones electoral, democrática, de transparencia y rendición de cuentas, de derechos humanos y del sistema de partidos, ya mejor ni hablamos.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Honduras en la encrucijada

La crisis hondureña entró en una zona de penumbra para la democracia latinoamericana.

La postura de Washington de aceptar el resultado de las elecciones del 29 de noviembre que organiza el golpista Roberto Micheletti constituye una tácita convalidación del golpe militar perpetrado en junio pasado.

Eso fue lo que siempre argumentaron los golpistas: que llegaban al poder para organizar las elecciones y que se irían tras corregir las presuntas violaciones constitucionales del presidente Manuel Zelaya.

La semana pasada una misión estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado Thomas Shannon consiguió un nuevo acuerdo: el Congreso hondureño decidiría la restitución del presidente legítimo. Se conformaría, además un gobierno de "unidad nacional".

¿Cabe suponer mayor ingenuidad? Quienes votarán o no el regreso de Zelaya son los diputados que aprobaron su defenestración hace cinco meses. Como era previsible el presidente depuesto perdió la votación. Respecto del nuevo gabinete de "Unidad", éste excluyó a los zelayistas.

El derrocado mandatario reprochó a la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton que pretendan reconocer las elecciones "sin revertir el golpe de Estado ni resolver la profunda crisis en que se encuentra nuestro país".

Las representaciones de Brasil, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua ante la OEA advirtieron que no reconocerían las elecciones si el presidente no es restituido.

Este viernes 13 Zelaya criticó a Barack Obama por cambiar su postura, en tanto que Micheletti se mostró esperanzado en que Washington reconozca el resultado de las elecciones. Sobre todo tras la visita que realizó a Honduras el martes y miércoles últimos el subsecretario adjunto de Estado para América Latina, Craig Kelly.

Al final de su visita de dos días Kelly confirmó el viraje de Washington al declarar que para el gobierno del presidente Obama las elecciones en Honduras son "parte de la solución" a la crisis.

La retracción estadounidense no puede leerse como el fin de su intervencionismo en la región, como aseguró Obama en agosto pasado durante su estancia en México al reprochar a quienes desde entonces le exigían una postura más dura ante los golpistas hondureños.

Más bien es la confirmación de que se encuentra atado por la burocracia reaccionaria y conservadora que controla la Agencia Central de Inteligencia, el Pentágono y al Departamento de Estado.

Al respecto la periodista Amy Goodman (Democracy Now!) ha recordado que ese entramado de intereses nunca vio con buenos ojos el vuelco de Zelaya hacia políticas más populares, como la determinación de que Honduras forme parte del bloque comercial Alternativa Bolivariana para las Américas, conformado por naciones como Venezuela y Bolivia para contrarrestar el dominio económico estadounidense.

Especialistas como Carlos Fazio han documentado que el golpe militar obedeció a la pretensión de Zelaya de no renovar el contrato para la permanencia de Estados Unidos en la base militar que esa nación mantiene en Soto Cano, la cual sería convertida por Honduras en un aeropuerto comercial. Algo como lo que hizo el presidente de Ecuador Rafael Cordera, quien tampoco renovó el acuerdo para la permanencia de EU en Manta, sobre el Pacífico ecuatoriano.

La pérdida de ambas bases, según Fazio, debilitaría una red del Pentágono denominada Centros Operativos de Avanzada (FOL, por sus siglas en inglés) encargada de la guerra de contrainsurgencia que Estados Unidos desarrolla en la región.

Tales las coordenadas en que se mueve el conflicto. Es claro que con la renuncia de los zelayistas y los candidatos independientes a participar en unas elecciones organizadas por los golpistas, quienes resulten ganadores no serán sino los aliados de Micheletti, quien así podrá retirarse alegando que devuelve el país a la democracia, pero dejándolo, en realidad, en manos de sus incondicionales.

La asonada militar adquirirá así una fachada de legitimidad electoral, pero ello no significará más que la prolongación de la crisis, aunque los intereses del Departamento de Estado y de la derecha estadounidense que liderea Hillary quedarán bien servidos.

Veremos.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Denunciar a Calderón

Margarita Zavala, a quien algunos medios siguen calificando con el oficioso mote de "primera dama" por ser esposa de Felipe Calderón, anunció el 9 de noviembre pasado en Veracruz el lanzamiento de una página web de denuncia ciudadana anónima denominada No te dejes. Somos más (www.notedejes.mx/).

La página fue presentada durante el congreso nacional Ciudadanía y medios: acción conjunta, y con ella se pretende alentar la participación ciudadana en el combate a los delitos.

Lo curioso del asunto radica en que varios ciudadanos han escrito a medios de comunicación informando que, en efecto, han decidido aprovechar ese medio para denunciar a ¡Felipe Calderón!

Y lo han hecho por delitos como asociación delictuosa, por delitos contra el patrimonio de las personas, por delitos contra la democracia electoral, por atentar contra la economía pública, pero sobre todo, por usurpación de funciones.

El sistema otorga un folio y una contraseña para que el denunciante haga un seguimiento posterior del curso y trámite que se da a su denuncia. Será bueno saber qué respuesta da la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica, quien promovió esa página, al cúmulo de denuncias que ya ha recibido en contra de Calderón.

Lloriqueos de Ortega

Otro que ha denunciado, o mejor, se ha quejado, es Jesús Ortega. El presidente formal del PRD acudió con el secretario de Hacienda, Agustín Carsten a acusar a los diputados del PRI y del PAN de querer dejar sin dinero a su partido en la repartición del Presupuesto de Egresos del próximo año.

El suyo es un caso patético: hizo todo lo que estuvo a su alcance (alquimia incluida) para quedarse con el cascarón en que está convertido el PRD. Lo dividió, obtuvo una pobre representación en el Congreso (eso sí, no violenta, sino "moderna" y "civilizada").

Se opuso al aumento de impuestos. Pero con un partido aniquilado y entregado a Calderón mediante pactos inconfesos, no consiguió nada. Ahora la dupla derechista PRI-PAN amenazan con no asignar recursos a los gobernadores perredistas por no aprobar su partido la cascada de aumentos a los impuestos.

Y Ortega acude a "los buenos oficios" (así lo dijo) de Carstens para que no los dejen sin recursos. La izquierda moderna y bien portada se topa con la realidad: es utilizada para golpear al movimiento cívico que encabeza Andrés Manuel López Obrador y ahora hasta le regatean las 30 monedas que le corresponderían por su labor de zapa.

¡Hasta la próxima!

jueves, 12 de noviembre de 2009

El papel de los medios en el conflicto de Luz y Fuerza

La marcha y el paro nacional realizados ayer por el Sindicato Mexicano de Electricistas y otras agrupaciones obreras, populares y estudiantiles, en favor de la reapertura de Luz y Fuerza del Centro --liquidada por el grupo en el poder mediante un decreto cuya legalidad ha sido cuestionada por los principales constitucionalistas del país-- mostró la estrategia de contrainsurgencia desinformativa que el gobierno aplica no sólo en contra del SME, sino de toda la población, para garantizar el control social de la disidencia.

La receta no es nueva, pero sigue en uso: consiste en destacar los perjuicios que la movilización causaría a peatones, automovilistas y comerciantes, con el evidente propósito de exacerbar el enojo de los afectados. Un vocero de los comerciantes aseguró que la marcha causaría pérdidas por 20 millones de pesos, pero no se tomó la molestia de explicar cómo llegó a ese cálculo.

Y aun hubo medios, como el salinista La Razón que dirige Pablo Hiriart, que en obvia consonancia con el discurso gubernamental y violando todos los códigos periodísticos que prohiben deslizar opiniones o condenas en los encabezados de notas informativas, insistió en descalificar la lucha de los electricistas: "El SME sale hoy a la calle en defensa de privilegios", fue el encabezado principal.

Concluida la protesta, la defenestración siguió que dio un contento. Se trataba ahora de desvalorar sus efectos: ("marcha desdibujada", "Acudieron sólo 30 mil") y de continuar con la labor de desprestigio: "día caótico", "violencia callejera", "insultos a transeúntes" "protesta desquiciada y extremadamente violenta"; otro locutor se escandalizaba por las "pintas en monumentos históricos".

El inefable Pedro Ferriz de Con presentó en Canal 28 un "Pulso ciudadano" en que "ciudadanos" condenaban la movilización y conminaban a los electricistas a aceptar la decisión gubernamental: "Es una orden del gobierno que tienen que acatar", dijo una señora; "Ya es imposible que cambien lo que está sucediendo", señaló otro con la resignación que a los medios les gusta destacar.

Era tan evidente la maniobra que, asaltado por un rubor de último minuto, Ferriz se vio precisado a aclarar que los sondeos callejeron son aleatorios y que las tales entrevistas se presentaban sin edición ni sesgo informativo. Ya saben: "Explicación no pedida...".

La condena mediática fue completada por TV Azteca con un desgarramiento de vestiduras ante el "atentado a la libertad de expresión" que significaron las pintas que los manifestantes hicieron en una camioneta de esa empresa, en protesta por la evidente desinformación que la televisora pone en práctica en su cobertura del conflicto.

Todo lo anterior puede resultar anecdótico. No lo es, sin embargo. Forma parte de una estrategia global --que localmente se aplica de manera pedestre-- encaminada a combatir todo lo que se oponga al actual modelo de dominación impuesto por Estados Unidos, y que en México es defendido por la derecha en el poder (PRI-PAN).

Esa ofensiva se expresa en México en la aplicación de un modelo que --como lo demostró la Ley de Ingresos recién aprobada por el Congreso-- insiste en mantener vigente el Consenso de Washington, un conjunto de medidas económicas dictadas por el stablishment estadounidense que desembocó en la actual crisis mundial.

Carlos Slim, considerado ayer por la revista Forbes como el sexto hombre más poderoso del planeta, denunció apenas el domingo pasado la aplicación aquí de ese modelo: "Hemos vivido con ajustes económicos que nos han impuesto desde afuera el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en vez de elaborar planes de desarrollo".

Los representantes en México de esos intereses son el PRI y el PAN. Y para seguir aplicando el neoliberalismo que les dictan desde fuera, necesitan garantizar las condiciones que permitan asegurar y ampliar las ganancias de los grandes capitales.

De ahí que voten leyes que liberan de impuestos a los empresarios, o les regalan la explotación de recursos de la nación, como las minas, la petroquímica básica o el espectro radioeléctrico, o creando falsos organismos reguladores, como la Comisión Federal de Telecomunicaciones controlada por Televisa.

En el caso de Luz y Fuerza, su pretendida eliminación responde al interés del bipartido en el poder de abrir el negocio de la fibra óptica (1,100 kilómetros de red pertenecientes a LyF) a los empresarios cercanos al régimen (La empresa hispana WL entre cuyos accionistas figuran los ex secretarios de Energía panistas Ernesto Martens y Fernando Canales Clariond).

Así pues, la violencia mediática contra la defensa que los trabajadores hacen de esa empresa no es otra cosa que la forma en que el imperio de las comunicaciones defiende sus negocios en puerta ante lo que considera un obstáculo para la reproducción del sistema neoliberal, sus ventajas y privilegios.

Mediante los recursos y triquiñuelas televisivas y radiofónicas reseñadas al principio, los medios de comunicación hacen su papel: manipulan la conciencia de la población de modo que ésta acepte y vea sólo "la verdad" del poder.

Aplican puntualmente aquel principio de la dominación según el cual la conciencia de los poderosos debe introducirse en la conciencia de los dominados. Que éstos piensen y crean que sus intereses son similares a los que los sojuzgan para que una vez engañados, se conviertan incluso en sus defensores.

En eso consiste toda la labor de los medios de comunicación. Y el resultado rinde frutos, pues es obvio que la mayoría de la población cree, en efecto, que los medios denuncian el caos provocado por las protestas movidos por un genuino interés en el bienestar de los afectados.

Su interés está en otra parte: en el desprestigio de los movimientos sociales que pueden ser un obstáculo para sus ganancias.

Addenda: Una muestra más de las prácticas de manipulación y censura de las televisoras: ayer, durante la inauguración del estadio Territorio Santos Modelo, Felipe Calderón escuchó abucheos y rechiflas cuando fue presentado y en el momento en que leyó su discurso.

De inmediato, el sonido ambiental de la transmisión fue aminorado para que la repulsa a Calderón no se escuchara en la televisión.

¡Hasta la próxima!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Copenhague, muerto desde ahora


La cumbre sobre cambio climático que tendrá lugar el próximo mes de diciembre en Copenhague ha fracasado antes de iniciada.

Convocada para establecer un nuevo acuerdo vinculante (obligatorio) para sustituir al Protocolo de Kyoto sobre reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera, es probable que termine sin acuerdos cuantificables lo que en esta materia equivale a nada.

La reunión previa efectuada en Barcelona, España, del 2 al 6 de noviembre --que convocó a más de 180 naciones-- prefiguró lo que veremos en Holanda: la reticencia de Estados Unidos a fijar un porcentaje que esté dispuesto a cumplir sobre la reducción de emisiones de CO2 y la resistencia de países como India y China, dos de los mayores productores de gases contaminantes, a adoptar metas para el recorte de emisiones.

Pese a los encendidos discursos de Barack Obama respecto de la urgencia de alcanzar un acuerdo en la materia, parece que en este terreno de nuevo se encuentra con las manos atadas e incapacitado para asumir compromisos, atrapado como está por la intrincada red de intereses económicos y políticos que se mueven en Washington.

Con la renuencia de USA a fijar una posición, los países en desarrollo sostienen que las negociaciones carecen de sentido. En Barcelona 50 naciones africanas abandonaron las negociaciones en protesta por el hecho de que los países ricos rehusan disminuir sus emisiones al menos 40 por ciento para el año 2020, en relación con los niveles de 1990, la más agresiva cifra sugerida por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático.

Estados Unidos se ha comprometido a recortar 20 por ciento sus emisiones para 2020 (30 por ciento si otras naciones hacen similares promesas), pero la legislación que se discute aún en el Senado de ese país prevé sólo reducciones de 4 por ciento en relación con el nivel de 1990. Como se ve, son cifras muy lejanas del 40 por ciento que los científicos han fijado como necesario para reducir los riesgos que para el planeta representa el fenómeno.

Claves en cualquier acuerdo global en este tema son China e India, las mayores naciones en desarrollo cuyas emisiones nacionales están aumentando rápidamente. Pero ambas están esperando que Estados Unidos diga su palabra.

"Los países ricos están claramente usando a los EUA como una excusa para poner sus intereses nacionales por encima de la necesidad de aligerar el sufrimiento de millones de personas desconsoladas, hambrientas y sin hogar debido al cambio climático", ha expresado Antonio Hill, asesor ambiental de Oxfam. ¿Por qué querrían las naciones pobres firmar un acuerdo climático vacío de promesas?

¡Hasta la próxima!

martes, 3 de noviembre de 2009

Impuestos o el asalto institucional

Después de lo ocurrido el fin de semana con la aprobación del paquete fiscal 2010 y si este país fuera otro, el PRI y el PAN tendrían que despedirse de sus aspiraciones presidenciales para 2012, pues con el sólo voto de los empresarios a los que favorecen, les sería imposible alcanzar la presidencia en ese año.

Pero no. Estamos ante un país en el que casi un tercio de la población es analfabeta, en el que uno de cada cuatro jóvenes en edad de estudiar no lo hace y en el que más de la mitad de la población no entiende lo que lee.

Se trata, así, de una masa de ciudadanos manipulable a través de múltiples y minuciosos mecanismos (de los que ya nos ocuparemos) puestos en práctica por la industria de los medios de comunicación, encargada, entre otras cosas, de administrar la amnesia colectiva y de hacer pasar como actos patrióticos lo que en realidad son agravios para la población.

Este fin de semana llegó a su fin la comedia escenificada por panistas y priistas encaminada a aprobar impuestos que deberán pagar las clases populares y a evitárselos a los grandes empresarios. Veamos:

El binomio PRI-PAN en el poder no sólo incrementó el IVA de 15 a 16 por ciento y el Impuesto sobre la Renta (ISR) de 28 a 30 por ciento para la población en general, sino que mantuvo los privilegios fiscales para 422 grandes consorcios e incluso aseguraron que los nombres de éstos y de los que no pagan impuestos se mantengan en secreto.

Así, Televisa no pagará durante dos años los impuestos que le corresponderían (5 mil 800 millones de pesos) por explotar comercialmente un bien público que le dejará millonarias ganancias: los servicios de voz, datos e Internet (el apetecible triple play) de la banda de 1,700 megahercios.

Adicionalmente, los grandes desarrolladores inmobiliarios tampoco pagarán el aumento de dos puntos porcentuales del ISR, por ser "uno de los negocios más golpeados por la crisis", pero sí lo harán quienes compren una vivienda.

Se consumó uno de los peores atracos a la economía popular que además acentuará el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y sumirá al país en una profunda recesión en momentos en que casi todo el resto del mundo se prepara para participar de una incipiente recuperación económica.

Con su actuación, el PRI ha confirmado lo que sólo algunos pretenden ignorar: que es el mismo partido entreguista de siempre, dispuesto a la transa, el chantaje y la manipulación, prendas a las que ahora ha agregado la cobardía, pues el sábado abandonó el salón de sesiones para no votar el aumento al IVA que previamente pactó con la Secretaría de Hacienda.

Formalmente podrá alegar que no votó ese gravamen, pero tampoco lo evitó como bien pudo hacerlo merced a la mayoría que los ciudadanos le entregaron en las urnas el pasado 5 de julio. En el colmo de la impostura publicó hoy un comunicado en el que niega haber hecho lo que exactamente hizo.

Es decir, acusa que la iniciativa de Ley de Ingresos de Calderón era "recaudatoria, cortoplacista y recesiva", pero así la dejaron; dicen que "privilegiaron el interés de México sobre el del partido aun por encima de costos políticos", pero huyeron del salón de plenos para no ser vistos sabiendo que se votarían medidas lesivas para la economía popular que con sus votos pudieron haber evitado.

Dice que actuó "como oposición responsable y en defensa de los intereses de la sociedad", pero lo que verdaderamente defendió fueron los intereses particulares de unos cuantos al justificar y aprobar que no se conózcan los nombres de las empresas privilegiadas fiscalmente.

Como se ve, el PRI miente descaradamente confiado seguramente en las condiciones de una ciudadanía como las que describimos al principio de esta entrega.

Lo que presenciamos en estos días, devela sin ambages, que este no es un país soberano cuyos ciudadanos están en pleno goce de sus derechos. Se trata, en cambio, de un país secuestrado por unos intereses económicos depredadores camuflajeados bajo un ropaje institucional (leyes, elecciones, partidos políticos, alternancia en el poder) que ocultan su verdadera condición: la de ser una banda organizada para esquilmar las riquezas nacionales y a su población.

¡Hasta la próxima!