viernes, 31 de mayo de 2013

Reforma fiscal

La reforma fiscal que el gobierno mexicano propondrá al congreso en los próximos meses no contribuirá a mejorar la estructura de los ingresos tributarios, pues está orientada a dar certeza y protección al gran capital, particularmente al financiero, que además de no pagar impuestos exige para invertir aquí, condiciones como la acumulación de reservas, el equilibrio fiscal y la ampliación de la base tributaria.

Así lo señala un estudio del Grupo de Análisis de la Coyuntura de la Economía Mexicana (Gacem), del Instituto de Investigaciones Económicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Una auténtica reforma al régimen fiscal implicaría, de acuerdo con el Grupo, cobrar impuestos a las ganancias, sin la posibilidad de deducir mediante fundaciones; eliminar la consolidación fiscal --la cual permite que en un conjunto de empresas se puedan transferir las pérdidas para reducir las ganancias y pagar menos impuestos--, medidas contra el capital especulativo, tales como tasas tributarias o penalizaciones monetarias si abandonan el país en el corto plazo, e incluso gravar las utilidades de las compañías mineras.

Se trata, sin embargo, de medidas que no están en la agenda de las autoridades hacendarias, señalan Alejandro López Bolaños y Josefina Morales Ramírez, autores del análisis. En su lugar, la reforma en puerta buscará la aplicación generalizada del IVA en medicinas y alimentos, eliminar subsidios a los energéticos (aumentos de precio en luz y gasolina), aplicar impuestos a la economía informal, además de un posterior aumento del IVA, actualmente en 16 por ciento.

Con datos de la última encuesta sobre ingreso-gasto de las familias mexicanas (2010), los investigadores demuestran que la aplicación del IVA generalizado afectará significativamente a las familias de menos recursos, las cuales destinan 52.3 por ciento de su ingreso a la adquisición de alimentos, en contraste con 28.4 por ciento de su gasto que canalizan a ese renglón los hogares con mayores ingresos.

Estimaciones realizadas por Josefina Morales con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, indican que con la estructura actual del IVA los hogares más ricos pagan 41.1 por ciento del total de ese impuesto, y el 10 por ciento más pobre, 1.1 puntos porcentuales.

Con la generalización del gravamen los más pobres cubrirán 1.7 por ciento del pago total del impuesto en el país, es decir, 161.2 por ciento más que antes; en tanto que el decil de mayores ingresos pasará de pagar 41.1 a 36.2 por ciento, proporcionalmente menos que antes. En términos porcentuales representará para estos últimos un incremento menor de 50 por ciento (47.7).

El análisis señala que si bien los recursos públicos son escasos --la recaudación de impuestos en México equivale a cerca de 9.6 por ciento del PIB, cuando el promedio de los países de la OCDE es de 24.7 por ciento-- el verdadero problema es que están mal administrados.

En efecto, a los elevados salarios de la élite gobernante y la corrupción, se añade la cuantiosa devolución de impuestos, que sólo en 2011 ascendió a 284 854.3 millones de pesos, equivalente a 13.8 por ciento del total de impuestos recaudados.

 Pero a los grandes contribuyentes --la industria automotriz con 11 por ciento del total de devoluciones, la de alimentos (6.1), comercio (5.4) y "otros grandes contribuyentes" no identificados ni desglosados (71.2 por ciento del total)-- se les regresaron más de 219 mil millones de pesos, equivalentes a 71.8 por ciento de todas las devoluciones, y a 10.7 por ciento de los impuestos recaudados.

A lo anterior, añade el documento, se suma la privatización de impuestos vía las fundaciones y la beneficiencia pública. Los cuantiosos recursos de las fundaciones de las grandes empresas son, en gran parte, impuestos no pagados al gobierno federal.

De acuerdo con el Sistema de Administración Tributaria (SAT), hay en México más de nueve mil entidades donatarias autorizadas que incluyen un universo de actividades asistenciales, educativas, ecológicas, museos privados, promotores culturales, entre otros.

Un ejemplo de ello, destacan los analistas, es el Teletón de Televisa, que entre 1997 y 2011 recaudó cerca de cuatro mil millones de pesos.

Los autores señalan que entre el conjunto de reformas económicas de corte neoliberal que pretende la actual administración, la reforma fiscal trata de justificar el posible cobro de impuestos generales al consumo aduciendo que con esta medida se obtendrán los ingresos necesarios para impulsar el crecimiento económico, dotar de servicios públicos esenciales, financiar un nuevo esquema de protección social, además de darle mayor sostenibilidad a las finanzas públicas.

De hecho afirman que la modificación que hizo el PRI a sus estatutos para favorecer la aplicación generalizada del IVA en alimentos y medicinas fue inspirada por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el cual propuso que para hacer viable una reforma al sistema de protección social el financiamiento se obtendrá de recursos públicos provenientes de impuestos generales al consumo, de la eliminación de los regímenes especiales y del subsidio a las gasolinas.

Así vamos...


domingo, 26 de mayo de 2013

PND, más de lo mismo: ANEC

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) es una continuación de las políticas neoliberales aplicadas en México desde hace 30 años y, en materia agropecuaria, promueve un modelo de dependencia alimentaria que favorece a los monopolios, a unos cuantos empresarios y al mercado externo, afirmó hoy la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

En un comunicado el organismo señala que el país requiere un nuevo modelo agroalimentario y nutricional, cuya construcción reclama una política de Estado de largo plazo y no un programa como el PND, al cual califica como continuista, inercial y decepcionante porque insiste en la tesis del libre comercio por encima de la soberanía nacional, y en que los mercados resuelvan los problemas que las propias políticas neoliberales han profundizado y generalizado.

La ANEC señala que si bien el PND reconoce que el campo es un sector estratégico por su potencial para reducir la pobreza e incidir sobre el desarrollo regional, no hay en el documento planteamientos específicos sobre cómo erradicar la pobreza, no incluye las metas de crecimiento del sector y carece de señalamientos sobre cómo alcanzar la autosificiencia alimentaria.

"El campo no aguanta más la inercia y el continuismo neoliberal", afirma la Asociación al asegurar que no es posible esperar hasta habril de 2014 --fecha límite establecida por el PND-- para dar a conocer el programa sectorial de la Sagarpa y el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable.

Para superar la catástrofe alimentaria de nuestro país, producto de un sistema impuesto por las grandes corporaciones con base en una agricultura depredadora en importaciones, y un modelo de consumo en el que predominan los alimentos chatarra y el refresco, la ANEC demanda una política de Estado para la autosuficiencia alimentaria con campesinas y campesinos, sustentabilidad, derecho a la alimentación, sin transgénicos ni monopolios.

Su construcción --asegura-- requiere de una política de Estado de largo plazo, para lo cual es indispensable la aprobación de la Ley reglamentaria del derecho a la alimentación, que puede estar fundada en la Ley de Planeación para la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria y Nutricional, que actualmente, denuncia, está congelada en el Senado.

lunes, 20 de mayo de 2013

Recesión económica y discurso

El desplome de la economía mexicana reportado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) vuelve a poner en evidencia el abismo entre un discurso que pretendidamente llevará al país a la prosperidad, y la realidad empobrecida a la que lo conduce merced al programa de reformas estructurales que se aplica sin el consenso social y con el sólo apoyo de las cúpulas partidistas cooptadas.

El crecimiento del PIB en el primer trimestre de 2013 de sólo 0.8 por ciento --la cifra más baja desde el cuarto trimestre de 2009 en plena crisis económica-- significa que entre diciembre de 2012 y marzo de este año el valor de la economía mexicana se redujo en 567 mil millones de pesos, cantidad equivalente al valor de las exportaciones mexicanas de petróleo en un año.

Ante esa realidad Enrique Peña Nieto dice que para mejorar esos números "México tiene que ocuparse, como lo venimos haciendo, de lograr cambios estructurales". Es decir, para salir del atolladero aplicar las mismas recetas que nos empujaron allí.

En abono de lo anterior, un reporte del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey sostiene que los acuerdos políticos (Pacto por México) y las reformas aplicadas no están diseñadas para enfrentar la desaceleración del país, por lo que se requieren nuevas medidas de corto plazo que reviertan la caída de la actividad industrial y de todo el aparato productivo nacional que está dejando de invertir (en marzo, observa el CIEN,  las importaciones de bienes de capital que las empresas necesitan para producir se redujeron 7.5 por ciento y los insumos intermedios 3.6 por ciento.)

La demagogia o confusión gubernamental para explicar el fracaso económico del primer trimestre llevó al propio Peña Nieto a incurrir en una contradicción elemental. Dijo que para no depender de la dinámica económica global, las reformas estructurales se impulsan para fortalecer el mercado interno, pero enseguida reveló que su estrategia consiste en recibir del exterior "más inversiones que vengan a detonar crecimiento, generación de empleos y mayor desarrollo económico que necesariamente habrá de traducirse en bienestar para las familias". ¿Que no es eso depender de lo que dice que no se quiere depender?

Lo que el adquiriente de Los Pinos ignora --but of course-- es que la mayoría de la inversión foránea que llega al país es capital especulativo que se invierte en la compra de bonos de deuda del gobierno y que, por tanto, no tiene nada que ver con la generación de empleos ni incide en el desarrollo económico.

De 2009 a la fecha esos capitales --llamados volátiles o golondrinos porque llegan, obtienen ganancias y se marchan con ellas sin invertir nada en actividades económicas productivas-- se multiplicaron por seis y en enero de este año ascendían a 126 mil 107 millones de dólares, según reportes del Banco de México (Banxico).

Su ingreso masivo al país obedece a que para enfrentar la crisis las naciones avanzadas redujeron sus tasas de interés a mínimos históricos, como una forma de estimular la actividad económica. En México lo hacemos al revés: se incrementa la tasa de ganancia para inversiones volátiles y se castiga la actividad productiva.

Aquí esas inversiones encuentran la rentabilidad que no encuentran en el mundo desarrollado y sólo por eso vienen, pero Agustín Carstens, gobernador de Banxico, asegura que la presencia de esos capitales es un "reflejo de la salud del país".

En contraparte, la Inversión Extranjera Directa (IED) que sí participa en actividades productivas fue en 2012 de sólo 12 mil 659 millones de dólares, también según datos del Banco Central. Pero lo que Banxico no reportó es que esa cifra es la más baja desde 1999 y que representa una caída de 35 por ciento, respecto de 2011, como se indica en el informe La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2012, presentado el 14 de mayo pasado en Santiago de Chile, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En cambio, en América Latina, Brasil es el principal receptor de IED (41% del total) con 65 mil 272 millones de dólares en 2012, mientras que Perú y Chile aumentaron ese año 49 y 32 por ciento, respectivamente su participación. Como dato adicional ha de decirse que ninguno de esos países guarda una relación de subordinación económica respecto de EUA como la que mantiene México.

Como el propio Banxico ha reconocido: por cada dólar que ingresa para invertirse en actividades productivas (IED), llegan cinco  que sólo vienen a aprovechar las altas tasas de interés que aquí se les ofrecen, pero eso, según nuestro banquero central, es producto de "la salud del país". Puede ser, pero los únicos que se benefician de ella son los capitales financieros especulativos, y seguramente sus socios locales.

A contrapelo de lo que opina Carstens, el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó apenas en abril --durante la reunión anual de primavera que organiza con el Banco Mundial-- sobre los riesgos que los capitales golondrinos tienen para estabilidad financiera de países emergentes como México.


Como se ve, la inversión que según Peña Nieto vendrá a rescatarnos no está llegando. Lo que tenemos es inversión especulativa a la que se le otorgan todas las facilidades para obtener ganancias e irse, pues el Banco de México se niega a imponerle restricciones, como un impuesto.  

Y es que de eso se trata: de hacer negocios a costa del país. Lo otro: la cruzada contra el hambre y la prosperidad para todos es sólo el discurso para las masas.

Así vamos.

sábado, 18 de mayo de 2013

Reformas y Rectoría del Estado

Una de las percepciones que el peñanietismo trata de posicionar con más fuerza entre la población es la idea de que el Estado mexicano, a través de su gobierno, está recuperando la rectoría sobre áreas estratégicas para el desarrollo del país.

El lector atento habrá notado que en cada acto en los que se presentaron las reformas educativa, de telecomunicaciones y financiera, se aseguró que los cambios propuestos permitirán al Estado recuperar el control sobre esos sectores clave.

Lo que se omite señalar es que la tal rectoría se perdió al adoptar los gobiernos priistas, desde 1982 --luego secundados por la docena trágica del PAN-- el modelo económico neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI)-Banco Mundial (BM), mediante el llamado Consenso de Washington.


Como se sabe, las tesis neoliberales en boga están en contra de cualquier forma de intervención del gobierno en la economía. Al proclamar el retorno del Estado al control de sectores clave de la actividad económica ¿Enrique Peña Nieto se está apartando del modelo neoliberal para regresar al Estado interventor como forma de compensar los desequilibrios sociales generados por el Mercado?

Desde luego que no. De lo que se trata en realidad es de recuperar el control corporativo de sectores como el educativo, para impulsar cambios legales que legitimen el actual proceso de acumulación capitalista y establecer nuevos esquemas para la connivencia entre la clase política y los hombres del dinero señalados genéricamente como poderes fácticos.

Para consumo del público mexicano, el discurso de que se recupera la rectoría del Estado trata de crear la falsa percepción de que Peña Nieto y su gobierno están al mando y aplican directrices que en realidad se diseñan en los centros del poder financiero internacional, cuyos organismos se encargan de legitimar mediante un discurso de neutralidad técnica que están lejos de practicar, como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

Un reiterado y reciente ejemplo de cómo desde el exterior se dictan mandatos disfrazados de "sugerencias" que luego --coincidencias del destino-- resultan similares a las reformas que aquí se nos proponen, lo acaba de dar precisamente la OCDE.

Dice el organismo en su evaluación sobre México que realiza cada 18 meses, que en virtud de nuestro "mediocre" desempeño económico de la última década, se requiere la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado, y la aplicación de un impuesto al consumo de bienes básicos que hoy están excentos (se refiere a gravar con IVA alimentos y medicinas, algo para lo que el PRI ya está listo, pues modificó su Programa de acción donde antes se manifestaba en contra de esto, pero ahora lo favorece).

Como se ve, no se trata de gobernar o legislar para poner los sectores clave de la economía al servicio del desarrollo propio (que eso sería efectivamente recuperar la rectoría del Estado), sino de hacerlo para cumplir con lo que desde afuera se "sugiere", de modo que se abran mayores espacios de rentabilidad para el capital financiero internacional y sus socios locales, no para beneficio del país.

Un ejemplo adicional de cómo se gobierna mirando más al interés del exterior que al propio, lo dio el ex gobernador del Banco de México y actual presidente de Banorte, Guillermo Ortiz. Preguntado por una periodista de radio sobre la conveniencia de gravar los capitales especulativos que llegan al país atraídos por las altas tasas de interés que se pagan aquí, rechazó tal posibilidad.

Pese a que el monto de esos capitales está sobrevalorando el peso, con lo que se afectan las exportaciones y las remesas que envían los connacionales de EUA (pues al cambiar sus dólares por pesos el dinero se les reduce), pese a esas afectaciones, Ortiz considera que si se les aplicara un impuesto, se enviaría una mala señal a los mercados financieros internacionales.

Es decir, si México impusiera un gravamen a esos capitales que no producen nada al país y sólo vienen por las ganancias que obtienen, significaría que el gobierno está interviniendo en el mercado, lo cual es inaceptable para el sistema.

¿Es eso tener la rectoría sobre nuestros sectores económicos clave, como lo pregona la propaganda gubernamental? Júzguelo el lector.

jueves, 9 de mayo de 2013

Oficio y Desmadre/VI



Texto de Ramón Martínez de Velasco, colaborador invitado.

“Acepto el caos”: Bob Dylan.

Con esta entrega termino mi trilogía dedicada a la revista Desmadre, que vio la luz de 1982 a 1985, ininterrumpidamente.

De los fundadores, “Luciano murió de cirrosis. Martín se fue a Veracruz. Ramón a Querétaro. Juan Bautista se casó y desapareció. No sabemos si se retiraron o sigan escribiendo. Hace varios años que no se comunican”. (Alberto Vargas Iturbe, ‘Necropsia de un poeta’).

Martín Ortiz Zaldívar, en efecto, se fue a vivir a Xalapa, cuando todavía era habitable. Lleva 13 años allá, según me acabo de enterar por él mismo, pues gracias a esta serie de entregas que envío a Contadero (blog de Jaime Rosales, mi ex compañero reportero en la Gaceta UNAM) me halló y escribió.

Muchas de las portadas y de las viñetas que acompañaban los textos publicados en Desmadre son de su autoría. Sus narraciones y poemas eran muy ‘new age’ y nunca me gustaron del todo. Esa es la verdad. Lo que no recuerdo es cómo lo conocí, pero sí convivimos durante un largo tiempo.

Juan Bautista publica una cosa horrenda llamada Gaceta de Chicoloapan, uno de los 125 municipios del Estado de México donde habita con su esposa e hijos. Allí es dueño del negocio ‘Ciber 4 de Hidalgo’, nombre que sin duda responde a su origen, pues es de Ixmiquilpan.
Tampoco volví a verlo, aunque me lo encontré en un video pro-priísta (www.youtube.com/watch?v=qCGddzp0eBE).

Lo conocí porque era el adjunto de mi maestro de Historia, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM. Era soltero, así que nos poníamos locos de vez en cuando, y esa locura se prolongó durante muchos años. Prácticamente le entramos a todo. Esa es la verdad. Todo ello se reflejó en nuestras lecturas y en nuestra escritura.

De Ramón Martínez de Velasco puedo afirmar que su llegada a la horrible ciudad de Querétaro es culpa de la Muerte. Nunca se ha sentido ni se sentirá queretano; no tiene ningún apego por esta provincia ni por su gente, y siempre estará agradecido por haber nacido en la populosa Ciudad de México, a donde viaja cada que la neurosis sube de tono para beber tarros de cerveza en su amado Centro Histórico, y específicamente en el Salón Corona, donde hubo decenas de reuniones cada que comenzaba a fraguarse un nuevo número de la revista Desmadre (de hecho, uno de los meseros todavía me recuerda y saluda. “Qué locos estaban”, me dice, y se sorprende de que yo siga vivo.)

“Ramón era más bien chaparro, de ojos verdes, cabello largo, delgado, risueño y desmadroso”, según me describe Alberto Vargas Iturbe, atinadamente. Sigo siendo. Tan es así que siempre que me miro al espejo, me pregunto: “¿otra vez yo?”.

Él mismo aporta un dato que no muy recordaba yo. Ese dato llevó a unos a la locura, a otros a la muerte, y a algunos nos hizo dar vuelta en U. “A mediados de los años 80 nos reuníamos en un café del Centro Histórico de la Ciudad de México. Nos llegamos a reunir hasta 40. El café se ubicaba en la esquina de Dolores y Victoria. Todo marchaba bien hasta que llegaron los Infrarrealistas. A ésos les gustaba el vicio de todo tipo. Pedían café y un vaso con agua, sacaban la botella a escondidas y estaban tome y tome. Al poco tiempo se enteró el dueño y nos corrió. Muchos ‘Infras’ publicaron en Desmadre”.

Recuerdo a dos hermanos michoacanos, de apellido Méndez. Uno falleció. Con el otro (Ramón) coincidí, en el 2002, como corrector de estilo en el tabloide Zócalo, fundado por el periodista Carlos Padilla en la Ciudad de México.

Esos hermanos eran de carrera larga. Estar con ellos era como sentarse en la silla eléctrica. El peor de todos los ‘Infras’ era Mario Santiago Papasquiaro. El tipo daba miedo y era muy difícil seguirle el ritmo.

Sobre él ha escrito un tal poeta Luis Felipe Fabre, en su libro Arte & Basura, según me enteré apenas el pasado 28 de febrero.

“El mundo de Papasquiaro es un universo masticado, digerido, escupido y vomitado por los amigos con los que formó el Infrarrealismo, entre ellos el chileno Roberto Bolaño”.

Fabre describe a Santiago como alguien “de vida atribulada y dueño de una personalidad arrolladora, cruzada por la seria adicción al alcohol que lo acompañó desde edad temprana y que lo hizo morir, también prematuramente, en un accidente de tráfico” (1998).

Ramón Méndez lo describe como alguien “inteligente, perspicaz y culto”. Otros lo definen como una persona “de vida aciaga, totalmente entregado a la bohemia y a la escritura no ortodoxa de poemas”.

Yo ignoraba que escritores como Carmen Boullosa, Juan Villoro y Alejandro Aura lo conocieron y publicaron.

“Mario Santiago Papasquiaro es la mejor obra de Mario Santiago Papasquiaro”, escribe el tal Fabre.
No estoy de acuerdo. Anécdotas chistosas aparte, el tipo era insoportable. Dispuesto a llamar la atención al menor pretexto. Se sentía la última cerveza del estadio. Un ángel caído. Un rey en el exilio.

Su mundillo lo ha descrito bien el poeta Hugo Gutiérrez Vega: “Los Infrarrealistas vinieron a verme para pedirme un aula (en la Casa del Lago de Chapultepec). Se las di. Ahí comían y a veces dormían. Por entonces fueron contratados para dos recitales de poesía, pero pagaron esa hospitalidad robando cosas. Los ‘Infras’ eran un grupo de jóvenes greñudos, aspirantes a poetas, que iban de un lado a otro reventando recitales y lecturas de escritores como Octavio Paz. Una estrategia guerrillera de golpear al objetivo y retirarse”.
Tal cual.

El café ‘La Habana’ era la cueva de los ‘Infras’. Allí era también punto de encuentro de periodistas, intelectuales, artistas, pirujillas y burócratas oficinistas que trabajaban en la Secretaría de Gobernación, ubicada a 100 metros de distancia.

No sé cómo, pero Santiago olfateó las tertulias literarias que culminaban con un número más de la revista Desmadre. Sabía que le huíamos, pero nos seguía. Como un perrito. De veras no entiendo qué le admiran sus admiradores.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Adéndum al Pacto: engáñame, pero no me dejes

El ridículo Adéndum al Pacto por México firmado hoy entre el PRI-gobierno y los partidos satélite --la derecha panista y la izquierda colaboracionista del PRD con los chuchos a la cabeza-- para garantizar elecciones limpias, equidad y blindaje contra el uso electoral de los programas sociales, no hace sino repetir lo que ya se consigna como delitos electorales en la legislación vigente.

¿Tenía sentido toda la parafernalia y el gasto erogado para montar un tinglado en el que los concurrentes --delincuentes electorales todos ellos-- se comprometen a evitar conductas ilícitas tipificadas por la ley vigente en vez de simplemente aplicarla?

Se trata de lavarle la cara a un acuerdo cupular sin representación de la sociedad --pues los partidos han perdido legitimidad representativa-- firmado por unos políticos para llevar adelante programas de Ajuste Estructural encaminados a promover los negocios y la prosperidad de unos cuantos, a costa de las riquezas del país.

Asistimos entonces a la simulación de la simulación. Puesta en evidencia la ingenuidad de los opositores al creer que el gobierno y el PRI no utilizarían la llamada cruzada contra el hambre con fines electorales, como desde el principio se advirtió, ahora dizque lo forzaron a sentarse a firmar once compromisos adicionales con los que supuestamente se le atarán las manos para no seguir lucrando políticamente con los programas sociales en temporada de elecciones.

Comicios a los que se presentarán esos partidos indigentes, autollamados de oposición, no se sabe en calidad de qué frente a los electores, pues si ya todos "están a partir un piñón" con el gobierno, y de acuerdo en el mismo proyecto de país, entonces para qué buscar el poder cada uno por su lado.

Partidos "opositores" que se convencieron a sí mismos, ellos solitos, de seguir en un mecanismo de concertación de élites políticas, al que se aferran como una forma de garantizar su presencia pública y  no quedar marginados o arrasados por la maquinaria gubernamental que con ellos o sin ellos podría llevar adelante el designio fondomonetarista de las reformas; adhesión que pretenden cobrar en su momento por migajas de poder habida cuenta de su ya sospechada debacle electoral en los comicios del próximo julio, dado su desdibujamiento ya no digamos ideológico sino como simples opositores en virtud de la magia pactista.

El PRD ha dado ya suficientes muestras de la forma en que se traiciona a sí mismo y de cómo racionaliza o justifica esos retrocesos con tal de seguir siendo parte de la cargada reformista del peñanietismo En ocasión de la recién aprobada reforma que redujo el arraigo de 80 a 40 días, el perredismo se pronunció inicialmente por la desaparición de esa figura que, en efecto, atenta contra los derechos humanos y el debido proceso de los acusados, pero terminó votando en favor sólo de la reducción del periodo.

Hubo de hacer publicar un desplegado para aclarar que aprobó la enmienda porque "se introdujeron elementos  de control y vigilancia para proteger los derechos humanos de los indiciados".

Algo similar a lo ocurrido con la firma del llamado Adendum al Pacto por México: el gobierno se burla de ellos, los trampea, pero terminan plegándose en razón, según ellos, de los sacrosantos "altos intereses de la nación", o del gradualismo al que los obliga su condición subordinada.


Tanto ha tergiversado y envenenado ese Pacto la estructura política del país, que no sólo los partidos  han perdido su perfil para conformar una masa informe, sino que la propia división de poderes parece naufragar ante el corporativismo pactista. Cosa de ver cómo la publicidad del Senado se ha plegado al Ejecutivo al utilizar como rúbrica de sus mensajes el mismo eslogan del gobierno: aquello de hacer leyes para mover a México.Así vamos.

jueves, 2 de mayo de 2013

Entre el oficio y el desmadre/V



Texto de Ramón Martínez de Velasco, colaborador invitado.

Visto con los ojos del presente, ahora caigo en la cuenta de que el oficio de escribir es un juego peligroso. O puede llegar a serlo.

Esta certeza aplica para la literatura y el periodismo, aún hoy.
Me remonto a los albores de los años 80, periodo al que me ha remitido Alberto Vargas Iturbe, quien en su texto titulado ‘Necropsia de un poeta’ nos cita a Luciano Cano Estrada, a Juan Bautista Mendoza, a Martín Ortiz Zaldívar y al autor de esta columna, fundadores de la revista Desmadre. (Entre el oficio y el desmadre/IV.)

Brevemente, citaré que a Vargas Iturbe (nacido en Jungapeo, Michoacán, y embrutecido en Ciudad Nezahualcóyotl, Distrito Federal) lo conocí en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, donde ambos fuimos alumnos del muy famoso periodista Fernando Benítez, quien impartía la materia de Géneros Periodísticos.

Allí, en clase, leyó un cuento que aterrorizó a don Fernando, y que ahora forma parte de su libro Miscelánea ‘Los Tarascos’. (Sexo en la trastienda). “Es usted un rufián”, le dijo, sin rodeos, Benítez, y todos soltamos la carcajada. Así que, al crearse la revista Desmadre, no la pensamos. Él tenía que escribir en sus páginas. Y así fue.

Al recordar aquellas épocas, y a quienes jugamos el peligroso juego de escribir, Alberto apunta en su ‘Necropsia de un poeta’:

“Luciano murió de cirrosis. Martín se fue a Veracruz. Ramón a Querétaro. Juan Bautista se casó y desapareció. No sabemos si se retiraron o sigan escribiendo. Hace varios años que no se comunican”.

Pues sí, Luciano falleció. Y cuando me lo informaron no me sorprendí. Esa es la verdad. De hecho, lo primero que pregunté fue: ¿se suicidó? Ya era cuarentón, tirándole a cincuentón. No se suicidó, pero la suya fue una muerte prolongada.

A él se debe la idea de la revista. El nombre, Desmadre, se le ocurrió para hacerle dizque competencia al de Caos, una revista hispano-mexicana que dirigían el académico Héctor Subirats y el poeta veracruzano José Luis Rivas.

Héctor Subirats fue mi maestro de Metodología en la FCPyS, de la que ahora reniega. Un tipo divertido, inteligente, intelectual, fumador empedernido, medio farsante, discípulo del filósofo Fernando Savater (e-veracruz.mx/2013/index.php/2012-06-13-18-40-00/universidades/item/claridad-humor-y-prosa-esplendida-meritos-de-savater-hector-subirats).

Rivas era su patiño durante la clase (www.elfaro.net/es/201006/el_agora/1965/).
De Subirats tengo dos anécdotas:

Una la narra Alberto Vargas: “Ramón y Luciano hablaban del suicidio, influenciados por un maestrito pendejo que daba clases de Metodología en la Facultad”. (Ese “maestrito pendejo” es Héctor Subirats. Claro, muy su opinión.)

“Un joven estudiante se suicidó por hacerle caso y ese maestro pendejo tenía el descaro de presumir ese hecho”. (No me constan ambas situaciones, ni nunca intentó influirme para suicidarme.) “(Héctor) Se iba a tomar vino tinto y nunca se suicidó”.

En efecto, sigue vivito y coleando. Y sí, tomaba bastante vino tinto. A mí me invitó a un par de tertulias a su departamento y de ambas salí girando de allí.
Ahora, va la segunda anécdota.

Líneas arriba he afirmado que era “medio farsante”. A Héctor Subirats le encantaba la anti-Metodología, así que en su clase hablaba mucho de anarquía, suicidio, transgresión, la muerte de Dios, locura y cosas por el estilo.

Héctor formaba grupos de trabajo. Cuando a mi equipo le tocó exponer, mi amigazo Pepe propuso que todos saliéramos del aula y fuéramos a ‘las islas’ de Ciudad Universitaria a tomar vino tinto.

Subirats aceptó (no le quedaba de otra) pero ya en ‘las islas’ volteaba para todos lados. Unos 25 alumnos bebimos nuestras respectivas dosis de vino tinto. De pronto, Pepe saca y prende un churro de mota y le ofrece a Héctor un ‘toque’. Éste se hace para atrás, asustado, y hasta se derrama vino en su camiseta. (Nomás de acordarme estoy carcajeándome.) Inventa un pretexto y se larga de allí, casi corriendo.

Pepe apaga el churro y les dice a todos los compañeros que nuestra exposición consistía en exhibir a Héctor Subirats. Exhibirlo como un rollero. Como alguien que nos invitaba a quebrantar valores, leyes, normas y costumbres, pero que a la hora de la hora se ponía paranóico y se iba tragando camote.

Pepe era un cabrón. De barrio bravo. A donde era muy difícil entrar sin conocer a alguien. Un tipo de una pieza. Siempre me pareció como un personaje nacido en el país equivocado, en la época equivocada.

Para la siguiente clase, Subirats y su patiño José Luis Rivas se vieron casi obligados a quitarse la máscara de dizque desmadrosos y anarquistas.

Mi equipo de trabajo, conformado por seis locos a quienes muy difícilmente se les podía engañar, abandonó el barco. La moraleja de esta anécdota es: no hay que ser hablador.

Nos leemos en la próxima entrega. Será la entrega número VI.