Para empezar su trabajo, seguramente algún asesor de Los Pinos, le haría saber que los mensajes de este tipo tienen la intensión de generar buen ánimo y optimismo entre la población de cara al nuevo año. Se realizan además para favorecer la buena imagen del Presidente al presentarlo como un ser humano que, como todo jefe de familia, comparte las preocupaciones por el porvenir, pero que está listo para iniciar juntos un intenso trabajo confiado en la fuerza, talento y creatividad de los mexicanos.
Esto último --le dirán a usted-- resulta muy importante, pues nos pone a todos del mismo lado y jalando parejo, aunque en realidad no sea así, pero de lo que se trata es de que lo parezca (ésto quizá ya no se lo digan), sobre todo en un momento en que se acuchilla a la población con aumentos en impuestos y bienes y servicios, lo cual podría revelar el verdadero talante de un gobierno oligárquico que actúa dando la espalda al pueblo.
Hasta aquí la introducción. Enseguida le entregarán un dossier con informes de encuestas sobre el ánimo social tras la primera ola de aumentos en los precios de todos los artículos de consumo que hay en el mercado, como resultado de las medidas económicas propuestas en septiembre por Calderón y aprobadas por el Congreso.Allí encontrará usted datos como estos:
Inició la avalancha de aumentos de precios, derivada, por lo pronto, del incremento en el IVA (de 15 a 16 por ciento) y de los llamados gasolinazos que en menos de tres semanas, iniciaron aun antes del nuevo año, aumentó 16 centavos el precio de la gasolina magna, la de mayor consumo en el país, lo cual disparó a su vez el precio de la tortilla y se espera que otros productos sigan la misma escalada.
Ese indiscriminado aumento en los precios de todo se verá agravado por una disminución de los sueldos. En efecto, la primera quincena, semana o catorcena que cobren los asalariados de este país será menor a la última que cobraron en 2009. Ganarán menos que el año pasado, merced al incremento en el Impuesto sobre la Renta (ISR), que ahora descontará 30 por ciento del sueldo, dos puntos porcentuales más que el año pasado.
Con esos elementos ¿qué haría usted decir a Calderón en su mensaje de año nuevo?
Si usted fuera honesto renunciaría a la encomienda, sabedor de que todo lo que se pretende decir está orientado a engañar a sus conciudadanos, mediante verdades a medias, mentiras completas y cifras maquilladas, además de la consabida palabrería cuidadosamente elegida por psicólogos del lenguaje para exacerbar el ánimo de la gente, mediante técnicas que aún recuerdan las utilizadas por los estrategas y propagandistas de Hitler.
Pero como el mensaje de todos modos tiene que cumplirse, quien lo sustituya a usted en la encomienda seguramente le escribirá a Calderón un guión como este:
1. Iniciar con el saludo y felicitación por el año que comienza. Quizá sea buen recurso aludir brevemente desde el principio a las celebraciones por el bicentenario del inicio de la Independencia y el centenario de la Revolución, aunque serán ideas que se desarrollen más adelante y servirán para cerrar con fuerza el mensaje.
2. Para dar al discurso un tono de verosimilitud desde el primer momento empezar diciendo que el año pasado fue difícil. Reconocer incluso que hubo crisis, pero insistir en que ésta fue provocada por factores externos ajenos al gobierno. Recordar también la crisis de salud causada por el repentino brote de la influenza A-H1N1
3. Hablar de las "oportunas" medidas que debió adoptar el gobierno y del esfuerzo que también hizo la población. Cuando se hable de retos y logros, la estrategia consistirá en hacer que el mérito recaiga en la acción de gobierno, pero hacerlo pasar como si fueran triunfos de todos. Así se logra la adhesión psicológica con el emisor del mensaje.
4. Así preparado el terreno, hablar de los logros y avances, principalmente en el combate a la delincuencia organizada y de ahí sostenerse para seguir justificando la nociva presencia del ejército y la marina en las calles.
5. Enseguida hablar de lo que viene. En este punto no podrá evitarse el tema de aumento de impuestos y en el precio de bienes y servicios. El televidente notará que Calderón no hablará de aumentos, sino de "ajustes" o de "evolución en la estructura de precios".
La estrategia será explicar que eran medidas necesarias ante la baja en la producción y en los ingresos provenientes del petróleo. Que ante ello todos tenemos que cooperar, pero suavizar explicando que ese costo se traducirá en mejores servicios de salud, en una mayor cobertura de los programas sociales, en el combate a la pobreza, en el exterminio de la corrupción y en un manejo responsable del gasto por parte del gobierno.
Aquí cabría una buena dosis de cinismo para asegurar que el gobierno no ha autorizado aumentos en los precios de artículos de consumo básico (aunque se sepa que los aumentos autorizados en la gasolina también son un componente en la estructura de precios y que si sube el transporte y la energía para hacer, por ejemplo, tortillas, esos aumentos se trasladan al consumidor final, como está ocurriendo. Cierto: el gobierno no autorizó, pero lo provocó al aumentar el precio de las gasolinas, un insumo presente en todas las cadenas productivas).
Cerrar este punto afirmando que el gobierno se mantendrá vigilante de que no haya aumentos injustificados
y que sancionará a quien lo haga.
6. Para amarrar esa argumentación y no cargar en Calderón toda la responsabilidad y el rechazo popular por esos aumentos, otro recurso será culpar soterradamente al Congreso, pero de un modo elegante, es decir, afirmando que la actuación responsable de diputados y senadores y los acuerdos y consensos logrados permitieron contar con una Ley de Ingresos y con un Presupuesto de Egresos que permitirá al país enfrentar en mejores condiciones los retos que vienen.
7. En este punto insistir en la idea de que la crisis económica que afectó al mundo se está superando en México y para probarlo citar algunos indicadores oficiales que hablen de la recuperación del empleo y otros como la exportación de manufacturas, es decir, datos que la gente no entiende y que nadie podrá verificar, pero que suenan probatorios.
8. Otro modo de contrarrestar el enojo ciudadano será ligar el punto anterior recordando que Calderón ya envió al Congreso una iniciativa de reforma Política y que enviará una Reforma energética de segunda generación.
La explicación de la Reforma política pretenderá posicionar a Calderón como alguien que está defendiendo el interés ciudadano ante los malvados partidos políticos que tratan de excluirlos de las decisiones. Así, el discurso dirá que propuso el registro de candidaturas independientes, la creación de figuras como la iniciativa popular, el plebiscito y el referéndum, lo cual dará a los ciudadanos mayor poder y posibilidades de participación.
Subrayar lo anterior con alguna fórmula retórica que trate de capitalizar el descontento ciudadano con los políticos y con los partidos, de modo que Calderón quede como un benefactor del pueblo. De hecho, esta será la línea estratégica para defender las reformas, cuando llegue el momento de su discusión en las Cámaras.
9. Las efemérides del Centenario y el Bicentenario serán utilizadas para insuflar en el ánimo de la población sentimientos de patriotismo, para hablar de la grandeza de este país y de su gente que siempre han sabido superar retos y desafíos por muy difíciles que parecieran.
Con este impulso terminar de manera encendida llamando al optimismo y a la confianza en el país, en sus instituciones y en el gobierno, diciendo que este año nos va a ir muy bien, que tenemos rumbo y que vamos por el camino correcto.
10. En cuanto a la escenografía, la idea es mostrar a Calderón relajado, sonriente y confiado; de pie, enmarcada su figura en un despacho con libreros o con muebles en madera, por la calidez que se requiere en un mensaje como este y que transmite ese material.
Los movimientos de la cámara irán del plano medio(cintura para arriba) o mediun Close-up (pecho hacia arriba). Este último movimiento se conseguiría gradualmente a medida que Calderón se vaya acercando a alguna parte del mensaje en que formule llamados a la unidad o las que se consideren las partes climáticas del discurso.
En resumen, estos son algunos elementos a los que recurrirán Calderón y su equipo para manipular el mensaje de año nuevo que usted verá en la televisión.
Queda desde luego a su buen juicio y criterio, dejarse convencer o no; ser víctima o no de estos y otros recursos de la manipulación gubernamental y televisiva.
En todo caso, la realidad siempre está ahí afuera.
Estimado ideólogo del narcisismo presidencial. Creo que los planteamientos de su estrategia para el mensaje de año nuevo son los adecuados para transmitir ese mensaje de optimismo que tanto requiere el país en estos momentos. Solo me permitiría agregar un par de sugerencias para resolver también, obviamente, un par de problemas que pueden surgir: ¿cómo evitar que la gente cambie de canal o apague la televisión si es en cadena nacional en el momento de iniciar el histórico mensaje? y ¿cómo garantizar la comprensión cabal del mensaje y hacia dónde dirigir la acción?
ResponderEliminarPara evitar el primer punto hay dos posibilidades: rifar por lo menos medio millón de casas y un millón de automóviles a número igual de televidentes que respondan correctamente tres preguntas sobre el mensaje de año nuevo. Algo no muy difícil, sencillo, tribias sobre aspectos de fácil comprensión, por ejemplo, en qué momento Felipe Calderón dijo que había terminado la crisis, o cómo se llama su nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público que vendrá a resolver los problemas de la recuperación? Algo así (solo son sugerencias); y la segunda opción que sea obligatorio escuchar el mensaje y mediante encuestas callejeras preguntar a las personas: quien no responda adecuadamente podría imponersele algún castigo o multa económica. Estoy seguro que así, sí, será escuchado tan importante comunicado.
Estimado anónimo: Nada de ideólogo. Sólo he querido mostrar la forma en que los asesores de Los Pinos y el propio Calderón suelen o creen manipular a la gente. Desde luego que sería celebrable que todos los receptores se apagaran en cuanto inicie el tal mensaje. Eso pondría en un brete a los opinadores oficialistas. ¿Cómo justificarían o intentarían minimizar el raiting cero? Pero para eso hace falta una buena dosis de organización.
ResponderEliminar