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viernes, 30 de noviembre de 2012

Calderón: Los saldos

El saldo rojo de Felipe Calderón al frente del poder en México no se refiere sólo a los 95 mil 632 asesinatos documentados por el INEGI entre 2007 y 2011, sino a los pobres registros en economía, empleo, educación y cultura.

Hablamos de una administración deficitaria en casi todos los rubros, como podrá verse en este recuento no exhaustivo, pero sí comprehensivo de este funesto periodo.

  • En cuanto a gasto social como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) México ocupa el último lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El promedio que estos países destinan a ese gasto es de 22 por ciento con un máximo de 30 por ciento en los casos de Francia y Dinamarca. Pese a los discursos aquí se aplica aproximadamente ocho por ciento, menos de la mitad del promedio de los países asociados al organismo.
  • Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indican que aumentó 30 por ciento el costo de la canasta básica por persona en los últimos cuatro años, en tanto que el ingreso sólo subió 1.7 por ciento.
  •  El propio Coneval informó que en el ámbito rural la canasta alimentaria subió 45 por ciento (de 492 a 702 pesos) entre enero de 2005 y junio de 2012. También que 40.5 por ciento de la población indígena de México sufre carencia de comida y la malnutrición en niños indígenas duplica el promedio nacional.
  • Datos de la Cepal y Unicef indican que la población indígerna del país es la más marginada de toda América Latina. De los 2.87 millones de menores, 22.8 por ciento carecen de educación formal; 88.7% no tiene acceso a vivienda digna y 67.5% están privados del derecho al agua potable. 
  • Entre el 1 de diciembre de 2006 y el 30 de junio de 2012 se crearon un millón 809 mil 211 empleos con seguridad social, cuando el 3 de mayo de 2006 el candidato Felipe Calderón ofreció un millón de empleos por año. Según el INEGI, la Población Económicamente Activa (PEA) aumentó en el periodo en cinco millones 143 mil 637 jóvenes para sumar 49 millones 590 mil 669 personas, lo que significa que sólo se creó una de cada tres plazas necesarias.
  • Esa misma proporción --uno de cada tres trabajadores-- subsiste en la economía informal. A junio de 2012 la población ocupada en este sector aumentó en 830 mil personas, con lo que el total de trabajadores en la economía subterránea llegó a 14 millones 200 mil personas. 
  •  Pese a los encendidos discursos de los últimos días en que Calderón inauguró varios tramos carreteros que según él hicieron del suyo "el sexenio de la infraestructura", la realidad es que, como en otros casos,  resultó más pirotecnia que efectividad. Con datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, expuso que entre 2007 y 2011 se erogaron 264 mil 22 millones de pesos en infraestructura carretera. 
 Sin embargo, la competitividad internacional del sistema carretero nacional decayó: pasó del lugar 49 en 2006 al 55 en 2010, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.

  • El sector primario de la economía (agricultura, ganadería y pesca) no creció en este sexenio. Su contribución al PIB nacional es de sólo cuatro por ciento, por debajo de lo que aporta en China y Brasil, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Al cierre de 2012 el sector tuvo una captación negativa de nueve mil 102 millones de pesos en impuestos. Esto se debe a que mediante diversos mecanismos fiscales (tasas diferenciadas de impuesto sobre la renta, exenciones, subsidios, créditos fiscales, condonaciones, estímulos, deducciones, tratamientos y regímenes especiales) se devolvió a las empresas del sector --principalmente trasnacionales-- 16 mil 757 millones de pesos.
  • Con Calderón, empresas extranjeras (la mayoría canadienses) duplicaron la extracción de oro en el país: pasó de 43.7 toneladas en 2007 a 87 toneladas en 2011. Un gran negocio de saqueo si se considera que la cotización de la onza de oro se incrementó de 700 dólares en 2007 a mil 851 dólares en julio de 2012, un aumento de 164 por ciento. Según la Cámara Minera Mexicana --cuya denominación de mexicana parece un chiste-- la canadiense Goldcorp Inc. es la mayor productora de oro en México.
  • Otro saqueo que se consolidó durante el calderonato fue el de divisas. De acuerdo con el Banco de México este sexenio sacaron del país 145 mil millones de dólares, cantidad que duplica el saldo actual de la deuda externa del gobierno y que representó un aumento de 266 por ciento respecto del gobierno de Fox.
  • La evasión fiscal también fue una fiesta. Según la Red para la Justificación Fiscal, un organismo internacional, mexicanos depositaron estos años 417 mil millones de dólares en paraísos fiscales que equivalen nada más y nada menos que a 40 por ciento del PIB.
  • Otra fuente de beneficios para las grandes empresas nacionales y trasnacionales fue la devolución que hizo el fisco de pagos por concepto de impuestos. Ascendieron a 174 mil millones de pesos principalmente a cementeras, mineras, automotrices, refresqueras, cerveceras, electrodomésticos, telefonicas y cigarreras.
  • Durante el sexenio, el gobierno gastó en importación de gasolinas 112 mil  569.2 millones de dólares, es decir 53 por ciento de los ingresos por exportación de crudo. En contraparte, sólo en 2011 se quedó sin ejercer 90 por ciento del presupuesto asignado para la construcción de la refinería Bicentenario, la cual permitiría abatir la compra de gasolina al exterior. El costo estimado de la refinería es de 11 mil 610 millones de dólares, casi un tercio de lo que se destina a la importación de productos refinados en un año.
  •  Otro ejemplo de la corrupción con que se manejó Pemex es el de su deuda. En 2006 ascendía a 569 mil millones de pesos. Con Calderón pagó casi la mitad de ese monto sólo en intereses (233 mil 796 millones de pesos), y sin embargo, en vez de deber menos, la deuda se incrementó: ahora es de 772 mil 100 millones de pesos.
  • Datos de la Secretaría de Hacienda revelan que al cierre de julio de 2012 la deuda pública gubnernamental alcanzó un máximo histórico: cinco billones 112 mil 236 millones de pesos. En 2007 representó 27.36 por ciento del PIB y en 2012 supera ya los 37.10 puntos porcentuales. Un crecimiento de casi 10 por ciento en el sexenio, según la dependencia.
  •  La deuda externa, que se redujo durante el foxiato, alcanzó con Calderón un máximo histórico al llegar a 204 mil 179.7 millones de dólares, que equivale a 19 por ciento del PIB (valor de bienes y servicios producidos en un año por la economía). Esto de acuerdo con datos del Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Fondo Monetario Internacional citados en el anexo estadístico del VI Informe de Gobierno. 
  • La deuda externa total (de los sectores público, privado y bancario) creció entre 1990 y 2000 en 22. 67 por ciento, pero entre 2000 y junio de 2012 creció 65.52 por ciento, el triple que en la década precedente, pues pasó de 123 mil 350 millones de dólares en 2000 a 204 mil 179.7 millones de dólares, en 2012 (un aumento de 80 mil 829.7 millones de dólares más).
  •  Este volumen de endeudamiento ocurrió pese a que Pemex aportó 3.9 billones de pesos en impuestos al gobierno, según el Banco de México. Un incremento de 85.2 por ciento respecto del sexenio de Fox. Así, el calderonato recibió de Pemex el equivalente a 25.6 por ciento del PIB que asciende a 15.2 billones de pesos.
  • Según Banxico nunca ningún otro gobierno contó con tantos recursos de Pemex (un billón 825 mil 497 millones de pesos más que su antecesor).
  • Apenas 0.43 por ciento del PIB se destinó a ciencia y tecnología, según anexos del VI Informe de Gobierno. Ese porcentaje está por debajo del uno por ciento recomendado por los estándares internacionales. Corea del Sur destina a ese rubro 5% del PIB; Japón: 3.26%; EU: 2.90%; Alemania: 2.82%; Francia: 2.25%.
  • Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el único país miembro con más desempleo entre los más educados. Es último lugar en expectativa de graduación en bachillerato con 47%; penúltimo en tasa de graduación a nivel superior con 20%; pero es tercero en el número de ninis con siete millones 248 mil 400, es decir, 24.4% de la población entre 15 y 29 años.

miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Y la ciencia?

En medio de los debates cotidianos la gran ausente sigue siendo la política científica. Abandono quizá sea la palabra adecuada para ilustrar lo que ha ocurrido en la materia los últimos 9 años.

Como en el caso del combate a la pobreza, presupuestos van y vienen y el problema persiste incluso aumentado.

Una nota del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados fechada el 28 de noviembre de 2008 refiere que de acuerdo con el Gasto Interno Bruto en Investigación y Desarrollo (GERD) --medida empleada usualmente en las comparaciones internacionales-- México figura en los últimos lugares entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

De hecho, en 2005 ocupó el último lugar, cuando el GERD erogado como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) fue de sólo 0.43 por ciento, mientras que el promedio ese año para los países miembros de la OCDE fue de 2.26 por ciento y para la Unión Europea, de 1.9 por ciento.

De acuerdo con el CEFP, si se compara a México en un contexto más amplio que el de la OCDE, el resultado no es mejor. Conforme a los indicadores de Desarrollo Mundial 2007 del Banco Mundial, el gasto en Ciencia y Tecnología (CyT) de nuestro país se ubica debajo del promedio mundial que es de 2.28 por ciento.

Pero no sólo eso. Aun dentro de su categoría México no alcanza el promedio de los países de ingreso medio superior que es de 1.12 por ciento del PIB. Lo mismo sucede dentro de los propios países de la Región de Latinoamérica y del Caribe, donde el promedio es de 0.56 por ciento del PIB.

Aún más sorprendente resulta saber que incluso los países catalogados como de ingreso bajo invierten más que México en Ciencia y Tecnología. De acuerdo con el citado índice del Banco Mundial, esas naciones destinan 0.73 por ciento del PIB.

Las comparaciones internacionales en este renglón son desfavorables para México, pues se encuentra por debajo del promedio de naciones de nivel de desarrollo o categoría similar. Así, el CEFP concluye que nuestro país realiza menos de una quinta parte de la inversión en Ciencia y Tecnología que los promedios mundial y de la OCDE, y una octava parte, si la referencia se hace respecto de los países que mayor gasto destinan al rubro.

El problema no es sólo estadístico. Tiene repercusiones en el día a día, en el ingreso y en la calidad de vida de las personas. Estudios comparativos demuestran que los países que invierten en CyT logran marcados incrementos en el ingreso per cápita. Veamos:

Entre 1970 y 2000 la inversión de México en CyT como porcentaje del PIB creció 2 veces; la de Brasil se incrementó 4.5 veces, la de España, 5 y Corea aumentó 9 veces.

Como resultado de ello, el ingreso per cápita de los mexicanos se multiplicó en ese periodo sólo 3.8 veces; el de Brasil, 6.3; el ingreso de los españoles creció 7.4 veces y los coreanos aumentaron sus ingresos 25.4 veces en esos 30 años.

¿Dónde está la falla? En la asignación de recursos presupuestales, ahí donde --más allá de los rollos bienintencionados-- se expresan las verdaderas prioridades del gasto gubernamental.

Por ejemplo, el Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2008-2012 publicado en el Diario oficial de la Federación el 16 de diciembre pasado reconoce que entre 2000 y 2006 "la inversión gubernamental en IDE (Investigación y Desarrollo) sólo creció anualmente 2 por ciento debido a las restricciones presupuestales".

Pero esas "restricciones" no estuvieron presentes a la hora de gastar en publicidad. Pues en esos mismos años el gasto en servicios de comunicación social y publicidad de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal pasó de 2,547.8 millones de pesos en 2001 a más de 5, 000 millones de pesos en 2006, Es decir, registró un crecimiento de 196 por ciento. Los contrastes son explícitos y reveladores.

Pese al efecto multiplicador que tiene la ciencia y la tecnología en el crecimiento económico y en la competitividad del país, se prefiere invertir en gastos propagandísticos para legitimar o promover al gobierno en turno.

Si realmente trabajaran y ofrecieran resultados concretos, apenas si sería necesaria toda esa propaganda. Pero hay que maquillar esa falta de resultados con publicidad, pues siguiendo a Maquiavelo, nuestros próceres siguen pensando que "gobernar es hacer creer".