Un convoy de falsas camionetas de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) llega al penal de Cieneguillas (Zacatecas) y en pocos minutos saca de ahí a 53 reos de alta peligrosidad, relacionados con el narcotráfico, sin que ninguna autoridad acierte a impedirlo.
Como pocos, el peliculesco operativo desnudó, una vez más, la debilidad estructural con que el gobierno (es un decir) del señor Felipe Calderón enfrenta la llamada guerra contra la delincuencia.
Se trata de una guerra a la que se asiste con armas de papel.
Y no es una frase retórica. Los pertrechos de esta administración están hechos, en más de un sentido, de planes de papel. Veamos:
Del Sistema Nacional de Planeación Democrática (SNPD) se desprende el Programa Nacional de Seguridad Pública (PNSP), el cual se diseñó siguiendo los lineamientos de más papeles (documentos):
--El Plan Nacional de Desarrollo (PND)
--Visión México 2030
--Programa Sectorial de Seguridad Pública (PSSP)
--Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad (ANSJL)
--Estrategia Nacional de Prevención del Delito y Combate a la Delincuencia (ENPDyCD)
--Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (LGEBC-SNSP)
No acaba ahí la maraña de siglas, de corrupción y de simulación institucional. Sigamos:
Todo lo anterior forma parte del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) que para coordinar tanta burocracia creó un Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP), el cual pretende ser un órgano superior de coordinación nacional para coordinar --la cacofonía no es de quien esto escribe, sino de tanto órgano coordinador-- a otras instancias de los tres niveles de gobierno (federación, estados y municipios).
Ahora bien, con el fin de asegurar que todo eso funcione, el señor Calderón promulgó el pasado 2 de enero la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cual, a su vez, prevé la creación de cinco órganos facultados para establecer otros tantos "mecanismos de coordinación para la ejecusión de políticas y programas..." y bla, bla, bla, bla.
Tales órganos son la Conferencia Nacional de Procuradores de Justicia, la Conferencia Nacional de Secretarios de Seguridad Pública, la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Nacional, así como Consejos locales e Instancias regionales.
Se crearon además el Sistema Nacional de Acreditación y Control de Confianza y el Sistema único de Información Criminal.
De acuerdo con el gobierno la cosa está más o menos así: el PNSP está alineado con el PND y con el SNPD y todo ello converge en el SNSP y su CNSP. Además, el PNSP también incorpora ideas del PSSP, del ANSJL, de la ENPDyCD y de la LGEBC-SNSP. ¿Se enredó usted? No se preocupe, los funcionarios que pertenecen a toda esa esquizofrénica red lo están aún más, como lo muestran sus pobres resultados.
Pues bien, con todo ese entramado burocrático encima, un grupo de malhechores --seguramente no más listos que los metodólogos gubernamentales que han organizado toda esta maraña de papeles-- diseña una estrategia simple, compra algunas voluntades y rescata en minutos a sus secuaces. ¿Qué les parece? Patético, ¿no?
¡Hasta la próxima!