lunes, 1 de junio de 2009

Bono demográfico, oportunidad fallida

"En el largo plazo todos estaremos muertos" suele decirse --citando a John Maynard Keynes-- para apremiar a que algo se haga hoy que se requiere y no para cuando quizá ya ni sea necesario.

En la vida de un país, sin embargo, el largo plazo existe, y lo que se haga o se omita hoy afectará indefectiblemente ese horizonte.

Lo anterior viene a cuento porque si no se actúa con urgencia para atender las causas estructurales de las pavorosas estadísticas de desempleo que conocemos a diario, la ironía keynesiana podría ser una realidad para este país al cabo de unos años.

A diferencia de nuestros políticos, tomemos distancia de la coyuntura para otear el futuro. Podría entonces decirse que los mexicanos de esta época estamos a punto de ser testigos --o cómplices, según se quiera ver-- de una nueva oportunidad perdida para el país.

Esa oportunidad es el cambio en la estructura de edad de la población (menos nacimientos y mayor esperanza de vida), en el cual ya nos encontramos y no estamos preparados para aprovechar sus ventajas.

Ese cambio, conocido como bono demográfico, ocurre cuando la mayoría de la población se encuentra en edad de trabajar y una porción menor es dependiente, es decir, hay menos niños y ancianos a quienes mantener.

Con más gente productiva es posible generar mayor riqueza, pues al haber pocas personas en edad escolar o en retiro, la presión sobre los gastos en educación y salud también se reduce y se elevan las posibilidades de ahorro e inversión.

Como puede verse, se trata de un factor clave para el crecimiento y desarrollo económico sostenido. El economista Miguel Székely (Este país, número 181, abril 2006, p. 29) ha señalado que el sudeste asiático --Hong Kong, Corea del Sur, Taiwán y Singapur-- fue la región que mayor crecimiento económico generó durante la segunda mitad del siglo XX.

Pues bien, se ha atribuido al bono demográfico entre 15 y 40 por ciento del crecimiento económico observado entre 1965 y 1990 para esa región. El investigador señala que al parecer esas naciones ya han materializado su oportunidad demográfica, pues su tasa de ahorro interno en el año 2000 era de 28 por ciento, prácticamente el doble del 15 por ciento registrado en México ese año.

Nuestro país, sin embargo, parece encaminarse a desperdiciar esa oportunidad histórica, pues para capitalizarla en su favor necesitaría cumplir dos condiciones: brindar educación de calidad y generar las oportunidades de empleo para atender a los jóvenes que se incorporan a la población económicamente activa (PEA). Aquí esas condiciones no existen.

Aunque suene a lugar común, puede decirse que "el futuro ya nos alcanzó", pues entre 1950 y 2000 la población entre 0 y 14 años (población dependiente) representó más de 45 por ciento del total. Pero debido a la menor tasa de crecimiento poblacional desde los años 70 del siglo pasado, este grupo se ha ido reduciendo gradualmente y la población en edad de trabajar se ha incrementado.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), 65.5 por ciento de la población actual está en edad laboral (15-64 años); 28.7 por ciento tiene entre 0 y 14 años, y sólo 5.8 por ciento (unas seis millones de personas son adultos de 65 años o más).

Según la misma fuente, en 2008 había 45 menores de 15 años y 8.6 individuos mayores de 64 por cada 100 personas en edad laboral, lo que representa una razón de dependencia de 53.7. El Conapo estima que esa razón de dependencia disminuirá aún más hasta alcanzar su mínimo en el año 2020, con un valor de 45 dependientes por cada 100 individuos en edad laboral.

Es decir, dentro de sólo 11 años estaremos viviendo el apogeo del bono demográfico y, sin embargo, no se están generando las oportunidades de empleo que toda esa gente va a requerir.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que desde 2006 --año en que se impuso en Los Pinos el autodenominado "presidente del empleo"-- ningún joven de los que se incorporaron a la PEA encontró trabajo ni en el sector formal o informal de la economía.

Y lo anterior no es sólo atribuible a la crisis "que nos vino de fuera". Durante el gobierno de Vicente Fox, con los mayores excedentes petroleros de que haya dispuesto el país para reactivar la economía, la desocupación se incrementó de 915 mil 418 personas a un millón 600 mil 891. Es decir, un crecimiento de 74.8 por ciento en seis años.

En 28 meses de Felipe Calderón el número de personas desocupadas creció en 799 mil 109 hasta afectar a los actuales 2 millones 400 mil, o sea, 49.91 por ciento más respecto de 2006.

El asunto es grave porque después del periodo de bono demográfico lo que se prevé, como es natural, es un repunte en la dependencia poblacional del lado de las personas de la tercera edad.

El estudio del Conapo, La situación demográfica Nacional 2008, señala que a partir de 2012 el número de adolescentes comenzará a disminuir de manera constante, mientras que la población entre 20 y 24 años comenzará a descender a partir del año 2015, aproximadamente. En contraparte, en 2012 se estima que 6.3 por ciento de la población (6.9 millones de individuos) tendrá al menos 65 años de edad.

Se calcula, además, que el envejecimiento de la población mexicana está a la vuelta de sólo 25 años, pues se consolidará en 2035, cuando la población en edad avanzada supere a la infantil. Así que desaprovechar el bono demográfico no sólo implicará dejar sin empleo a quienes lo soliciten cuando sean jóvenes sino que luego no habrá riqueza para atenderlos cuando sean viejos.

En un escenario como ese habrá mucha presión sobre los sistemas de pensiones, además de que, debido a la precariedad del trabajo, la mayoría habrá trabajado en el sector informal por lo que llegará a la edad del retiro sin una pensión que le asegure un ingreso.

Actualmente, con una población ocupada de 43 millones 255 mil 217 personas, sólo 15 millones 931 mil 880 (37 por ciento del total) tiene acceso a la seguridad social, según registros del INEGI. El resto --27 millones 323 mil 737 trabajadores-- carece de esa prestación.

El panorama no es muy halagüeño, pues los propios documentos oficiales revelan que será difícil crear las condiciones para que la economía mexicana sea capaz de generar los empleos necesarios en los próximos años.

El estudio Proyecciones de la Población Económicamente Activa de México y las entidades federativas 2005-2050, elaborado para el Conapo por Virgilio Partida Bush, admite que "Mientras se espera que la demanda de empleos continúe creciendo en el futuro, no se vislumbra aún el momento en que se revierta el relativo estancamiento del aparato productivo de México y un crecimiento económico sostenido haga plausible el equilibrio entre oferta y demanda de puestos de trabajo".

El documento asienta que la "ventana de oportunidad" llamada bono o dividendo demográfico permanecerá abierta transitoriamente en México, por primera y única vez de 2012 a 2033.

Pero también señala que, de acuerdo con escenarios de prospectiva económica, se requeriría de una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) constante de 4.6 por ciento entre el año 2000 y 2030, para que el número de empleos formales, productivos, bien remunerados y con prestaciones pueda absorber casi 85 por ciento de la PEA en 2030.

Calcule el lector la posibilidad de que eso ocurra cuando en un periodo casi similar (1981-2006) el PIB creció en promedio sólo 2.6 por ciento.

Del lado de la educación --el otro gran factor del bono-- las cosas no están mejor. El rector de la UNAM, José Narro Robles, expuso la semana pasada que 7.5 millones de jóvenes entre 12 y 25 años no estudia ni trabaja; 10 millones de mexicanos carecen de estudios de primaria, 17 millones
no tienen la secundaria concluida y sólo uno de cuatro jóvenes tiene oportunidad de estudiar.

A mayor abundamiento, el director del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Villa, estableció que de cada 100 niños que inician la primaria, sólo 13 llegan al nivel de licenciatura.

Tal es la magnitud del problema que enfrentará México en los próximos años y que incluso amenaza con poner en duda su viabilidad como país (un Estado fallido). Con ese telón de fondo, nuestra clase política sigue jugando a las guerritas contra el narcotráfico y entreteniéndose en campañitas sucias.

¡Hasta la próxima!

sábado, 30 de mayo de 2009

Finsemanario/2



Qué tal amigos, la propuesta de este finsemanario es una versión para la escena del danzón Nereidas, de la excepcional maestra Gloria Contreras, directora del Taller Coreográfico de la UNAM.

viernes, 29 de mayo de 2009

Leonel Godoy

Leonel Godoy y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) supieron esta semana lo que significa "pactar con el diablo".

Además, se enteraron tardíamente que la izquierda bien portada y colaboracionista que representan sólo ha sido y será utilizada por la derecha en el poder para tratar de cerrar espacios, aislar y contrastar ante la opinión pública al "políticamente incorrecto" movimiento de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El operativo de este martes, mediante el cual agentes federales capturaron a 10 presidentes municipales y a otros 17 funcionarios y ex funcionarios del gobierno michoacano, por su presunta participación en distintas redes de protección al narcotráfico dejó en ridículo al mandatario estatal.

Pasmado, sin saber de qué se trataba un asunto que le concernía directamente por la cercanía de los funcionarios involucrados --una de ellas era su asesora, otro el coordinador de asesores de la Procuraduría de Justicia del estado, así como el ex director y director de Seguridad Pública estatal-- Godoy fue exhibido públicamente como un mandatario desinformado e incapaz de saber lo que ocurre dentro de sus propias oficinas, lo que equivale a una contundente desautorización política.

El atropello sufrido por Godoy fue, en realidad, doble: por una parte se le exhibe como un gobernador sin el control de lo que ocurre en la política estatal y, por otro lado, o quizá a causa de lo primero, se le considera un político nada confiable, pues la coartada esgrimida para no avisarle del operativo, fue que no se quiso correr el riesgo de una filtración.

Ese es el verdadero sentido de su tardío reclamo. Aducen Godoy y el PRD la violación de la soberanía estatal. Pudo haber sido así. Y ello tendrá que elucidarse en los próximos días con las consecuencias jurídicas del caso. Pero el golpe mediático y político está dado.

También se queja el PRD del trato diferenciado que se otorgó al gobernador de Morelos, Antonio Adame, en un caso similar y deploran que la acción se haya realizado con la aviesa intensión de llevar agua al molino electoral del Partido Acción Nacional.

La sorpresa del perredismo nacional y del propio Godoy parece radicar en el pacto implícito de colaboración que suscribieron con la derecha desde que el gobernador reconoció como presidente al señor Felipe Calderón ("demente, quien no reconoce a Calderón", dijo en un arrebato que condujo a algún ingenioso a consignar su actitud entreguista modificando su nombre por el de Leonel Las-doy).

Semejante reconocimiento se formuló a contrapelo de lo que sostienen otras corrientes dentro de ese partido, señaladamente la que representa AMLO y su movimiento.

Aunque Godoy trabajó como secretario de Seguridad Pública del DF, cuando el tabasqueño gobernó la ciudad, nunca perdió su filiación cardenista. No de otra forma se explica su llegada a la gubernatura de un estado que parece escriturado a la familia del General.

La evidente, pero nunca reconocida ruptura Cárdenas-AMLO puso a Godoy del lado de Cuauhtémoc, como era natural, y en esa tesitura, ese grupo ha hecho una guerra soterrada al ex candidato presidencial, al grado de que para diferenciarse de aquél han resuelto reconocer la presidencia de Calderón.

Eso ya les redituó los primeros dividendos al quedarse al mando del PRD y esperan que ante la ciudadanía también les dejé alguna renta por su actitud "civilista". Lo que nunca esperaron fue semejante descontón como retribución de su colaboracionismo.

Por ello resulta enternecedora, por candorosa, la actitud de Jesús Ortega, el presidente del PRD y la del propio Godoy cuando exponen ante los medios su inconformidad por el que consideran ilegal operativo, pues de seguro se creen aliados del calderonismo y no subordinados, como en realidad se les cataloga en Los Pinos.

Se verá si la inusual redada de funcionarios y alcaldes tiene un real sustento jurídico o si después de algunos meses, que podría ser al cabo de las elecciones de julio, son liberados gradualmente por no encontrárseles elementos suficientes para dictarles sentencia condenatoria.

Sabremos entonces si se trató de otro aparatoso montaje del que acaso el único que ya no pueda recuperarse sea el desde ahora damnificado gobernador.

¡Hasta la próxima!


Justificar a ambos lados

lunes, 25 de mayo de 2009

Impuestos

Agustín Carsten delineó ya la estrategia gubernamental ante la recesión: aumentar la deuda, recortar el gasto (más despidos y menos inversión), elevar impuestos (IVA a medicinas y alimentos) o una combinación de las tres.

El anuncio es una declaración inequívoca de que el gobierno ha decidido, de nuevo, rescatar al sector financiero y abandonar a la población. Muestra, asimismo, la ortodoxia hacendaria con que se conduce, tras el fracaso de la tardía --y además incumplida-- aplicación de medidas anticíclicas (una masiva intervención del Estado en la economía, mediante el fomento a la inversión, la obra pública, el crédito y el consumo).

Como casi siempre que se emprende un nuevo intento por aumentar los impuestos, ya empezaron a difundirse estadísticas que colocan a México como el país con la peor recaudación de los que conforman la Organización para Crecimiento y el Desarrollo Económico, y con una de las más bajas de América Latina.

La urgencia de una reforma fiscal es evidente, pero ninguno de los cuatro últimos gobiernos --casi un cuarto de siglo-- han podido ir más allá de parches y pegotes porque ampliar la base de contribuyentes implica gravar a las grandes empresas y corporaciones, cuyos favores políticos son ampliamente retribuidos por la vía fiscal en detrimento del desarrollo nacional.

Y en eso los gobiernos panistas han sido particularmente generosos. De acuerdo con el Informe de Resultados de la Revisión y Fiscalización de la Cuenta Pública 2005, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), entre 2001 y 2006 se devolvió a los grandes contribuyentes impuestos por 604 mil millones 100 mil pesos.

En contraste, la inversión de esos grandes contribuyentes --cuyos ingresos anuales brutos son superiores a 500 millones de pesos-- ascendió a 279 mil 832 millones 900 mil pesos, es decir, 216 por ciento menos de lo que les reintegraron vía devoluciones y deducciones.

Además, ese año (2005), 50 empresas de las consideradas grandes contribuyentes, hicieron pagos individuales de Impuesto sobre la Renta (ISR) menores a 74 pesos, en tanto que otros 50 pagaron hasta 67 pesos por concepto de IVA, siempre de acuerdo con el Informe de la ASF.

Durante la presente administración, el asunto sigue el mismo camino. El informe de resultados de la cuenta pública del primer año de Felipe Calderón mostró, según la ASF, que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) sigue beneficiando a los grandes contribuyentes.

En efecto, durante 2007 el SAT condonó 8 mil 30 millones 156 mil 100 pesos a 59 empresas, lo que equivale casi a la recaudación por concepto de impuesto al activo que fue de 7 mil 597.1 millones de pesos.

Véase también esta otra desproporción en materia fiscal. Las empresas generan 60 por ciento del ingreso nacional, pero su contribución fiscal (ISR) como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) es de apenas 2.7 por ciento.

En contraparte, los asalariados contribuyen con 25 por ciento en la generación del ingreso nacional, pero su contribución fiscal al PIB es de 2.4 por ciento. Es decir, quienes generan más riqueza pagan casi lo mismo que quienes son asalariados.

El doctor Horacio Enrique Sobarzo señala otra causa que explica la bajísima recaudación de impuestos en México. En su estudio Reforma fiscal en México, un modelo de equilibrio general, publicado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, indica que en los últimos 25 años la economía creció en promedio un raquítico 2.6 por ciento, tasa similar a la del crecimiento poblacional durante ese periodo.

Lo anterior muestra un gobierno empeñado en salvarse a sí mismo mientras obliga al grueso de la población a financiar sus dispendios e invirtiéndo los recursos en mantener una red clientelar de grandes empresarios a quienes o paga favores ya recibidos o por recibir.

El recorte al gasto anunciado como posible medida contra la recesión por nuestro inefable secretario de Hacienda implica reducción del gasto y la inversión gubernamentales, con lo que prácticamente se renuncia a la aplicación de las llamadas medidas anticíclicas.

Sólo que el recorte al gasto tendrá lugar en reducir la plantilla de base, lo cual, a su vez, acarreará mayor desempleo, menos consumo y un mercado interno cada vez más deprimido, cuando lo que se necesita es su urgente reactivación.

El gobierno tiene un amplio margen de ahorro en su gasto corriente, además existen 376 mil millones de pesos en fondos y fideicomisos sobre los que existe una gran opacidad, pues no se ha informado para qué son. Esa cantidad es superior a los 300 mil millones de pesos que faltarán al presupuesto del gobierno para este año debido a que, como dijo Carstens "se nos cayó la recaudación".

Y adelantó que con dos o tres reformas de carácter fiscal se podrá recuperar el gasto gubernamental del próximo año. Lo malo es que esas reformas implicarían impuestos, ahora sí a IVA y medicinas o algún otro igualmente absurdo como el del 2 por ciento a los depósitos en efectivo superiores a 25 mil pesos o aquél otro del 2 por ciento a la nómina, el cual constituye un verdadero despropósito para un gobierno que se autodenomina "del empleo".

Es decir, por un lado se afirma que se trata de incentivar la generación de empleos y por otro lado se cobra a los patrones un impuesto que se incrementa conforme aumenten su número de empleados. He ahí la forma en que el gobierno conspira contra sus propios propósitos con tal de incrementar sus finanzas.

O a menos que en realidad tales propósitos, como parece, no hayan sido más que una estrategia de campaña del señor Calderón.

¡Hasta la próxima!

sábado, 23 de mayo de 2009

Finsemanario

Air de la Reine de la Nuit (MOZART)

Inauguramos esta sección con una magistral interpretación de la joven soprano francesa Patricia Petibon. Se trata de la famosa aria "La reina de la noche", de la ópera La flauta mágica (La flute enchantée), de Mozart.

¡Que la disfruten!