Muy mal debieron caer en la Federación Mexicana de Fútbol y en Los Pinos las declaraciones que el técnico de la selección mexicana de fútbol, Javier Aguirre, formuló en España a la Cadena Ser, el martes pasado.
En pocas palabras, lo que el llamado Vasco afirmó es que "México está jodido" por las inundaciones y la inseguridad. Que él por eso regresará a Europa al día siguiente de terminado el mundial y que sus hijos mayores viven en Madrid, a causa precisamente de los elevados índices de inseguridad que privan en la capital mexicana.
Ya en los futbolístico vaticinó que la selección terminará entre el 10o. y el 15o. lugar en la justa mundialista, y casi casi puso en duda que su equipo supere la fase de grupos, pues dijo que en la historia de los mundiales el anfitrión siempre clasifica, de modo que dio por descontado que Sudáfrica lo hará, por lo que el boleto restante lo tendrá que disputar con Francia y Uruguay.
Con unas cuantas frases, el seleccionador nacional puso en jaque el negocio de "la esperanza verde" con que desde ahora se infla el orgullo de los aficionados de modo que se refleje en el consumo intensivo de productos asociados con la marca selección nacional.
Pero no sólo. También propinó un revés mayúsculo a la imagen del México de fábula que Felipe Calderón está empeñado en transmitir al mundo a despecho de lo que indica la cruda y porfiada realidad. Las palabras condenatorias de una figura pública como Aguirre habrán seguramente tenido ya un efecto confirmatorio, pues corroboran lo que se sabe en todo el mundo y que aquí se insiste en negar con mensajes promocionales.
Calderón suele denostar a quienes "viven de hablar mal de nuestro país". No es que los críticos celebren lo que aquí ocurre. Sólo hacen notar las insuficiencias e ineptitudes oficiales que nos han conducido a este caos y que podrían incluso llevar a perder lo que aún queda de bueno.
Lo que el calderonismo nunca conseguirá es modificar la realidad a punta de mensajes publicitarios. Y sin embargo insiste en ello. Apenas el 10 de febrero se anunció que un grupo selecto de consultores y asesores fue convocado a proponer proyectos para "rehabilitar y mejorar" la reputación e imagen internacional del gobierno.
Según un despacho publicado ese día en El Universal online, la invitación escrita en inglés y enviada por Los Pinos señala:
La meta final del gobierno es rehabilitar y mejorar su imagen y reputación internacional, con el propósito de mejorar su actuación en el mercado mundial y, por lo tanto, atraer más flujos de turismo, comercio e inversión.En el texto el gobierno reconoce que su imagen se ha deteriorado como resultado de la inseguridad, el narcotráfico y el crimen organizado, pues la exposición mediática alcanzada por esos temas ha modificado de manera negativa la imagen tradicional que del país tienen otras naciones.
No está mal. Sólo que en Los Pinos parece que confieren demasiada credibilidad al apotegma actual del marketing, según el cual lo importante no es cómo seas sino cómo te perciban. Olvidan sin embargo que los teóricos de la imagen también sostienen que lo que proyecte una persona o una organización debe tener algún asidero real en su interior.
Además pasan por alto que los hechos suelen ser, en su silencio, más ruidosos que cualquier vocinglerío organizado con fines promocionales. Así, a la opinión pública nacional y mundial una masacre de jóvenes inocentes o el atentado contra un futbolista famoso le dicen más sobre la realidad de nuestro país, que cualquier anuncio con el que se pretenda minimizar esos hechos y sustituirlos por otra realidad.
Mientras las evidencias no demuestren otra cosa, el mundo le creerá más a Aguirre que a cualquier campaña de imagen. Lo malo es que esos promocionales, que desde ahora podemos augurar como fallidos, a quien le cuestan es al erario público.
¡Hasta la próxima!
Aprovechándose del tema del Vasco, algún desvergonzado hizo una caricatura muy ofensiva sobre el tema:
ResponderEliminarwww.youtube.com/watch?v=UxOElgy0ucU