viernes, 15 de octubre de 2010

Del verbo maicear



El cardenal Juan Sandoval Íñiguez respondió la demanda legal por daño moral que contra él interpuso el jefe de gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, luego de que aquél lo acusó de maicear a los ministros de la Corte para que aprobaran los matrimonios gay y su derecho de adopción. Pero lo hizo de manera ridícula y queriendo "escurrir el bulto" según una conocida expresión popular, a las que el purpurado es muy afecto.

Sandoval Íñiguez atribuyó a los medios de comunicación el posible daño moral de que se queja el gobernante, por haber difundido sus declaraciones. En un renovado intento por culpar al mensajero, el cardenal recurre a un despropósito no sólo lógico o jurídico sino moral.

Pretende que son los medios los responsables de que lo hayan demandado porque si no publican sus declaraciones el presunto daño no se hubiera configurado. Y sin embargo declaró lo que dijo frente a cámaras y micrófonos de reporteros que se identificaron como tales y que sabía que publicarían sus dichos.

Ya en el colmo de la parodia, el alegato que en su defensa formuló el clérigo incluye una añagaza semántica. Afirma el cardenal que el término maicear "no es un concepto jurídico ni tampoco una palabra que amerite una sóla interpretación, es una expresión de origen popular y por lo tanto encuentra tantas interpretaciones como personas que la empleen (sic) o tantas interpretaciones como las que le den los receptores de esa expresión".

En rigor, maicear significa --de acuerdo con el Breve diccionario de mexicanismos de la Real Academia Española de la Lengua-- "dar de comer a los animales". Pero el significado al que seguramente aludió el cardenal, como bien puede colegirse del contexto en el que empleó la frase, fue el atribuido a Porfirio Díaz.

Como lo reporta el sitio sdpnoticias.com la expresión tiene su origen en los tiempos del dictador. Cuando algún político criticaba a Díaz, éste comentaba: "este pollo quiere maíz", sugiriendo que lo que buscaba realmente el adversario era un soborno o un cargo público.

Con el tiempo el argot político incorporó la palabra maicear para denotar que alguien actuó bajo los influjos de un soborno, del mismo modo en que se incorporó la palabra carrancear para referirse al acto de robar.

De modo que no hay dobles tintas: Sandoval Íñiguez sugirió que los ministros fueron sobornados por Ebrard. Ya sólo faltó que dijera que les "llenó el buche", una variante popular de aquella expresión, pero de igual significado.

O que de plano acepte que, siguiendo la definición de la Real Academia, quiso referirse a los ministros como animales, lo cual no sería raro en un ministro que por su proclividad al oscurantismo ha sido llamado con sorna no cardenal, sino "cavernal".

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