lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti

Murió Mario Benedetti. El poeta uruguayo que se nos volvió entrañable por la sencillez, transparencia y sutil ironía de sus imágenes. Pero, sobre todo, por su compromiso --no con ésta o aquella ideología igualmente esquemáticas-- sino con la vida y la esperanza.

Una tarde de 1991 Benedetti llegó a la Sala Miguel Covarrubias de la UNAM. Había sido invitado para leer poemas del libro Las soledades de Babel, que se publicó ese año.

La cantidad de reporteros que lo esperábamos vimos llegar a un hombre bajito de estatura, de tez blanca que se dirigió al escenario sin permitir preguntas. De inmediato se puso a leer poemas con su inconfundible acento y ritmo que aún se conservan en el viejo caset que registró su voz.

Allí leyó "Somos la catástrofe", "El ruiseñor y el gallo", "Maravilla", "Variaciones sobre un tema de Heráclito", "Certificado de existencia" y "Utopías", entre otros.

Al finalizar la sesión respondió a los reporteros que lo cercaron aún sobre el escenario. Respetuoso de su condición de extranjero en un país en pleno proceso de desmantelamiento privatizador, evitó referencias críticas y se circunscribió a la poesía, a la que no atribuía ninguna bandera ni ningún tipo de militancia.

Suave y grave la voz, Benedetti parecía entonces uno de esos hombres que han penetrado, en su caso a través de la palabra, el secreto de las cosas de este mundo. De ahí acaso esa apariencia de calidez humana que rezumaba su personalidad.

Aquí algunos fragmentos leídos aquella tarde:


Somos la catástrofe


La labor de los intelectuales de América Latina
ha sido, en general, catastrófica (Octavio Paz)

Dice Octavio que en latinoamérica
los intelectuales somos la catástrofe
entre otras cosas porque defendemos
las revoluciones que a él no le gustan

somos la catástrofe asimismo
porque hemos sido derrotados
pero ¿no es raro que Octavio ignore
que la verdad no siempre está
del lado de los victoriosos?
...
los vencidos concebimos el milagro
como quimera de ocasión
pero siempre y cuando sea un milagro
que no nos cubra de vergüenza histórica
o simplemente de vergüenza.


El ruiseñor y el gallo

Tienen una acendrada
vocación para el canto
pero hay una minucia
que a veces los separa

mientras que al ruiseñor
suele salirle un gallo
al gallo en cambio nunca
le sale un ruiseñor


Embarazoso panegírico de la muerte

La periodista me preguntó
si yo creía en el más allá
y le dije que no
entonces me preguntó
si eso no me angustiaba
y le dije que sí
...
reconozcamos que la muerte hace siempre
una justa distribución de la nada
sin plusvalía ni ofertas ni demandas
igualitaria y ecuánime
atiende a cada gusanito
según sus necesidades

la muerte es ecléctica pluralista social
distributiva insobornable

y lo seguirá siendo
a menos que a alguien
se le ocurra
privatizarla

Utopías

Cómo voy a creer/dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer/dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
...
cómo voy a creer/dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos/mengana dulce
osada/eterna
si vos/sos mi utopía

miércoles, 13 de mayo de 2009

México o el abismo (II)

La familia de Miguel de la Madrid desautorizó esta tarde las declaraciones que el ex presidente ofreció a la periodista Carmen Aristegui, sobre los actos de corrupción y nexos con el narcotráfico de Carlos y Raúl Salinas de Gortari, las cuales fueron divulgadas esta mañana en el informativo de MVS.

En un comunicado firmado como responsable por su hijo Federico de la Madrid Cordero, se hace decir al ex mandatario que "Me encuentro convaleciendo de un estado de salud que no me permite procesar adecuadamente dialogos o cuestionamientos".

Y concluye: "Dejo en claro que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud".

¿Se dan ustedes cuenta? Ese comunicado, en vez de cerrar el tema, abre el asunto a nuevas interrogantes:

No se sabe si en efecto fue el propio De la Madrid quien decidió formular esa aclaración o si fue presionado para ello, aun a costa de ser presentado como un anciano senil incapaz de interpretar y responder coherentemente lo que se le pregunta.

Si tal es su condición actual ¿no debería la familia cuidar que ande por ahí pactando y ofreciendo entrevistas a quien se las solicite? O si en verdad atraviesa por semejante estado ¿podría haber redactado una aclaración tan bien estructurada como la que se acaba de divulgar?

Es difícil saberlo, pero en virtud de la intrincada y oscura red de complicidades que existe en nuestro sistema político y que comentamos en el post de esta tarde, podría conjeturarse que sus declaraciones fueron tan graves, que hasta de la misma casa presidencial pudo haber surgido la "sugerencia" para redactar un comunicado como ese.

Las declaraciones de De la madrid golpearon en la línea de flotación del corrupto sistema político mexicano y atentan contra la credibilidad incluso de procesos electorales próximos. En esa tesitura, bien pudo ejercerse sobre la familia y sobre el propio declarante, una presión tal que lo obligaran a aparecer como un señor al que "ya no le sube agua al tinaco", como con sorna afirmó esta tarde en una entrevista el payaso Brozo.

Un apunte final: Durante todo el día los medios y declarantes consultados para opinar sobre las declaraciones del ex presidente han puesto el acento sobre lo ya sabido: la corrupción de los Salinas.

Han soslayado, en cambio, la afirmación principal de De la Madrid: que este sistema no puede funcionar sin el líquido de la impunidad.

Como sea, las declaraciones y el intento aclaratorio quedarán sin duda registradas como un testimonio más de cómo funciona la élite política mexicana y de cómo, otra vez, se quiso tomar el pelo a la ciudadanía descalificando esas afirmaciones de una manera incluso denigratoria para la persona del ex presidente. Todo con tal de seguir igual.

¡Hasta la próxima!

México o el abismo

Las revelaciones del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado acerca de la corrupción del también ex mandatario Carlos Salinas de Gortari y su familia, en una entrevista con Carmen Aristegui, constituyen un nuevo testimonio acerca del combustible que mueve la maquinaria del sistema político mexicano: la corrupción y la impunidad.

Reconoció un físicamente menguado De la Madrid: "Me equivoqué (en la designación de Carlos), pero en aquel entonces no tenía yo elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas".

Tras señalar que Raúl Salinas tuvo arreglos con el narcotráfico y que junto con su hermano Enrique obtuvo contratos con el gobierno, además de participar en negocios ilícitos, afirmó que la fortuna de esa familia depositada en Suiza pudo provenir del narcotráfico y que el testimonio de algunos empresarios (como el dueño de TV Azteca), en cuanto a que le habrían prestado ese dinero, fue otra mentira motivada quizá por el ofrecimiento de una tajada de ese capital.

Y sin embargo, la joya de la declaración es que al preguntarle la periodista acerca de si la impunidad es condición necesaria para que la maquinaria siga funcionando en México, respondió con un lacónico, pero inequívoco: sí.

La declaración --formulada por alguien que conoció a fondo todos los entretelones del poder-- equivale a reconocer, de una vez por todas para que ya nadie se siga engañando, que quienes participan en esa maquinaria han incurrido en algún tipo de corrupción solapada.

Y por ello, nadie puede ser acusado penalmente, a riesgo de que revele otras corruptelas que involucren a algún compañero de andanzas y éste descubra lo que sabe y eso condene a otro que, a su vez, puede también hablar y así hasta tejer esa interminable red de corrupción, complicidades e impunidad que mantiene viva a nuestra clase política.

Ese modo de actuar, mediante silencios comprados que luego son pagados con altos puestos, contratos, prebendas, privilegios o comisiones en el gobierno, hermana a nuestra élite gobernante con los métodos típicos de la mafia.

De ahí que pueda afirmarse que el testimonio de De la Madrid corrobora sin ambages que, con diversos matices, el gobierno de este país ha estado sucesivamente en manos de una caterva de mafiosos, criminales, delincuentes y corruptos de todos los signos.

El asunto es gravísimo porque vuelve a poner sobre la mesa la urgentísima necesidad de una profunda reforma del sistema político mexicano. Quizá equivalente a una Refundación.

Ello debiera incluir, para empezar, una renovación del sistema jurídico y judicial, cuya maraña de leyes sólo parece estar diseñada para encubrir el delito. Ahora mismo, por ejemplo, ningún tribunal podría llevar a la cárcel a los Salinas o a otros políticos, porque la cadena de complicidades se extiende a todas las instituciones del país.

Una cadena que ha sido aceitada con dinero público, mediante desvíos, desfalcos, peculados, fraudes y todas las figuras delictivas que se quieran, y que explican la falta de inversión en infraestructura básica, en educación, en hospitales, en seguridad social, en vivienda, en empleo, en salarios, en alimentos, todo lo cual tiene postrado a este país en el subdesarrollo.

A principios del año cobró forma la discusión acerca de si México era o no un Estado fallido. A la luz de todo lo anterior bien puede afirmarse que así es, porque no otra cosa ocurre cuando la corrupción y la impunidad se enseñorean como normas de conducta en todas las instituciones, desde la presidencia de la república.

Como no considerar fallido un país en el que gobernadores como Mario Marín son pillados planeando por teléfono violar la ley que juraron hacer cumplir y siguen en su puesto gracias a que apoyó un fraude electoral; o en el que legisladores como Emilio Gamboa, también vía celular, ofrecen frenar una ley que afectará ciertos intereres, o en el que el director de la agencia de seguridad nacional participa en un complot contra un político y luego es designado procurador General de la República.

En cualquier país eso sería escandaloso. Aquí no, porque para eso está la impunidad.

En este momento de la vida del país, no existe una entidad imparcial, ni confiable ante la que se pueda denunciar algún ilícito de cualquier político de alto rango. El denunciado siempre tendrá un contacto, alguien que le deba un favor, o un silencio que vender al mejor postor con tal de verse exonerado por la dizque justicia.

Por ello, la necesidad de la recomposición del sistema político es evidente. Pero la pregunta clave la formularon aquellos ratones que idearon una forma de no ser sorprendidos por el gato: ¿quién le va a poner el cascabel?

En efecto, no hay a la vista ninguna institución que pueda llevar a cabo una empresa refundadora de la envergadura requerida. Menos existen los políticos confiables que la garanticen. Así que puestos a escoger los mexicanos parecemos estar ante esta disyuntiva: la corrupción y la impunidad o el abismo...

Una cosa es segura: de seguir así, pronto habrán de incrementarse las dudas acerca de si la vía electoral es el mejor camino para sacudirse a los hampones que gobiernan. Un IFE cooptado por los partidos e incapaz de hacer respetar la ley respectiva, candidatos que se ofrecen al mejor postor y los poderes fácticos conduciendo todo ello hacen ver que por el momento ese camino está cancelado.

Alguna vez el viejo Fidel Velázquez lanzó esta admonición contra aquellos que se quejaban de la corrupción priista: "Nosotros llegamos al poder a balazos (aludía a la revolución) y sólo así nos van a sacar de él".

Afortunadamente llegar a eso no fue estrictamente necesario, aunque no podemos olvidar que la lucha por la democracia costó la vida a cientos de opositores sólo durante el gobierno del propio Carlos Salinas, además de los desaparecidos políticos que son una realidad en este país.

Así las cosas, parece llegada la hora de la organización ciudadana, algo para lo que no se está preparado porque la "democracia" representativa que practicamos sólo nos ha enseñado a delegar responsabilidades.

viernes, 8 de mayo de 2009

Ahumada

Las revelaciones de Carlos Ahumada, incluidas en su libro Derecho de réplica, han generado una muy esperable andanada de descalificaciones provenientes, en primer lugar, de los políticos involucrados en el plan urdido para descarrilar la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Es natural.

En segundo término, quienes se han ocupado de desestimar los señalamientos del libro han sido algunos columnistas y conductores de noticiarios de radio, cuyo comportamiento tan sincronizado parece obedecer al patrón de una consigna.

Ésta consiste en descalificar los dichos del empresario argentino, a partir de su condición de ex-presidiario: ¿Quien le puede creer a un truhán? Cómo creerle a un delincuente? ¿Cómo avalar lo dicho por alguien que construyó su fortuna con base en la extorsión? tales las objeciones más frecuentes.

Si bien es innegable la condición poco honorable del señor Ahumada, quienes así lo descalifican, recurren a uno de los métodos más reprobables de los regímenes totalitarios: denigrar a la persona despojándola de todo derecho humano, como el de expresión.

Lo hacen, además, a sabiendas que de ese modo, le imponen al defenestrado una doble condena, inadmisible en cualquier régimen democrático y civilizado: a la pena corporal ya padecida (la cárcel), le añaden la proscripción social.

Como expresidiario, todo lo que diga carece de cualquier valor. Es decir, se le condena, como en la antigua Grecia, al ostracismo total, lo que equivale a una forma de discriminación.

Todo con tal de que la gente no vaya a creer lo que cualquier persona medianamente informada sabe en este país: las trapacerías de que son capaces y los turbios negocios que al amparo del poder han amasado las fortunas personales de Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Emilio Gamboa y compañía.

Y nos quejamos de la discriminación China.

¡Hasta la próxima!

jueves, 7 de mayo de 2009

Paisaje después de la pandemia


I La OMS

Una vez atenuado el momento de la emergencia sanitaria causada por la cepa A/H1N1 del virus de influenza humana, queda la duda si la Organización Mundial de la Salud (OMS) no incurre en una especie de catastrofismo al no diferenciar claramente entre la capacidad de transmisión de una enfermedad (pandemia) y su gravedad.

Si bien los medios de comunicación contribuyen a ello, el hecho es que la mayoría de la gente cree que una pandemia es un masivo ataque de virus contra el cual no hay defensa y que por ello matará a millones de personas alrededor del mundo.

El que una enfermedad mate a mucha gente no la hace una pandemia. El Síndrome Respiratorio Agudo (SARS) y el H5N1 de la gripe aviar causaron más defunciones que el actual, pero nunca superaron el nivel 3 de alerta de la OMS.

El término sólo se refiere a la facilidad con que un virus se transmite de una persona a otra, lo cual implica que el contagio se traspase de un país a otro, y que pueda extenderse incluso a todo el mundo, de ahí su etimología: Pan (todo) Demos (pueblo).

Aún más, se trata sólo de una alerta sobre la posibilidad de contagios masivos, ni siquiera significa que al declararse una pandemia ya sea un hecho que millones de personas de todo el mundo estén enfermas.

En el caso de la influenza humana, el último corte emitido ayer miércoles por la OMS indica que se han confirmado 1, 893 contagios en un mundo que tiene seis mil millones de habitantes. Véase la desproporción. De ahí la necesidad de que la OMS revise o aclare de mejor forma sus criterios y nomenclaturas, de modo que pueda evitarse pánico innecesario, que luego sea utilizado para la manipulación política de las masas.

II Las dudas

Se dijo siempre que se trataba de un virus nuevo y por ello más contagioso debido a que el sistema inmunológico no tendría defensas contra él.

Y sin embargo, por lo menos dos investigadores han formulado declaraciones de las que se desprende que si bien la cepa de la influenza humana es diferente a otras de su tipo, no es completamente nueva, como se ha insistido y en lo que se basó el pánico que afectó primeramente a nuestros funcionarios.

Este dato resulta capital porque explicaría el hecho de que el virus no haya sido tan letal.

Ralph Tripp, un experto en influenza de la Universidad de Georgia, dijo a la revista Times que de acuerdo con sus primeros análisis, la gente expuesta a la pandemia de 1957 --la cual mató a más de dos millones de personas en el mundo-- habría desarrollado alguna inmunidad a la nueva cepa.

De acuerdo con el científico, ello explicaría por qué las personas de mayor edad no fueron afectadas en México.

John Oxford, un virólogo británico, señaló que desde 1978 hemos estado expuestos a otros miembros de la familia de este mismo virus, por lo que los humanos tendríamos una cierta memoria inmunitaria contra este agente, a diferencia de lo que ocurrió con el virus de la gripe aviar, ese sí completamente nuevo para el organismo y por ello más mortal.

III La manipulación

Adelantamos aquí, al inicio de la emergencia sanitaria (Influenza y credibilidad), que el gobierno intentaría aprovechar el impulso que ésta le daría para, una vez superada, proyectarlo a la campaña electoral panista bajo el viejo, pero redituable expediente de la unidad que nos habría permitido superar el trance. Ya empezaron a hacerlo. Así de previsibles son los blanquiazules.

Por cierto, ninguna voz en el gobierno ha respondido a la revelación de Reporte Índigo, de que en la Agenda Nacional de Riesgos 2008-20012 estaba prevista la aparición de una pandemia por influenza, atribuible a la siempre esperable mutación de los virus que la provocan.

También se sabe que el anterior secretario de salud, Julio Frenk dejó un documento con esa misma previsión. Y sin embargo, llegó la emergencia y el país no estaba preparado. Alguien tendrá que dar cuentas de esto antes que andarse proclamando como salvador de la humanidad.

¡Cómo se han de reir de él en el mundo! en México, desde "endenantes".

¡Hasta la próxima!