lunes, 29 de noviembre de 2010

WikiLeaks, otra vez


 Los más de 250 mil documentos dados a conocer a cinco grupos de medios por el portal de revelaciones WikiLeaks, proporciona una franca y al mismo tiempo crítica visión de los líderes extranjeros, así como información sensible aacerca del terrorismo y la proliferación de campos nucleares, porporcionada por diplomáticos estadounidenses, de acuerdo con The New York Times.

La Casa Blanca condenó la presentación hecha por WikiLeaks y dijo que las revelaciones podrían poner en peligro a sus informantes en el extranjero. Entre las revelaciones entregadas, además del New York Times, al periódico británico The Guardian, así como al francés Le Monde, al español El País y a la revista semanal alemana Der Spiegel, se da a conocer que el rey saudita Abdullah ha exhortado en varias ocasiones a los Estados Unidos para que ataque a Irán, como una manera de poner fin al programa nuclear de ese país.

"Corten la cabeza de la serpiente", dijo el embajador saudí Adel Al-Jubeir, citando los dichos del rey, durante una reunión con el general David Petraeus, en abril de 2008.

Los documentos filtrados, los cuales incluyen comunicaciones de 2007 y posteriores, también revelan que el politburó chino dirigió una intromisión en los sistemas de cómputo de Google, como parte de una amplia y coordinada campaña de sabotaje a cargo de operadores gubernamentales chinos, expertos privados en seguridad y bandidos de Internet, reportó el Times.

Como describió el semanario alemán Der Spiegel, los cables contienen ácidos y duros comentarios, como la descripción que hacen los diplomáticos estadounidenses de la canciller alemana Angela Merker, a la que describen como alguien que "evita riesgos y casi nunca creativa".

Otro documento descrito por el New York Times cita un cable del embajador estadounidense en que plantea la posibilidad de que el líder libio Muammar Gaddafi, pueda tener una relación amorosa con su enfermera ucraniana, quien es descrita como una rubia voluptuosa.

El diario dijo que muchos de los cables nombran fuentes diplomáticas confidenciales, desde abogados ectranjeros y oficiales militares hasta activistas de derechos humanos y periodistas, en la mayoría de los casos con una advertencia: Protegido o estrictamente protegido.

Comentarios como la descripción del presidente ruso Dmitri Medveded como Robin y del primer ministro Vladimir Putin, como Batman, seguramente avergonzarán a la administración Obama y complicarán su diplomacia.

La Casa Blanca dijo que la difusión de los documentos podría poner en peligro la vida de gente que vive bajo "regímenes opresivos" e "impactará profundamente" los intereses de la política exterior estadounidense, de sus aliados y socios alrededor del mundo.

"Para ser claros, tales revelaciones ponen en riesgo a nuestros diplomáticos, al personal de inteligencia y a las personas que de todas partes del mundo vienen a Estados Unidos por asistencia para promover la democracia y la apertura de sus gobiernos", dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs

"Al robar y difundir documentos clasificados WikiLeaks ha puesto en riesgo no sólo la causa de los derechos humanos, sino también las vidas y el trabajo de estos individuos", dijo.

Analistas de seguridad concuerdan en que la presentación de los documentos fue un severo golpe a la diplomacia norteamericana, debilita la confidencialidad que es vital para que líderes extranjeros y activistas hablen francamente con oficiales estadounidenses.

"Esto es devastador" dijo Roger Cressey, socio de una consultoría y ex oficial de seguridad informática, en un comentario vía correo electrónico.

El gobierno estadounidense, el cual fue informado por adelantado del contenido de los cables difundidos contactó a los gobernantes de Rusia, Europa y Medio Oriente para tratar de limitar los daños. La Casa Blanca también advirtió a los lectores que los hechos reportados en los documentos son con frecuencia incompletos y no necesariamente reflejan o incluso dan forma a las decisiones políticas de Estados Unidos.

Emile Hokayen, miembro del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, dijo que la dramática revelación de que el rey saudí Abdullah aconsejó a Estados Unidos golpear a Irán, pudo haber sido exagerada para efectos diplomáticos.

"Es muy posible que los Estados del Golfo hayan adoptado en privado una muy agresiva retórica sólo para presionar sobre la urgencia de la cuestión", dijo Hokayem. "Pero personalmente dudo que haya intenciones de una guerra como tal".

Entre las revelaciones reportadas por The New York Times figuran:

--Sospechas de que Irán ha obtenido de Corea del Norte sofisticados misiles capaces de golpear a Europa occidental, y la preocupación de Estados Unidos de que Irán esté utilizando estos cohetes como piedra angular para construir misiles de largo alcance.

--Alegatos de que operadores chinos han violado computadores del gobierno norteamericano y de sus aliados occidentales, del Dalai Lama y de empresas americanas desde 2002.

--Pláticas entre Estados Unidos y oficiales sudcoreanos acerca de las posibilidades de una unificación de Corea, a partir de los problemas económicos del Norte y de una política de transición que conduzca a una implosión del estado.

--Los sudcoreanos consideran que incentivos comerciales a China ayudarían a salvar las preocupaciones de este país de  vivir juntoa una Corea unificada y aliada a Washington, de acuerdo con el embajador estadounidense en Seúl.

--Reportan que donadores sauditas continúan como jefes financieros de grupos de militantes sunis como Al Qaeda y del minúsculo Estado de Qatar en el Golfe Pérsico, un generoso anfitrión de los militares americanos durante años, que fue el peor en la región en los esfuerzos antiterroristas, de acuerdo con un cable del Departamento de Estado en diciembre último.

--Desde 2007 los Estados Unidos han montado un secreto y totalmente infructuoso esfuerzo por sacar uranio altamente enriquecido de un reactor de investigación de Pakistán, por el temos de que pueda ser desviado para usarse en un ilegal artefacto nuclear.

Fuente: Reuter (traducción del autor)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Hipotecando el futuro



He aquí un libro para el debate.

En esta hora de conmemoraciones centenarias y bicentenarias, cuando lo que está a faltar es una auténtica discusión sobre el país que podemos o queremos ser, México 2010. Hipotecando el futuro (Taurus) es un texto que traza algunas de las coordenadas en que puede inscribirse esa urgente reflexión.

Además de aportar ideas para lo que podría denominarse un proyecto de país, aventura algunos atisbos de lo que ocurriría en el lapso de poco más de una generación (25 años), ya sea que se actúe en un sentido (liberar al país de los intereses privados de toda laya que lo sujetan) o en otro (favorecer la subordinación a esos mismos intereses).

Cada uno de los siete ensayos que conforman el libro --escritos por Nicolás Alvarado, Gerardo Esquivel, Silvia E. Giorguli, Fausto Hernández Trillo, Alejandro Moreno, Érika Ruiz Sandoval (editora), Pedro Salazar Ugarte y Jesús Silva Herzog-Márquez-- puede ser leído como la pieza de un rompecabezas que, armado, muestra a un país que requiere ser rescatado.

El empleo aquí del término "rescate" es menos una licencia retórica que una necesidad real. Transcurrida la primera década del siglo XXI México se presenta a los ojos del observador como un país secuestrado por un entramado de intereses que representan a grupos de poder empresarial, financiero, mediático y hasta delictivo.

Ya desde el anterior libro de la serie, México 2010. El juicio del siglo, María Amparo Casar hacía notar que
El espacio público en Mëxico sigue cercado por el poder de grupos que sin ninguna investidura, representación o delegación democrática tienen el poder para imponer o modificar decisiones que afectan el interés público. Muchos de esos poderes "transitaron la transición" intocados e intocables (p. 55).
En Hipotecando el futuro, Jesús Silva Herzog-Márquez  atribuye a esa circunstancia el hecho de que vivamos lo que llama una democracia capturada.
Las estructuras corporativas --dice-- son imponentes para bloquear cualquier cambio que vulnere sus intereses; los grandes conglomerados empresariales imponen condiciones a la clase política; los poderes mediáticos ejercen un soberbio reinado de intimidación (p. 35).
 Lo que se describe en esas citas es la respuesta a las inquietudes ciudadanas básicas: ¿por qué si ya somos democráticos no mejora nuestra economía? ¿por qué nuestros representantes populares en el Congreso o nuestro presidente no responden ni gobiernan conforme a los intereses de las mayorías?

De nuevo Herzog-Márquez apunta la respuesta a ese desencuentro:
Partidos, dirigentes, asambleas legislativas, organizaciones civiles rebasadas cotidianamente por poderosos intereses económicos que logran imponer su fuerza sin encontrar resistencia. La clase política aparece de esta manera como brazo ejecutor de un manojo de intereses económicos...Tras la mantilla democrática vivimos un secuestro (pp. 36-37).
 La constatación de este fenómeno se convierte en el hilo conductor de Hipotecando el futuro, con su respectivo correlato: la falta de un proyecto de nación, de una agenda compartida, necesaria y urgente para salvar la joven democracia mexicana.

Así, en "El rompecabezas y el modelo:claves para una segunda transición mexicana", Pedro Salazar Ugarte se queja de que su idea de pugnar por una sociedad de derecho, una democracia constitucional sea un "proyecto sin promotores". Y cómo habría de tenerlos en un estado de cosas como el imperante, en el que más que una segunda transición lo que se requiere es una segunda Independencia.

Al respecto Silva Herzog adelanta una intuición: ¿Y si Carlos Marx tenía razón? ¿Y si la democracia liberal es, en realidad, la pantalla de otro imperio: el señorío de los intereses económicos? (p. 36).

Así planteada, la cuestión nos coloca de tajo en la gran falacia de la democracia mexicana: que si bien respondió a necesidades internas, el verdadero catalizador fue la ofensiva neoliberal contra el llamado Estado benefactor tras el fin de la Guerra Fría.

Ofensiva que, como bien observa Érika Ruiz Sandoval ("México y sus relaciones internacionales: ¿está desnudo el emperador?") México fue uno de los primeros en acatar mediante un seguimiento vertiginoso y sin reservas del modelo económico después conocido como Consenso de Washington.

La transición mexicana a la democracia fue una impostura. Llegamos a ella --en realidad sólo a la alternancia-- porque el anterior régimen de partido único no favorecía las nuevas condiciones requeridas para la reproducción del capital.

A ese capitalismo que requería de fronteras abiertas (la narrativa de la globalización) no le eran funcionales regímenes autoritarios o autocráticos. Véase al efecto la coincidencia histórica de las reformas orientadas al mercado con la ola democrática que se extendió por todo el mundo.

Salazar Ugarte, en el ensayo citado parece confirmar la cuestión: "El solo hecho de que nuestra democracia se haya edificado de la mano del modelo económico neoliberal es, en sí mismo, una falla de origen que obstaculiza atender la agenda pendiente de seguridad y justicia" (P. 120).

En efecto, porque se trataba sólo de ensanchar las posibilidades de reproducción del capital y de los negocios consustanciales al mismo y no tanto de desmantelar el diseño institucional que permite en México hacer negocios rentabilísimos en favor de los intereses extranjeros y sus representantes locales, pero en detrimento del país.

Un diseño institucional que funciona mediante monopolios tolerados, privilegios, concesiones ventajosas, tarifas preferenciales, control de los trabajadores, el cabildeo, subsidios y exenciones fiscales y mediante la captura de organismos reguladores (IFE, CFC, Cofetel), todo lo cual fue caracterizado por el premio nobel en ciencias económicas 2000, James J. Heckman, como un "capitalismo de amigos", en el que dominan los grupos de interés.

Lo que los autores de México 2010. Hipotecando el futuro no parecen advertir es que la captura de la democracia mexicana incluye la captura de instituciones como la presidencia de la República. Es decir, no es que poderes como la delincuencia organizada, el narcotráfico, las empresas trasnacionales o los medios de comunicación desafíen la capacidad del gobierno para asegurar los derechos de los ciudadanos.

Es muchas veces desde ese gobierno secuestrado desde donde se conculcan esos derechos. De ahí que la vía para recomponer el país pase por el rescate de sus instituciones.

Sólo así será viable reactivar la competitividad de la economía a partir de una reforma radical del sistema de impartición de justicia, como proponen Gerardo Esquivel y Fausto Hernández Trillo. O encaminarnos a una segunda transición hacia una democracia constitucional, en la que se combatan los rezagos sociales mediante la seguridad y la justicia, como quiere Pedro Salazar Ugarte; o emprender la transformación del sistema educativo que propugna Nicolás Alvarado; o, en fin, insertarnos productivamente en la nueva configuración geopolítica del mundo que está en marcha, como lo muestra Érika Ruiz Sandoval.

Así, la búsqueda del ansiado proyecto de país y su nueva narrativa no será viable mientras no se lo libere, primero, de la sujeción a los intereses privados. Mientras no se emprenda esa tarea ninguno de los escenarios hacia los que podría avanzar el país planteados por los autores será posible.

Ese es el tamaño del reto para no vivir Hipotecando el futuro.

Ficha Técnica

Colección: Historia
Género:      Ensayo
Formato:   15 x 24
Encuadernación: Rústica
Páginas:     241
Precio:       279.00

martes, 26 de octubre de 2010

Calderón contra Latinoamérica

La proclividad de México hacia Estados Unidos de América y su alejamiento, cuando no agresividad con los países latinoamericanos no es extraño tratándose del derechista-yunquista Partido Acción Nacional y de quien, surgido de esas filas, ocupa la presidencia del país.

Aparte de los evidentes perjuicios económicos que acarrea esa dependencia voluntariamente aceptada respecto del vecino del Norte, México ha perdido presencia, credibilidad y liderazgo entre los países del Sur.

(Hagamos una digresión para señalar que esa minusvalidad de México ante el mundo, bien podría ser catalogada como resultado de la denigración que su actual titular hace de la institución presidencial y del prestigio del país, para que pueda ser juzgada por algún IFE oficioso o alguna entidad encargada de cuidar el buen nombre y fama de la tal institución.)

Para subrayar su plena adscripción y aquiescencia ideológica con el Norte, el licenciado Calderón juzga adecuado traerla a colación de cuando en cuando y, de paso, darle un raspón a las democracias latinoamericanas, como Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador o Paraguay.

Apenas el viernes pasado, durante la clausura en Morelia del Encuentro empresarial 2010 organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), y a la que asistió el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, Calderón dijo de éste: "acaba de dejar la presidencia y ya lo extrañamos tanto, y lo extrañamos porque existe una América Latina exacerbada, o si se quiere entusiasmada, con el retorno y el renuevo del populismo, de la demagogia, de la autocracia y de la invencibilidad del crimen".

Seguramente en el cono Sur han debido tomar nota de estas palabras porque ¿a qué llama populismo y demagogia Calderón? ¿al respaldo social de que carece su gobierno y que en cambio ha concitado el rescate emprendido por los bolivianos de sus hidrocarburos? ¿a la estabilidad macroeconómica que han logrado sin seguir las recetas neoliberales del FMI? ¿a la nueva constitución votada en 2007 que creó un Estado plurinacional que dota de iguales derechos a sus pueblos originarios?

¿O acaso le parezca demagógico y populista el rechazo que los 12 presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) expresaron en agosto de 2009 a la instalación de siete bases militares de Estados Unidos en Colombia con el pretexto de combatir el narcoterrorismo?

¿Se referirá por ventura al acuerdo de 33 países de América Latina y el Caribe adoptado en febrero de este año en Cancún para constituir una organización hemisférica sin Estados Unidos y Canadá, ante el declive de la hegemonía estadounidense?

¿Será que Calderón considera demagógico el rechazo de los países de la región a la iniciativa estadounidense para construir el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA)? ¿o considera que la invencibilidad del crimen se fortalece con el activismo y el liderazgo del presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, al defender el diálogo con Irán y rechazar sanciones contra la república Islámica, acusada permanentemente por EUA por el programa nuclear que desarrolla?

Esas pocas palabras de Calderón dichas al ex presidente Uribe, describen de un plumazo la nuez de la subordinada política exterior mexicana y, al mismo tiempo, constituyen un virtual aval al asesinato de cuatro estudiantes mexicanos de la UNAM perpetrado por militares colombianos --todavía bajo la presidencia de Uribe-- el primero de marzo de 2008 en la región ecuatoriana de Sucumbíos.

El desplante declarativo de Calderón muestra, además, un desprecio por el dolor y el luto de los familiares de esas víctimas, quienes se mantienen en lucha por el esclarecimiento y castigo a los responsables de aquella matanza.

¡Que no se nos olvide!

Michoacán: proyecto transexenal

Quizá con el modelo de la familia Cárdenas en la cabeza, Felipe Calderón calcula hacer de Michoacán su reducto político una vez que se marche de Los Pinos. Seguirá así un modelo político conocido en México --los Cárdenas en Michoacán, los Santos en San Luis Potosí, los Alemán en Vecracruz, los Millán en Sinaloa--: el del cacique que pertrechado en su región, y aprovechando sus relaciones políticas usufructa concesiones, permisos, se adueña de vastas extensiones de tierras y domina, en fin, los negocios y la política del lugar mediante la imposición de incondicionales o familiares en el gobierno de la entidad, que le permitan seguir siendo factor de poder a escala nacional.

Controlar el gobierno de Michoacán y, desde esa plataforma impulsar negocios particulares y proyectos políticos transexenales parece ser la apuesta de Felipe Calderón. Su desafío a la familia Cárdenas puede decirse que empezó apenas iniciado su sexenio, pues fue desde esas tierras donde anunció el operativo conjunto Michoacán, el primero con el que abrió la supuesta guerra contra los cárteles de la droga.

El intento por socavar la autoridad de los Cárdenas vino después con el llamado michoacanazo con el que se defenestró a 35 presidentes municipales y funcionarios de la administración que encabeza Leonel Godoy, uno de los cuadros más cercanos al hijo del General.

No obstante que 34 de esos acusados fueron liberados gradualmente en el lapso del último año por falta de pruebas, la inquina del gobierno federal se ha cebado contra ellos, pues no se sabe si para lavarse la cara por el papelón o por una convicción profunda, pero el caso es que tanto la Procuraduría General de la República (PGR), como el propio Calderón han insistido en que los liberados son culpables.

Incluso han pedido a la Judicatura Federal que revise la actuación de los jueces que los absolvieron, pues tanto Calderón como el procurador, han sugerido que la actuación de esos juzgadores es, por lo menos, sospechosa.

El mismo afán persecutorio se ha cebado sobre el diputado Julio César Godoy Toscano, medio hermano del gobernador, sobre el que pesan pruebas de sus nexos con el cártel de La Familia y que actualmente libra un juicio de procedencia para evitar su desafuero solicitado por la PGR.

En las últimas semanas las efemérides han conducido a Calderón a Michoacán donde se ha dado tiempo para criticar, así sea veladamente, al gobernador y su falta de resultados en materia de seguridad, subirse al ring con un diputado local durante la conmemoración por la Constitución de Apatzingan y para preparar el destape, como abanderada del PAN a la gubernatura de la entidad, de su hermana Luisa María, llamada cocoa, el cual ocurrió este viernes 22 durante una fiesta a la que asistieron 1, 400 invitados para celebrar el cumpleaños de la susodicha.

 El mismo viernes 22 y todavía en tierras michoacanas, Calderón pareció aludir de nuevo al gobernador Godoy. Al clausurar el Encuentro empresarial 2010, organizado por la Coparmex, dijo que ojalá ya no vuelvan los tiempos en que las autoridades "ven el crimen, ven la extorsión, el secuestro y simplemente, como dice la canción de Pedro Infante, se agachan y se van de lado".

Así pues, el golpeteo contra Godoy, en realidad contra el cacicazgo de los Cárdenas obedece a la lógica felipista de hacerse del control de la entidad, para lo cual necesitará algo más que suerte, pues la sombra del mal fario parece perseguir la vida pública de los Calderón.

Es proverbial la mala suerte y los fracasos que suelen acompañar a las causas (lo mismo deportivas que políticas) a las que se adscribe o de las que se dice seguidor el licenciado Calderón. Pues bien, afuera del salón donde se realizaba la rumbosa fiesta del destape de la hermana del presidente, murió atropellado por un tráiler el diputado local priista Eduardo Villaseñor Meza. La fiesta terminó

¡Que no se nos olvide!

viernes, 15 de octubre de 2010

Contra el viento del norte: la espiral y el torbellino



Si --como se ha dicho-- somos lo que pensamos, no es menos cierto que también somos lo que escribimos o, mejor, como escribimos, pues al reflejar una estructura de pensamiento la escritura nos re(de)vela.

Eso ocurre con Leo Leike y Emma Rothner, protagonistas de Contra el viento del norte, la novela del escritor y periodista Daniel Glattauer (Viena, 1960) publicada por Alfaguara.

A partir de un correo electrónico que por equivocación Rothner envía a Leike, ambos inician una relación a través de ese moderno medio de comunicación epistolar que los conduce a un intercambio al principio frío y distante que gradualmente crece en intensidad hasta envolver sentimientos, emociones, padecimientos.

Un proceso de enamoramiento virtual que va del guiño al coqueteo; de la insinuación al pleno flirteo --erotismo incluido-- cuya progresión puede seguirse mediante las frases con que se despiden en cada e-mail, las cuales evolucionan del formalísimo "saludos cordiales" al más cálido "saludos afectuosos", o al más íntimo "saludos cariñosos", para terminar --ya en pleno romance virtual-- en "besos para ti".

Ella, una diseñadora de páginas web, él, un psicólogo del lenguaje que participa --en lo que puede constituir una de las claves de la novela y de su anunciada continuación-- en un estudio sobre la influencia del correo electrónico en la conducta linguística y sobre el correo electrónico como vehículo de emociones.

A partir de lo que cada uno escribe y de cómo lo hace, la pareja va seduciéndose mutuamente. La imagen que cada uno se forma del otro queda mediada por su forma de expresión escrita. Dice Emmi:
Pero me encantaría saber qué aspecto tienes, por ejemplo. Eso aclararía muchas cosas. Me refiero a que aclararía porqué escribes como escribes, pues tendrías el aspecto de alguien que escribe como tú.
 Y, no obstante, ambos parecen sentirse cómodos en esa especie de second life que les permite el ordenador, pues aunque se lo plantean, terminan por sabotear sus planes de encuentro personal.

Enamorados de su inteligencia y de lo que ésta proyecta, los protagonistas mantienen al lector pendiente de sus respectivos ordenadores, ansioso, como ellos mismos, del siguiente mensaje en la bandeja de entrada, el cual casi siempre es respondido de inmediato, pues el intercambio se torna cada vez más frecuente: por la mañana, por la tarde, por la noche y hasta de madrugada, en una espiral de sentimientos que, cuando lo notan, ya se les convirtió en torbellino: de pasiones entre ellos y entre quienes los rodean, pues Emmi se embarca en esta aventura con todo y su condición de mujer "felizmente casada".

No estamos, sin embargo, ante una novela rosa, sino ante un drama apenas disimulado que, a la manera griega, coloca a los personajes frente a las consecuencias de sus actos y frente a los dilemas que resultan de sacudirse las certezas o de transgredir la cotidianidad de una vida hecha.

Con una precisión casi quirúrgica en cuanto al empleo del lenguaje, Glattauer logra una eficaz progresión de la trama en la que asistimos como lectores a un esgrima escritural entre dos personajes que van diseccionando sus personalidades y sentimientos mediante inteligentes y divertidas aproximaciones sucesivas.

Leo y Emma encuentran en el espacio escritural que instauran, la energía y vitalidad que falta en sus vidas. Su mutuo conocimiento y el halo de misterio que envuelve su relación --pues se trata de dos incógnitos-- no deriva, como en las relaciones presenciales, del saber sus costumbres y manías cotidianas, sino de sus tics y giros estilísticos.

Se trata --y esa parece ser una de las metáforas de la novela-- de un ir y venir entre imaginación y realidad que, a fin de cuentas, es lo propio del hecho literario.

Como en la alegoría platónica de la caverna --en que los hombres encadenados juzgaban el mundo por las sombras (en realidad apariencias) de los objetos proyectados sobre la pared-- esta pareja se encuentra y se adivina por las imágenes de sí mismos que ven proyectadas en la pantalla-caverna del ordenador.

Imágenes que, como escribe Leo Leike, son "tan frágiles y delicadas que no habrían resistido una visión real sin agrietarse y resquebrajarse de inmediato".

Acaso de ahí la otra metáfora sugerida por el autor: hasta qué punto nuestras relaciones, nuestras representaciones, incluso las más íntimas, y su proceso de significación están mediadas por los modernos medios de comunicación, como el internet y el correo electrónico.

Se trata, así, de una novela no sólo recomendable por el drama que encierra en su aparente sencillez, sino porque quien se la pierda, no podrá seguir la ya anunciada segunda parte, Cada siete olas, que Alfaguara publicará en breve.