El Financial Times designó a Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) como el hombre del año por su éxito al preservar el euro luego de tres años de crisis. En un reportaje sobre el tema, Lionel Barber y Michael Steen señalan que el papel central del italiano en la crisis del euro --la historia más grande de 2012-- le ganó el voto del rotativo inglés.
Y aunque señala que otros notables personajes como la canciller alemana Angela Merkel y Mario Monti, el extrovertido reformista y primer ministro de Italia, han tenido también un papel central, Draghi ha sido un líder protagonista que insistentemente ha animado a gobiernos y bancos a apoyar las medidas necesarias para preservar al euro.
Los columnistas recuerdan la víspera de la inauguración de los juegos olímpicos de Londres, cuando Draghi se encontraba entre los panelistas de un evento planeado para promover la inversión extranjera en el Reino Unido. Eran momentos en que la moneda europea se desintegraba en medio de costosos y sofocantes préstamos a Grecia, España y a su natal Italia.
Estaban al día las especulaciones sobre el rompimiento de la Unión Europea y sus incalculables consecuencias financieras y políticas. Era el momento de trazar una línea en la crisis y el presidente del BCE lo hizo con dos frases:
"Dentro de nuestro mandato, el BCE está listo para hacer cualquier cosa para preservar el euro"...y después de una pausa efectista añadió: "Y créanme, será suficiente".
En retrospectiva, dicen los escritores, la declaración de julio --la cual en efecto emplazó a los mercados financieros a desafiar el ilimitado poder del Banco Central Europeo-- pudo bien ser vista como un punto de retorno en los tres años de crisis. El impacto de las dos breves frases de Draghi en aquel discurso fue inmediato y durable.
Lo describen como un hombre que deriva sus habilidades de una carrera variada: economista, banquero central, banquero comercial (Goldman Sachs) y servidor público. Pero por encima de todo, dicen, es un estratega que reflexiona profundamente sobre los problemas y una vez que su mente se impone del asunto es un duro perseguidor de sus metas. De algún modo ha sido más atrevido que su predecesor Jean-Claude Trichet.
Bajo el mando de éste último, el BCE respondió más rápido que el Banco de Inglaterra y que la Reserva Federal de EUA en la primera fase de la crisis financiera global, en el verano de 2007, cuando los mercados de crédito se enfriaron. Pero más tarde el francés se encontró acorralado por el Bundesbank, el banco central alemán, que era implacablemente hostil hacia pecados como deuda e inflación.
Draghi relevó a Trichet apenas hace un año. En esa ocasión dijo a sus amigos que estaba lejos de garantizar que triunfaría, no obstante la formidable política que apoyaría la moneda única. Estaba muy preocupado acerca del Bundesbank y la opinión pública alemana, pero él estaba decidido a darles su mejor golpe.
Su primer movimiento fue introducir una operación de refinanciamiento a largo plazo para los bancos. Como él mismo dijo, esa operación (la cual se desarrolló en dos faces en diciembre 2011 y febrero de 2012) removió la posibilidad de una crisis bancaria causada por una carencia de fondos. Al proveer de liquidez de corto plazo por los siguientes tres años, el EBC ayudó a evitar que el problema se extendiera a la soberanía y a los mercados de derivados de crédito.
Aunque la iniciativa calmó a los mercados preocupados por los bancos, no enfrentó el otro mayor problema de la eurozona: el amplio diferencial en el costo de los préstamos entre países deudores (Grecia, España, Italia, Chipre) y los países prestadores encabezados por Alemania.
Para la primavera de 2012 esto se había propagado hasta convertirse en una amenaza exacerbada por el riesgo de que la eurozona podría desmoronarse, con Grecia como el primer país en salir de la Unión. Enfrentado con este catastrófico escenario, Draghi y el estaf del BCE vinieron con una nueva propuesta: Transacciones monetarias inmediatas.
Aunque ninguno de los países deudores ha ido lejos en su aplicación, el resultado ha sido una dramática caída en el costo de los préstamos para los países periféricos y una renovada confianza en que el euro puede sobrevivir y lo hará.
viernes, 14 de diciembre de 2012
viernes, 7 de diciembre de 2012
El Quijote y Lolita, arquetipos
En su notabilísima Introducción al Quijote, E.C. Riley alude a lo que parece ser una de las claves para la creación de personajes trascendentes en la literatura.
Al analizar la cuestión de las fuentes de la novela de Cervantes, ubica como posible precedente a "una distinguida pareja de cómicos italianos popular de 1574 en adelante. Éstos eran Bottarga (un hombre corpulento, de donde deriva la denominación de esos disfrases enormes utilizados en teatro y más recientemente en publicidad) y Ganassa (un hombre delgado).
"Es bastante improbable que Cervantes no los conociera, por lo menos de oídas, y es en cambio probable que, de manera consciente o inconsciente, su creación del personaje Don Quijote deba algo a Ganassa".
Riley asienta lo evidente respecto de Don Quijote y Sancho Panza: que no hay pareja de personajes en la literatura occidental que sea reconocible de una manera más inmediata y universal, incluso para la gente que no ha leído el libro.
Y añade que "este efecto no se debe únicamente a las dotes de Cervantes para la descripción breve y encendida, sino también a su identificación con un cierto elemento arquetípico".
Esta última afirmación coincide con una opinión de Jorge Luis Borges. En un texto sobre Nabokov, incluido en Apariciones, una antología de ensayos de Juan García Ponce, éste recuerda que en un escrito sobre Quevedo, Borges destacó que el autor español es, probablemente, palabra por palabra, el escritor perfecto, y sin embargo no ha alcanzado la popularidad que merece porque en su obra no existe un sólo prototipo, una figura ideal que cautive la imaginación como lo sería, evidentemente, Don Quijote, por ejemplo.
El propio Nabokov logró esa trascendencia con su novela Lolita, en la que se cumplió de nuevo el postulado de Riley y Borges: crear un arquetipo, en este caso Lolita: la ninfeta como símbolo sexual.
Al analizar la cuestión de las fuentes de la novela de Cervantes, ubica como posible precedente a "una distinguida pareja de cómicos italianos popular de 1574 en adelante. Éstos eran Bottarga (un hombre corpulento, de donde deriva la denominación de esos disfrases enormes utilizados en teatro y más recientemente en publicidad) y Ganassa (un hombre delgado).
"Es bastante improbable que Cervantes no los conociera, por lo menos de oídas, y es en cambio probable que, de manera consciente o inconsciente, su creación del personaje Don Quijote deba algo a Ganassa".
Riley asienta lo evidente respecto de Don Quijote y Sancho Panza: que no hay pareja de personajes en la literatura occidental que sea reconocible de una manera más inmediata y universal, incluso para la gente que no ha leído el libro.
Y añade que "este efecto no se debe únicamente a las dotes de Cervantes para la descripción breve y encendida, sino también a su identificación con un cierto elemento arquetípico".
Esta última afirmación coincide con una opinión de Jorge Luis Borges. En un texto sobre Nabokov, incluido en Apariciones, una antología de ensayos de Juan García Ponce, éste recuerda que en un escrito sobre Quevedo, Borges destacó que el autor español es, probablemente, palabra por palabra, el escritor perfecto, y sin embargo no ha alcanzado la popularidad que merece porque en su obra no existe un sólo prototipo, una figura ideal que cautive la imaginación como lo sería, evidentemente, Don Quijote, por ejemplo.
El propio Nabokov logró esa trascendencia con su novela Lolita, en la que se cumplió de nuevo el postulado de Riley y Borges: crear un arquetipo, en este caso Lolita: la ninfeta como símbolo sexual.
sábado, 1 de diciembre de 2012
El programa de Peña Nieto
Con un discurso que de seguro no entusiasmó ni a sus patrocinadores televisivos, se consumó lo que una amplia franja de la población considera la imposición de Enrique Peña Nieto como presidente de México.
En efecto, su discurso en Palacio Nacional fue un texto insustancial, con una retórica plagada de lugares comunes ("alentaré la unidad en la pluralidad") y un programa de 13 puntos de claro perfil gatopardista y, en algunos casos, hasta populista.
La estrategia del discurso recurrió claramente a viejas recetas priistas para conseguir dos efectos que sin embargo resultaron fallidos: primero, tratar de cambiar el ánimo social mediante llamados a la transformación del país por la vía --otra vez-- de la superación del atraso y la pobreza; y segundo: enumerando una serie de "decisiones" inmediatas para dar la impresión de que ya está al mando y de que no llega con las manos vacías.
Así, hizo saber que los cinco ejes de su gobierno serán: 1) un México en paz; 2) una nación incluyente que cierre la brecha de la desigualdad, que pase a ser una sociedad de clase media con igualdad de oportunidades, equidad y cohesión: 3) educación de calidad; 4) un México próspero con crecimiento económico y mayor competitividad en todos los ámbitos, y 5) Responsabilidad global con una diplomacia moderna e innovadora.
Nada que no hubieran ofrecido antes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox o Felipe Calderón. Casi medio siglo (42 años) de los mismos propósitos incumplidos ahora vueltos a renovar.
¿Puede alguien creer que habrá un país incluyente, sin desigualdad y crecimiento cuando el modelo económico que se aplica y que permanecerá intocado es el que precisamente produce exclusión, desigualdad y estancamiento?
Y esto porque se trata de un modelo económico que depende de la inversión extranjera con la que se financia el gobierno (la promesa de cero déficit presupuestal está basada en este supuesto), y que a cambio exige tener a su disposición mano de obra barata, el pago de pocas prestaciones sociales y bajo costo por despidos, condiciones que garantiza la recién aprobada reforma laboral.
Se trata de un modelo que en esas condiciones produce escaso crecimiento económico, poco empleo y precario, mucha informalidad y, desde luego, mayor desigualdad. De ahí que los cinco ejes del programa peñanietista estén condenados al fracaso. O en todo caso serán la cortina de humo con la que se tratará de distraer al respetable del verdadero proyecto de saqueo nacional que se pondrá en marcha con las reformas estructurales que faltan y que en el discurso de hoy se mencionaron apenas de soslayo. Por algo será.
Por otra parte, las 13 "decisiones" de gobierno anunciadas como iniciales constituyen el ejemplo más acabado de gatopardismo: la cruzada nacional contra el hambre, el programa de seguro de vida para jefas de familia y la pensión para mayores de 65 años confirman el enfoque asistencialista y demagógico que seguirá teniendo la llamada política social, porque no atiende las causas estructurales de los problemas que se dice querer combatir.
La reforma al artículo tercero constitucional para crear las bases del Servicio Profesional de Carrera Docente, de nuevo hace recaer sólo en los profesores la responsabilidad del desastre educativo, como si éste no consistiera en realidad en el control corporativo del sindicato a manos de Elba Esther Gordillo, en los ineficaces modelos educativos y en los propios contenidos light que se imparten.
Estará por verse el alcance del decreto anunciado con medidas de austeridad en el gasto público, la unificación de los códigos penales, la licitación de dos nuevas cadenas de televisión abierta y la propuesta de Ley de Responsabilidad Hacendaria para poner en orden la deuda de los gobiernos de los estados que, en principio, parece violar el régimen federalista y la autonomía de las entidades.
La privatización de Pemex (reforma energética), el aumento del IVA y su aplicación en alimentos y medicinas (reforma fiscal) y la de seguridad social se anunciarán después. Y sin embargo, se trata de las llamadas reformas estructurales que delinean el verdadero proyecto entreguista del priismo restaurado.
El no referirse a ellos con amplitud en la toma de posesión seguramente obedece a la necesidad de no levantar temprana oposición y rechazo y empañar lo que los antiguos priistas solían llamar la "luna de miel" del nuevo gobernante con sus gobernados. Sólo que esta vez ni eso tendrá.
En efecto, su discurso en Palacio Nacional fue un texto insustancial, con una retórica plagada de lugares comunes ("alentaré la unidad en la pluralidad") y un programa de 13 puntos de claro perfil gatopardista y, en algunos casos, hasta populista.
La estrategia del discurso recurrió claramente a viejas recetas priistas para conseguir dos efectos que sin embargo resultaron fallidos: primero, tratar de cambiar el ánimo social mediante llamados a la transformación del país por la vía --otra vez-- de la superación del atraso y la pobreza; y segundo: enumerando una serie de "decisiones" inmediatas para dar la impresión de que ya está al mando y de que no llega con las manos vacías.
Así, hizo saber que los cinco ejes de su gobierno serán: 1) un México en paz; 2) una nación incluyente que cierre la brecha de la desigualdad, que pase a ser una sociedad de clase media con igualdad de oportunidades, equidad y cohesión: 3) educación de calidad; 4) un México próspero con crecimiento económico y mayor competitividad en todos los ámbitos, y 5) Responsabilidad global con una diplomacia moderna e innovadora.
Nada que no hubieran ofrecido antes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox o Felipe Calderón. Casi medio siglo (42 años) de los mismos propósitos incumplidos ahora vueltos a renovar.
¿Puede alguien creer que habrá un país incluyente, sin desigualdad y crecimiento cuando el modelo económico que se aplica y que permanecerá intocado es el que precisamente produce exclusión, desigualdad y estancamiento?
Y esto porque se trata de un modelo económico que depende de la inversión extranjera con la que se financia el gobierno (la promesa de cero déficit presupuestal está basada en este supuesto), y que a cambio exige tener a su disposición mano de obra barata, el pago de pocas prestaciones sociales y bajo costo por despidos, condiciones que garantiza la recién aprobada reforma laboral.
Se trata de un modelo que en esas condiciones produce escaso crecimiento económico, poco empleo y precario, mucha informalidad y, desde luego, mayor desigualdad. De ahí que los cinco ejes del programa peñanietista estén condenados al fracaso. O en todo caso serán la cortina de humo con la que se tratará de distraer al respetable del verdadero proyecto de saqueo nacional que se pondrá en marcha con las reformas estructurales que faltan y que en el discurso de hoy se mencionaron apenas de soslayo. Por algo será.
Por otra parte, las 13 "decisiones" de gobierno anunciadas como iniciales constituyen el ejemplo más acabado de gatopardismo: la cruzada nacional contra el hambre, el programa de seguro de vida para jefas de familia y la pensión para mayores de 65 años confirman el enfoque asistencialista y demagógico que seguirá teniendo la llamada política social, porque no atiende las causas estructurales de los problemas que se dice querer combatir.
La reforma al artículo tercero constitucional para crear las bases del Servicio Profesional de Carrera Docente, de nuevo hace recaer sólo en los profesores la responsabilidad del desastre educativo, como si éste no consistiera en realidad en el control corporativo del sindicato a manos de Elba Esther Gordillo, en los ineficaces modelos educativos y en los propios contenidos light que se imparten.
Estará por verse el alcance del decreto anunciado con medidas de austeridad en el gasto público, la unificación de los códigos penales, la licitación de dos nuevas cadenas de televisión abierta y la propuesta de Ley de Responsabilidad Hacendaria para poner en orden la deuda de los gobiernos de los estados que, en principio, parece violar el régimen federalista y la autonomía de las entidades.
La privatización de Pemex (reforma energética), el aumento del IVA y su aplicación en alimentos y medicinas (reforma fiscal) y la de seguridad social se anunciarán después. Y sin embargo, se trata de las llamadas reformas estructurales que delinean el verdadero proyecto entreguista del priismo restaurado.
El no referirse a ellos con amplitud en la toma de posesión seguramente obedece a la necesidad de no levantar temprana oposición y rechazo y empañar lo que los antiguos priistas solían llamar la "luna de miel" del nuevo gobernante con sus gobernados. Sólo que esta vez ni eso tendrá.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Calderón: Los saldos
El saldo rojo de Felipe Calderón al frente del poder en México no se refiere sólo a los 95 mil 632 asesinatos documentados por el INEGI entre 2007 y 2011, sino a los pobres registros en economía, empleo, educación y cultura.
Hablamos de una administración deficitaria en casi todos los rubros, como podrá verse en este recuento no exhaustivo, pero sí comprehensivo de este funesto periodo.
Hablamos de una administración deficitaria en casi todos los rubros, como podrá verse en este recuento no exhaustivo, pero sí comprehensivo de este funesto periodo.
- En cuanto a gasto social como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) México ocupa el último lugar entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El promedio que estos países destinan a ese gasto es de 22 por ciento con un máximo de 30 por ciento en los casos de Francia y Dinamarca. Pese a los discursos aquí se aplica aproximadamente ocho por ciento, menos de la mitad del promedio de los países asociados al organismo.
- Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indican que aumentó 30 por ciento el costo de la canasta básica por persona en los últimos cuatro años, en tanto que el ingreso sólo subió 1.7 por ciento.
- El propio Coneval informó que en el ámbito rural la canasta alimentaria subió 45 por ciento (de 492 a 702 pesos) entre enero de 2005 y junio de 2012. También que 40.5 por ciento de la población indígena de México sufre carencia de comida y la malnutrición en niños indígenas duplica el promedio nacional.
- Datos de la Cepal y Unicef indican que la población indígerna del país es la más marginada de toda América Latina. De los 2.87 millones de menores, 22.8 por ciento carecen de educación formal; 88.7% no tiene acceso a vivienda digna y 67.5% están privados del derecho al agua potable.
- Entre el 1 de diciembre de 2006 y el 30 de junio de 2012 se crearon un millón 809 mil 211 empleos con seguridad social, cuando el 3 de mayo de 2006 el candidato Felipe Calderón ofreció un millón de empleos por año. Según el INEGI, la Población Económicamente Activa (PEA) aumentó en el periodo en cinco millones 143 mil 637 jóvenes para sumar 49 millones 590 mil 669 personas, lo que significa que sólo se creó una de cada tres plazas necesarias.
- Esa misma proporción --uno de cada tres trabajadores-- subsiste en la economía informal. A junio de 2012 la población ocupada en este sector aumentó en 830 mil personas, con lo que el total de trabajadores en la economía subterránea llegó a 14 millones 200 mil personas.
- Pese a los encendidos discursos de los últimos días en que Calderón inauguró varios tramos carreteros que según él hicieron del suyo "el sexenio de la infraestructura", la realidad es que, como en otros casos, resultó más pirotecnia que efectividad. Con datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, expuso que entre 2007 y 2011 se erogaron 264 mil 22 millones de pesos en infraestructura carretera.
- El sector primario de la economía (agricultura, ganadería y pesca) no creció en este sexenio. Su contribución al PIB nacional es de sólo cuatro por ciento, por debajo de lo que aporta en China y Brasil, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Al cierre de 2012 el sector tuvo una captación negativa de nueve mil 102 millones de pesos en impuestos. Esto se debe a que mediante diversos mecanismos fiscales (tasas diferenciadas de impuesto sobre la renta, exenciones, subsidios, créditos fiscales, condonaciones, estímulos, deducciones, tratamientos y regímenes especiales) se devolvió a las empresas del sector --principalmente trasnacionales-- 16 mil 757 millones de pesos.
- Con Calderón, empresas extranjeras (la mayoría canadienses) duplicaron la extracción de oro en el país: pasó de 43.7 toneladas en 2007 a 87 toneladas en 2011. Un gran negocio de saqueo si se considera que la cotización de la onza de oro se incrementó de 700 dólares en 2007 a mil 851 dólares en julio de 2012, un aumento de 164 por ciento. Según la Cámara Minera Mexicana --cuya denominación de mexicana parece un chiste-- la canadiense Goldcorp Inc. es la mayor productora de oro en México.
- Otro saqueo que se consolidó durante el calderonato fue el de divisas. De acuerdo con el Banco de México este sexenio sacaron del país 145 mil millones de dólares, cantidad que duplica el saldo actual de la deuda externa del gobierno y que representó un aumento de 266 por ciento respecto del gobierno de Fox.
- La evasión fiscal también fue una fiesta. Según la Red para la Justificación Fiscal, un organismo internacional, mexicanos depositaron estos años 417 mil millones de dólares en paraísos fiscales que equivalen nada más y nada menos que a 40 por ciento del PIB.
- Otra fuente de beneficios para las grandes empresas nacionales y trasnacionales fue la devolución que hizo el fisco de pagos por concepto de impuestos. Ascendieron a 174 mil millones de pesos principalmente a cementeras, mineras, automotrices, refresqueras, cerveceras, electrodomésticos, telefonicas y cigarreras.
- Durante el sexenio, el gobierno gastó en importación de gasolinas 112 mil 569.2 millones de dólares, es decir 53 por ciento de los ingresos por exportación de crudo. En contraparte, sólo en 2011 se quedó sin ejercer 90 por ciento del presupuesto asignado para la construcción de la refinería Bicentenario, la cual permitiría abatir la compra de gasolina al exterior. El costo estimado de la refinería es de 11 mil 610 millones de dólares, casi un tercio de lo que se destina a la importación de productos refinados en un año.
- Otro ejemplo de la corrupción con que se manejó Pemex es el de su deuda. En 2006 ascendía a 569 mil millones de pesos. Con Calderón pagó casi la mitad de ese monto sólo en intereses (233 mil 796 millones de pesos), y sin embargo, en vez de deber menos, la deuda se incrementó: ahora es de 772 mil 100 millones de pesos.
- Datos de la Secretaría de Hacienda revelan que al cierre de julio de 2012 la deuda pública gubnernamental alcanzó un máximo histórico: cinco billones 112 mil 236 millones de pesos. En 2007 representó 27.36 por ciento del PIB y en 2012 supera ya los 37.10 puntos porcentuales. Un crecimiento de casi 10 por ciento en el sexenio, según la dependencia.
- La deuda externa, que se redujo durante el foxiato, alcanzó con Calderón un máximo histórico al llegar a 204 mil 179.7 millones de dólares, que equivale a 19 por ciento del PIB (valor de bienes y servicios producidos en un año por la economía). Esto de acuerdo con datos del Banco de México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Fondo Monetario Internacional citados en el anexo estadístico del VI Informe de Gobierno.
- La deuda externa total (de los sectores público, privado y bancario) creció entre 1990 y 2000 en 22. 67 por ciento, pero entre 2000 y junio de 2012 creció 65.52 por ciento, el triple que en la década precedente, pues pasó de 123 mil 350 millones de dólares en 2000 a 204 mil 179.7 millones de dólares, en 2012 (un aumento de 80 mil 829.7 millones de dólares más).
- Este volumen de endeudamiento ocurrió pese a que Pemex aportó 3.9 billones de pesos en impuestos al gobierno, según el Banco de México. Un incremento de 85.2 por ciento respecto del sexenio de Fox. Así, el calderonato recibió de Pemex el equivalente a 25.6 por ciento del PIB que asciende a 15.2 billones de pesos.
- Según Banxico nunca ningún otro gobierno contó con tantos recursos de Pemex (un billón 825 mil 497 millones de pesos más que su antecesor).
- Apenas 0.43 por ciento del PIB se destinó a ciencia y tecnología, según anexos del VI Informe de Gobierno. Ese porcentaje está por debajo del uno por ciento recomendado por los estándares internacionales. Corea del Sur destina a ese rubro 5% del PIB; Japón: 3.26%; EU: 2.90%; Alemania: 2.82%; Francia: 2.25%.
- Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el único país miembro con más desempleo entre los más educados. Es último lugar en expectativa de graduación en bachillerato con 47%; penúltimo en tasa de graduación a nivel superior con 20%; pero es tercero en el número de ninis con siete millones 248 mil 400, es decir, 24.4% de la población entre 15 y 29 años.
martes, 27 de noviembre de 2012
¿Qué hizo posible a Calderón?
Fiel a su mesianismo o, si se prefiere, a su torcida involución psicológica que lo condujo de más en más a sentirse y verse como un elegido, Felipe Calderón explica su paso por la presidencia de México como un designio divino.
En efecto, la semana pasada formuló en su natal Michoacán la siguiente declaración de fe:
"Yo asumo que a uno le toca vivir el momento que le toca vivir por alguna razón, que Dios sabe por qué pone a determinadas personas frente a determinadas circunstancias".
Ya habrá tiempo de analizar qué tiene el pueblo de México que así ha llevado a la conducción del país en los últimos doce años, primero a un locuaz ignorante, después a un místico de la violencia y la crueldad como forma de redimir culpas históricas de la nacionalidad, y ahora a un iletrado sin más idea que el rollo neoliberal repetido mecánicamente por convenir a los intereses a los que sirve.
¿Qué hizo posible un gobierno como el de Calderón? No desde luego su explicación teológica. Algo más simple: el entramado de instituciones e intereses nacionales y extranjeros que conforman el grupo hegemónico en el poder.
Intereses mediáticos, económicos, financieros, políticos --incluidos los de la presunta izquierda-- y hasta criminales, organizados para ejercer su dominio mediante la exclusión sistemática de los grupos sociales dominados, de modo que éstos encuentren inaccesible e infranqueable la ruta hacia un cambio en las relaciones asimétricas de poder que prevalecen.
Del lado de la sociedad, lo que permitió está que seguramente pasará a los anales como una aberración histórica que viene a confirmar aquello de que el triunfo de la derecha es moralmente imposible, se explica por la existencia de una población poco educada, empobrecida, esencialmente conservadora y tímida; dominada por un sentido fatalista de la historia, que le dicata frases asumidas como verdades inmutables que hacen ociosa cualquier clase de resistencia: "contra el gobierno nada se puede", que recuerda aquella del famoso tango gardeliano: "Contra el destino nadie la talla".
Este conjunto de factores --perfectamente históricos-- ha hecho posible que en el México del siglo XXI se haya producido un "gobierno" como el de Calderón. Lo que sin embargo más llama la atención es la falta de respuesta social, la incapacidad para detener a una administración que bañó de sangre al país, que enlutó a miles de familias sumiéndolas en el más atroz de los sufrimientos por la pérdida, desmembramiento, tortura, levantamiento o asesinato --que todas esas variedades macabras se dieron-- de sus seres queridos.
La pasividad y permisividad de la sociedad ante la muerte o exterminio de sus semejantes es acaso el signo más preocupante de todo este asunto, pues conduce a pensar que si ni ante el peligro extremo se reacciona como forma mínima de autodefensa, no lo haremos ante nada.
Todo el aparato crítico desplegado, a la postre no resultó sino testimonial porque no alcanzó para detener la masacre de miles. Los mecanismos institucionales tampoco resultaron eficaces fundamentalmente por la traición del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En efecto, ya desde 2009, en las elecciones legislativas intermedias la población derrotó en las urnas la malhadada y desorganizada estrategia bélica, al arrebatarle al Partido Acción Nacional (PAN) la mayoría en el Congreso para cedérsela al PRI.
Y sin embargo, este partido traicionó el mandato de las urnas, pues continuó autorizando cada año crecientes partidas presupuestales para una guerra dirigida más al exterminio y control social que al combate al crimen organizado, como puede corroborarse a la luz de los nulos resultados.
Como ha documentado Mayolo Medina, presidente de la Fundación para el Estudio de la Seguridad y la Gobernanza, en los últimos 11 años (2001-2011) el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública federal aumentó 668.1 por ciento (de 5.2 a 40.5 mil millones de pesos).
De todo ello habrá que extraer las lecciones pertinentes y la más inmediata es encaminar la lucha política por la vía de la organización social al margen de las instituciones formales de representación que hoy se encuentran cooptadas y reguladas por los grupos hegemónicos que las utilizan para llevar a cabo los procesos de legitimación y canalización de sus propios intereses.
Y esto es clave porque sin ello la dominación política no duraría ni un día. De ahí tiene que partir un programa de organización política de la sociedad.
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