miércoles, 27 de junio de 2012

AMLO, desde luego

Este domingo 1 de julio votaré por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cruzando el logotipo del Partido del Trabajo (PT), de modo que el sufragio se acredite a este instituto y no al PRD, una agrupación convertida en cascarón, secuestrada por los Chuchos, colaboracionista con los gobiernos de derecha y que apoya al político tabasqueño porque en esta coyuntura no les quedaba de otra.

Desde luego por AMLO porque coincido con su lectura de que el país necesita una política soberana que recupere para sí la autodeterminación perdida.

Se trata, me parece, de un asunto capital en un momento en que los centros mundiales del poder se afanan por consolidar la nueva fase neoliberal caracterizada por la preeminencia del capital financiero y especulativo que condena a las naciones a reducir el gasto público en educación, salud, empleo y vivienda

Este nuevo diseño de sociedad requiere de la adecuación del marco jurídico institucional para legitimarse. Es lo que Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota llaman las "Reformas estructurales". Sin explicar cómo ni de dónde obtuvo semejante cálculo, la panista repite en cuanto foro tiene a la mano que por no haberse aprobado la Reforma laboral, dejaron de crearse 400 mil empleos anuales para los jóvenes.

Apenas si necesito decir que se trata de un chantaje. La tal reforma que junto con la energética y la fiscal constituyen las "reformas estructurales" por las que claman desde Felipe Calderón pasando por Agustín Carstens, el inefable gobernador del Banco de México, y terminando por los candidatos del PRI y PAN, son en realidad el instrumento que permitirá profundizar el dominio económico y político que las élites locales ejercen sobre la mayoría de la sociedad mexicana.

AMLO se ha opuesto a ellas de manera inequívoca porque entiende que se trata de la forma que adopta la aplicación de un modelo económico que profundizará las desigualdades sociales que nos laceran. En vez de ello, su propuesta de reactivación económica, se basa en el combate a la corrupción que genera el propio aparato estatal vía el sueldo de funcionarios, el dispendio en gastos de reprentación, viajes, asesorías, consultorías y toda clase de lujos innecesarios, así como en la inversión productiva, como ya lo hizo en el gobierno del Distrito Federal.

Desde luego no se me escapan las serias limitaciones del político tabasqueño. Su exasperante falta de conocimiento en muchas materias sobre las que sería fácil argumentar frente a sus críticos, como sucedió en los tres debates organizados en este periodo. Pero me convence su equipo de gobierno y su probada probidad.

Otras objeciones acerca de su falso izquierdismo me parecen injustas y desproporcionadas. López Obrador no es un izquierdista ni un revolucionario, si acaso un reformista socialdemócrata que desde luego no va a acabar con el capitalismo ni con el Estado como lo piden algunos grupos de izquierda que le regatean por ello su apoyo, sin tomar en cuenta que quizá la sociedad no sea eso lo que pida o necesite de un político que busque la presidencia. Como dirían los clásicos: la correlación de fuerzas no está para eso ni las condiciones objetivas están maduras.

Mientras tanto votaré por AMLO porque coincido con su diagnóstico del país y con las soluciones que propone para sus males, y porque me parece evidente que sus colaboradores son de primera línea y aportarán en sus sectores trabajo, experiencia, conocimientos y sensibilidad social.

Por eso...sólo por eso.

IFE: legitimar el resultado

Si algo, lo que se multiplica de cara a la elección presidencial del próximo 1 de julio es la evidencia del fraude vía el voto corporativo, la compra y coacción de sufragios, la denunciada operación Ágora del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), comandada por Elba Esther Gordillo y los múltiples videos y fotografías exhibidas en las redes sociales.

Y sin embargo, el Instituto Federal Electoral (IFE) declara que el impacto de tales marrullerías --sin descontar la muy amplia y documentada operación de posicionamiento mediático en favor de un candidato-- será, si acaso, marginal, aunque no aclaró si esa marginalidad puede ser mayor o menor de 0.56 por ciento.

La postura del árbitro electoral, Leonardo Valdés Zurita, coincide con la muy difundida versión de la "imposibilidad del fraude" ya sansionada por todo el aparato mediático. El candor --o cinismo, a elegir-- del consejero presidente se asienta en la abrumadora certeza de que la ley prohibe esas prácticas y de que "el ciudadano, cuando llega a la casilla, lo hace solo, nadie lo vigila y se expresa en libertad".

La confianza en el mundo ideal instaurado por la ley es tal, que a Valdés Zurita sólo le faltó decir que comprado o no, coaccionado o no, cualquier voto es legítimo sólo porque fue depositado por un ciudadano.

En su imperfección, la coartada es convincente porque alude al arte de la apariencia y lo escenográfico propio del sistema político mexicano inaugurado por el PRI: para qué queremos campesinos si podemos contratar extras. Para qué convocar ciudadanos si podemos arreglárnosla con su credencial de elector.

Lo que al IFE le interesa es que el elector llegue a la casilla y vote, porque lo que importa es legitimar el resultado, no el proceso que lo produjo. Acaso porque en el proceso, como en los detalles, está el diablo.


En su anacronismo convenientemente asumido, para Valdés Zurita el único fraude posible consiste en el relleno y robo de urnas. La compra y coacción previa de votos, los carruseles o el rebase en los gastos de campaña constituyen sólo un anecdótico "intento de influir sobre la decisión del ciudadano", pero nada más.    

Entrevistado por Alonso Urrutia y Fabiola Martínez para La Jornada, el consejero presidente desestima, por ejemplo, que el rebase de gastos de campaña incida en el resultado de la elección porque quien recibe el financiamiento es el partido, no el candidato (sic).

Pero los beneficiarios son el candidato y el partido, reviran los reporteros. Y la respuesta impresiona porque ilustra los alcances y la perspicacia del árbitro central: --"Podría ser".

lunes, 18 de junio de 2012

Grecia, México y el mundo

Grecia ilustra hoy la batalla que libra el mundo: el modelo neoliberal contra el Estado de bienestar.

El primero, diseñado para recuperar la rentabilidad del capital vía la disminución del Estado y la reducción del gasto público, con la coartada de un --como se ha visto hasta ahora-- improbable crecimiento económico.

El segundo, convencido de que el desarrollo no ocurrirá sin una política fiscal que lo promueva, lo cual implica intervención estatal y cierta dosis de regulación. Es decir, veneno puro para un capitalismo financiero sin freno, especulativo y desconectado de la economía real, en tanto que sus principales ganancias no provienen ya de la producción de bienes y servicios, lo cual explica, a su vez, el fenómeno del desempleo.

Ese es el drama de nuestros días. Las dos sopas de que consta el menú global. Los países y sus clases políticas de definen según se alineen a una u otra receta. El neoliberalismo imperante no está dispuesto a ceder un ápice.

Preconiza que los costos de sus crisis han de ser pagados por la población, en tanto el dinero público que se recorta al gasto social (salud, educación, alimentación, vivienda, empleo) se destina a salvar los bancos privados en quiebra (ahí el caso recentísimo del español Bankia).

Las elecciones legislativas realizadas el pasado domingo en Grecia retratan la dicotomía descrita:  esos comicios dieron el triunfo al partido Nueva Democracia (derecha), cuyo líder, Antonis Samaras, era el favorito de la comunidad financiera internacional por su proclividad a cumplir los programas de ajuste impuestos al país helénico por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La otra opción era la izquierda radical  Syrisa, de Alexis Tsipras, vista con recelo por su oposición a las medidas de austeridad (recortes al gasto y despidos) que castigan a la población y que condujeron al país a la recesión, y que en cambio exige medidas que alienten el crecimiento.

El triunfo de los conservadores griegos --quienes de algún modo son los mismos que condujeron a la actual tragedia de ese país-- tranquilizó a las corporaciones mundiales, que ven así servidos sus intereses políticos y económicos.

Y como para subrayar el yugo al que están sujetos los países bajo la égida neoliberal, el ministro alemán de relaciones exteriores, Guido Westerwelle, subrayó que  "no hay forma de salir de las reformas (los programas de ajuste y austeridad impuestos)".

Grecia --dijo-- debe ajustarse a lo acordado, como lo hacen todos los demás países europeos (Italia, España, Portugal, Irlanda) que "están aplicando sus reformas con insistencia y diligencia".

Como se ve, en Grecia --como en otros países incluido México-- la discusión y la disyuntiva es la misma. Aquí el diseño que se aplica a escala global adopta el nombre de Reformas estructurales. Son --en cierto modo-- las reformas a las que alude Westerwelle, esas de las que nadie puede escapar. Es el designio.

Por cierto, la distancia electoral entre los conservadores y la izquierda griega fue de sólo 3.31 por ciento. De acuerdo con algunos observadores, la diferencia pudo haber estado en la campaña de miedo enderezada contra Syrisa, pues ante la amenaza de que con el triunfo de la izquierda se impondrían "corralitos", como en Argentina, muchos griegos sacaron su dinero de los bancos...y votaron contra sí mismos.

Para quien guste de encontrar paralelismos con la actual situación electoral mexicana, escuchemos a Zisiz Novis, un comerciante de 56 años entrevistado por la corresponsal del diario La Jornada en Atenas: "Con Nueva Democracia (la derecha) las cosas van a empeorar. Seguirá la política de la medicina que mata al enfermo (recuérdese al doctor Felipe Calderón): dos mil suicidios en los dos años recientes, escasez de medicamentos, un millón 200 mil desempleados...".

Lo dicho, Atenas es hoy el escenario, pero el libreto de la farsa es el mismo en todo el mundo.



jueves, 14 de junio de 2012

CCE y el proyecto AMLO

Con empresarios

Resulta notable la forma como ha reaccionado tanto la clase política como los varones del dinero ante el plan económico del candidato a la presidencia por el Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), basado en ahorrarle al país unos 800 mil millones de pesos por la vía, entre otras, de reducir los salarios de la alta burocracia y de suprimir toda la parafernalia con que suelen rodearse esos funcionarios.

Pareciera como si el candidato hubiera mentado la soga de la corrupción en la casa, no de los ahorcados por ella, sino de sus beneficiarios. Y es que, quiérase o no, el presupuesto público constituye un apetitoso botín del cual abrevan no sólo los agentes gubernamentales sino también los empresarios, pues merced a los múltiples negocios que se tejen al amparo de tales recursos (tráfico de influencias, otorgamiento de concesiones, asignación de contratos, compra de complicidades) éstos y aquellos han podido levantar cuantiosas, inmensas fortunas.

Cuántas veces hemos escuchado a los organismos del sector empresarial (Canacintra, Coparmex, Concanaco) agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) quejarse de la obesidad del sector público y de cómo más de la mitad del presupuesto se va por el caño del gasto corriente.

Ahora sabemos que se trata de "críticas" de dientes para afuera, pues ahora que López Obrador ha propuesto ir en serio contra ese dispendio, los antes quejosos se manifiestan contra tales intensiones, aduciendo premisas increíblemente falaces, todo con el propósito de desvirtuar una iniciativa que amenaza con apartarlos de las ventajas del presupuesto, que los ha convertido en una clase empresarial más bien parasitaria.


En efecto, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del CCE, salió ayer a declarar que reducir el salario a la alta burocracia del país conduciría a tener funcionarios de menor calidad, como si los que padecemos actualmente fueran unas mentes brillantes. Dijo también --en su parto de lo que difícilmente pueden llamarse ideas-- que la medida generaría más corrupción.

De acuerdo con la lógica del declarante, según la cual más salario equivale siempre a más calidad, la planta industrial sería más productiva y el país más competitivo si simplemente aumentaran el sueldo de todos los obreros del país.
Gutiérrez Candiani
En realidad subyase en el argumento un componente ideológico (ellos que tanto dicen aborrecer la ideología) que consiste en la falsa tesis de que el mercado es el que asigna el valor de las personas en la economía, y de cada uno obtiene de acuerdo con la calidad y cantidad del trabajo que aporta.

Ahora bien, a la luz de los resultados de la actual gestión gubernamental, que mantienen al país en los últimos lugares de las mediciones internacionales en productividad, competitividad, bienestar humano y eficiencia, y en los primeros lugares en cuanto a corrupción, sólo eso bastaría para derrumbar la premisa de Gutiérrez Candiani, según la cual nuestros funcionetas ganan mucho porque son unos súper ejecutivos.

Por otro lado, habría que acotar que un sueldo de 150 mil pesos mensuales, que es lo que resultaría en muchos casos de rebajar el salario de la alta burocracia, no es un ingreso despreciable ni menor a lo que ganan funcionarios de otras partes del mundo.

Para decirlo en plata, con lo que el CCE no está de acuerdo --más por razones ideológicas que técnicas, aunque esto no se quiera admitir-- es con la llegada de AMLO a la presidencia, entre otras cosas porque con medidas como las propuestas por el tabasqueño, tampoco serían necesarias las tan cacareadas Reformas estructurales y eso sí sería una tragedia para ellos, porque en esas reformas está la nuez del modelo económico al que se pretende atar al país en beneficio del capital financiero internacional, como ya hemos visto en una entrega anterior.

 




miércoles, 6 de junio de 2012

La guerra contra AMLO

Bastó un incremento apenas sostenido en la percepción colectiva de que Andrés Manuel López Obrador puede ganar la presidencia de México este 1 de julio, para que --como los planetas ayer-- se alinearan los intereses económico, mediático, y político (PRI y PAN) en una embestida contra el tabasqueño.

Mediante una nueva remesa de espots que ya están saliendo al aire en estos días, ambos partidos la emprenden contra el candidato de las izquierdas mediante el recurso que tan buenos resultados les produjo en 2006: amedrentar a la población presentándolo como un enemigo de la democracia (el plantón de Reforma), una amenaza para el país por su presunta simpatía por la vía armada como medio de transformación social, y como un peligro para la economía, pues su gestión --afirman--  quebraría al país.

El PAN llega al extremo de manipular sin rubor alguno, un fragmento del discurso pronunciado por AMLO el pasado 21 de mayo en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco ante cientos de estudiantes, de modo que parezca que es partidario de la lucha armada como vía para la transformación de México.

Se trata de una maniobra tan descarada y evidente que muestra, sin matices, de qué lado está el verdadero odio y los afanes de violencia y polarización a que se está dispuesto a acudir con tal de envenenar el ambiente y torcer la voluntad ciudadana, esa que, por otro lado, se dice defender.

La desproporción con que PRI y PAN han reaccionado al crecimiento electoral del verdadero opositor, haría pensar que ese crecimiento es ya tal, que en verdad se perfila como el próximo ganador y han decidido cerrarle el paso incluso a costa de envilecer abiertamente la contienda.

El abrupto viraje operado por el PRI-PAN para olvidar sus escaramuzas y enfilarse con sospechosa similitud contra el opositor --al que creían controlado mediante la sostenida estrategia de mantenerlo en las "encuestas" confinado al tercer lugar y ajeno a cualquier posibilidad de triunfo-- revela asimismo que ante una amenaza externa, ambos partidos saben deponer sus diferencias y agruparse para defender los intereses vitales a los que realmente sirven.

En efecto, nadie puede negar que la disputa por la presidencia entre PRI y PAN es real. Aunque responden y representan a escala local los mismos intereses económicos que dominan el mundo, cada uno quiere ejercer el poder para beneficio de sus respectivas camarillas. De ahí su guerra.

Pero ante un estímulo que amenaza con desplazarlos a ambos del control del país y sus beneficios, no les queda otra que unirse y reaccionar con virulencia y desaseo ya sin la careta de atildamiento que mostraba Enrique, quien aseguraba que nunca recurriría a las descalificaciones personales, y ya sin la modosidad fingida con que suele dirigirse Josefina a sus auditorios escenográficos.

Lo que extraña en todo esto es la ausencia de la autoridad electoral que, parapetada en la argucia de que no puede ejercer la censura previa y de que requiere una queja para intervenir ante el escarnio que ocurre a los ojos de todos, solo reacciona para decir: no hay fraude a la vista.

La estrategia del miedo

La estrategia es conocida: consiste en recurrir a términos que evocan significados socialmente aceptados por todos como positivos, tales como: "democracia", "no violencia" "paz social" "respeto a las normas" "unidad", "estabilidad económica" y afirmar --mediante el manejo de imágenes, frases aisladas, voces, acentos y colores oscuros-- que el adversario carece de ellos: no cree en la democracia (¡qué apostasía!) porque encabeza protestas; es violento, promueve el odio, el rencor  y la división, no respeta las normas, cree en la revolución (con la cauda de violencia y sangre que implica) y nos puede arruinar económicamente a todos.

En el vértigo de las imágenes que presentan al acusado de encabezar protestas y levantamientos populares no se juzga sobre la validez de tales expresiones, sólo se les muestra como actos condenables por sí mismos. El corolario es tan inducido como inapelable: el que protesta se sale del escript, violenta nuestro ambiente y es un desadaptado que debe ser excluido.

A Andrés Manuel suele aplicársele aquel falso silogismo cuya conclusión conducía al mismo resultado: quemar la biblioteca de Alejandría:

Si la biblioteca de Alejandría tiene el Corán, hay que quemarla por inútil (pues ya otros acervos también lo tienen).

Si la biblioteca de Alejandría no tiene el Corán, hay quemarla, por impía.

Así, cuando se le acusa, como hizo Javier Sicilia, de ser intolerante y él responde que eso es falso, se le van encima: "¿Ya ven? lo niega, luego, no tolera la crítica, ergo, es intolerante". Y si se quedara callado, como otras veces: "¿Ya ven? no dijo nada, lo aceptó, no supo qué decir".

Ese es el tipo de trampas y bombardeo al que lo someten los medios y adversarios políticos para aniquilarlo.

No han podido y ahora creen llegado el momento del ataque final. Veremos.


   

viernes, 1 de junio de 2012

Embestida mediática contra #YoSoy132


Pablo Hiriart, director del periódico La Razón y Jaime Sánchez Susarrey, conductores de En contexto, un programa que se transmite los jueves por canal 13 de TV Azteca, delinearon anoche la estrategia que los poderosos intereses mediáticos y comerciales (los poderes fácticos, pues) emplearán contra el movimiento #YoSoy132.

Pasado el momento de la sorpresiva irrupción de ese movimiento en medio de la elección presidencial --a la que en 20 días dieron un vuelco-- y en el que lo políticamente correcto fue tratarlo en los medios con fingida simpatía, ahora los opinadores oficiosos contraatacan para ir erosionando o restando legitimidad a la crítica juvenil, dado que se ha extendido a los más importantes pilares del sistema de dominación imperante, especialmente a la joya de la corona de ese sistema: el duopolio televisivo y su capacidad de control social mediante la desinformación.

Así, Carlos Brito Ocampo, egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y Daniel Cubría Trujillo, estudiante del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), miembros del movimiento universitario #YoSoy132, fueron sometidos no a una entrevista periodística, sino a un interrogatorio desarrollado conforme al siguiente plan:

1. Cuestionar la representatividad del movimiento, mediante preguntas sobre el número de estudiantes de los aproximadamente cinco mil del ITAM habían elegido a Cubría Trujillo como su vocero. Asimismo, buscando poner en duda la operatividad del proceso para decidir las propuestas de la asamblea realizada el miércoles 30 de mayo en la UNAM.

2. Destacar las posibles fracturas del movimiento. Hiriart fue incisivo en preguntar qué pasaría si el ITAM no concordara con un resolutivo en favor del juicio político contra Felipe Calderón, o qué pasaría si el movimiento fuera arrastrado por quienes tienen una agenda política, en un intento por quitarle al movimiento esa condición de ser precisamente un estallido político.

3. Criticar y ridiculizar las demandas. Fieles a su condición oficialista, a ambos conductores les pareció una desproporción la demanda de juicio político contra Felipe Calderón, pues en su lógica interesada no es responsable de los 60 mil muertos que han enlutado al país. También criticaron el apoyo del movimiento a la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE) si representa valores contrarios "a lo que son ustedes".

4, Hacer aparecer al movimiento sin objetivos precisos. Sánchez Susarrey preguntó varias veces, en un tono de alguien a quien no le termina por quedar claro un hecho confuso: "Bueno, pero...vaya...qué quieren?"

5. Descalificar la legitimidad y prestigio social del movimiento al ligarlo con las propuestas de Andrés Manuel López Obrador.  
Hiriart fue claro: el movimiento, dijo, ya fue rebasado porque tiene demandas que se acercan a las de un candidato presidencial que es AMLO. Es más --acusó-- hay gente que está logrando empalmar las agendas.

6. La defensa a ultranza de los medios de comunicación. Los entrevistadores insistieron en que este punto está influido por AMLO. Para defender a sus televisoras la emprendieron contra el tabasqueño mediante falacias como afirmar que durante seis años acaparó los medios con sus entrevistas mañaneras. Lo que no dijeron es que no eran pagadas.

Los oficiosos conductores insistieron en negar las acusaciones de #YoSoy132 contra televisoras al señalar que cómo puede haber conjura cuando el IFE monitorea la presencia de los partidos en los medios.

Los jóvenes entrevistados reviraron diciendo que, en todo caso la petición de juicio político contra Elba Esther Gordillo los acercaba más a Josefina Vázquez Mota quien se ha confrontado abiertamente con la lideresa magisterial.

Insistieron en que los medios no informan porque no se trata de que dediquen el mismo tiempo a todos los partidos, sino el cómo lo hacen criticando siempre a unos y ensalsando a otros, mediante la coartada de igualdad de tiempos.

La evidente actitud de los conductores de En contexto de tratar a sus invitados como si estuvieran equivocados, las críticas y el permanente afán por denostar y descalificar a López Obrador, lo mismo que la defensa férrea de los medios de comunicación, son una muestra perfecta de la pertinencia de la demanda juvenil: el desmontaje del viejo régimen y el derecho de la sociedad a ser informada sin las mentiras de esos medios.

jueves, 31 de mayo de 2012

AMLO y la charola

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se encuentra quizá en el mejor momento de la campaña. Una encuesta divulgada hoy por el periódico Reforma lo sitúa a sólo cuatro puntos de Enrique Peña Nieto.

Lo malo para el tabasqueño es que coincide con la revelación de una grabación en que presuntos colaboradores suyos podrían haber incurrido en un delito electoral al solicitar a particulares la aportación de fondos (seis millones de dólares, unos 85 millones de pesos) que rebasan el monto máximo permitido por la ley para aportaciones de particulares (unos 30 millones de pesos).

Si, como parece, la ahora famosa cena tuvo lugar en los términos en que revela la grabación, estaríamos ante un error de graves consecuencias para el candidato de las llamadas izquierdas, en momentos en que debiera estar prohíbido a los equipos de campaña  incurrir en dislates semejantes por encontrarnos ya en la recta final de la etapa proselitista.

AMLO y su equipo están obligados a demostrar que, en efecto, nada tienen que ver con esa petición de recursos y que no se formuló con su aval. Para ello no basta un deslinde de palabra. Ello porque quienes estuvieron en esa cena el pasado 24 de mayo son colaboradores cercanísimos, como el cineasta Luis Mandoki,  Adolfo Hellmund, propuesto como secretario de Energía en el gabinete del perredista y quien es señalado como estratega de la campaña, Luis Costa Bonino.

Hasta ahora la respuesta de esos participantes ha sido débil, vaga y hasta equívoca. Mandoki aseguró que no hubo nada ilegal en la reunión; Costa Bonino dijo que el audio divulgado por el periódico El Universal es "clandestino, ilegal y editado", como si esa circunstancia le restara realidad al hecho incontrovertible y hasta ahora no negado de que sí se solicitó esa aportación.

Andrés Manuel estaría obligado no sólo a desautorizar a quienes en su nombre solicitaron dinero, sino incluso a demandarlos por los delitos que resulten, pues de acuerdo con el audio, el estratega habría sugerido a los probables aportantes que el candidato estaría complacido con su ayuda y que a cambio podría reunirse con ellos para escuchar sus necesidades.

Estaríamos ante un ofrecimiento con tufo a corrupción, cuyo combate ha sido el eje del discurso político de AMLO durante años, la bandera que lo mantiene vigente en el escenario político nacional y que ahora lo está acercando de nuevo a la posibilidad de un triunfo electoral.

Por ello, tendrían que demostrar fehacientemente no la ilegalidad de la grabación sino, si fuera el caso, su tramposa edición. Si no fuera así debería denunciar el intento de sus colaboradores para despejar cualquier duda de complicidad, algo similiar a lo que ocurrió cuando su secretario de Finanzas en la jefatura del Gobierno del D.F, Gustavo Ponce Meléndez, fue pillado en un centro de apuestas de Las Vegas, jugando con cargo al erario público.

Sería una forma de evitar que este obús sea utilizado en los próximos espots de sus contrincantes y de cara al cercano debate entre candidatos y de que, en fin, dé en la línea de flotación de una campaña que por fin parece que empieza a despegar. 

Como están de cerradas las cosas, eludir sin raspaduras este affair podría significar la diferencia entre ser Presidente o irse a la ya famosa finca lejana que posee.

lunes, 21 de mayo de 2012

Calderón invisible

No recuerdo si fue en "El abanico de Lady Windermere" o en "Un marido ideal", donde Oscar Wilde hace decir a una de sus personajes, a propósito de la falta de celos de su cónyuge, lo siguiente (cito de memoria):
--Nuestros maridos nos lo perdonan todo y en cuanto a tener confianza en nosotras tienen ya tanta que resulta trágico.

Algo parecido ocurre con Felipe Calderón. Viajero frecuente desde que se inició para el gobierno la veda electoral (como si el quehacer presidencial se redujera a declarar a diario y a falta de esta posibilidad el ocupante de Los Pinos no encontrara nada mejor qué hacer que viajar al extranjero a costa del erario público), el michoacano se alcanzó la puntada de declarar algo para hacerse notar y recordarnos que aún está allí.

Así, en la Cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom), celebrada hoy en la isla de Barbados, dijo --a propósito de las marchas del fin de semana contra Enrique Peña Nieto-- que a diferencia de lo que ocurre en otros países del mundo, en México las protestas callejeras no son contra el Presidente sino contra otros actores.

Tiene razón. Pero ello no es porque todos aprueben su gestión, como trata de sugerir su dicho, sino porque ha dejado de ser interlocutor válido de la sociedad. Calderón ya no existe para nadie. Ya no es tenido en cuenta ni siquiera para reclamarle.

El sexenio nunca despegó y de hecho concluyó en 2009 con la derrota electoral en los comicios intermedios, que le arrebataron a él y a su partido el control del Congreso. Los actores sociales y políticos ya están en otra frecuencia: trabajando, cuestionando o discutiendo con los candidatos de entre los cuales surgirá el próximo Presidente.

Calderón ya perdió interlocusión. Lo sabe y le afecta. Ha dejado de ser factor aun antes de que se realice la elección de su sustituto. Está aislado y empieza a sentir la pérdida, el desvanecimiento de su poder. Invisible para casi todos, excluido de los reflectores, cree aprovechar en su favor el clima de protesta de los últimos días para hacer notar una supuesta popularidad.

En realidad su situación actual se parece mucho a la de un cadáver político que aún no se percata de su condición, como el doctor Malcom, el protagonista de la cinta Sexto sentido, que interactúa con el mundo de los vivos sin percatarse que murió desde que un paciente inadaptado le disparó un tiro al principio de la historia. Así con Calderón.

Como el personaje de Wilde, el que nadie proteste contra él antes que una virtud resulta más bien trágico.

domingo, 20 de mayo de 2012

Por qué piensan votar PRI

Una de las consejas más extendidas que explican por qué amplios sectores de votantes favorecerían el regreso del PRI a Los Pinos, tiene que ver con el factor económico.

Es frecuente escuchar a las personas decir que si bien los priistas eran y son un atajo de rateros dejaban que escurriera algo del botín. En cambio --se completa el "argumento"-- los del PAN sólo roban para ellos.

Ese mito popular se explica por la desesperación que  ahoga a comerciantes, autoempleados y micro-empresarios para quienes cada vez es más difícil obtener alguna ganancia de su trabajo.

La señora Vírgen Torres, locataria del mercado Benito Juárez, en Azcapotzalco, no sabe de porcentajes. Pero sí sabe que debido a que dos días a la semana tiene que contender con otros tantos mercados ambulantes que se instalan en los alrededores, sus ventas son cada vez menores.

Don Valentín González vende rosas en el crucero que conforman las calles Francisco Morazán, Fray Servando y Boulevar aeropuerto. Rememora: "hace 10 años llegaba a vender 600 ramos en un viernes; hoy no los vendo ni en una semana.

Ese es el tipo de situaciones que ocurren en la economía real y que están conduciendo a mucha gente a añorar otros tiempos. Lo que está operando en el imaginario popular es un curioso mecanismo psicológico que procura salidas ante la desesperante situación económica actual.

Ello los lleva a idealizar un pasado en realidad inexistente, porque más allá de las percepciones, fue el propio PRI el partido que puso las bases de lo que hoy vivimos al adoptar e implantar aquí el modelo neoliberal dictado desde los centros mundiales de poder.

El PAN --profesante de la misma doctrina, de ahí que se diga, con razón, que ambos partidos son una y la misma cosa-- no ha hecho sino continuar y profundizar la política económica consustancial a ese modelo.

Con algunos matices, si el PRI hubiera gobernado estos 12 años, la situación no sería distinta de la que prevalece porque con Miguel De la Madrid y luego con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se inició el ciclo que ya no permite dejar que "escurra" parte del botín hacia la sociedad.

Ello así, porque la nuez del modelo neoliberal impuesto por la globalización consiste en incrementar la rentabilidad del capital aun a costa de estragar a los pueblos (véanse al efecto los casos de Grecia, España e Italia). La gente no lo recuerda, pero ya desde los tiempos del PRI se había dejado de "salpicar" al resto de la sociedad lo que "arriba" se robaban.

Así las cosas, lo que está ocurriendo en amplios sectores de la población es un falso recuerdo aderezado con falta de información y una débil memoria histórica: es decir, tendemos a tergiversar nuestro propio recuerdo idealizando situaciones pasadas que nunca existieron como tales (ideales), como una forma de fuga hacia adelante ante una realidad que obsesiona y oprime porque no se atisban salidas ni prontas ni fáciles.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Pedro Páramo revisitado

Al cumplirse este 16 de mayo el 95 aniversario del nacimiento de Juan Rulfo, ofrezco las posibilidades de lectura que encuentro en Pedro Páramo: el manejo del tiempo y el espacio; las aluciones simbólicas del relato y la figura del cacique.

Espacio y tiempo


En Pedro Páramo el tiempo y el espacio conforman una unidad espacio-temporal de múltiples dimensiones que se enrollan y desenrollan simultáneamente –como la lengua de aquella mujer, de la que Juan Preciado nos dice “que se trababa y destrababa al hablar” (p. 11)-- por lo que siempre tenemos la impresión de que la multitud de hechos que se suceden ocurren en este momento. El antes y el después parecen fundidos en una misma secuencia, de ahí la unidad espacio-tiempo.

Véase la escena en que el padre Rentaría no pudo dormir y sale a recorrer las calles solitarias de Comala. Durante su paseo recuerda el día que le entregó a Pedro Páramo un bebé (Miguel) parido por una mujer que murió al dar a luz y que al parecer es hijo del cacique. Enseguida se le ve al padre caminar hacia Contla y sin que apenas lo notemos ya está de regreso en su casa porque escuchamos a su sobrina Ana peguntarle dónde había estado.

De inmediato el recuerdo de Rentaría nos regresa a Contra, durante su entrevista con el padre del lugar quien se negó a confesarlo, y cuando tras despedirse del cura, se levanta y va hacia la puerta escuchamos de nuevo a Ana preguntarle: “¿Adónde va usted tío?” Y por esta intervención sabemos que su remembranza terminó y que ya está de nuevo dispuesto a salir a caminar y que sus pasos lo conducirán hasta la Media Luna para dar a Pedro Páramo el pésame por la muerte de Miguel, episodio de cuyos detalles ya nos habíamos enterado casi al principio del relato, pero que de nuevo “aparece” ante nosotros.

De regreso a su iglesia, lo vemos confesar a Dorotea, quien le revela que ella le “conchavaba” las mujeres al joven difunto.

Este encabalgamiento de hechos que están sucediendo “ahora” con otros que ocurrieron “antes”, pero que parecen estar teniendo lugar también en este momento, le dan a la trama un sentido de simultaneidad. Y en este suceder todo al mismo tiempo quedan anuladas las nociones de pasado y presente: todo se remite a la eternidad, es decir, a una dimensión en la que el tiempo no existe –tal vez porque no hay nadie que lo piense como tal ni lo sienta transcurrir-- o ha perdido sentido, como en Comala.

En esa dimensión de eternidad las secuencias no existen y todo es, como dirían los personajes de la novela, un puro transcurrir de recuerdos donde “el amanecer; la mañana; el mediodía y la noche (son) siempre los mismos”.

Ese amontonamiento de acontecimientos puede deberse a que las vidas de todos ocurren en apenas un breve espacio-temporal. Véase al efecto esta significativa frase que Rulfo deja caer en medio del relato así como si nada, como no queriendo la cosa: “El reloj de la iglesia dio las horas, una tras otra, una tras otra, como si se hubiera encogido el tiempo” (p. 16).

Y en ese “tiempo encogido” –que en la eternidad sería apenas un puntito negro, como los que se divisan en la lejanía, por el camino de Comala y que después se convierten en hombres que vienen en auxilio de Pedro Páramo, cuando Abundio lo ataca-- se apretuja y cabe todo lo que ocurre en la novela, incluso el regresar del propio tiempo ya bien avanzada la acción:

“Como si hubiera retrocedido el tiempo. Volví a ver la estrella junto a la luna. Las nubes deshaciéndose. Las parvadas de los tordos…El arriero que me decía: ‘¡búsque a doña Eduviges, si todavía vive!’”. (p. 47).


Simbolismo y mito

 
El descenso

Un simbolismo evidente en la novela es lo que pudiera considerarse un descenso de Juan Preciado al infierno que es Comala, un lugar situado simbólicamente “…sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno”, es decir, en la entrada, en el límite que separa la tierra del inframundo. Este límite, por lo demás, define una ambigüedad que recorrerá todo el relato: no se está ni aquí ni allá, es un lugar suspendido entre dos entidades donde esa misma indeterminación hace que todo parezca “como en espera de algo” (p. 9).

“¿Adónde va usted?” Pregunta Juan Preciado al arriero Abundo Martínez y éste responde: “Voy para abajo, señor”. Y ese descenso se acentúa: “…bajamos cada vez más. Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire” (p. 9).

Ese hundirse en el “puro calor sin aire” parece aludir a otro simbolismo que da el tono a la novela: el descenso de los muertos al sepulcro, pues un signo de la vida es el aire que permite la actividad vital y allí, bajo la tierra, se carece de él.

Este simbolismo mítico del abajo/arriba se multiplicará a lo largo del texto en varias referencias:

“El aire soplaba allá arriba, aunque aquí abajo se convertía en calor” (p. 36)

“Sentí allá arriba la huella por donde había venido, como una herida abierta entre la negrura de los cerros” (p. 40).

“Siento como si alguien caminara sobre nosotros” (p. 52).


Abundio Martínez, el acompañante en el descenso, parece ser una especie de Caronte, el baquero de la muerte que, en la mitología griega, es el encargado de conducir a los muertos a través de la laguna Estigia, hasta el Hades.

Pero como, al parecer –porque en esta atmósfera nada hay de certidumbre—Juan Preciado aún no está muerto, el arriero es una especie de médium que comunica a ambos mundos, pues, como dirá más adelante Eduviges Dyada, “Nos contaba cómo andaban las cosas allá del otro lado del mundo, y seguramente a ellos les contaba cómo andábamos nosotros” (p. 17).

El incesto

Otro simbolismo mítico presente es la figura de los hermanos incestuosos con los que se topa Juan Preciado:

“--¿A dónde fue su marido?
--No es mi marido. Es mi hermano; aunque él no quiere que se sepa” (p. 44).

Aunque no queda claro el por qué de esta figura en la novela, aventuremos que se trata de una reminiscencia de la pareja original, el mito de Adán y Eva recobrado. Si estamos en un lugar donde el pecado es la norma, no podrían dejar de figurar a quienes se atribuye la fuente original del mal que parece mover a todos los hombres en el universo rulfiano.

Donis y su hermana se justifican porque no fueron ellos sino las circunstancias las que los condujeron al mal: “Yo le quise decir que la vida nos había juntado, acorralándonos y puesto uno junto al otro. Estábamos tan solos aquí, que los únicos éramos nosotros. Y de algún modo había que poblar el pueblo” (p. 45).

Además, resulta indicativo el hecho de que la mujer, la hermana, al contrario de su pareja, carezca de nombre, como si su humanidad se la otorgara sólo su carácter sexual. Digamos de paso que el sexo adquiere la forma de tabú al que sólo se le refiere por alusiones y desviaciones retóricas:

“¿Te fijas cómo se revuelca? Igual que si lo zangolotearan por dentro. Lo sé porque a mí me ha sucedido.
--¿Qué te ha sucedido a ti?
--Aquello.
--No sé de qué hablas
--No hablaría si no me acordara al ver a ése, rebulléndose, de lo que me sucedió a mí la primera vez que lo hiciste. Y de cómo me dolió y de lo mucho que me arrepentí de eso.
--¿De cual eso?
--De cómo me sentía apenas me hiciste aquello, que aunque tú no quieras yo supe que estaba mal hecho” (p. 42).

El parricidio

La novela concluye con la muerte de Pedro Páramo, el cual “se fue desmoronando como si fuera un montón de piedras” (p. 101), luego de que, al parecer, Abundió Martínez, uno de los muchos hijos a los que el cacique abandonó –recuérdese como al principio, al mostrarle a Juan Preciado los vastos dominios pertenecientes a aquél, se queja: “Y es de él todo ese terrenal. El caso es que nuestras madres nos malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo” (p. 10)— lo acuchilla cuando acude, borracho, “por una ayudadita para enterrar a mi muerta” (p. 99).

“Abundio siguió avanzando, dando traspiés, agachando la cabeza y a veces caminando en cuatro patas. Sentía que la tierra se retorcía, le daba vueltas y luego se le soltaba…hasta que llegó frente a la figura de un señor sentado junto a una puerta”

“La cara de Pedro Páramo se escondió debajo de las cobijas como si se escondiera de la luz, mientras que los gritos de Damiana se oían salir más repetidos, atravesando los campos: ¡Están matando a don Pedro!” (p. 99).

El cacique como presencia social

El Cacique es una presencia omnipresente en nuestros pueblos y regiones. De él como centro depende la economía del lugar: el comercio, las tierras, las leyes y las relaciones de parentesco; la prosperidad o la ruina de los lugareños; es juez que decide destinos; protege, encubre o abandona y juzga sobre la vida y la muerte de sus dominados.

Todo se diseña y se cumple conforme a su voluntad.

En el relato que nos ocupa, el tiempo referencial histórico o en el que ocurren los hechos narrados, comprende desde el porfiriato hasta mediados de la segunda década del siglo XX, pues por Dorotea venimos a saber que “…ya cuando le faltaba poco para morir (se refiere a Pedro Páramo) vinieron las guerras esas de los ‘cristeros’” (p. 67).

Se trata de un México al que los historiadores han caracterizado como un capitalismo feudal en el que los dueños de la tierra se convertían en la única autoridad en todos los ámbitos de la vida social de las regiones dominadas por ellos, y esto incluía ser dueños de las vidas de sus siervos o peones acasillados, para lo cual recurrían a la violencia  y al atropello:

“—La semana venidera irás con el Aldrete. Y le dices que recorra el lienzo. Ha invadido tierras de la Media Luna.
--Él hizo bien sus mediciones. A mí me consta
--Pues dile que se equivocó. Que estuvo mal calculado…
--¿Y las leyes?
--¿Cuáles leyes, Fulgor? La ley de ahora en adelante la vamos  hacer nosotros” (p. 36).

Esa presencia omnímoda es de tal magnitud que cuando el cacique decide acabar con la región en venganza por las fiestas que Comala organizó los días en que murió Susana San Juan, aquello se convierte en un páramo inservible:

“Desde entonces la tierra se quedó baldía y como en ruinas. Daba pena verla llenarse de achaques con tanta plaga que la invadió en cuanto la dejaron sola. De allá para acá se consumió la gente; se desbandaron los hombres en busca de otros ‘bebederos’” (p. 67).

Es de tal magnitud la influencia personal, que una decisión, un desánimo y un deseo de venganza personales acaban y condenan a la postración a todo un pueblo o una región.




viernes, 11 de mayo de 2012

Peña Nieto en la Ibero

José Carreño Carlón, el director de la División de Estudios Profesionales de la Universidad Iberoamericana, quizá deba renunciar en los próximos días, pues de acuerdo con lo que declaró esta tarde al noticiero en Radio fórmula de Joaquín López Dóriga, dirige una comunidad desinformada e ignorante de los problemas sociales que ocurren en el país e incapaz de ejercer un pensamiento crítico, valores mínimos que requiere todo aquel que se diga universitario.

Si bien Carreño Carlón no lo dijo en esos términos, esa idea quedó claramente implicada al tratar de formular un control de daños tras la bochornosa visita que realizó esta mañana a esa Universidad el candidato de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.

El mexiquense fue duramente cuestionado por las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas contra mujeres y hombres de San Salvador Atenco en 2005, cuando la policía estatal reprimió a quienes protestaban contra la expropiación de sus tierras para la construcción de un aeropuerto alterno al de la ciudad de México.

Peña Nieto asumió la responsabilidad de los hechos, luego de lo cual salió del campus acompañado por una multitud de estudiantes que lo increparon durante su recorrido hacia la salida con gritos de ¡Fuera, fuera! ¡La Ibero no te quiere!¡asesino! ¡asesino!

El hecho fue recogido por las redes sociales hasta convertir en twitter varios trending topic, como MeEscondoEn ElBañoComoEPN, Ibero, UIA y Pedro Joaquín Codwell.

Como en los viejo tiempos, el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell ha recurrido a minimizar el tropezón de su candidato afirmando que sólo se trató de "un puñado" de jóvenes, de expresiones de "intolerancia" e "incivilizadas" y deslizó una censura a la Ibero al señalar que ha abandonado el espíritu crítico, plural, pero respetuoso.

Menos pragmático, pero igualmente descalificador de los críticos, Carreño Carlón sostuvo en la entrevista referida, que ignora si los impugnadores de Peña Nieto eran de fuera, "lo que sí eran jóvenes entrenados fuera".

El ex vocero del presidente Carlos Salinas de Gortari y actual conductor de Agenda pública en Televisa, basa su afirmación en lo bien informados que estaban los alumnos que realizaron preguntas al candidato. Así que de acuerdo con el funcionario universitario resulta inverosímil que los estudiantes de esa Universidad tengan la información que les permita adoptar posiciones críticas frente al poder.

Digo que Carreño Carlón tendría que renunciar a su cargo porque tiene una pobre opinión de esa comunidad, contraria demás a la de la propia dirección del plantel que --a través de su cuenta de twitter (@IBERO_MX)-- puntualizó que: "Nuestros alumnos constituyen una comunidad universitaria informada, crítica y que no es ajena a la realidad del país".

El director de la División de Estudios Profesionales no piensa lo mismo. ¿Qué hace entonces en una universidad de jóvenes manipulables, que pueden ser "entrenados fuera" con aviesos propósitos?

martes, 1 de mayo de 2012

Televisoras y debate

Televisa y TV Azteca han decidido  no transmitir en sus cadenas nacionales el debate entre candidatos presidenciales programado por el Instituto Federal Electoral (IFE)  para el próximo domingo 6 de mayo a las 8 de la noche.

A esa hora, la empresa de Emilio Azcárraga transmitirá por canal 2, como cada domingo, el reality show Pequeños gigantes, en tanto que la televisora de Ricardo Salinas difundirá por canal 13 el partido de liguilla del torneo de clausura, Morelia vs Tigres de la UANL.

Si ese amago se concreta, estaremos ante una de las más descarnadas muestras del poder televisivo utilizado en contra del interés nacional  y el derecho a la información, perpetrada por unos concesionarios cuyo poder fáctico --paradójicamente-- deriva de la explotación comercial de un bien público, como lo es el espectro radioeléctrico, a través del cual cursan sus señales. 

La medida constituye un claro ajuste de cuentas de las televisoras contra los poderes constitucionales por la aprobación de la reforma electoral de 2007, que las privó del millonario negocio de la venta de espots a los partidos políticos y que prohibió a los particulares contratar espacios para propaganda electoral, como una forma de evitar los abusos de 2006 (recuérdese la campaña sucia patrocinada por el Consejo Coordinador Empresarial contra el candidato de la izquierda), y mantener la equidad en la contienda.

Se trata, por añadidura, de mantener alejados a los ciudadanos de los procesos de decisión política que les conciernen. En efecto, el conservadurismo y la despolitización de la sociedad que cotidianamente promueve el duopolio con su programación es coronado con esta nueva maniobra que podría privar a una vasta porción del electorado quizá del único foro que les serviría para normar su voto, más allá de los espots partidistas.

Silenciar el debate entre candidatos presidenciales tendría, además, el efecto de beneficiar al candidato favorito de los poderosos intereses que conforman la industria de la comunicación y el entretenimiento. Ello porque sin ese ejercicio de confrontación de ideas, los electores seguirían a merced del bombardeo de encuestas que un día sí y otro también, crean en la masa la percepción de que la elección ya está decidida y que por tanto no queda más que sumarse a la corriente pretendidamente mayoritaria.

Otro aspecto ominoso del episodio es la demostración palmaria del control que las televisoras ejercen sobre las audiencias y del favor que éstas les dispensan, pues sólo una pequeña porción de la ciudadanía se ha mostrado inconforme con la decisión de no transmitir el debate.

A la mayoría el asunto parece no importarle y hasta agradecen que no se les prive de su precaria diversión dominical, sin hacerse cargo de que en la emisión suprimida podría estarse decidiendo su vida real y no la de otros, como sucede en las telenovelas.

Se dirá que las empresas de televisión están en su derecho de manejar esos negocios de acuerdo con sus intereses  y que en esa libertad pueden elegir qué difundir. Sólo que no se trata de empresas cualquiera, sino de comunicación que cumplen --o deberían-- una función social: la de informar a la sociedad.

En último término la apuesta no es por el raiting, como escribió Salinas Pliego en su twitter, ni por el interés comercial que implica un partido de fútbol, como supone Valdés Zurita, el consejero presidente del IFE.

No, la apuesta real de las televisoras es más alta: demostrar a la clase política que cuando se lo proponen, son ellas las que tienen y ejercen el control real del país y de los ciudadanos. Y que si quisieran, incluso podrían hacer que la gente olvidara que hay elecciones el próximo 1 de julio.








viernes, 20 de abril de 2012

Repsol y la ideología neoliberal

Para el capitalismo las ideologías son una cuestión peyorativa. Y lo son porque para ese sistema de producción ideología es --aunque en rigor no lo sea-- sinónimo de socialismo, de comunismo. La descalificación se entiende por el hecho de que éste plantea la destrucción de aquél.

De ahí que con la derrota del llamado socialismo real, hecho que Occidente identifica con la caída del Muro de Berlín, en 1989, se haya proclamado el fin de las ideologías. Frase desafortunada si las hay, pues como me dijo un día, molesto, el filósofo Luis Villoro cuando le pregunté acerca del tema: "¿Y eso qué es? ¿significa que el hombre va a dejar de tener ideas, de pensar?"

El capitalismo, por supuesto, no se identifica a sí mismo como una ideología, sino como una forma de vida que responde a las leyes, esas sí "naturales", del mercado encargado de dar a cada quien lo que le corresponde. Un ente neutral, ciego que, como la vida misma, reparte beneficios o castigos sin mirar a quien.

El problema es que el Mercado no es una entelequia. Es un ente constituido por hombres que sí ven, que sí tienen ideas mediante las cuales hacen prevalecer sus intereses excluyendo cualquier otro. De ahí que la ideología del fin de las ideologías sea, en sí misma, aunque insista en no atreverse a decir su nombre, una ideología.

La nacionalización del petróleo decretada esta semama por Argentina resulta un caso paradigmático porque es una de esas raras ocaciones en que se expresan, quedan al descubierto con meridiana claridad --en las reacciones en favor y en contra-- dos concepciones del mundo: la neoliberal que se quiere dominante, y que desde hace décadas ha impuesto un proyecto para el cual lo único que importa es elevar la rentabilidad del capital por encima de cualquier consideración ética, humana o ambiental; y la concepción que rechaza las tesis económicas ortodoxas dictadas desde los centros mundiales del poder y que pone el énfasis en la soberanía de los pueblos para decidir su destino.

Según la tesis propalada por la ortodoxia neoliberal, la única forma en que los pueblos del mundo pueden resolver sus insuficiencias y problemas económicos es atrayendo capitales foráneos que vengan a aportar los recursos materiales que hagan falta para alcanzar el crecimiento y la prosperidad colectivos. 

A cambio hay que consentirlos: proporcionarles mano de obra barata, adecuar las leyes para que exploten libremente los recursos naturales correspondientes (agua, petróleo, metales preciosos, bosques, la biodiversidad), darles certidumbre jurídica, es decir, la garantía de que las leyes protegerán y favorecerán sus negocios, lo cual incluye el pago simbólico de impuestos y condiciones laborales ventajosas que les permitan mínimos gastos de operación para maximizar las ganancias.

Ese es más o menos el esquema acordado por todo mundo. Cuando un país como Argentina decide, con base en lo que juzga su interés nacional soberano, alterar esa "normalidad", entonces se produce el escándalo.

Y las condenas repiten sin cesar: ¡Uy, qué van a decir los inversionistas! Felipe Calderón, el ocupante del gobierno en México reconoce que el esquema que describí existe cuando dice que "se trata de medidas que ya estaban, de alguna manera descartadas en el contexto de un mundo global y de un mundo de certidumbre" (se refiere a la ventajosa certidumbre jurídica que explicamos antes).

O cuando insiste en la cantaleta de que sin inversiones no vamos a crecer: "Estoy absolutamente convencido de que el camino del crecimiento económico y del desarrollo no es el camino de las expropiaciones, sino el camino de las inversiones...y esas inversiones no vendrán nunca si no hay Estado de derecho y plena certidumbre jurídica" (léase si no hay leyes que las protegan aun a costa del interés nacional).

Lo que no dice es que la mayor parte de esas inversiones no son productivas sino especulativas. Y para muestra véanse los reportes del Banco de México (BdeM) según los cuales en el primer trimestre de este año ingresaron al país capitales golondrinos por casi 395 mil millones de pesos (más de 30 mil millones de dólares).

Se trata de recursos invertidos en acciones de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en bonos de deuda interna del gobierno federal. Es decir, son capitales atraidos por pago de intereses casi tres veces superiores al rendimiento ofrecido por los bonos del Tesoro estadounidense.

Se denominan capitales golondrinos porque no se invierten en proyectos productivos para la creación de empleos sino en instrumentos de corto plazo, con el fin de poder moverse a otros mercados cuando a sus intereses convenga.

Como se ve, es una falacia, ideología pura eso de afirmar que el crecimiento con empleo vendrá merced al libre comercio y las inveriones foráneas. La historia de los últimos 30 años, en que se ha aplicado ese modelo y esparcido esa idea, desmiente a uno y a otra categóricamente.

Y hablando de ideología Calderón defiende la suya y condena la contraria: "...si queremos una América Latina que prospere, no será una atrapada en sus prejuicios ideológicos, sino una América Latina puesta en la ruta de la inversión y el crecimiento" (o sea, la intervención de un Estado soberano en defensa de su pueblo, es pura ideología, por lo tanto debe condenarse; en cambio, lo correcto es dejar que esa sociedad sea saqueada en nombre de una quimérica esperanza de crecimiento).





 

 

miércoles, 18 de abril de 2012

Lo que Argentina puso en jaque

La decisión de la presidenta argentina, Cristina Fernández, de expropiar 51 por ciento de la empresa petrolera YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), controlada por la española Repsol, con el propósito de reactivar la alicaída producción y dejar de importar energéticos  cada vez más caros que ponen el riesgo el superávit comercial del país, provocó el inmediato rechazo del mundo capitalista  y de alguno que otro de sus serviciales palafreneros (Felipe Calderón).

¿Por qué esta condena tan generalizada? ¿Por qué la decisión soberana de un país de recuperar para sí los estratégicos recursos petrolíferos que estaban en manos de una compañía extranjera improductiva, ha causado tanto revuelo internacional, tanto rasgarse las vestiduras y hasta la reacción afrentosa y desproporcionada del gobierno mexicano, que así se confirma como el cancerbero de la región para el cuidado de los intereses de la derecha internacional?

Respuesta: porque expresa una ideología y una praxis que atentan contra la ortodoxia económica que domina al mundo, la cual plantea --sin aceptarlo abiertamente-- que los países y sus sociedades (los periféricos, claro) no existen más. Que lo único que rifa es el mercado y los intereses de las trasnacionales, lo cual significa que éstas pueden depredar los recursos naturales donde los encuentren (la proclama del libre mercado supresor de fronteras nacionales), enviar sus ganancias íntegras al exterior sin favorecer a los dueños originales de esas riquezas y que éstos acepten pasivamente integrarse a ese modelo neocolonial-global impuesto por los países dominantes (en el caso mexicano véanse los casos de la minería y los hidrocarburos). Eso es todo.

Bien lo dijo el propio presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, de visita en México, al explicar que defenderá Repsol no sólo porque son los intereses de una empresa española. "Vamos a hacerlo, enfatizó, porque creo que estamos defendiendo un modelo de relaciones internacionales y comerciales basado en el respeto mutuo entre los países y la seguridad jurídica que son principios básicos, capitales y elementales para el desarrollo y el bienestar colectivos".

En efecto, lo que Rajoy defiende es el actual modelo de acumulación capitalista neoliberal, al que eufemésticamente llama "modelo de relaciones internacionales y comerciales". Un modelo que, por cierto, tiene a la sociedad española oprimida y al borde del colapso, pero que en la lógica del sistema está bien mientras se siga pagando puntualmente dividendos a unos cuantos socios, los únicos gananciosos de la ruina colectiva (el uno por ciento, como los caracteriza el Movimiento de los Ocupa).

El episodio Argentino irrita tanto porque representa una férrea alternativa (Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela), así sea de tintes apenas reformistas en la mayoría de los casos, al capitalismo rampante.

Una piedra en el zapato de una economía mundial que exige manos libres (desregulación total) paras sus fechorías y corruptelas, no importa que esa "libertad" haya conducido en 2008 a la peor crisis económica que ha conocido el planeta.

lunes, 16 de abril de 2012

Seis claves para votar en 2012

Si usted forma parte del grueso 24 por ciento de quienes --según las encuestas-- no ha decidido por quien votará en la próxima elección presidencial, le presentamos este Manual para indecisos con tips que quizá lo ayuden o...empeoren su indecisión.

1. No se fije en las propuestas (contenido) sino en la estructura. El contenido no es esencial. Lo importante es si traerá una historia (estructura) nueva. Si usted es aficionado a las telenovelas verá que Abismo de pasión, que se transmite actualmente, tiene diálogos, reparto y situaciones diferentes, pero en esencia cuenta la misma historia que una novela anterior llamada Cañaveral de pasiones.

Un ejemplo menos cool: West side story (Amor sin barreras) es un cover de Romeo y Julieta, de William Shakespeare (un amor imposible por el odio mutuo entre las familias de los protagonistas. En la segunda el diferendo de familias es sustituido por el odio entre pandillas, para adaptarla a su época).

Si usted elige un cover como gobierno, corre el riesgo de que --como en las series de TV-- al final de la sexta temporada (del sexenio, pues) usted habrá vivido y visto la misma historia de desempleo, inseguridad, mala educación, carestía y corrupción, aunque con personajes diferentes.

2. Cheque si porpuestas aisladas ("Me comprometo a concluir la autopista" "Daré más becas a estudiantes") impactarán realmente en su vida. Vaya, si le permitirán llegar al fin de quincena sin apuros y con sus necesidades de casa, vestido y sustento satisfechas.

Puede que si usted es comerciante una autopista le ayude a transportar más rápido su mercancía, pero si la economía no mejora, seguirá vendiendo poco, probablemente encuentre dificultades para capitalizarse e invertir; sus ganancias continuarán cayendo y sus deudas aumentando. La nueva autopista o el moderno circuito vial no cambiarán su situación. Y peor: terminará pagándolos usted mismo con sus impuestos y cuotas de peaje.

3. Cuando escuche a algún candidato prometer Reformas estructurales...¡descártelo de inmediato! Algunas de esas reformas ya aplicadas son: la entrega de la banca nacional a los extranjeros (lo que restringió y encareció el crédito); cambios en el régimen de pensiones, ahora operado por Afores, cuyos dueños ganan más jineteando su lana en la Bolsa, de lo que usted recibe como pensión; el retiro de subsidios al campo, cuando países desarrollados los mantienen, con lo que sus labriegos están en ventaja frente a los nuestros. Una de las causas de la ruina de nuestro agro.

Reformas estructurales significan menos recursos a educación, lo que equivale a deteriorada infraestructura y miles de alumnos rechazados (Para el ciclo escolar 2013-I la UNAM sólo pudo admitir 11 mil 116 estudiantes de los 122 mil aspirantes. Más de 110 mil quedaron excluidos.

Y todavía faltan las reformas laboral (suprimirá derechos de trabajadores), la energética (para seguir haciendo negocios privados con compañías extranjeras a cambio de nuestro petróleo) y la fiscal (para gravar con IVA alimentos y medicinas, mientras se perdonan y devuelven impuestos a las grandes empresas). Quien diga que apoya más reformas estructurales, esto es lo que está apoyando.

4. Desconfíe de los programas sociales. Un candidato que ofrece mantener y ampliar los programas sociales (Oportunidades, 60 y más, Seguro popular) lo que nos está diciendo en realidad es que los jodidos seguirán jodidos, como alguna vez reconoció con desparpajo Emilio Azcárraga Milmo.

Los programas sociales son válvulas de escape que impiden a los menesterosos, hartos de su condición,  estallar revoluciones. La idea es calmarlos, darles algo para que "la vayan pasando" mientras otros se enriquecen a su costa. Entre menos programas sociales existan, mayor es la prosperidad y el nivel de vida de las personas, no al revés.

Con frecuencia escuchamos a nuestros políticos ufanarse de sus programas sociales. Es otra forma de cinismo. Ni un voto a quienes ofrezcan aumentar programas sociales en vez de reducirlos hasta su gradual extinción.

5. Identifique a sus enemigos de clase. Aunque en el mundo moderno se ha querido suprimir la noción de clase social, ésta existe y cada una tiene intereses diferentes. Si usted vota, como hasta ahora, por sus enemigos, éstos gobernarán para favorecer sus intereses propios, no los suyos.

¿Cómo saber quienes son? Muy simple: compruebe si compran, se divierten, estudian,vacacionan y viven donde usted lo hace. No es fácil encontrar a los Salinas de Gortari, a los Zedillo, a los Fox, a los Calderón, o a algunos de los apellidos que ahora disputan la presidencia de México en algún Liverpool o parque un fin de semana cualquiera.

En cambio, es probable que los pueda encontrar en alguna tienda exclusiva de Beverly Hills. Ellos pueden hacerlo porque usted no puede. Y, una vez en el gobierno, harán todo lo posible para asegurarse de que eso continúe siendo así.

6. No se deje influir por las encuestas. Las encuestas son deseos que aspiran a convertirse en profesías autocumplidas. En el México electoral de nuestros días son la forma "civilizada" que adopta lo que en realidad es una guerra sucia encubierta.

Su objetivo es doble: por un lado, inducir el llamado voto útil., aquel que se razona así:  "si mi candidato no tiene posibilidad, voto por el que las encuestas dicen que va ganando para que mi decisión sirva de algo".

Por otra parte, tienen la función de desalentar, avergonzar y hacer sentir marginales a los votantes que no están con el candidato correcto (ese al que las encuestas y algunos medios dan como seguro ganador). Explotan el instinto gregario de las masas (ir donde va la bola).

Es como cuando usted prefiere entrar a un restauran en vez de al de junto sólo porque el primero está lleno de gente y el otro semivacío. Y piensa: "la gente prefiere este porque ha de ser mejor. Vayamos allí". Y aunque los comenzales estén lamentando su decisión por el pésimo sazón y servicio que encontraron, seguirá atrayendo a más y más personas sólo porque al verlo atiborrado todos piensan lo mismo.

Ese es el tipo de resortes psicológicos que están activando las encuestas, y funciona con electores con una pobre o nula formación política.

viernes, 13 de abril de 2012

El estado del periodismo en 2012*


La era de los móviles, en la cual la gente está conectada a la web sin importar dónde se encuentre llegó en serio. Cuatro de cada 10 estadounidenses adultos es propietario de un smarphone; uno de cada cinco posee una tablet. Los nuevos autos son fabricados con Internet incluido. Con más aparatos móviles se produce una profunda inmersión en las redes sociales.

Para los periódicos la nueva era trajo pros y contras. Nuevas investigaciones incluidas en este reporte encuentran que los aparatos móviles están incrementando el consumo de noticias de la gente, reforzando el atractivo de los medios noticiosos tradicionales y proveyendo de un estímulo de largo aliento al periodismo.

Ocho de cada 10 que consiguen noticias en smartphones o tablets, por ejemplo, también consultan noticias en computadoras convencionales. La gente está tomando ventajas de tener muy fácil acceso a las noticias durante el día en sus bolsillos, sobre sus escritorios o en sus laps.

Al mismo tiempo, un desafío fundamental que identificamos en el reporte del año pasado se ha intensificado: poner al alcance de tales intermediarios tecnológicos el control de las noticias en el futuro. En el último año dos tendencias se traslapan y refuerzan la sensación de que la brecha entre las noticias y la industria de la tecnología se está ensanchando.

Primero, la explosiva irrupción de nuevas plataformas móviles y canales de medios sociales representa otro piso de la tecnología con el cual las organizaciones de noticias deben avanzar al mismo ritmo. Segundo, en el último año un pequeño número de gigantes tecnológicos comenzó rápidamente a consolidar su poder convirtiéndose en hacedor de todo en nuestras vidas digitales.

Google, Amazon, Facebook, Apple y unas cuantas firmas están maniobrando para convertirse en el hardware que la gente usa, el sistema operativo con el que funcionan sus dispositivos, el navegador más utilizado, los servicios de correo electrónico con que se comunican, las redes sociales en las que comparten y la plataforma web en la cual compran y se divierten.

Y todo esto proverá a estas companías de datos personales detallados acerca de cada consumidor.

Ya en 2011 cinco compañías tecnológicas concentraban 68 por ciento de todos los ingresos por publicidad en línea. Y esa lista no incluyó a Amazon y Apple, las cuales consiguen la mayoría de sus dólares de transacciones, descargas y dispositivos.

Para 2015 se espera que Facebook concentre una de cada cinco piezas de publicidad digital vendida (e-Marketer. "Revenue gains push Facebook to top of US display ad market". Feb. 23, 2012).

Hace un año escribimos aquí: "La industria de la noticia tarda para adaptarse y está culturalmente más atada a la creación de contenido que la ingeniería. En 2012 ese fenómeno ha crecido.

Todo esto plantea la cuestión de si los gigantes de la tecnología encontrarán interesante adquirir una mayor participación en el mercado de las noticias como parte del todo que ya ofrecen a los consumidores.

¿Llegará un punto en que para asegurar la sobrevivencia de muchas pequeñas compañías de medios, por ejemplo, Facebook considere comprar parte de las acciones de un socio de medios tal como el Washington Post?

Ya hay signos de estrechos vínculos financieros entre los gigantes tecnológicos y los de noticias. Como parte de los planes de You Tube para convertirse en productor de contenido original para televisión, un camino al que apostó fuerte el año pasado, está financiando a Reuters para producir programas originales de noticias.

Recientemente Yahoo firmó un contrato de colaboración con ABC News para ser un provedor exclusivo de noticias en video por la red. AOL, después de ver como menos que un éxito estelar su intento por producir su propio contenido original, compró The Huffington Post.

Con el lanzamiento de su lector social, Facebook se ha asociado con The Washington Post, The Wall Street Journal, The Guardian y otros. En marzo de 2012 el co-fundador de Facebook compró el New Republic Magazine, de 98 años.

En 2011 los operadores tradicionales de noticias también emprendieron nuevos pasos para monetizar la red en su propio beneficio. The Associated Press lanzó una asociación con más de dos docenas de compañías de noticias para licenciar contenido noticioso y colectar regalías de los agregadores.

Aproximadamente una decena de diarios sobrevivientes de Estados Unidos han lanzado un tipo de plan de suscripciones digitales o pay wall. Las compañías de noticias están creando sus propias redes digitales de publicidad y ventas y se están moviendo hacia el marketing y consultoría digital.

Unas cuantas organizaciones, como el Financial Times y el Boston Globe han optado por sacar el "app" mundos controlado por Apple y Google, para crear páginas móviles usando HTML 5.

Pero nuestra investigación del año pasado encontró que estos esfuerzos son todavía limitados y que pocas compañías noticiosas han hecho considerables progresos en algunas áreas clave de noticias digitales. Las organizaciones de noticias están usando principalmente la popular plataforma de Twitter para empujar sus propios contenidos y captar audiencias, solicitar o compartir información que ellas mismas no producen.

El problema de los periódicos se agudizó en 2011. Aunque las audiencias en línea crecieron, la circulación impresa continuó declinando. En 2011 las pérdidas en publicidad impresa superaron las ganancias de los ingresos digitales por un factor de aproximadamente 10 a 1, una taza incluso peor que la de 2010.

Cuando la circulación y los ingresos por publicidad se combinan, la industria de los periódicos se ha contraido 43 por ciento desde el año 2000.

Las implicaciones cívicas del declive de los periódicos han pasado a ser más claras. Surgen evidencias de que los periódicos (sean leídos impresos o digitamente) son la fuente primaria a la que la gente recurre para informarse acerca de los problemas gubernamentales o civiles.

Si estas tendencias continúan hasta que esos medios se marchiten o desaparezcan, no es muy claro donde o si ese tipo de información sería reportada.

En suma, la industria de la información no está mucho más cerca de un modelo de ingresos de lo que lo estaba el año pasado y ha perdido más terreno ante sus rivales de la industria de la tecnología. Pero la creciente evidencia también sugiere que la   información se está convirtiendo en una parte muy importante y ominipresente en la vida de las personas. Eso, a fin de cuentas podría resultar un factor que salve el futuro del periodismo.

*Reporte anual de The Pew Research Center's  Project for Excellence in Journalism.
By Amy Mitchell and Tom Rosenstiel






martes, 10 de abril de 2012

Josefina y las redes sociales


Se queja Josefina Vázquez Mota, la tambaleante candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la república, de que en las llamadas redes sociales se le difama y calumnia. Se dice víctima de una estrategia de descalificación ilimitada y culpa de ello a "quienes proclaman la república amorosa".

La denuncia de la ahora llamada "Jefa" es un tácito reconocimiento de su derrota también en ese medio. Es natural. Sus estrategas --de algún modo hay que llamarlos-- debieran saber que los usuarios de Facebook, pero sobre todo los de Twitter, tienen un perfil diferente al de quienes, para asomarse al mundo, sólo disponen de los canales de televisión abierta que controla el duopolio Televisa-TV Azteca.

De acuerdo con una medición de Buendía y Laredo, difundida en marzo de 2011, si bien sólo 29 por ciento de los hogares tiene computadora en casa, un grueso 87 por ciento de esos usuarios, cuenta con estudios de preparatoria o una carrera universitaria.

El Perfil político de los usuarios de twitter y facebook obtenido por esa casa encuestadora reveló además que 70 por ciento son solteros; 90 por ciento tiene entre 18 y 39 años y 44 por ciento carece de una preferencia partidista.

Se trata, como puede verse, de electores jóvenes, preparados académicamente, difíciles de persuadir o de engatuzar mediante propaganda mal diseñada y peor realizada, con una postura crítica y casi la mitad de ellos sin pertenencia a partido político alguno.

Ese perfil hace previsible que el mundo de las redes sociales sea un terreno minado  y peligroso para quienes, como la candidata panista, carecen de una propuesta electoral que no sea la del continuismo o cuyas constantes pifias la hacen presa fácil de usuarios avispados como los descritos.

Ante esa realidad incontrastable Vázquez Mota recurre al fácil expediente de asumirse como víctima de una campaña calumniosa, como si los ciudadanos fueran incapaces de la crítica o como si ésta sólo fuera concebible en quienes abrigan dobles o aviesas intensiones.

El asunto tiene relevancia porque ilustra sin ambages lo mal que la pasarían políticos como la panista si contaramos con una sociedad mejor educada e informada. Ese es el quid del asunto porque, como dije en otra parte: para difamar a Josefina, no tiene uno más que...citarla.

martes, 13 de marzo de 2012

¿Qué tanto saben los electores mexicanos?

Está en curso una campaña del Instituto Federal Electoral (IFE) en que llama a los ciudadanos mexicanos a comparar las propuestas de quienes buscarán un puesto de elección popular en las elecciones del próximo 1 de julio, para elegir "las que mejor resuelvan los problemas de tu comunidad".

¿Están esos ciudadanos en condiciones de discernir, en efecto, cuáles son las mejores propuestas? ¿Con qué criterio podrá alguien, por ejemplo, decidir qué candidato presidencial tiene la mejor fórmula para mejorar la economía de las familias y lograr el desarrollo económico del país? ¿Tienen esos millones de votantes elementos para dictaminar qué proyecto educativo es el mejor?

O en todo caso ¿cómo eligen los mexicanos? es decir, ¿qué toman en cuenta para decidir su voto? Se basan en las propuestas de los candidatos? ¿en la influencia de su grupo social o de su círculo íntimo? ¿En lo que presentan los medios?

No he visto ninguna encuesta que mida o indague esas cuestiones. Lo que registro, en cambio, es una completa desesperanza e incredulidad. La gente no sabe por quien votar porque "todos son iguales", "Unos roban más que otros", "no hay ni a cual irle", "Una vez arriba se olvidan de uno", "De todos modos nada va a cambiar".

La desesperanza proviene de carecer esos votantes de referentes, de no saber en qué fijarse para decidirse por unos o por otros; de la intuición más o menos extendida de que el voto no servirá para decidir nada importante.

Lo que parece claro es que sólo muy pocos sufragan con base en los programas de gobierno propuestos. Y si no ¿cómo se explica el hecho de que aún sin conocerse las ofertas de campaña, la mayoría de las encuestas indiquen que el candidato del PRI encabeza las preferencias electorales? ¿Con base en qué esos encuestados se inclinan supuestamente por ese abanderado?

No parece tratarse entonces de un voto razonado, lo cual concuerda con el hecho de que tenemos una sociedad con una precaria cultura política y con un rezago educativo que alcanza, según datos del INEA, a 33.4 millones de personas.

Y es que el aparentemente sencillo acto de acudir a una casilla electoral y cruzar una papeleta en favor de un candidato, requiere de mucho estudio previo. Por principio de cuentas ¿saben los electores mexicanos que en la actual etapa del capitalismo financiero globalizador los países no son plenamente soberanos (véanse los casos de Grecia, España e Italia) y que las políticas económicas del candidato puntero no pueden ni plantean salirse del esquema internacional diseñado para la exclusión de las mayorías --de las que esos votantes forman parte-- y para la prosperidad de sólo unos cuantos?

¿Estarán, por ventura, al tanto de que el enfoque educativo adoptado por México (competencias y habilidades) es una imposición externa cuya aplicación aquí se ha traducido en un adelgazamiento de los contenidos, de los planes de estudio y que por eso nuestros niños y jóvenes carecen de conceptos, de razonamiento abstracto y matemático, y de conocimientos básicos en geografía, historia, y gramática?

¿Sabrá la masa de votantes que el país forma parte de un sistema-mundo, como lo llama Immanuel Wallerstein, y que deberá evaluar a los candidatos y sus propuestas en función de qué tanto responden a los intereses que dominan ese sistema y qué tanto a los propios?

Como se ve, votar no es un acto sencillo. Y para hacerlo con eficacia se requiere de saberes específicos que rebasan el ámbito de lo local, de las percepciones o de la añoranza distorcionada del pasado ¿Están los electores mexicanos listos para ello?